Borrell no logra ablandar a Argelia para levantar las sanciones contra España

Josep Borrell lo intentó, pero Argelia se mostró inflexible. Mantendrá las sanciones que aplica a España desde hace nueve meses, desde poco después de que el presidente Pedro Sánchez respaldase, en una carta a Mohamed VI, la solución que propugna Marruecos para resolver el conflicto del Sáhara Occidental.

El alto representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea efectuó, el domingo y el lunes, una visita de trabajo a Argel que acabó con un almuerzo con el presidente, Abdelmajid Tebboune. Aprovechó la ocasión para sacar a relucir el boicot comercial al que Argelia somete a España desde el 8 de junio de 2022 y que, según los datos que maneja la Comisión Europea, ha supuesto unas pérdidas de 2.000 millones de euros para las empresas exportadoras, sobre todo las de Levante.

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“Lamentamos los serios obstáculos impuestos por Argelia, desde junio de 2022, al comercio con España, con la excepción del gas”, declaró Borrell en una entrevista al diario argelino El Khabar, justo antes de viajar a Argel. “Ese bloqueo es muy perjudicial para desarrollar el acuerdo de asociación [entre Argelia y la UE] y no sirve a los intereses de nadie”, añadió. “Estoy convencido de que es posible resolverlo y debemos trabajar juntos para encontrar rápidamente una solución por el bien común, superar los obstáculos existentes y que no haya más obstáculos en nuestros intercambios”, concluyó.

Estas palabras del alto representante no tuvieron una buena acogida. “Cómo Borrell arruinó su visita a Argel antes incluso de pisar la capital” tituló, por ejemplo, un análisis de la entrevista del diario Algérie Patriotique, considerado afín a la jerarquía militar argelina, que goza de gran influencia.

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Aunque en un tono quizás algo más suave que en la prensa, Borrell reiteró ante sus interlocutores el empeño de la Comisión Europea en que Argelia levante las sanciones. Las autoridades argelinas le contestaron que solo lo harían cuando el Gobierno de España rectifique y vuelva a una posición equidistante en el conflicto del Sáhara Occidental, según fuentes diplomáticas conocedoras de las conversaciones. El presidente Sánchez no lo hará, porque sería desdecirse y desataría además un nuevo choque con Marruecos.

La crisis hispano-argelina durará, por tanto, como mínimo hasta el final de la legislatura y no es seguro que se supere con la hipotética llegada de Alberto Núñez Feijóo a la Moncloa. El presidente del Partido Popular ha criticado el oscurantismo de Sánchez en la relación con Marruecos, pero no ha desvelado si rectificará el giro socialista con relación al Sáhara y adoptará una posición equidistante como la que prevaleció hasta febrero de 2022.

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La respuesta que dieron las autoridades argelinas a la petición de Borrell no fue una sorpresa. El presidente Tebboune reiteró, en una entrevista en televisión a finales de febrero, que el “tratado de amistad con España [de 2002] sigue congelado a causa de un acto hostil” provocado por el Gobierno de Sánchez.

Borrell desveló también en Argel que el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, no se ha quedado de brazos cruzados ante el castigo argelino. Confirmó en El Khabar que la celebración del Consejo de Asociación entre la UE y Argelia, que congrega a los ministros de Exteriores para impulsar la relación, está “suspendida”. Aunque no lo precisó, es España la que veta su reunión.

“España abusa de la regla del consenso político para bloquear la convocatoria del Consejo de Asociación, órgano político estatutario encargado de debatir todas las cuestiones”, denunció a principios de febrero Amar Belani, secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores argelino, en una declaración a la agencia oficial de prensa (APS). Este órgano debe reunirse una vez al año y en 2022 no lo hizo. Belani fue el que acompañó a Borrell durante su estancia y no el ministro, Ramtane Lamamra, que sorprendentemente fue destituido horas antes de la llegada del alto representante.

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Albares viajó a Bruselas a principios de junio para recabar la solidaridad europea frente al boicot comercial argelino. Borrell y Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión y responsable del comercio, firmaron entonces un comunicado conjunto en el que aseguraron que las disposiciones argelinas contra España “parecen violar el acuerdo de asociación, particularmente en el área del comercio e inversión”. El trato dado a España por el vecino argelino era, dijeron, “discriminatorio”.

La Asociación de la Banca y Establecimientos Financieros (ABEF) de Argelia, un órgano semioficial, abrogó entonces una circular en la que daba instrucciones de suspender el comercio con España y la Comisión renunció, por su parte, a abrir un expediente a Argelia con vistas a sancionarla por esas prácticas discriminatorias. “Al no haber un acto jurídico formal de Argel decretando el boicot, es más difícil tomar medidas en defensa de España, pero sí se podía haber abierto una investigación sobre la fluidez en el comercio hispano-argelino y no se hizo”, reconoce una fuente de la Comisión.

Argelia es un gran exportador de hidrocarburos y cuando Europa deja de comprarlos a Rusia debe buscar suministradores alternativos. Italia y, en menor medida, Francia, Eslovenia, etcétera han incrementado sustancialmente en 2022 sus compras a Argelia. De ahí que la coyuntura no fuera propensa para sancionarla por cortar el comercio con España e impedir a las empresas españolas presentarse a licitaciones.

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En 2022, las exportaciones españolas a Argelia cayeron “con fuerza y de forma generalizada en todos los sectores”, señala una nota del Ministerio de Industria y Comercio. “La tasa de caída se acelera desde junio, hasta llegar al 93% en diciembre”, señala. “Ese mes, se exportan solo 10,8 millones”, que corresponden a contratos antiguos que aún siguen en vigor, “frente a un promedio mensual de 169 millones” en tiempos de normalidad en las relaciones.

En cambio, las importaciones españolas de Argelia han crecido “impulsadas por los precios de la energía”. En 2022, aumentaron un 59%. “El resultado es un fuerte aumento del déficit comercial bilateral, hasta los 6.575 millones de euros” en 2022.

A la sanción comercial argelina se añade otra migratoria. Desde el 2 de abril de 2022, las autoridades argelinas no aceptan la repatriación de los inmigrantes llegados irregularmente a España desde sus costas. En 2022, fueron algo más de 7.000 los que desembarcaron en la Península —sobre todo en Almería— y en Baleares.