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Continuidad o cambio: el dilema en unas andaluzas que son el primer asalto electoral
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Continuidad o cambio: el dilema en unas andaluzas que son el primer asalto electoral

Se abre un ciclo electoral en España que va a ser intenso. Por delante quedan las europeas, autonómicas y municipales del 'superdomingo' y unas generales que Sánchez deja en el aire

Foto: Susana Díaz en el acto de final de campaña este viernes. (Reuters)
Susana Díaz en el acto de final de campaña este viernes. (Reuters)

Son 6,5 millones de andaluces los que están llamados a las urnas el próximo 2 de diciembre y hay una pregunta plebiscitaria sobre la mesa: ¿continuidad o cambio? Después de 36 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas en Andalucía, la oposición llama a los andaluces a dar una oportunidad a otro partido mientras que el PSOE acude con el lema "Con Susana + Andalucía". Todo apunta a un endiablado resultado que complicaría mucho la formación de Gobierno, más si se cruzan otras citas electorales que puedan contaminar las negociaciones en Andalucía. La irrupción de Vox, según los sondeos, y el reparto de restos entre cinco partidos puede dar alguna sorpresa. La participación será también decisiva.

Las andaluzas abren un ciclo electoral en España que va a ser intenso. Por delante quedan las europeas, autonómicas y municipales del 'superdomingo' de mayo y unas generales que Pedro Sánchez deja en el aire y que en el PSOE sitúan en marzo o en octubre de 2019. Sea como sea, las primeras autonómicas se leerán en clave nacional. Examinan a Sánchez tras la moción de censura que le llevó a la Moncloa, ponen a prueba el liderazgo de Pablo Casado en el PP y la fortaleza de Albert Rivera y de Cs. Ambos partidos se disputan el mando en la derecha y sus líderes se han volcado en esta campaña. Nada que ver con Sánchez, que ha limitado su aparición a dos actos, o con Pablo Iglesias, que participó en tres mítines de Adelante Andalucía, la marca bajo la que acude Podemos en confluencia con IU y otras fuerzas andalucistas y que la cúpula estatal del partido morado quiso frenar fracasando en el intento.

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Andalucía es una tierra con muchas peculiaridades políticas, entre otras la falta de alternancia desde que las primeras elecciones de 1982, por eso no todo lo que ocurra aquí se podrá exportar o leer en clave nacional pero muchos factores podrían incluso ser determinante para que Sánchez fije las fechas de las generales, algo que estará más cerca si el PSOE tiene unos buenos resultados.

El bloqueo político

Las encuestas hasta la fecha han sido unánimes. Todas dan por ganador al PSOE a gran distancia del segundo partido pero con una erosión muy importante y el apoyo más bajo de su historia en Andalucía. Parte con 47 diputados que podrían quedar en 40, dicen las estimaciones. La pelea por el segundo puesto ha marcado la campaña electoral. El PP se ha desplegado por todo el territorio con cuatro caravanas y dos focos, el de Pablo Casado y el de Juanma Moreno.

El secreto mejor guardado de la campaña del PP, según el equipo, han sido 1,2 millones de llamadas a los hogares andaluces desde el primer día de la campaña localizando a votantes potenciales e indecisos. Ha sido una campaña de riesgo la de Moreno, que empezó a las puertas de un puticlub para denunciar los desmanes de la Junta con las tarjetas 'black', siguió emulando la foto de la tortilla de Felipe González y ha terminado con el candidato hablándole a una vaca. El PP asegura que tiene "buenas sensaciones" y que "nadie sabe lo que va a ocurrir", vendiendo que están a punto de que la suma de PP, Cs y VOX dé los 55 diputados que se necesitan para un vuelco político histórico en Andalucía. Si el desplome en diputados es tan brutal como han señalado algunas encuestas, el liderazgo de Juanma Moreno al frente del partido está en entredicho aunque la implicación de Casado, que ha tenido una agenda en Andalucía marcada por la hiperactividad, llevará a erosionar también el liderazgo nacional.

Cs también ha arropado a su candidato Juan Marín con Inés Arrimadas y Albert Rivera, que le han acompañado en la mayoría de los actos. El partido naranja dio el primer giro a la campaña cuando anunció su compromiso de no volver a apoyar a Susana Díaz después del pacto de investidura que sellaron en 2015. La campaña ha estado marcada por la posibilidad de que diera un 'sorpasso' al PP hasta quitarle el liderazgo de la derecha y por el mensaje de que los andaluces salgan a votar contra los independentistas, aliados de Pedro Sánchez para llegar al Gobierno.

La bandera andalucista

Adelante Andalucía es el único partido nuevo en estas elecciones, aunque su candidata, Teresa Rodríguez, ya fue cartel de Podemos en 2015. La suma con IU y otras fuerzas como Primavera Andaluza ha sentado bien a esta marca electoral a juzgar por como ha llenado mítines y emocionado a sus seguidores. Por primera vez una fuerza de la izquierda ha logrado arrebatar al PSOE la bandera de Andalucía tras la desaparición del Partido Andalucista, convertido en fuerza extraparlamentaria. Rodríguez ha hecho un tándem político con Antonio Maíllo (IU) y ambos han protagonizado una campaña distinta, preñada de mensajes andalucistas en la que la marca de Podemos ha quedado totalmente diluida.

Foto: La candidata de Adelante Andalucía a la Presidencia de la Junta, Teresa Rodríguez, interviene en el acto de cierre de campaña. (EFE)

Adelante Andalucía quiere atraer a exvotantes socialistas. Este partido podría tener la llave de la investidura de la candidata socialista, según las encuestas, y hasta ahora han dicho que no entrarán en el Gobierno de Díaz pero que tampoco permitirán que gobiernen las derechas. Abren la puerta a negociar para permitir una investidura de Susana Díaz, arrancando medidas y leyes y sin cerrar, dicen, un acuerdo de legislatura.

Rodríguez: "Somos la fuerza a la que mejor le ha sentado la campaña"

La campaña de la alegría

La líder socialista partió y se mantiene como favorita en todos los sondeos. Inició el recorrido, tras semanas de calle y precampaña, con la "campaña de la alegría" y terminó azuzando el miedo a Vox y llamando a Andalucía a convertirse en "dique de contención de la ultraderecha". Susana Díaz ha afeado a sus contrincantes que vinieran a Andalucía a jugar la pretemporada de las generales. Ha evitado entrar en asuntos como las negociaciones de los Presupuestos Generales del Estado con los independentistas catalanes, algo que PP y Cs le han recordado cada día. Los socialistas están convencidos de que ganarán con una marca que sitúan por debajo de los 44 escaños pero a diez puntos de la segunda fuerza.

La gran sorpresa de la campaña andaluza ha sido Vox. El partido de Santiago Abascal, que dudó sin presentarse a las andaluzas tras la exhibición de fuerza de Vistalegre y porque defiende la eliminación de las autonomías, ha arrastrado a mucha gente a sus mítines y se ha colado en las encuestas, que le dan de uno a cuatro diputados. En 2015 quedó en novena posición a años luz de lograr un escaño. Su irrupción en el tablero político andaluz, la fragmentación de la derecha en tres, conlleva imponderables que han puesto en alerta a todos los partidos. Si se confirma su presencia en el Parlamento serían la gran sorpresa. De momento, todo son cábalas.

Son 6,5 millones de andaluces los que están llamados a las urnas el próximo 2 de diciembre y hay una pregunta plebiscitaria sobre la mesa: ¿continuidad o cambio? Después de 36 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas en Andalucía, la oposición llama a los andaluces a dar una oportunidad a otro partido mientras que el PSOE acude con el lema "Con Susana + Andalucía". Todo apunta a un endiablado resultado que complicaría mucho la formación de Gobierno, más si se cruzan otras citas electorales que puedan contaminar las negociaciones en Andalucía. La irrupción de Vox, según los sondeos, y el reparto de restos entre cinco partidos puede dar alguna sorpresa. La participación será también decisiva.

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