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El PP teme que Olona movilice a la izquierda y remueva a los abstencionistas contra Vox
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ELECCIONES ANDALUZAS

El PP teme que Olona movilice a la izquierda y remueva a los abstencionistas contra Vox

El partido ha oficializado este jueves su candidatura a la Junta de Andalucía. La izquierda reconoce que es una baza para agitar la estrategia del miedo

Foto: La diputada de Vox Macarena Olona, durante un pleno en el Congreso. (EFE/Mariscal)
La diputada de Vox Macarena Olona, durante un pleno en el Congreso. (EFE/Mariscal)
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Macarena Olona no contestaba este miércoles los mensajes en su móvil. Entre wasaps de felicitación y requerimientos informativos, su teléfono era, seguro, un hervidero. Era un secreto a voces que iba a ser la candidata de Vox a la Junta de Andalucía, aunque en las últimas semanas el núcleo duro de Santiago Abascal dejó entrever dudas ante el agujero que se les abre en el Congreso, su primera línea de la trinchera nacional. Su irrupción en la campaña ha generado cierto temor en el PP, que cree que su nombramiento puede movilizar a la izquierda y jugar en contra del bloque de la derecha.

Vox dejaba este miércoles poco lugar al misterio y asumía que Olona era la apuesta, como finalmente ha confirmado este jueves el partido. Juega una de sus mejores cartas en un envite electoral que abre el ciclo que conducirá a las generales, el gran objetivo de este partido. Las encuestas dicen que la formación está fuerte en Andalucía. Los sondeos lo sitúan por encima de los 20 diputados (hay 109 en el Parlamento). Hace casi cuatro años irrumpió en las instituciones con 12 escaños. Fue la gran sorpresa. La división de la derecha favoreció sus intereses. Por primera vez en la historia autonómica, la suma de PP y Cs con Vox como socio externo permitió un cambio después de 37 años de hegemonía socialista.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y los presidentes de Andalucía, Juanma Moreno (c), y de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Raúl Caro)

En los siguientes comicios autonómicos, del 19 de junio, los pronósticos son distintos. Señalan que Cs está al borde de la desaparición, un importante crecimiento del PP y Vox en auge. El objetivo del popular Juan Manuel Moreno es tener un resultado por encima de la suma de toda la izquierda y no necesitar a Vox para formar Gobierno, como hizo Isabel Díaz Ayuso en Madrid. Las encuestas dibujan otras posibilidades: la más repetida, que Vox sea de nuevo, como en Castilla y León, imprescindible para la investidura.

Meses postulándose

En octubre, durante la celebración del Día de la Hispanidad, Olona celebró un mitin en Sevilla que dejó muchas pistas sobre el escenario. Al término, cuando ya había amagado y recogido velas, se postuló como candidata a la Junta de Andalucía. También en ese mitin dejó clara cuál era la hoja de ruta de Vox: no darían más gobiernos al PP si no era con este partido formando parte de los ejecutivos en coalición.

Foto: La diputada de Vox, Macarena Olon. (EFE/Javier Lizón)

Ya en ese mismo momento el PP, desde Andalucía y Madrid, consideró un error que Olona fuera candidata. Una tesis en la que se han mantenido hasta la fecha. En las filas populares están convencidos de que es un perfil que moviliza al electorado de izquierdas. Las elecciones andaluzas se mueven en dos coordenadas importantes. PP y PSOE están convencidos de que deben pelear en el centro para ganar los comicios. El PP cree que una movilización de la izquierda le resta posibilidades y el PSOE está convencido de que su gran reto es conseguir que los más de 400.000 andaluces que se quedaron en casa en diciembre de 2018 y optaron por la abstención vuelvan a coger la papeleta socialista.

En el PSOE creen que Macarena Olona obliga a Juan Manuel Moreno a cambiar su estrategia y salir de su zona de confort. Había diseñado una campaña presidencialista, fuera del debate ideológico, de “marca Juanma”, como muestra la propia cartelería, muy parecida a la que ya había hecho Alberto Núñez Feijóo en Galicia, y la candidata de Vox va a zarandear todos estos supuestos. “Olona va a polarizar la campaña y será un caso inverso al de Pablo Iglesias en Madrid”, señala un dirigente socialista. Moreno va a tener que enfrentarse a las acusaciones y agresiones políticas de sus eventuales socios. Olona va a poner en evidencia al candidato que rehúye la guerra cultural e ideológica porque Moreno no es un perfil que se mueva cómodo en ese discurso, más propio de su compañera Ayuso en Madrid.

Foto: Santiago Abascal, durante una manifestación convocada en Madrid. (EFE/Ballesteros)

El candidato del PP se ha construido una imagen de centro moderado, pese a sus pactos con Vox. Quiere convencer a exvotantes socialistas de que escojan su papeleta. En las filas populares, estiman que hasta 90.000 votantes que en su día optaron por el PSOE podrían irse a su partido. Repiten que Moreno ha desmontado el miedo a la derecha con el que los socialistas consiguieron que el PP no ganara durante décadas. El presidente de la Junta repite que ya ha quedado demostrado que ellos no desmontan el estado de bienestar, ni acaban con los servicios públicos, ni cierran colegios u hospitales frente a las reiteradas advertencias de la izquierda. Es una de las grandes bazas del cambio tranquilo por el que Moreno optó al llegar a San Telmo. El PP andaluz tiene diseñada una campaña sin estridencias, que defienda el cambio político para el avance de Andalucía, alejando el miedo a la extrema derecha de Vox, partido al que piensan ignorar todo lo posible.

Sus vínculos con Granada

Olona es diputada nacional por Granada y está censada desde hace meses en esta provincia, por la que posiblemente sea candidata a la Junta. Es el único requisito que debía cumplir. Según la ley electoral andaluza, es incompatible ser diputado andaluz y nacional, pero no es inelegible. Puede ser el cartel de Vox y no dejar su escaño hasta que tome posesión del nuevo sillón en el Parlamento andaluz.

La ya candidata de Vox en Andalucía, tiene un discurso vehemente y sin complejos. Ella se ríe de que la llamen facha y responde con fiereza a los ataques. Cuando concedió su primera entrevista como candidata de Vox en las listas de Granada, al periódico ‘Ideal’, ni siquiera tenía Twitter, red en la que hoy es una de las más poderosas de su partido. Olona es funcionaria y abogada del Estado. Su carrera se forjó entre el País Vasco y Madrid.

Foto: La presidenta de la Cámara, Marta Bosquet, iza la bandera de Andalucía en el Parlamento regional. (EFE/Raúl Caro) Opinión
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Fue letrada jefa de la Delegación del Gobierno en Euskadi, desde donde logró poner contra las cuerdas al PNV por casos de corrupción y cobro de comisiones. Fue cesada en 2017 por el Gobierno de Mariano Rajoy. Esa suspensión, que se produjo cuando populares y nacionalistas negociaban varios acuerdos, marcó su carrera. Recaló entonces en Madrid, en Mercasa, una empresa pública vinculada al Ministerio de Agricultura, donde también abrió una investigación por corrupción. La apartó en este caso el Ejecutivo de Pedro Sánchez tras un asalto a su despacho que acabó con su ordenador robado y un importante arsenal de pruebas desaparecido.

Olona recaló en Granada de la mano de los hijos de Luis Portero, fiscal asesinado por la banda terrorista ETA, con quienes tiene amistad personal. La persona que montó Vox en Granada es Manolo Martín, concejal de este partido por Salobreña tras décadas en el PP y amigo personal del padre de Santiago Abascal. Cerró en ocasiones las listas del País Vasco en los años más duros de ETA. A su vez, es amigo de Onofre Miralles, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Granada. Ellos forman el círculo que piden que sea la actual secretaria del partido en el Congreso quien se presente por Granada, una provincia conservadora donde estaban convencidos de que podía obtener representación. Por motivos personales que nunca desvela, Olona tenía proximidad con esta provincia.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, recibe al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Chema Moya) Opinión

Se convirtió en candidata de Vox en las generales y protagonizó una campaña dura, con un enfrentamiento muy directo con el entonces candidato del PSOE por la provincia, José Antonio Montilla, catedrático de Derecho Constitucional y afín a Carmen Calvo. En la segunda campaña de las generales, la dirigente de Vox ni siquiera pisó la provincia porque enfrentaba un embarazo de alto riesgo. Después, fue designada interlocutora para negociar los ayuntamientos andaluces, pero la dirección del PP la saltó. Nunca se lo perdonaría a los de Génova.

La presencia de Olona ha sido mucho más intensa en Andalucía desde hace un año. Primero en visitas privadas y ya después en actos públicos. Ha trabajado durante meses una conversión andaluza que además ella teatraliza muy bien, sin apuros para vestirse de gitana, hacerse devota de sus vírgenes o defender la Toma de Granada como la gran fiesta regional. La misma vehemencia en su discurso público la tiene para ponerse al frente de retos difíciles, y la candidatura de Andalucía la quiere y asume desde hace ya mucho.

La izquierda gana una baza

El PSOE y el resto de partidos a su izquierda harán gran parte de su campaña azuzando el miedo a que Olona sea la vicepresidenta de la Junta de Andalucía. Su perfil es duro, es una candidata con un discurso lleno de aristas. Un “cañón electoral”, como la señalan en Vox, pero también capaz de generar un fuerte rechazo en el electorado contrario. Levanta pasiones en uno y otro sentido. Y eso al PP no le interesa nada.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Carlos Barba) Opinión

Este jueves, Vox ha reunido su Comité Ejecutivo Nacional y ha hecho formal el nombramiento. Abascal, tras interpelar a Pedro Sánchez en la Cámara Baja este miércoles, ya la señalaba con una frase muy clara: “¿Usted me pregunta por Macarena Olona? Cada vez le veo más cara de presidenta”. Casi a la vez, en la sala de prensa del Parlamento andaluz, el otro aspirante, Manuel Gavira, portavoz en Andalucía, seguía echando balones fuera. Es cierto que entre los diputados andaluces de Vox la duda seguía abierta hasta el último momento. Muchos contestaban con un porcentaje elevado a favor de Olona, pero sin atreverse a dar nada por cerrado.

Es el propio funcionamiento del partido el que manda. Es desde Madrid, como en otros muchos asuntos, donde adoptan las decisiones en una estructura piramidal y jerárquica. Ha ocurrido igual con el resto de decisiones en el Parlamento autonómico. Desde la investidura hasta cada presupuesto pactado con el PP, han sido acuerdos y negociaciones dirigidas desde la dirección nacional de Santiago Abascal. Vox es un partido que no cree en el Estado de las autonomías y propugna una centralización que practica de forma férrea en su organización.

Macarena Olona no contestaba este miércoles los mensajes en su móvil. Entre wasaps de felicitación y requerimientos informativos, su teléfono era, seguro, un hervidero. Era un secreto a voces que iba a ser la candidata de Vox a la Junta de Andalucía, aunque en las últimas semanas el núcleo duro de Santiago Abascal dejó entrever dudas ante el agujero que se les abre en el Congreso, su primera línea de la trinchera nacional. Su irrupción en la campaña ha generado cierto temor en el PP, que cree que su nombramiento puede movilizar a la izquierda y jugar en contra del bloque de la derecha.

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