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"Si ganamos, se impondrá el ala de Errejón en Podemos y podremos tender puentes"
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EL CONFIDENCIAL ENTREVISTA A PEDRO SÁNCHEZ

"Si ganamos, se impondrá el ala de Errejón en Podemos y podremos tender puentes"

El candidato socialista está "seguro" del triunfo del sector moderado porque "se verá el fracaso de la estrategia de Iglesias" y cree que las encuestas caerán por sí solas

Ríe cuando le recuerdan que el 26-J puede ser su última bala, porque ya le llevan dando por muerto, fuera y dentro del PSOE, desde hace mucho tiempo. Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972) no es de los que se rinden a la primera. Y ahora está convencido de que llegará a ser presidente del Gobierno, que los ciudadanos le premiarán a él y a su partido por haber intentado salir del "bloqueo". Pero para ello necesita convencer a sus electores de que solo él garantiza el "cambio". La palabra que no suelta de la boca.

El secretario general y candidato socialista se acerca a la sede de El Confidencial con el tiempo justo dentro de una agenda continua que no parará hasta el 26-J. Aunque su adversario es el PP, dispara a discreción contra Podemos -está seguro de que se "impondrá el ala moderada" si el PSOE gana y entonces le facilitará gobernar-, reivindica que la solución a los males de España "no pasa ni por Panamá ni por Venezuela", apenas habla de Ciudadanos y sortea el debate interno, evitando todo ruido y valiéndose de las constantes imágenes de unidad que ya pueblan la precampaña.

PREGUNTA. Llega a estas elecciones tras varios meses en los que se ha situado en el centro de la escena. Los suyos dicen que le ven cansado. ¿Afronta esta campaña agotado?

RESPUESTA. Para nada, justo lo contrario.

P. ¿No siente que es la campaña del PSOE más complicada de los últimos tiempos?

R. Hasta el 20-D, los españoles tenían una suposición de qué es lo que podrían hacer el PSOE, Podemos, Ciudadanos y el PP. Lo que hoy hay son certezas, no suposiciones. Somos los mismos candidatos, pero de cara a la opinión pública somos bien distintos. Ha habido algunos que hemos trabajado por que se produjera el cambio y otros que lo han bloqueado. Así que el PSOE sale en mejores condiciones para ganar las elecciones que las que tuvimos el 20-D.

La solución a España no pasa ni por Panamá ni por Venezuela, pasa por la socialdemocracia europea, que es el espacio natural del PSOE

P. Sin embargo, el PSOE tiene menos espacio: PP y Podemos juegan a la polarización, a hacerle un sándwich al PSOE. ¿No se queda sin espacio, cuando además ha podido contribuir a centrar a Albert Rivera?

R. Yo creo que no. La socialdemocracia en este país es mayoritaria. Ese es el espacio natural del PSOE y el espacio en el que todas las encuestas sitúan a la mayoría social de este país. La solución a España no pasa ni por Panamá ni por Venezuela, pasa por la socialdemocracia europea.

P. ¿No cree que el pacto con Rivera le ha atado de pies y manos de cara al electorado?

R. Para nada. De hecho, en los estudios que nosotros tenemos lo que se ve es que el electorado socialista se siente cómodo con lo hecho por el PSOE en estos últimos cinco meses. Nosotros hemos cumplido con la palabra dada. Yo dije que no sería presidente a cualquier precio, que no iba a aceptar ni el chantaje de Podemos ni tampoco hacer descansar la gobernabilidad de España en partidos que quieren romper con España, y por eso creo que el próximo 26-J la gente dirá con mucha más fuerza cambio, y ese cambio solo lo podrá hacer el PSOE. Una de las cosas que se ha aprendido después de estos cinco meses de legislatura fallida es que el cambio no tiene intermediarios, que los que quieran cambiar el rumbo de este país tienen que confiar en el PSOE. No lo pueden hacer en opciones intermediarias que encarecen el precio, y el precio de no aceptar el chantaje de Iglesias no puede ser que Rajoy siga siendo presidente del Gobierno.

P. Las encuestas, y no solo las últimas, indican que no ha rentabilizado ese esfuerzo para formar Gobierno. ¿Qué ha pasado para que el PSOE no haya logrado capitalizar nada lo hecho desde diciembre?

R. Yo discrepo.

P. Perdone, pero las encuestas dicen que ustedes apenas se han movido.

R. La encuesta de El Confidencial nos daba un 17% y éramos la cuarta fuerza.

P. Eso era en diciembre.

R. Sí, pero, ¿qué quiero decir con esto? Yo respeto las encuestas, pero mi experiencia me ha hecho saber que los españoles tratan mucho mejor al PSOE que las encuestas. Mucho mejor. Es evidente que los españoles no quieren que el cambio sea patrimonio exclusivo de un partido y eso lo entendí yo en diciembre. No veté a ninguna fuerza política del cambio, ni a izquierda ni a derecha. Otros entraron en los vetos nominales, en las siglas, en las sillas, en los sillones, y no hablaron de políticas. El acuerdo con C’s fue progresista, reformista, y si hubiéramos quitado las siglas del papel que firmamos Rivera y yo, estoy convencido de que Pablo Iglesias habría firmado. ¿Cuál fue el problema con Iglesias? Nunca fue el acuerdo con Rivera ni tampoco el contenido. Fue siempre que tenía que votar a favor de un candidato socialista. Por eso creo que el 26-J los españoles dirán que quien se equivocó de adversario fue Iglesias, porque el adversario para muchos votantes de Podemos no es el PSOE, que sí lo ha sido para Iglesias, sino el PP, que es también mi adversario.

No discuto que Iglesias quiera poner punto final al Gobierno de Rajoy, pero siempre va a anteponer otra cosa: que no gobierne el PSOE

P. Dice que toma las encuestas con motivación

R. Y también con algo de escepticismo.

P. Pero en diciembre Podemos estaba más bajo y remontó y ahora los sondeos apuntan que la coalición Unidos Podemos puede dar el ‘sorpasso’ al PSOE. ¿Qué le hace pensar que esa tendencia al alza no se va a consolidar?

R. La encuesta de El Confidencial nos daba un 17% y sacamos un 22%, cinco puntos más, y quedamos segundos.

P. Pero había otras encuestas de la semana última de campaña que sí se acercaron más al resultado final.

R. Ninguna encuesta acertó con el PSOE.

P. El CIS les dio de 77 a 89 diputados.

R. No es igual 77 que 89. Es cierto que se infravaloró a Podemos, pero es cierto que se infravaloró al PSOE, se acertó con el PP y se sobrevaloró a C's. Yo respeto las encuestas, son una motivación. Pero yendo a su pregunta: la alianza de Podemos e IU es hacer de la necesidad virtud. Podemos estaba cayendo en las encuestas, porque una parte de su electorado no ha entendido por qué bloqueaba la formación de un Gobierno socialista y que el precio a pagar fuera que Mariano Rajoy tenga una segunda oportunidad. Y para amortiguar esa caída ha pactado con IU, partido al que hasta anteayer calificaba de “pitufo gruñón”. Lo que quiero decir es que un proyecto político para un país no es un conglomerado de siglas, es tener un proyecto claro, y nosotros lo tenemos. No vamos a hablar ni de siglas ni de sillones, sino de soluciones. Yo he planteado un debate sobre qué hacer con el sistema público de pensiones o cómo acabar con el paro de larga duración. El único que puede garantizar el cambio es el PSOE y en una semana, si somos primera fuerza, habrá Gobierno.

P. ¿No tiene ningún temor al ‘sorpasso’ de Podemos e IU, por tanto?

R. Los españoles hoy ya tienen certezas: votar a Iglesias es votar contra el PSOE. Yo no discuto que Iglesias quiera poner punto final al Gobierno de Rajoy, pero siempre va a anteponer otra cosa, y es que no gobierne el PSOE. Por cierto, lo que hemos visto esta semana es que Rajoy es todo en B: programa electoral, contabilidad, financiación, mentiras y corrupción.

Yo respeto las encuestas, pero mi experiencia me ha hecho saber que los españoles tratan mucho mejor al PSOE que las encuestas

P. ¿Y por qué sigue primero en las encuestas? ¿Qué han hecho mal ustedes y el resto de partidos para que el PP siga por delante?

R. Porque el voto del cambio está fragmentado, porque la ciudadanía quiere un Parlamento mucho más plural. Lo que creo que ha cambiado desde el 20-D hasta ahora es que los ciudadanos saben quién utiliza esos votos para el cambio y quién los utiliza para bloquearlo.

P. Comentaba antes asuntos como empleo o pensiones. ¿Va a introducir novedades en su programa del 26-J?

R. Sí, la próxima semana presentaremos algunas novedades.

P. ¿Puede adelantar alguna?

R. Tienen que ver con el conocimiento de la realidad de las cuentas públicas. Tenemos un 5% de déficit público, una deuda del 100%, un Gobierno que miente a los españoles de forma sistemática, que dice aquí que va a bajar los impuestos y que no va a tocar el Estado del bienestar y que en Bruselas está proponiendo recortes en caso de ganar las elecciones. Rajoy llegó al Gobierno mintiendo, ha permanecido en el Gobierno mintiendo y aspira a continuar en el Gobierno mintiendo, pero yo creo que en esta ocasión ya no cabe más fraude por parte del PP. Tenemos que poner fin a este mal Gobierno. Si el PSOE gana las elecciones habrá cambio, si no, no habrá cambio. Porque sé que si dependo de los votos de Iglesias siempre antepondrá que no gobierne el PSOE a que continúe gobernando el PP. Vive mejor con Rajoy como presidente del Gobierno que con un presidente socialista.

P. ¿Qué puede hacer el PSOE para embridar el déficit público?

R. Tres cosas. Una auditoría del gasto público para hacer una reforma de las administraciones que recorte todo el gasto superfluo. Dos, una reforma fiscal que no toque los impuestos a la clase media y trabajadora pero que sí que haga que las grandes corporaciones y los grandes patrimonios paguen más. Tres, debemos hablar de qué está ocurriendo con el déficit de la Seguridad Social y de la hucha de las pensiones. Nosotros proponemos un recargo de solidaridad, algo semejante a lo que está en Francia, para que rentas más pudientes ayuden a financiar las pensiones.

Cuando Anguita e Iglesias reivindican el 77 niegan su propia historia y anteponen la vieja lucha de una eterna coalición antisocialista

P. Si no gana el 26-J, ¿no gobernará?

R. No me dejarán.

P. Pero dice que tenderá la mano a Podemos y Ciudadanos.

R. Por supuesto, porque he sido coherente con lo que he hecho en estos cinco meses, y yo no veté a ninguna fuerza política del cambio. Los españoles nos dijeron que teníamos que acordar, que querían soluciones transversales que trascendieran las barreras ideológicas. Lo que sí le digo es que es evidente que en Podemos hubo un debate: hubo gente que planteó que se tenían que abstener, que la peor de las medidas del acuerdo con Ciudadanos era mejor que mantener a Rajoy como presidente del Gobierno. Esa ala moderada la representaba gente como Íñigo Errejón o Sergio Pascual, y triunfó el ala dura, la de Iglesias y [Juan Carlos] Monedero, y por tanto hoy tenemos una repetición de elecciones porque triunfó el ala dura, y no el ala moderada y más proclive a sentarse con nosotros. Si nosotros ganamos las elecciones el próximo 26-J, yo estoy seguro de que el ala moderada de Podemos se impondrá al ala dura de Iglesias y Monedero.

P. ¿Por qué tiene esa convicción?

R. Porque se verá el fracaso de la estrategia de Iglesias y Monedero.

P. Le preguntaba antes qué haría en caso de no ganar. José Luis Rodríguez Zapatero dijo en 2004 que no gobernaría. ¿Usted repetiría ese compromiso, con vistas a concentrar el voto útil?

R. Yo por experiencia le digo que el cambio no tiene intermediarios. Los españoles que votaron a Podemos pensando que podían revitalizar la izquierda junto al PSOE se sienten engañados y defraudados con un Iglesias que utilizó sus votos para bloquear. En nuestro país tenemos un sistema parlamentario: ¿qué más da que Rajoy tenga 123 o 125 escaños si no puede pactar con nadie? Rajoy está metiendo a la derecha española en un callejón sin salida…

P. Sí, pero si dice que no le va a dejar Podemos gobernar, es evidente que tampoco le va a llegar con Ciudadanos. ¿Entonces?

R. Si nosotros somos primera fuerza, estoy convencido de que el ala moderada de Podemos se impondrá al ala dura y que podremos tender puentes, que nosotros nunca volamos e Iglesias sí. Iglesias ha puesto muchas excusas para no pactar con el PSOE.

Rajoy llegó al Gobierno mintiendo, sigue mintiendo y aspira a continuar en el Gobierno mintiendo, pero creo que no cabe ya más fraude

P. Ya sé que me dirá que sale a ganar, pero si la presidencia de Iglesias dependiera de los votos del PSOE, ¿usted se los daría? ¿O nunca?

R. Ha acertado en el planteamiento. Salgo a ganar las elecciones. La salida a la crisis política no pasa ni por un Gobierno con ministros que salen en los papeles de Panamá ni por un partido que tiene vínculos clarísimos con Venezuela y con el régimen de [Nicolás] Maduro, pasa por la socialdemocracia. Y eso lo representa el PSOE.

P. ¿La apelación a la pinza puede ser un revulsivo para votantes desencantados? Los más jóvenes, uno de los sectores que más se les resisten, pueden no conectar con esa idea ni recordar qué ocurrió en los noventa. ¿Qué le hace pensar que puede funcionarles como estrategia de campaña?

R. No planteamos esto como si fuese un debate artificial. Yo estuve esta semana en Córdoba y recuerdo que Anguita le dijo a Iglesias: “Estamos en 1977”. Bueno, afortunadamente estamos en 2016 y han pasado muchas cosas en España. Muchos logros de millones de españoles que empujaron a favor de esos cambios, la mayoría rubricados por Gobiernos socialistas. En el fondo, cuando Anguita e Iglesias reivindican el 77 niegan su propia historia, la historia de un PCE que antepuso los intereses generales -consolidar la democracia y convertir en un éxito la Transición-, y ellos anteponen la vieja lucha de una eterna coalición antisocialista cuyo único objetivo es que no gobierne el PSOE. No es un debate que nosotros forcemos, es que está en la escena política en tanto que Iglesias reivindica a Anguita.

P. Algunos barones plantean que habría quizá que revisar la hoja de ruta del 28 de diciembre, y quizá plantearse la abstención para dejar gobernar al PP. ¿Se compromete a que eso no ocurra?

R. El PP es un partido hoy en B. Está imputado, está embargado y Rajoy es un presidente amenazado de ser multado por las instituciones comunitarias por incumplimiento del déficit público. Creo que la regeneración democrática de nuestro país pasa inexcusablemente por que el PP renueve su liderazgo desde la oposición.

P. Usted presentó un gobierno en la sombra, lo hizo en Barcelona. ¿Tiene sentido plantearlo cuando se sabe que no habrá mayorías absolutas y tendrá que completarlo con ministros que procedan de otros partidos, como decía en una entrevista con este periódico Rivera?

Es muy importante que se vean los equipos de los partidos. Podemos tenía a Rosell y Rivera tiene a Garicano, pero también a 'Felisuco'

R. Es muy importante que los españoles vean con luz y taquígrafos los distintos equipos que tienen los partidos. ¿Podemos quién tiene? La jueza Victoria Rosell ha abandonado el barco, luego tiene a Monedero, Anguita… Es una opción. Otra es Ciudadanos, que tiene personas respetables, como Luis Garicano, con la que no comparto muchas cosas, pero es catedrático de la London School of Economics, pero también tiene a Felisuco, que yo respeto. El PSOE tiene referentes como Margarita Robles, Ángel Gabilondo… Equipos intergeneracionales, cualificados… Y el 50% son independientes. Es un Gobierno no partidista, que es lo que creo que demandan los españoles. Tiene todo el sentido, por tanto.

P. Entremos en la cuestión interna. ¿Usted se ha sentido maniatado por los barones en estos meses?

R. No. Y hubo muchísimos debates por parte del PP y de sus analistas afines que decían que me iba a echar en brazos de los podemistas y de los independentistas.

P. Bueno, y lo decían en su partido.

R. Yo no tengo constancia de ello. Pero yo dije que no iba a ser presidente a cualquier precio y lo he cumplido. Entendí que el cambio que demandaban los españoles no era hacer a Iglesias vicepresidente con el control de los servicios de inteligencia y hacer descansar la gobernabilidad de España en ERC, que es lo que quería Iglesias.

P. ¿Es verosímil la multiplicación de imágenes de la unidad socialista cuando esa unidad no es tal?

R. Fíjese, depende un poco de dónde se pone el foco, porque nadie ha puesto en valor la unidad en torno a mi candidatura a la Presidencia del Gobierno, y no hubo primarias porque no se presentó ningún otro aspirante.

P. Fue el propio Patxi López, un miembro de la dirección de su confianza, el que comentó hace pocos días que se sentía “avergonzado” de las disputas internas del PSOE. ¿Comparte esa apreciación?

R. No tengo nada que comentar respecto a eso. A Patxi le tengo aprecio y respeto.

Si tuviera un proyecto personalista del partido, ¿por qué no soy ya presidente del Gobierno? Podría serlo, ¿pero a qué precio?

P. ¿Pero cree que ha gestionado bien el partido internamente, que ha consultado lo suficiente a los barones?

R. Yo cogí el PSOE hace poco menos de dos años, y hoy el PSOE gobierna a 22 millones de españoles en comunidades y ayuntamientos. Con distintas fuerzas políticas, pero gobernamos. Tuvimos resultados magros el 20-D, pero el PSOE se convirtió en la pieza fundamental para cualquier opción de cambio, y lo hemos intentado. Quisimos pero no pudimos, porque con quien podíamos no quisieron.

P. ¿No hace autocrítica entonces?

R. Autocrítica hace el PSOE y mucha, y yo también.

P. Susana Díaz ha dicho que cuando arranque el proceso congresual abrirá una reflexión por si aspira a liderar el PSOE. ¿Usted se batiría con ella en primarias?

R. Mire, lo que he dicho es que voy a presentarme a la Secretaría General del PSOE. La gran fortaleza que tiene el PSOE es que sus procesos de elección se hacen a través de la democracia interna. En muchas ocasiones, eso se ve en los medios como signo de debilidad. Para mí es una fortaleza. En el momento en que se abra el proceso congresual, los que consideren que tienen capacidades que dar al PSOE, estarán en su derecho y será legítimo, como también será legítimo que yo me presente, y ese es el funcionamiento de la democracia. No le veo más debate que ese. El PSOE tiene 137 años de historia. Yo soy un servidor público. Y por tanto soy consciente de que el PSOE durará 100, 200 años más. Esto es un proyecto colectivo. Me encuentro con ganas, con fuerza. También le diré una cosa: no aspiro a perpetuarme en política. Yo no voy a dedicarme toda la vida a esto.

P. Sus contrarios en el partido consideran que tiene un proyecto personalista del partido, que ha hecho todo lo posible para mantenerse en el poder.

R. Si fuera así, ¿por qué no soy presidente del Gobierno?

P. Yo le digo lo que los críticos trasladan.

R. Y yo le pregunto. Si es así, ¿por qué no soy presidente del Gobierno? Yo podría serlo hoy, pero ¿a qué precio?

Será legítimo que otros se presenten al congreso, igual que yo. Me encuentro con ganas. Pero no aspiro a perpetuarme en política

P. Me dijo en una entrevista anterior que Susana Díaz había sido "cien por cien leal". ¿Mantiene esa afirmación: son Díaz y los barones leales?

R. Sí, rotundamente sí.

P. ¿Se ha sentido apoyado por ellos durante estos meses?

R. No quiero ir al ‘y tú más’. Pero estamos asistiendo a la polémica de José María Aznar con Mariano Rajoy por el déficit. ¿Y con todos los casos de corrupción que hay en el PP nadie levanta la voz? ¿Nadie cuestiona el liderazgo de Rajoy? En el PSOE hay debate, debates muy intensos. Pero una vez que acordamos, todos vamos detrás del candidato. El PSOE es una organización de izquierdas, y como tal no es un cuartel, eso se lo dejamos a las organizaciones de derechas. Somos un partido de izquierdas, no somos un consejo de administración. Hay debate, hay crítica, y mucha.

P. ¿Usted no se irá el 26 de junio, saque el resultado que saque, incluso si le sobrepasa Unidos Podemos? Ya sabe que es una pregunta recurrente en el partido, que se habla de forzar su dimisión, de una gestora…

R. Honestamente, estoy en otra cosa.

Ríe cuando le recuerdan que el 26-J puede ser su última bala, porque ya le llevan dando por muerto, fuera y dentro del PSOE, desde hace mucho tiempo. Pedro Sánchez Pérez-Castejón (Madrid, 1972) no es de los que se rinden a la primera. Y ahora está convencido de que llegará a ser presidente del Gobierno, que los ciudadanos le premiarán a él y a su partido por haber intentado salir del "bloqueo". Pero para ello necesita convencer a sus electores de que solo él garantiza el "cambio". La palabra que no suelta de la boca.

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