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Llega el 2-D: primera prueba para Sánchez y termómetro para medir el adelanto electoral
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LA LECTURA NACIONAL DE LAS ANDALUZAS

Llega el 2-D: primera prueba para Sánchez y termómetro para medir el adelanto electoral

El presidente afronta sus primeros comicios desde que alcanzó la Moncloa, hace seis meses. Un buen resultado de Díaz y un desplome del PP dará alas a la hipótesis de un avance de las generales

Foto: Pedro Sánchez y Susana Díaz, este 27 de noviembre en Marbella, en su segundo y último mitin de campaña juntos. (EFE)
Pedro Sánchez y Susana Díaz, este 27 de noviembre en Marbella, en su segundo y último mitin de campaña juntos. (EFE)

Este primer examen debería ser casi como esos de trámite, que vuelven a revisar un poco las capacidades del alumno y poco más. Una prueba fácil. Eso era hasta ahora Andalucía para el PSOE —si se salva el momento crítico de marzo de 2012, cuando el PP de Javier Arenas lideró la tabla por primera y única vez—, un territorio clásico, un feudo seguro, un bastión inexpugnable. Poco o ningún riesgo. Así han conseguido los socialistas encadenar 36 años ininterrumpidos en el poder, al frente de la comunidad más poblada de España. Todo apunta a que este 2 de diciembre el test no será demasiado complicado, que Susana Díaz revalidará esa posición en cabeza y permitirá a su partido llegar a las cuatro décadas con las riendas de la Junta en sus manos. Pero quizá repita con desgaste. Tal vez bastante. Y quizá se produzca una convulsión en la derecha, por un sorpaso de Ciudadanos sobre el PP y la entrada, aparentemente con fuerza, de Vox. Y quizá luego se líen los pactos y la gobernabilidad. Hay demasiadas incertidumbres en las que son también las primeras elecciones que afronta Pedro Sánchez desde que arribara abruptamente a la Moncloa hace justo seis meses. Un pésimo resultado no solo erosionaría a Díaz, sino que la mirada podría volverse hacia el presidente del Gobierno. Unos buenos datos espolearán a aquellos que, en las alturas del PSOE, defienden que hay que aprovechar el viento de cola para convocar cuanto antes las generales y consolidar a los socialistas en el Ejecutivo.

Siempre pasa, y esta vez más. Los comicios andaluces de este 2-D también llevan adherida una lectura nacional. Más aún hoy, porque abren un nuevo ciclo electoral presumiblemente corto, con autonómicas, municipales, europeas y generales en muy pocos meses.

"No tenemos ni idea". "Todo está muy abierto". "Hay muchos factores nuevos". En el comité electoral federal del PSOE, en Ferraz, se respira incertidumbre a bocanadas. Se contiene la respiración. Se da por descontado, como en la cúpula del PSOE andaluz, que Díaz ganará, y a bastante distancia de sus rivales, pero prefieren no jugársela a un resultado. La presidenta, dicen en la sede federal, podría repetir los 47 escaños de 2015 —era de hecho la horquilla superior que otorgaba el CIS—, pero también podría deslizarse hasta una franja de mucho más riesgo y más preocupante, bajar de los 40 parlamentarios. Se espera un desplome del PP, aunque quede segundo, como certifican los últimos sondeos, y una subida importante de Ciudadanos, aunque por debajo de las primeras expectativas, y un crecimiento a lo largo de esta semana tanto de Adelante Andalucía como de Vox, dos fuerzas a las que la campaña les ha sentado bien, dicen.

"No tenemos ni idea", comentan desde el comité electoral federal. Se palpa la incertidumbre, aunque se tiene la convicción de que Díaz ganará, y holgada


El listón de éxito o fracaso para Díaz, y para el PSOE, está en los 40 escaños. Ferraz cuenta con datos que proyectan esos 40-41 diputados, que supondrían un desgaste patente, aunque asumible tras casi cuatro décadas en el poder. Obtener 43-44 actas significaría casi clavar el resultado de 2015, pues dos de los 47 asientos de entonces se consiguieron a última hora, con los restos. Bajar de la cifra mágica de 40 sería visto como un descalabro, más aún si el PSOE baja de los 38.

Foto: Susana Díaz en el acto de final de campaña este viernes. (Reuters)

Difícil "asociarlos"

Ferraz va a intentar, en la medida de lo posible, levantar un cortafuegos si las cosas van mal, aunque en la cúpula asumen que habrá una interpretación nacional de los números. "Pedro y Susana tienen perfiles distintos, no solo por cómo ellos son, sino por sus trayectorias y por cómo está el partido", confía un miembro cualificado de la dirección. "Forzosamente, Pedro es más fresco y nuevo, porque acaba de llegar al poder, mientras que ella lleva cinco años al frente de la Junta. Él viene de desalojar al PP, a Mariano Rajoy, mientras que Susana heredó en 2013 un Gobierno del PSOE. Él ha podido desplegar medidas distintas, más novedosas, mientras que ella ha tenido que aguantar estos años de recortes. Pedro capta un electorado más diverso y urbano, y Susana se ha aferrado a sus votantes más duros, los del mundo rural. Es decir, los dos tienen relatos distintos y es muy difícil asociarlos", explica esta fuente.

El listón de este 2-D está ubicado en los 40 escaños. Bajar por debajo de esa cifra redonda será considerado un traspié, síntoma de que algo pasa

"Creo difícil que Pedro se lleve el golpe. Si los datos son malos, en primera instancia son culpa de ella. Pero si estamos por debajo de 38-40, significará que hay un problema, y que algo no va bien, que algo está fallando", concede un integrante del comité electoral. "No sé si podemos ver estas andaluzas como una primera vuelta de las generales, porque Andalucía no es como toda España, pero sí es evidente que se abre un ciclo electoral", añade.

Andalucía cierra la campaña como un primer test para las elecciones generales

Sánchez tiene a su favor que apenas ha podido participar en la campaña andaluza, sobre todo por razones de agenda. Sí acompañó a Díaz en su proclamación como candidata, intentando fomentar esa imagen de unidad interna y enterrar —aunque fuera de cara a la galería— las heridas internas con su antaño rival, y también llevó su Consejo de Ministros a Sevilla, antes de una reunión bilateral con la jefa de la Junta. Pero, en los 15 días finales, solo pudo mitinear en dos ocasiones con Díaz, en Chiclana (Cádiz), a su regreso de la Cumbre Iberoamericana en Guatemala, y en Marbella (Málaga), el pasado martes, a su vuelta de su viaje oficial a Cuba, tras el Consejo Europeo del Brexit y antes de la visita de Estado del presidente chino, Xi Jinping. Su limitada presencia en Andalucía contrastaba vivamente con el desembarco constante de los líderes de PP y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera, empeñados en darle a las urnas un barniz nacional aunque con un riesgo evidente: el de quemarse ellos mismos si los datos no son buenos. "No estar no suma ni resta, pero estar mucho sí influye, sobre todo en ellos mismos", analiza un colaborador de Sánchez.

El presidente no ha tenido más huecos por sus múltiples compromisos, la mayoría fuera de España: ha cruzado el Atlántico hasta en tres ocasiones en estas dos semanas, y de hecho el cierre de campaña le pilló en Buenos Aires, en la cumbre del G-20 que finalizó este sábado y al término de la cual ofreció una breve rueda de prensa en la que retomó el discurso de la candidata socialista: pidió que "no haya bloqueos" a partir del lunes y se "respete" la voluntad mayoritaria de los andaluces y se permita "gobernar a quien gane las elecciones". También aprovechó para mostrar su "preocupación" por el hecho de que PP y Ciudadanos se hayan "arrastrado hasta un discurso cada vez más extremista y excluyente" por su competición con Vox. "Un discurso que para nada representa al centro-derecha española", abundó.

Foto: La secretaria general del PSOE-A y presidenta de la Junta y candidata a la reelección, Susana Díaz. (EFE)

Cambio en la campaña

Pero también es cierto que Díaz había diseñado una campaña de perfil bajo, bajísimo, dirigida a no movilizar al electorado de derechas y a no dar coba a los discursos nacionales. Una campaña "con acento andaluz", de la "alegría" frente a los "cenizos" de Madrid. Pero en el último tramo giró: preguntó a Juan Marín (Cs) y Juanma Moreno (PP) si aceptarían pactar con Vox —Teresa Rodríguez (Adelante Andalucía) le reprochó haber metido a la formación de ultraderecha en la campaña— y señaló que en estas andaluzas también están en juego las generales, saltándose así el librillo que venía usando desde el pistoletazo de salida del 2-D.

Sánchez defiende que quedan "bastantes meses" para generales y que tiene medidas que tomar, pero un tirón el 2-D alentaría la tentación del adelanto

El PSOE-A pergeñó una campaña, pues, muy centrada en la figura de su candidata, personalista, como lo había hecho en 2015. Basada en su empujón electoral, aunque la estrella de la baronesa, fulgurante hace tres años, era más declinante esta vez tras su dolorosa y apabullante derrota en las primarias contra Sánchez de 2017. Con todo, sí estuvo arropada por varios ministros. A juicio de algunos miembros de Ferraz, Díaz pudo equivocarse en el diseño de su viaje hacia el 2-D, al plantear una campaña "demasiado susanista", cuando ahora la marca, el PSOE, "no está tan mal como hace tres años".

Sánchez pide a los partidos andaluces no bloquear y dejar gobernar al más votado

El dictamen de las urnas podría influir en la fecha de las generales. La tentación estará ahí si los resultados son óptimos y se combina con un desplome del PP. "Sí se baraja esa opción de un adelanto a febrero-marzo. No tanto por un efecto acción-reacción —señalan desde el comité electoral—, pero lo que ocurra en las andaluzas sí va a pesar bastante, sobre todo entre aquellos que consideran que es mejor adelantar antes que sufrir un mayor desgaste". Entre los dirigentes que siempre han defendido que es mejor no aguantar hasta el final está el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, uno de los pesos pesados del partido y del Gobierno, pero cuya opinión, sin embargo, no casa con la del presidente, que hasta ahora ha dado muestras de querer apurar más la legislatura. Sí reconoció él mismo, no obstante, que si no consiguiera sacar adelante sus Presupuestos, esa pretensión se vería "acortada".

En el entorno del presidente ponen distancia con el resultado andaluz, salvo que fuera pésimo, y avisan de que Sánchez está centrado en gobernar

Sánchez no ha hilado más fino ni ha ido más allá. En La Habana, y tras la convocatoria de primarias en Podemos ante la previsión de un inminente adelanto electoral, advirtió a Pablo Iglesias de que podía hacer internamente lo que quisiera, pero que para las generales quedaban aún "bastantes meses". Y este sábado, preguntado en Buenos Aires, señaló que esos "bastantes meses" de los que habló en Cuba no estarán condicionados por otro elemento potencialmente perturbador importante: lo que ocurra en Cataluña, ahora que se acerca el juicio a los líderes del 'procés'.

Foto: Pedro Sánchez y Susana Díaz, durante el inicio de su segundo acto de campaña juntos para las andaluzas; esta vez, en Marbella, este 27 de noviembre. (EFE)

Seguir tejiendo el "relato"

Otras fuentes próximas al presidente indican que el impacto de las andaluzas en la programación de las generales es menor o tendente a cero, y que quien se examina este 2-D es la derecha, no la izquierda. "Un presidente primero convoca como presidente y luego como candidato. Tiene que ver cómo van las cosas en Europa, qué pasa con el Brexit, cómo se conduce la economía, qué pasa en Cataluña... Tiene que ver aire limpio primero. Y tiene que cumplir lo prometido. Lo lógico es que convoque cuando haya sacado adelante cuestiones como la subida del SMI, la actualización de las pensiones o la exhumación de Franco... ¿Eso se tarda en hacer un mes o bien nueve meses? Pues habrá que ver", indica un mando de la dirección socialista. Y es que el mensaje que en privado traslada el presidente es que no llamará a las urnas hasta que no tenga puestas en marcha sus propuestas más importantes, "o al menos lo haya intentado" y quede claro que son las demás fuerzas parlamentarias las que "no le dejan". En suma, necesita seguir construyéndose "un relato" con el que comparecer mejor ante los ciudadanos.

La cascada de elecciones en 2019, con unas generales aún en el aire, pueden dificultar la política de pactos del 2-D y empantanar Andalucía

"Sin Presupuestos es verdad que es más difícil llegar hasta 2020, como pretendíamos, pero paso a paso. La política es cambiante, y ahora mismo Pedro ni siquiera sabrá cuándo va a convocar. Estamos ante un paradigma nuevo, que inauguró la moción de censura", alega una fuente con un pie en el partido y otro en la Moncloa.

Susana Díaz llama al voto masivo para que la derecha no pare el progreso de Andalucía

Pero primero habrá que resolver la "incertidumbre" andaluza. El veredicto de los ciudadanos se conocerá esta misma noche, pero no tiene por qué dejar resuelta ya la gobernabilidad. Se aventura una difícil negociación poselectoral. Y la perspectiva de cercanía de más urnas pueden enturbiar el diálogo sobre las alianzas en la comunidad. Ferraz "no contempla otra opción" que la investidura de Díaz prospere gracias a los votos de Adelante Andalucía, pese a la relación tormentosa de la presidenta con Teresa Rodríguez. Puede que incluso esta pidiera la cabeza de la baronesa socialista. La consigna en Ferraz es "aguantar". "Con un resultado que rebase los 38-40 escaños, no tenemos capacidad para removerla, ni ganas ni intención tenemos", proclaman desde la sede federal. Con un resultado desastroso, el panorama sería muy distinto. Para Díaz, desde luego, pero también puede salpicar a Sánchez. El 2-D puede ayudar a impulsar al presidente, aunque también sembrar de dudas un escenario ya de suyo muy viscoso e inseguro.

Sánchez garantiza un juicio justo a los independentistas y rechaza la huelga de hambre

Recién vuelto de Argentina y sin previsión de pasar por Ferraz

Pedro Sánchez aterriza este domingo en Madrid procedente de la cumbre del G20 en Buenos Aires. La previsión es que no se desplace hasta Ferraz para seguir la noche de las andaluzas. En la sede sí está convocado el comité electoral y la ejecutiva del PSOE. Al frente del dispositivo se situará José Luis Ábalos, secretario de Organización, que será quien probablemente comparezca una vez conocido el escrutinio para hacer una valoración de los datos. El presidente arranca este lunes a las 9:15 horas en Katowice (Polonia), a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP24). 

Sánchez se trae de Argentina la satisfacción de que la declaración final de la cumbre del G20 [aquí en PDF en inglés] haya asumido el fenómeno migratorio como un reto prioritario y que vaya a seguir analizándose en la siguiente reunión de los líderes mundiales, en la que se celebrará en 2019 en Japón. 

Conversando con @JustinTrudeau mientras se acerca el final de #G20Summit. Nosotros, como líderes progresistas con una visión común sobre el multilateralismo, el #CambioClimático y la #igualdad de género, hemos intercambiado puntos de vista sobre cómo avanzar en una agenda común. pic.twitter.com/y4hGePAXxL

 

El presidente resaltó el compromiso de España con el multilateralismo (santo y seña desde el comienzo de su mandato, y que comparte, entre otros, con un homólogo al que se siente cercano, el canadiense Justin Trudeau) ante las reticencias de otros países de buscar soluciones compartidas a problemas globales. Relató, durante su rueda de prensa, que defendió ante el resto de líderes un crecimiento inclusivo, un empleo de calidad, el combate contra la desigualdad, la gestión de los flujos migratorios y un comercio justo, informa EFE.

En la cuestión migratoria, España ejerció un "papel de liderazgo" y venció las "resistencias" de algunos Estados a incluir alusiones a las migraciones en la declaración final. El Ejecutivo enfatizaba que dos párrafos de un total de 31 (los números 16 y 17) tenían maternidad española. 

Hoy hemos logrado que el texto de la Declaración de Buenos Aires incluya una referencia a la #migración y los refugiados. Este Gobierno ha asumido un papel de liderazgo en la cuestión migratoria. Es un reto global que necesita soluciones globales. #CumbreG20 #G20Summit pic.twitter.com/mtXmNEiPbI

 

Pero Sánchez hizo referencia a cuestiones de actualidad. Como el anuncio de dos de los dirigentes independentistas encarcelados, Jordi Sànchez y Jordi Turull, de iniciar una huelga de hambre indefinida para presionar al Tribunal Constitucional. El presidente garantizó que los líderes separatistas tendrán un juicio justo, insistió en que no se debe politizar la Justicia ni judicializar la política y expresó su rechazo a esa huelga de hambre. 

El jefe del Ejecutivo también lanzó un mensaje al 'president' Quim Torra, que se niega a verle el 21 de diciembre, cuando el Consejo de Ministros se desplace a Barcelona, porque quiere que vaya "expresamente" a la capital catalana, para hablar "más allá de la foto". Sánchez pidió a Torra "no perder las formas" 

Este primer examen debería ser casi como esos de trámite, que vuelven a revisar un poco las capacidades del alumno y poco más. Una prueba fácil. Eso era hasta ahora Andalucía para el PSOE —si se salva el momento crítico de marzo de 2012, cuando el PP de Javier Arenas lideró la tabla por primera y única vez—, un territorio clásico, un feudo seguro, un bastión inexpugnable. Poco o ningún riesgo. Así han conseguido los socialistas encadenar 36 años ininterrumpidos en el poder, al frente de la comunidad más poblada de España. Todo apunta a que este 2 de diciembre el test no será demasiado complicado, que Susana Díaz revalidará esa posición en cabeza y permitirá a su partido llegar a las cuatro décadas con las riendas de la Junta en sus manos. Pero quizá repita con desgaste. Tal vez bastante. Y quizá se produzca una convulsión en la derecha, por un sorpaso de Ciudadanos sobre el PP y la entrada, aparentemente con fuerza, de Vox. Y quizá luego se líen los pactos y la gobernabilidad. Hay demasiadas incertidumbres en las que son también las primeras elecciones que afronta Pedro Sánchez desde que arribara abruptamente a la Moncloa hace justo seis meses. Un pésimo resultado no solo erosionaría a Díaz, sino que la mirada podría volverse hacia el presidente del Gobierno. Unos buenos datos espolearán a aquellos que, en las alturas del PSOE, defienden que hay que aprovechar el viento de cola para convocar cuanto antes las generales y consolidar a los socialistas en el Ejecutivo.

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