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ESTRATEGIA EN ANDALUCÍA

Moreno ensancha el centro para el PP y busca crecer a costa del PSOE

El 'barón' andaluz mira a su izquierda, trabaja su imagen de moderado y centrista para reforzar electoralmente a un PP que aspira a no depender de Vox en las próximas elecciones

Foto: Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía. (EFE)
Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía. (EFE)

La foto este miércoles entre Juan Manuel Moreno (PP) y Ximo Puig (PSOE) en Sevilla, aliados para reivindicar al Gobierno de Pedro Sánchez a que abra la reforma de la financiación autonómica, es "muy potente". Es el mensaje que trasladan los dirigentes políticos de los dos partidos implicados, que, más o menos beneficiados por esa imagen, admiten que ha sido una maniobra "hábil", de "audacia" política.

Oficialmente, los portavoces del Gobierno andaluz aseguran que tras esa reunión, cargada de guiños y detalles, no hay más que el convencimiento de que es necesario que se incluya como prioritario en la agenda política nacional la reforma de un modelo de financiación que lleva ya siete años caducado y que genera agravios y desigualdades entre regiones, que merma la competitividad y el crecimiento de aquellas peores financiadas por habitante. Solo eso, admiten, es un buen guion que además pone el foco fuera de Madrid y Cataluña. Lo que se llama 'la España periférica' pide paso cansada de que los asuntos se dirijan sin contar con las necesidades que hay más allá de la M-30.

Foto: El presidente de la Junta de Andalucía, Juan Manuel Moreno. (EFE)

En clave política, hay mucha más enjundia en esa imagen. El PP andaluz ya descubrió hace mucho tiempo que, por la propia sociología del electorado de la comunidad, únicamente llegaría al poder si crecía por el centro político. Ese viaje lo emprendió Javier Arenas hasta conseguir, en 2021, 50 de los 109 escaños con los que cuenta el Parlamento. Aun así, la victoria popular fue inservible para gobernar. Pero ha sido Juan Manuel Moreno el líder popular que, con 26 asientos en 2019 y la presidencia de la Junta de Andalucía, está consiguiendo consumar esa imagen de un partido moderado y centrista, que no genera rechazo, incluso en el espectro socialdemócrata, y es capaz de dialogar con izquierda y derecha. Tiene especial mérito el retrato en el que se afana Moreno y su equipo cuando el PP con Cs llegó al poder de la mano de Vox y las encuestas dicen que, si quiere reeditar el gobierno, tendrá que hacerlo pactando con la extrema derecha del arco parlamentario.

Ministras y alcaldes

En esa línea va precisamente la foto que Moreno consiguió con Puig esta semana y que se suma a una entrevista previa con la ministra de Economía, Nadia Calviño, y a una posterior con la de Derechos Sociales, Ione Belarra, secretaria general de Podemos. El presidente recibirá también estos días al líder del PSOE andaluz y alcalde de Sevilla, Juan Espadas, para abordar la negociación del Presupuesto de la comunidad. El lunes se entrevistará en San Telmo con el alcalde de Granada, Francisco Cuenca, en una cita institucional que vuelve a mostrar el diálogo por encima de las siglas, después de que el PSOE llegara a este Ayuntamiento tras romper Cs y PP su pacto en un culebrón político que dañó los intereses de los populares. De paso, Moreno elevó esta semana una carta pidiendo formalmente a Pedro Sánchez una reunión bilateral.

No es solo un catálogo de fotos, insisten en el equipo de Moreno. "Es una voluntad real de diálogo y de demostrar que hay otra manera de hacer política", agregan desde el Ejecutivo. Incluso los socialistas admiten que tienen difícil corroer la imagen de un político que "cae bien", "se ha labrado una imagen de moderado que le beneficia" y que, incluso admiten, "tiene muchas similitudes en las formas con el candidato socialista Juan Espadas". "Son dos políticos muy parecidos", admiten en el PSOE andaluz, aún sabiendo que eso perjudica sus intereses electorales. Aunque en política, avisan, todo es muy volátil y Moreno "empieza a dar señales de que se está embriagando de poder", señalan los socialistas desde el Parlamento.

En su estrategia de diferenciación de Vox también entran maniobras controvertidas como no hacer política de golpe bajo o "carroñera", como ha puesto de manifiesto que haya evitado en todo momento, "por cortesía y porque no hace ninguna falta", mencionar que la mujer de su adversario, Juan Espadas, pasó por la comisión de investigación de la Faffe acusada de nepotismo. Moreno, que se impulsó en la anterior campaña con golpes de efectos contra la corrupción socialista, practica ahora un estilo presidencial y mucho más institucional. "La gente está cansada de la bronca permanente, quiere gestión", aseguran permanentemente sus colaboradores.

Foto: Juanma Moreno, en la Conferencia de Presidentes en Salamanca. (EFE)

El presidente de Andalucía ha logrado engrasar el diálogo social con sindicatos y empresarios que tan bien funcionó al PSOE durante décadas en Andalucía y que el PP denostaba como una pata más de la red clientelar socialista. Ha cerrado acuerdos con los sindicatos UGT y CCOO y con la Confederación de Empresarios de Andalucía. Acudió a los congresos que revalidaron los liderazgos, en sus respectivas formaciones sindicales, de Nuria López y Carmen Castilla, con quienes cuida la interlocución. Mantiene un trato más que cordial con la portavoz de Unidas Podemos en el Parlamento andaluz, Inmaculada Nieto, de quien siempre que puede alaba su mesura y su tono.

La construcción de este liderazgo no es ninguna casualidad. El PP andaluz sabe que debe ensanchar lo máximo posible su base electoral para no depender de Vox en las próximas elecciones. Su crecimiento a la derecha lo estiman más complicado que su ensanchamiento hacia el centro izquierda. Las tripas del sondeo de GAD3, publicado por El Confidencial, disparaba la valoración de Moreno, en un momento aún malo de la pandemia, al 6,1. Lo más llamativo en las tripas de esa encuesta es que el dirigente del PP recibía el aprobado desde los votantes de todos los partidos políticos excepto Unidas Podemos, que lo dejaban en el 4. Quienes declaraban ser socialistas le daban un 5,1 mientras que a Espadas, candidato del PSOE, sus votantes le otorgaban un 6,1.

La oposición admite que tiene que fajarse para erosionar esa imagen de moderación. Insisten en la historia del lobo con piel de cordero y el pacto con Vox pero, de momento, no logran afianzar ese relato. Desde el PSOE aseguran que "no hay continuidad" con los gobiernos socialistas anteriores en materia como educación o sanidad públicas, que se están "desguazando" los servicios públicos para reforzar al sector privado, apuntando directamente a la sanidad o a la Formación Profesional, y que tras la "imagen buenista" de Moreno, que se declara directamente ecologista o defensor de la lucha contra el cambio climático, se está permitiendo la vuelta a un modelo de urbanismo "salvaje" o al turismo de masas. Admiten, eso sí, que su imagen de centrista se está consolidando.

Presupuestos o elecciones

Con este relato de hombre de centro y moderado capaz de llegar a acuerdos a derecha e izquierda, Moreno afronta el reto de pactar los próximos presupuestos y, ante la radicalización de Vox, explorará hacerlo con el PSOE. En las filas de su Gobierno y del PP hay discrepancias sobre si ese pacto beneficiaría más o menos a Moreno o si serviría a Espadas para reforzar su conocimiento y su liderazgo. Hay quien opina que al dirigente del PP andaluz no le hace falta cerrar ese acuerdo con el PSOE y que eso terminaría por expulsar voto a Vox. Otra parte, sin embargo, se muestra convencida de que sería el broche de oro para culminar una estrategia que aspira a captar a mucho votante socialista desencantado, que no está cómodo en el PSOE de Pedro Sánchez, que recela del pacto con Unidas Podemos o que discrepa de la política que está siguiendo el Gobierno con Cataluña, los pactos con ERC o Bildu.

La estrategia de Moreno en Andalucía diferencia además al barón del PP de la imagen que proyecta Isabel Díaz Ayuso, con postulados mucho más próximos a Vox, y un discurso mucho más radical que el que defiende Moreno. También marca perfil propio frente a Génova y se diferencia del estilo de Pablo Casado. Desde la dirección nacional bendicen sin matices la estrategia de Moreno en Andalucía, incluyendo la foto con Ximo Puig y el recado de que se abra el diálogo con el PSOE. "El problema lo tiene Pedro Sánchez", insisten desde Génova. "A Moreno esto lo modera, lo centra, le da protagonismo y votos", admite un diputado del PP andaluz, que sí admite que puede ser "a costa del partido". Casado no ha logrado atraer a ningún líder de centro izquierda para su convención nacional y tampoco al líder de la patronal, con quien tuvo un sonado choque a costa de los indultos. Moreno no para de ensanchar su álbum de fotos y, de paso, su base electoral en el centro político.

La foto este miércoles entre Juan Manuel Moreno (PP) y Ximo Puig (PSOE) en Sevilla, aliados para reivindicar al Gobierno de Pedro Sánchez a que abra la reforma de la financiación autonómica, es "muy potente". Es el mensaje que trasladan los dirigentes políticos de los dos partidos implicados, que, más o menos beneficiados por esa imagen, admiten que ha sido una maniobra "hábil", de "audacia" política.

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