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Vox despliega un plan 'a pie de barra' para ganar peso en el mundo rural
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LA LUCHA POR LA ESPAÑA DESPOBLADA

Vox despliega un plan 'a pie de barra' para ganar peso en el mundo rural

El partido intensifica su estructura en los pueblos con una extensa red de voluntarios repartidos por toda España

Foto: La secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona. (EFE)
La secretaria general de Vox en el Congreso, Macarena Olona. (EFE)

Vox sabe que el 30% del voto de España está en el mundo rural y juega muy fuerte en estas zonas, sobre todo en Andalucía, donde banderas como la agricultura, la caza o los toros enganchan a mucha población. Más allá de la guerra cultural, estos asuntos son cruciales para la economía de muchas familias. La actividad cinegética es un motor para los municipios y el ganado bravo da de comer a muchos habitantes de las áreas rurales.

Vox ha apostado fuerte en estos sectores desde sus inicios mientras que el PP ha tratado de sumarse en los últimos tiempos. El PSOE sigue manteniendo posiciones ambiguas, más templadas en Andalucía, por ejemplo, pero con rechazo a la tauromaquia, como demuestra el veto impuesto por Unidas Podemos en el bono cultural para jóvenes. El partido de Santiago Abascal se ha hecho con esos símbolos en buena parte de los municipios de España, advierten fuentes de la dirección nacional de la formación.

Hace ya más de dos años que el partido perfiló una estrategia muy definida con una red de voluntarios que ha ido engordando y que designa un coordinador de Vox en cada municipio de más de mil habitantes y una persona para varios, no más de cinco, en caso de localidades menores. "En cada pueblo de España pueden decir 'este es el de Vox'. Si hay una queja o una petición siempre hay un interlocutor, un rostro conocido, alguien a quien te puedes dirigir en el bar para contarle tu problema o a los que los jóvenes le piden una pulsera del partido, por ejemplo. La comunicación está abierta", cuentan desde la dirección de Vox. El plan pasa porque "siempre haya alguien a quien dirigirte, que movilice y represente al partido", señalan las mismas fuentes. Creen que esa cercanía les funciona.

Allí el partido ha implantado de forma preferente sus estructuras en los tres últimos años

En Andalucía, según datos de 2020 con los que Vox ha diseñado su estrategia electoral, el 17,2% de votantes reside en lo que se denominan cuadrículas rurales (pueblos con grados de tercerización prácticamente nulos) y el 12,8% en cuadrículas semiurbanas (grados de tercerización limitados, lo que se conoce como "agrociudades" en las que el sector económico principal es el primario aunque superen los 10.000 habitantes). Allí el partido ha implantado de forma preferente sus estructuras en los tres últimos años.

El PSOE siempre ha tenido su gran caladero de votos en las zonas rurales. Las casas del pueblo han funcionado para mantener viva la implantación en los pueblos andaluces, pero esa fidelidad se quebró en las últimas autonómicas. El PP siempre se ha quejado de lo que consideraba redes clientelares tejidas por los socialistas y le llevó años darse cuenta de que el discurso del voto cautivo o los ataques a los subsidios agrarios jugaban en su contra. Los populares han tenido más problemas para llegar a ese electorado rural y sus grandes éxitos en las municipales, por ejemplo, siempre han venido por las capitales y las grandes áreas urbanas. Vox vio ese descubierto muy pronto.

Foto: La diputada de Vox Macarena Olona. (EFE)

El partido de extrema derecha admite que hay que aprender de los errores del adversario y el desmoronamiento de Cs en las últimas generales terminó por confirmar la necesidad de ese plan de implantación en las zonas rurales. Ciudadanos es una formación cuyas bolsas de votantes se ubican fundamentalmente en las grandes urbes y ese voto 'urbanita' es mucho más volátil y menos fiel, dicen los análisis electorales. Vox peleará, como cree que ocurrió en las últimas generales, por absorber parte del electorado de Cs, un sector que compartirá con el PP, pero tratará de arañar apoyos en las zonas rurales y entre los abstencionistas, incluso exvotantes del PSOE u otras fuerzas de izquierda, afirman fuentes de la dirección nacional.

Para ello, juegan con un eje que trasciende la ideología y se centra en captar desencantados, gente harta de los políticos o que considere que las marcas tradicionales no solucionan sus problemas. Ese desapego o hartazgo se detecta con fuerza, según los análisis de Vox, en la España despoblada o rural. Su otra gran diana electoral está en los jóvenes, también procedentes de estas zonas, hijos de votantes tradicionales de izquierda que se pegan a los de Abascal ante la incertidumbre por su futuro o el discurso muy oído en casa de que 'al final todos son iguales'. En Andalucía, en las últimas generales, los jóvenes inclinaron la balanza hacia la formación ultra en diez de los pueblos con menos renta y tradición de izquierda.

Salvo sorpresa, la primera prueba electoral estará en Andalucía. Allí Vox entró por primera vez en un Parlamento autonómico en 2018

Salvo sorpresa, la primera prueba electoral estará en Andalucía. Allí Vox entró por primera vez en un Parlamento autonómico en diciembre de 2018. Sus 12 diputados fueron su estreno en las instituciones. Y, en la comunidad, el partido ha anunciado su intención de entrar en el Ejecutivo tras los próximos comicios, condicionando su apoyo al PP en formar parte del gabinete. En el partido de Abascal saben que tras los 52 escaños de las generales, la región determinará si el suflé se desinfla o si por el contrario se consolida. Y precisamente ha sido en esta región donde han ensayado con esmero esa estrategia volcada en el mundo rural, en el 'agro'.

El resultado de momento es desigual. El campo andaluz no mira igual a Vox desde todas las provincias. La rebelión de los agricultores contra el Gobierno de Pedro Sánchez se ha acrecentado por la oposición mayoritaria que genera la última PAC que el Ministerio de Agricultura ha puesto sobre la mesa. Las fotos de los tractores en la calle creen que suma votos para Vox como en su día la revuelta de los chalecos amarillos hizo despegar a la ultraderecha francesa. Y aunque el resultado, admiten fuentes de la dirección nacional del partido, es "excelente" en Almería, es débil en Jaén, pese a las protestas por el 'ninguneo' de las administraciones. En la provincia jiennense la formación está rota y dividida con peleas internas y creen que eso ha influido.

Todos estos cálculos se tendrán aún que medir en las urnas y el voto rural puede ser definitivo

En Almería, con porcentajes de población inmigrante por encima de la media del país y un fuerte sector agrícola que demanda más protección frente a las importaciones desde terceros países para proteger sus productos, Vox es donde está más fuerte. Pero también en las zonas rurales de Cádiz o Sevilla, advierten. En Córdoba o Granada, con menos población y representación, los diputados salen más caros y la estrategia ha sido de menor intensidad. Todos estos cálculos se tendrán aún que medir en las urnas y el voto rural puede ser definitivo.

Vox sabe que el 30% del voto de España está en el mundo rural y juega muy fuerte en estas zonas, sobre todo en Andalucía, donde banderas como la agricultura, la caza o los toros enganchan a mucha población. Más allá de la guerra cultural, estos asuntos son cruciales para la economía de muchas familias. La actividad cinegética es un motor para los municipios y el ganado bravo da de comer a muchos habitantes de las áreas rurales.

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