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¿Está Rusia detrás de la "agresión" de Argelia a España, como insinúa el ministro Albares?
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CRISIS CON ARGEL

¿Está Rusia detrás de la "agresión" de Argelia a España, como insinúa el ministro Albares?

A su regreso de Bruselas, el jefe de la diplomacia española sostiene que Putin alentó a Argel a tomar medidas contra las empresas españolas, hipótesis que los expertos no se acaban de creer

Foto: El encuentro del pasado mes de mayo entre el ministro de Exteriores ruso, Lavrov, y el presidente argelino, Tebboune. (Reuters)
El encuentro del pasado mes de mayo entre el ministro de Exteriores ruso, Lavrov, y el presidente argelino, Tebboune. (Reuters)
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A su regreso de Bruselas, el viernes por la noche, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, hizo un último esfuerzo. Llamó por teléfono a varios portavoces parlamentarios y a algún gran empresario español con intereses en Argelia. Esa misma mañana había volado a primera hora a la capital belga para reunirse con Valis Dombroyskis, el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la política comercial, y Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para la política exterior.

Quería trasladarles a ambos que, con las medidas que acababa de tomar contra España —la última la prohibición del comercio bilateral—, Argelia violaba el acuerdo de asociación que suscribió con la UE en 2005. Aspiraba también a recabar su solidaridad. Albares la obtuvo. Sus interlocutores publicaron un comunicado en el que expresaron su "suma preocupación" por lo sucedido y reconocían que las iniciativas argelinas "parecen, a primera vista, violar" el acuerdo porque discriminan a España con relación a los demás Estados miembros.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Kiko Huesca)

De Bruselas, Albares se trajo de vuelta a Madrid algo más que un comunicado. En su ronda nocturna telefónica afirmó que le habían dado información de que Argelia había sido empujada por Rusia para agredir a España, sobre todo a su tejido empresarial, según fuentes conocedoras de esas conversaciones. Recordó además las visitas a Argel, en mayo, de Serguei Lavrov, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, y la de Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, el jueves pasado.

Albares no aportó ningún dato concreto del supuesto impulso dado por Moscú a Argel. Sí recalcó que el objetivo del líder ruso, Vladímir Putin, era, en el fondo, romper a la UE por el sur enfrentando a España con Italia. Este país está siendo recientemente objeto de todo tipo de mimos por parte de Argelia, cuyo presidente, Abdelmadjid Tebboune, efectuó en mayo una visita de Estado de tres días a Roma.

Foto: Ciudadanos argelinos cargan sus coches en el Puerto de Alicante. (A. J.)

El ministro acabó diciendo a algunos de sus interlocutores que, en el choque con Argelia, podían no respaldar al Gobierno, pero que, por lo menos, ayudasen a las empresas que corrían el riesgo de perder un mercado que en 2019, último año de normalidad antes de la pandemia, compró productos "made in Spain" por 2.750 millones de euros. La Oficina de Información Diplomática del Ministerio de Exteriores rehusó responder a preguntas sobre las conversaciones que mantuvo Albares al volver de Bruselas.

Aunque la Embajada de Argelia ante la UE desmintió el viernes en su respuesta a la Comisión Europea que se hubiese prohibido el comercio con España, las dudas persisten a lo largo del fin de semana. Nuevas empresas españolas, como las asturianas Cerámica de Nalón y Calderys, anunciaban la cancelación de sus pedidos. La circular de la Asociación Profesional de Bancos y Establecimiento Financieros, la patronal de la banca argelina, que vetaba las operaciones para importar y exportar a España sigue, aparentemente, vigente.

El jefe de la diplomacia española no es el único que parece ver maniobras amenazadoras de Rusia en la orilla sur del Mediterráneo. "Lo que está haciendo Rusia es rodear Europa por el sur", afirmó en Cuatro Televisión Alberto Priego, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Pontificia. "(...) Quizás deberíamos plantearnos si la reaproximación de España a Marruecos no forma parte de una estrategia mayor a la que podríamos llamar Doctrina de la Nueva Contención (...)", añadió. Aludía así a un cierre de filas con EEUU y sus aliados como Marruecos, al que se habría sumado España, para bloquear el avance de Rusia en África.

Foto: El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez (i), se reúne con Mohamed VI de Marruecos. (EFE/Mariscal)

Que Rusia pueda estar detrás del enfado de Argel con Madrid es una idea que indigna a la diplomacia argelina. "Como país no alineado que arrancó su independencia [en 1962] mediante la lucha armada, Argelia ha desarrollado siempre una política exterior independiente y está apegada, por encima de todo, a la independencia de sus decisiones políticas inspiradas exclusivamente en la defensa de sus intereses", afirmó un alto cargo de la diplomacia argelina que ha seguido de cerca la crisis con España.

Más allá de esta reacción oficial, este periodista conoce a algunos de los más reputados expertos en Argelia, algunos de origen argelino y que no simpatizan con su régimen político. Ninguno cree que el presidente Tebboune y el Alto Consejo de Seguridad, que le asesora, hayan actuado con España atendiendo a los intereses de Rusia.

"No estoy seguro"

"No estoy nada seguro de que Argel obedezca a Moscú, aunque haya una convergencia puntual de intereses", afirma Akram Belkaïd, periodista de 'Le Monde Diplomatique' y autor de varios ensayos sobre Argelia y el Magreb. "No lo creo porque Argelia está mostrando un cierto desapego estos últimos tiempos con relación a Rusia", señala Khadija Mohsen-Finan, profesora en la Universidad Panthéon Sorbona.

"No hay el menor indicio que sugiera que el endurecimiento argelino y las consiguientes medidas contra España se hayan tomado bajo influencia u órdenes de Rusia", recalca Raouf Farrah, investigador argelino del 'think tank' Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional, con sede en Túnez. "Aunque hay una estrecha relación bilateral entre Argel y Moscú, sobre todo en el ámbito militar, Argel sigue estando muy apegado a su independencia en política exterior", prosigue.

"Aunque Argelia sea el país magrebí más favorable a Moscú en el conflicto ucraniano, las recientes medidas tomadas por el régimen no guardan relación con la voluntad de Rusia de abrir un frente sur con Europa", añade Raouf Farrah. "Son más bien el resultado de una lectura errónea y de la diplomacia caótica del Gobierno de Pedro Sánchez con relación al Magreb", concluye este investigador.

Foto: El rey Felipe VI recibe las Cartas Credenciales del embajador de la República de Argelia, Said Moussi. (EFE/Emilio Naranjo)

Al margen de sentirse "traicionada" por el alineamiento del presidente Sánchez con Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental, Argelia se ha sentido ninguneada por el Ejecutivo español. No es casualidad que fuera el miércoles pasado, tras la comparecencia de Sánchez en el Congreso, cuando el presidente Tebboune anunció la suspensión del tratado de amistad y horas después la patronal de la banca comunicara la prohibición, de hecho, de comerciar con España. En un país como Argelia, donde el Estado lo es todo, la patronal de la banca no actúa por su cuenta.

Sánchez solo mencionó una vez, de pasada, a Argelia en su larga explicación en la cámara baja sobre la nueva relación de España con Marruecos tras haber superado la crisis en marzo. El portavoz parlamentario socialista, Héctor Gómez, fue algo más prolijo. "Tengo que decirles", afirmó dirigiéndose a la oposición, "y esto no les va a gustar, que las relaciones se mantienen y que existe un vínculo estrecho y una colaboración extraordinaria con Argelia".

Que Rusia no haya inspirado a Argelia en sus andanadas contra España no significa que ambos países no tengan una relación muy estrecha. Argelia es el tercer cliente mundial, después de China e India, de la industria armamentística rusa y, desde 2021, ambos ejércitos efectúan unas modestas maniobras militares. Aun así, "ha rechazado reiteradamente la solicitud de Rusia de construir una base naval en el Mediterráneo, junto al puerto de Orán", escribe Frederc Wehrey, investigador de Carnegie Endowment for International Peace.

Más ingresos para Argelia

La guerra de Ucrania debilita a Rusia, aliado de Argelia, pero, por otra parte, reporta al gigante magrebí pingues beneficios. El incremento del precio de los hidrocarburos que ha provocado la contienda aumentará este año los ingresos de Argelia hasta los 55.130 millones de euros, unos 23.000 millones más que en 2021, según el Fondo Monetario Internacional. Esta relativa bonanza y la lista de países que aspiran a comprar gas argelino para recortar su dependencia del ruso hace que las autoridades argelinas se crean reforzadas y levanten la voz.

Europa no solo necesita a Argelia por su gas. Es un país influyente en el Sahel, sobre todo en Níger y Mali, donde los Estados semifallidos han permitido a Rusia poner pie, a través de los mercenarios de Wagner, y donde también anidan grupos yihadistas que, a medio o largo plazo, podrían estar tentados de golpear en la orilla norte de Mediterráneo. De ahí que Emanuela del Re, la enviada especial de la UE para el Sahel, visitara Argel el 5 de junio. "Argelia", declaró a la prensa, "tiene un papel clave en la región del Sahel (...) que padece problemas de relacionados con la falta de estabilidad política y la seguridad".

La hora de la verdad sobre las intenciones de Rusia en el Magreb llegará en octubre, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU se pronuncie sobre la renovación del mandato de la MINURSO, el contingente de "cascos azules" desplegado en el Sáhara Occidental. En años anteriores Rusia se ha abstenido, pero quizás ahora la vete, votando en contra, y ahondando así el conflicto en la antigua colonia española. Moscú no actuará sin consultar a Argel, a la que tampoco entusiasman las últimas resoluciones aprobadas por el máximo órgano de Naciones Unidas.

A su regreso de Bruselas, el viernes por la noche, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, hizo un último esfuerzo. Llamó por teléfono a varios portavoces parlamentarios y a algún gran empresario español con intereses en Argelia. Esa misma mañana había volado a primera hora a la capital belga para reunirse con Valis Dombroyskis, el vicepresidente de la Comisión Europea encargado de la política comercial, y Josep Borrell, el Alto Representante de la UE para la política exterior.

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