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Vox llama a "la reconquista" desde Andalucía contra los inmigrantes y "los golpistas"
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Vox llama a "la reconquista" desde Andalucía contra los inmigrantes y "los golpistas"

Lleno en precampaña por el cierre de mezquitas, contra las mafias de la inmigración y "40 años de expolio" del PSOE, y con una mensaje en el que se presentan como víctimas de "brutales ataques"

Foto: Abascal, en un momento del mitin celebrado en Sevilla.
Abascal, en un momento del mitin celebrado en Sevilla.

Decenas de veces corearon "viva Andalucía y viva España". Unas 3.000 personas, un domingo, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. En las anteriores elecciones autonómicas, 2015, ese mismo lleno logró Pablo Iglesias en este recinto mientras que Albert Rivera 'pinchó' con 1.500 personas. Tuvieron para todos. Los aplausos más sonoros, cuando apelaron a luchar contra la inmigración ilegal, a proteger las fronteras, contra "los golpistas" de Cataluña y en defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Vox trata de blanquear su imagen de partido de extrema derecha convenciendo al público de que eso es solo un cliché, "una manipulación de los medios de las cloacas", y que ellos son "la libertad".

Padres con hijos, jóvenes, mayores, público de todo tipo. Con especial protagonismo a "los chalecos verdes", sus voluntarios, muchos parecían adolescentes. Algo debe significar que en cuatro años Vox haya pasado de huir de las pedradas en un mitin con un atril en la plaza del Altozano de Triana a lograr un lleno absoluto en la capital andaluza, con un discurso que defiende que "no es extrema derecha sino extrema necesidad", pero que está muy cerca de lo que defienden otros populismos radicales en países europeos vecinos. "Aún dan esas imágenes para reírse de nosotros. A ver qué dicen ahora de estas fotos", alertó el presidente de Vox, Santiago Abascal, en alusión a aquellas pedradas.

Foto: ManifestaciÓn "espaÑa en el corazÓn"

En las últimas elecciones autonómicas, fueron la novena fuerza política, por detrás de Pacma. Obtuvieron 18.017 votos (0,45%), muy lejos del 5% necesario para tener un escaño en el Parlamento andaluz. Ahora defienden que Andalucía será "el preludio" de lo que lograrán en España. El PP andaluz ya alerta de que el voto de Vox puede acabar, por el reparto de restos, beneficiando a Podemos, llamando al voto útil ante el temor de que el porcentaje que se lleve el partido de Abascal les haga daño. Contra esa llamada se fajó el secretario general de Vox, Javier Ortega-Smith, que arremetió contra "la derecha cobarde".

Vox centró sus mensajes en la corrupción y el "expolio" de 40 años de PSOE en la Junta, las "redes clientelares", los "chiringuitos" y "estómagos agradecidos" en Andalucía. Se concentró en la lucha contra la inmigración ilegal, la "ideología" de género, la cobardía del PP o "el oportunismo travestido" de Cs. Piden cerrar mezquitas o elevar muros en Ceuta y Melilla, proteger a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Con banderas de España ondeando y el mensaje de que hay que hacerla "grande otra vez". Sin complejos y con un discurso de eslóganes cortos, apoyado en vídeos a cuyos protagonistas abuchearon y apelando a los instintos básicos del público. Proyectaron imágenes de La Sexta, de Gabriel Rufián, Pedro Sánchez, Soraya Sáenz de Santamaría o Pablo Iglesias mientras la gente abucheaba e insultaba.

El candidato de Vox en Andalucía es el juez en excedencia Francisco Serrano, que fue suspendido y rehabilitado por el Poder Judicial a raíz de una sentencia que supuestamente primaba a un padre divorciado. Es un activista contra lo que llama la "ideología de género", cargó contra las denuncias falsas de las mujeres maltratadas (el 0,01% de las denuncias presentadas, según el Consejo General del Poder Judicial) y el "invento perverso" del género. "Tenemos que perseguir el maltrato en su justa medida, denunciar cuando se deba y no cuando convenga", señaló el candidato.

Cada cabeza de lista, por las ocho provincias, defendió una medida de Vox para Andalucía. Acabar con el despilfarro de la Junta, cerrar las mezquitas fundamentalistas y echar a los imanes, fortalecer fronteras, libre elección de colegios, derogación inmediata de la Ley de Memoria Histórica ("histérica", la llaman), devolución de las competencias de educación, sanidad y justicia, defendiendo "un solo Parlamento y un solo Gobierno para toda España", protección de los toros y la Semana Santa. Vox se presenta en las autonómicas pero no cree en las autonomías, una controversia que admitió el propio Serrano, que defendió que hay que estar para "acabar con 40 años de expolio del PSOE en la Junta" e incluso llamó a homosexuales e "inmigrantes que quieran adaptarse a vivir en España" a sumarse a Vox.

El presidente de Vox, Santiago Abascal, presentó su partido como víctima de "la manipulación de los medios de las cloacas" y dejó claro que deben difundir sus mensajes por las redes sociales y los wasaps, ignorando a los medios de comunicación, de los que dijo: "Nadie se lee sus titulares sino los comentarios a las noticias que nosotros escribimos". Entre el público estaba el torero Morante de la Puebla, pero no se vio al padre de Marta del Castillo, que ha apoyado públicamente a este partido. Se oyeron aplausos cuando se acusó al Estado de "soltar a pederastas y asesinos".

Abascal se burló del líder del PP, Pablo Casado, que no se atrevió en el Congreso, dijo, a decir que comparte "valores esenciales" con Vox ni a dejar claro que es Pedro Sánchez quien comparte "valores esenciales con los golpistas de Cataluña". "No esperamos compartir todo, un partido no es una secta, pero si estáis de acuerdo con todo lo importante, eso nos debería bastar para caminar juntos", pidió Abascal, que se burló de quienes días atrás se manifestaron en el Museo del Jamón en Madrid contra el maltrato animal. "Son psicópatas enloquecidos. Ese fanatismo animalista sí que da miedo", proclamó. "No somos fachas", repitió una y otra vez.

Decenas de veces corearon "viva Andalucía y viva España". Unas 3.000 personas, un domingo, en el Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla. En las anteriores elecciones autonómicas, 2015, ese mismo lleno logró Pablo Iglesias en este recinto mientras que Albert Rivera 'pinchó' con 1.500 personas. Tuvieron para todos. Los aplausos más sonoros, cuando apelaron a luchar contra la inmigración ilegal, a proteger las fronteras, contra "los golpistas" de Cataluña y en defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Vox trata de blanquear su imagen de partido de extrema derecha convenciendo al público de que eso es solo un cliché, "una manipulación de los medios de las cloacas", y que ellos son "la libertad".

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