Bruselas reconoce que no ha logrado que Argelia levante su boicot comercial a España
La Comisión Europea, pese a la preocupación que manifestó hace meses, no ha movido un dedo. Su pasividad se explica por la invasión rusa de Ucrania y las dificultades energéticas que atraviesa la UE
España padece desde hace ocho meses el boicot comercial de la vecina Argelia después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se alienase con Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pidió entonces solidaridad a la Comisión Europea, pero esta se la ha brindado solo de palabra y no ha logrado que Argel levante las sanciones que aplica de facto. Denis Redonnet, director general adjunto de comercio de la Comisión Europea, estuvo hace una semana en Castellón, una de las provincias más afectadas por las sanciones encubiertas del país norteafricano. "Estas medidas nos preocupan no solo por España sino porque afectan a la política comercial común", señaló en una entrevista con El Periódico Mediterráneo.
Estas sanciones, prosiguió Redonnet, "son una coacción económica" y "nos comprometemos (...) a que sean levantadas y eliminadas". Entraron en vigor el 8 de junio de 2022, casi al mismo tiempo que Argel suspendió el Tratado de amistad con España vigente desde hacía 20 años. Significan que es prácticamente imposible exportar de España a Argelia y que las empresas españolas han sido excluidas de las licitaciones. ¿Qué hizo la Comisión desde entonces? "La resolución de estas cuestiones lleva tiempo (...)", contestó evasivamente el entrevistado.
Aunque no fueron anunciadas oficialmente por Argelia, las sanciones se aplican plenamente. Constituyen, aparentemente, una violación del Acuerdo de Asociación que el país magrebí firmó en 2002 con la Unión Europea porque discriminan a un Estado miembro, España. Aun así, la Comisión no ha abierto un procedimiento de infracción contra Argelia pese a que dio la impresión de que esa era inicialmente su intención.
El ministro Albares viajó urgentemente a Bruselas cuando, en los primeros días de junio del año pasado, salieron a la luz circulares de la Asociación de los Bancos y Establecimientos Financieros de Argelia, un organismo semioficial con disposiciones sobre la suspensión del comercio con España. Logró que Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión responsable del Comercio, y Josep Borrell, Alto Representante para la Política Exterior, firmaran un comunicado conjunto de apoyo. "En principio [esas disposiciones] parecen violar el Acuerdo de Asociación Unión Europea-Argelia, particularmente en el área del comercio e inversión", rezaba el comunicado. Argel otorga además a España "un trato discriminatorio", lo que podría abrir la puerta a medidas de retorsión por parte de la Comisión. En todo caso, es un asunto que causó "suma preocupación" a Dombrovskis y Borrell.
Pese a la preocupación, la Comisión no ha movido un dedo. Su pasividad se explica por la invasión rusa de Ucrania y las dificultades energéticas que atraviesa desde hace un año la Unión Europea. Los hidrocarburos argelinos son, en parte, una alternativa a los rusos y ningún Estado miembro quiere ahora poner en apuros a Argelia. Francia y, más aún, Italia han incrementado sus compras de gas argelino.
Justo tres meses después de que Argelia castigase comercialmente a España, Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo, viajó a Argel. "Consideramos que en las actuales circunstancias internacionales la cooperación energética es fundamental y vemos en Argelia un socio fiable, leal y comprometido sobre el terreno en lo concerniente a esa cooperación", declaró al término de su visita. Quedó claro que la solidaridad con España era solo verbal.
Reacción de Argelia
El uso de Redonnet de palabras como "coerción económica" de Argelia sobre España durante su entrevista ha suscitado ahora una airada reacción de la diplomacia argelina. Algérie Presse Service (APS), la agencia de prensa oficial, difundió el jueves por la noche las declaraciones de un alto cargo del Ministerio de Exteriores argelino, al que no identifica, arremetiendo contra el representante de la Comisión, pero sobre todo contra el Gobierno español. La noticia fue recogida por el conjunto de la prensa local del país. El alto cargo anónimo, que suele ser el exportavoz y ahora "número dos" de Exteriores, Amar Belani, denunció "la actitud obstruccionista del Gobierno español que bloquea la adopción" de la puesta al día de la asociación entre la UE y Argelia que el presidente Abdelmajid Tebboune ha solicitado. Tachó de "irresponsable" al Ejecutivo de Pedro Sánchez. "Estas gesticulaciones y presiones de España son contraproducentes y no nos impresionan en absoluto", concluyó.
En su réplica, el alto cargo revela que el Gobierno español ha adoptado al menos una sanción contra Argelia. "España abusa de la regla del consenso para bloquear la convocatoria del Consejo de Asociación [UE-Argelia], órgano político estatutario encargado de debatir todas las cuestiones" y que debe reunirse una vez al año. El último se celebró en noviembre de 2021 y el año pasado no se convocó a causa, aparentemente, del veto español.
La crisis con Argelia corre el riesgo también de pasar factura al Ejecutivo de Pedro Sánchez de puertas para adentro y no solo porque desde el 2 de abril de 2022 Argel se niegue a repatriar a los inmigrantes irregulares llegados a España desde sus costas. Al menos una veintena de empresas españolas con gran exposición al mercado argelino preparan una reclamación patrimonial contra el Estado español, según reveló el diario El Independiente. Calculan que sus pérdidas por dejar de exportar al vecino norteafricano ascienden a unos 600 millones de euros. En 2021, último año de normalidad, las ventas españolas a Argelia se elevaron a 2.700 millones de euros, a las que hay que añadir los contratos obtenidos entonces por grandes empresas de la construcción y del sector de los hidrocarburos.
A día de hoy este es el único comercio que sigue fluyendo plenamente entre España y Argelia. El suministro de gas argelino, a través del gasoducto Medgaz, no solo se mantiene, sino que en enero el vecino argelino ha vuelto a situarse en cabeza entre los proveedores de España, según Enagás, el operador público de la red de gas. El mes pasado, el 25% de las entregas procedían de Argelia, mientras que las de EEUU supusieron el 20,7% y las de Nigeria el 20,2%. En 2022, los norteamericanos habían desbancado a los argelinos como primer suministrador.
España padece desde hace ocho meses el boicot comercial de la vecina Argelia después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se alienase con Marruecos en el conflicto del Sáhara Occidental. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, pidió entonces solidaridad a la Comisión Europea, pero esta se la ha brindado solo de palabra y no ha logrado que Argel levante las sanciones que aplica de facto. Denis Redonnet, director general adjunto de comercio de la Comisión Europea, estuvo hace una semana en Castellón, una de las provincias más afectadas por las sanciones encubiertas del país norteafricano. "Estas medidas nos preocupan no solo por España sino porque afectan a la política comercial común", señaló en una entrevista con El Periódico Mediterráneo.
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