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"Mentiras" o "rebelión interna": el vodevil de PP y Cs arruina el pacto para retener Granada
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EL PP-A CARGA CONTRA GÉNOVA

"Mentiras" o "rebelión interna": el vodevil de PP y Cs arruina el pacto para retener Granada

Todo ha saltado por los aires. Las direcciones nacionales de PP y Cs se acusan de mentir y el PSOE ya toca la alcaldía. El PP andaluz carga contra Génova y los naranjas no se fían de Salvador

Foto: Casado, García Egea y Arrimadas, cuando firmaron el pacto para Euskadi. (EFE)
Casado, García Egea y Arrimadas, cuando firmaron el pacto para Euskadi. (EFE)

Si con cada nuevo episodio da la sensación de que las relaciones entre PP y Ciudadanos van de mal en peor, la situación en Granada las ha terminado de hacer estallar. Hasta el punto de que las direcciones nacionales se acusan mutuamente de mentir y no coinciden en la versión de lo que realmente ha ocurrido en la última intentona para retener la alcaldía de la ciudad nazarí. En este punto, los populares siguen defendiendo que su candidato se someta a la investidura y el partido naranja deja claro que no lo hará alcalde. La falta de acuerdo vuelve a dejar al PSOE al borde del bastón de mando a 24 horas del pleno que este miércoles decidirá el nuevo primer edil. Además, la tensión entre PP y Cs amenaza el pacto de ambos partidos en la Junta de Andalucía.

Antes de que el reloj marcara el mediodía del lunes, Ciudadanos daba por cerrado un acuerdo entre las dos direcciones nacionales. Como casi todos los pactos importantes entre ambos partidos, las cúpulas habían decidido intervenir. Las conversaciones, según la formación de Arrimadas, las pilotaron Teodoro García Egea (secretario general del PP) y Marina Bravo (su homóloga naranja). Afirman que en la mañana de este lunes el asunto quedó zanjado (llamada y mensajes mediante) con un acuerdo que incluía salvar el ayuntamiento, seguir gobernando en coalición y poner al frente de la alcaldía a José Antonio Huertas, el único concejal de Ciudadanos que resistió junto a Luis Salvador, que el viernes pasado oficializó por fin su renuncia.

Foto: Daniel Pérez. (EFE)

Fuentes de Ciudadanos aseguran que el objetivo de esta nueva propuesta era desencallar la situación y ofrecer una novedad al PP que le hiciera regresar al acuerdo de gobierno. Insisten en que el pacto firmado en 2019 hablaba de cuatro años de alcaldía para los naranjas y que renunciar a encabezar el consistorio no era una opción viable. En realidad, detrás también había una necesidad de desactivar cualquier lectura de un caso similar al de Murcia. De ahí que la dirección nacional quisiera dejar muy clara su postura de intentar reconducir la situación con los populares.

La cuestión es que Génova desmintió de forma paralela el acuerdo. Fuentes del equipo de Pablo Casado reconocían “conversaciones” en el marco de la fluidez habitual entre secretarios generales, pero dijeron tajantemente que las direcciones nacionales no habían pactado en esos términos.

La teoría de la "rebelión interna"

El PP de Granada envió un comunicado, casi de forma simultánea al anuncio de acuerdo de Ciudadanos, en el que insistían en que tenían 12 votos para que Francisco Fuentes, edil popular, fuera el nuevo alcalde. "El PP desmiente que haya firmado acuerdo alguno con la formación naranja, aunque valora positivamente el paso atrás dado por la dirección nacional de Cs (...) y le insta a apoyar al candidato de consenso", en referencia, claro, al del PP.

La dirección popular afirma que el mensaje trasladado a Ciudadanos es que “el PP de Granada tiene plena autonomía” para tomar sus decisiones y que no estaba en sus manos la determinación de cerrar un acuerdo de esas características. En la sede nacional naranja, sin embargo, negaron la mayor sin esconder “una sorpresa enorme”. Insisten en que las conversaciones entre García Egea y Bravo llegaron a buen puerto y que los dos veían con buenos ojos que Huertas fuera el nuevo alcalde. “Era el acuerdo para evitar que la alcaldía recaiga en el PSOE”, afirman en el núcleo duro de Arrimadas, acusando al PP de “haber perdido el control” sobre su partido en la provincia de Granada, y afirmando que se ha producido “una rebelión” para incumplir el acuerdo.

placeholder Luis Salvador. (EFE)
Luis Salvador. (EFE)

Es la tesis que manejan en Ciudadanos, dando incluso por hecho que Génova “trasladó la instrucción” a sus concejales y, ante la negativa de los dirigentes granadinos, la dirección se “desmarcó”, prefiriendo “otro choque” con los naranjas antes que “evidenciar que no controla Granada”, zanjan fuentes de la cúpula de Arrimadas. La formación asegura además que el PP en esa ciudad “improvisó una rueda de prensa urgente” confirmando el apoyo de Vox al candidato popular que no estaba prevista, lo que demostraría que se intentaban “quitar de encima la presión” de Génova.

Una oferta que ya asumió el PP-A

La oferta de que sea José Antonio Huertas el alcalde ya llegó al PP de Granada días atrás, antes de la renuncia el pasado jueves del alcalde Luis Salvador. Lo curioso es que quien la hizo llegar fue la secretaria general del PP andaluz, Loles López, según confirmaron a este periódico fuentes populares. La quiebra de Granada está deteriorando tanto el pacto de gobierno en la Junta que el PP andaluz está más alineado con Juan Marín e Inés Arrimadas que con su secretario general, Teodoro García Egea.

De hecho, cada vez con más claridad, hay voces en el puente de mando del PP de Juan Manuel Moreno que acusan a Génova de querer dinamitar la legislatura para propiciar un adelanto electoral en Andalucía que reforzaría a Casado, pero que Moreno hasta ahora ha descartado. La ruptura de Granada vulnera el acuerdo suscrito en la comunidad autónoma tras la moción de censura de Murcia, que garantizaba que no habría desembarco de cargos de Cs en el PP. En Jaén, también se ha intentado desde el PP otra operación fracasada.

Foto: El concejal del Ayuntamiento de Granada, Sebastián Pérez. (EFE)

Los populares insisten en que los números para que Huertas sea alcalde no saldrían de ninguna manera. Quien era candidato del PP y presidente del partido en Granada, Sebastián Pérez, fue quien dio una patada al tablero político granadino al anunciar a finales de mayo que se daba de baja en su partido después de más de tres décadas de militancia y que daría la alcaldía al PSOE si no salía Salvador y se ponía a un alcalde del PP (defendiendo el pacto de repartirse la legislatura, que no está por escrito).

Sin el voto de Pérez, no habría 'quorum' para elegir alcalde. Su voto es crucial. Tampoco se fían nada en el PP de Luis Salvador, asegurando que Cs ha perdido el control a su vez sobre quien fue alcalde y que este votará a favor del PSOE antes que dar la alcaldía a su compañero de filas. Hasta ahora, Salvador ha dicho que se abstendrá o votará al candidato de Cs, lo que en la práctica prorrogaría el bloqueo y daría paso por ley a la lista más votada. Pero incluso en las filas naranjas ya dudan de Salvador y nadie pone la mano en el fuego por el que fuera su alcalde. No descartan que tenga un acuerdo propio con los socialistas.

Incluso en Ciudadanos dudan de Salvador y de un posible acuerdo propio con el PSOE

El PSOE, expectante

Con todos los elementos encima de la mesa, el desenlace (si no hay nuevos giros en este vodevil) sonríe a los socialistas, que por fin asumirían la alcaldía. La pugna ahora está en el relato, porque PP y Cs se acusan mutuamente de ser los culpables de que Francisco Cuenca, el candidato del PSOE, que fue ya alcalde y está imputado en una pieza de los cursos de formación por una denuncia del Sindicato Andaluz de Funcionarios sobre la externalización a empresas privadas del control de esas actividades formativas, llegue de nuevo a la alcaldía, tras dejar el poder en 2019.

El PP asegura que solo su candidato tendría apoyos suficientes para salir adelante. Acusa a Cs de dar paso a la lista más votada. El partido naranja defiende que son los populares los que intencionadamente han hecho estallar el acuerdo por los aires y que no había pacto de alternancia, como esgrimen los populares, que obligaría a pasar el testigo al PP en el ecuador del mandato.

Foto: La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)

En un comunicado del partido de Arrimadas, se apuntó directamente a su exsecretario de Organización de ser el muñidor de lo ocurrido en Granada. "Fran Hervías, hoy dirigente del PP, quien hace unas semanas decide urdir una trama en despachos para intentar atacar a Ciudadanos, romper el acuerdo de gobierno en Granada y, con él, la estabilidad en la ciudad, sin mayor fundamento que intereses personales", recogen en ese comunicado oficial.

Arrimadas, en un acto junto al vicepresidente andaluz, Juan Marín, en Jaén, consideró que su partido está “haciendo todo lo posible para que el Ayuntamiento de Granada no recaiga en manos del PSOE y de un candidato imputado”. “Estamos a tiempo de reconducir la situación”, insistió, agregando que el pacto de PP y Cs funcionaba bien y que el ejemplo es la Junta de Andalucía. En realidad, el acuerdo ya es muy difícil. Si Cs decide dar marcha atrás y aceptar un alcalde del PP, su imagen quedaría seriamente dañada. Entregarle esa victoria a García Egea y a Hervías sería, para muchos dirigentes de Cs, directamente firmar un acta de defunción del partido. Tampoco el PP, después de haber montado una operación para descabalgar a Luis Salvador del Gobierno municipal, tiene margen para desandar todo el camino hecho.

Si con cada nuevo episodio da la sensación de que las relaciones entre PP y Ciudadanos van de mal en peor, la situación en Granada las ha terminado de hacer estallar. Hasta el punto de que las direcciones nacionales se acusan mutuamente de mentir y no coinciden en la versión de lo que realmente ha ocurrido en la última intentona para retener la alcaldía de la ciudad nazarí. En este punto, los populares siguen defendiendo que su candidato se someta a la investidura y el partido naranja deja claro que no lo hará alcalde. La falta de acuerdo vuelve a dejar al PSOE al borde del bastón de mando a 24 horas del pleno que este miércoles decidirá el nuevo primer edil. Además, la tensión entre PP y Cs amenaza el pacto de ambos partidos en la Junta de Andalucía.

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