Cómo el Real Madrid expuso todas las vergüenzas defensivas del Barça en el Clásico

Jules Koundé fue el mejor central del Barça en una semana donde llegó al límite físicamente tras estar lesionado casi un mes. Esta sería la mejor afirmación para describir el pésimo rendimiento defensivo del FC Barcelona en un encuentro donde salieron a relucir todas las vergüenzas defensivas de un equipo que, como el día del Inter de Milán, fue un flan atrás. En un Clásico en el que el Real Madrid encontró la atmósfera perfecta para poder endosarle una dolorosa goleada al Barça, los azulgranas se escaparon con un 3-1 que no hace honor a la sangría que tendría que haberle causado el Real Madrid... si los hombres de Carlo Ancelotti se hubiesen mostrado más ambiciosos y certeros.

Los problemas defensivos condenaron a un débil Barça cuyo sistema defensivo fue incapaz de sostener los riegos que el equipo corrió arriba y que demostró no tener la suficiente intensidad ni actitud requerida para disputar este tipo de encuentros de alto voltaje, pese a que el final del partido maquillase el mal día del Barça. Xavi Hernández decidió volver a brindar una oportunidad de oro a Sergio Busquets en el centro del campo, a Eric García en el eje de la zaga y a Sergi Roberto en el lateral derecho. Con Gavi injustamente sacrificado en favor de Frenkie de Jong y Gerard Piqué resignado en el banquillo, el técnico azulgrana dispuso de tres hombres que ya fallaron estrepitosamente en la Champions League.

¿El resultado? Tres goles en contra y los tres futbolistas plasmando sus carencias defensivas en los goles del Real Madrid.

Probablemente, el ejemplo más fidedigno lo represente quien, técnicamente, debería ejercer su papel como veterano con contundencia, determinación, experiencia y jerarquía; Sergio Busquets. El centrocampista de Badia, que ya perdió la pelota del 1-2 del Inter de Milán el miércoles y fue barrido en un encuentro de ida y vuelta, dejó avanzar a Toni Kroos con la pelota por no cometer una falta táctica en un error de infantil. Lo siguiente que sucedió fue el 1-0 de Karim Benzema, puesto que el alemán dibujó un balón milimétrico a la espalda de Sergi Roberto y Vinícius dinamitó el tierno sistema defensivo culé.

Xavi señaló a Busquets

En el 2-0, más de lo mismo. De una jugada aislada donde el Real Madrid se plantó en el área azulgrana sin apenas esfuerzo, el balón llegó a Ferland Mendy tras un mal despeje de cabeza de Eric García, que envío la pelota sin mirar hacia dónde, el lateral francés, en la banda de Sergi Roberto, detectó solo en la frontal a Federico Valverde. El uruguayo, que no para de engordar sus cifras, se vio absolutamente solo. Como si el Barça jugase sin un pivote en el centro del campo. Y es que, como ya sucediese en el partido de ida en Milán con el gol de Calhanoglu, la frontal estaba desierta.

Busquets aterrizó a cámara lenta y cuando se dio cuenta, Valverde estaba celebrando el segundo tanto blanco. El centrocampista catalán, que sufre a campo abierto y no llega a tiempo a realizar las ayudas defensivas cuando debe recorrer muchos kilómetros y abarcar grandes espacios, no terminaría el encuentro. El Barça fue demasiado vertical, se saltó el juego interior, donde los centrocampistas son meros puentes ni incidencia y en el que los extremos (Raphinha y Dembélé) se jugaron todos los ataques sin sentido. Busquets no pudo hacer nada por evitarlo.

Lo explicaría el propio Jules Koundé en entrevista pospartido en DAZN: "Estoy muy decepcionado. No hemos hecho un mal partido, pero en la primera parte hemos fallado donde ellos están fuertes, en las transiciones. Tendríamos que haber cometido una falta para evitar el primer gol y en el segundo es lo mismo". Por su parte, Xavi Hernández también acertó en el diagnóstico en los micrófonos de DAZN: "Lo habíamos hablado, lo de las transiciones defensivas, y en la primera nos pillaron en el 1-0. Nos faltó muchísima contundencia. Hoy hemos hablado que lo del primer gol no puede pasar. Tenemos que hacer falta. El Madrid aprovechó los tres contraataques que tuvo".

La guinda, como no podía ser de otro modo, la pondría Eric García. El defensa central culé, que le ha ganado la partida a Gerard Piqué y se ha disputado la titularidad con Koundé, Ronald Araújo o Andreas Christensen, certificaría la derrota azulgrana al cometer un penalti absurdo sobre Rodrygo Goes. Sin temple en el área pequeña, pese a saber que cualquier error por mínimo que sea condena en acciones tan ajustadas, tiró de impulsividad para meter el pie y derribar torpemente al extremo brasileño. Rodrygo no fallaría la pena máxima.

En el mes y medio en el que el Barça debía confirmar o desmentir que había recuperado la senda de la grandeza y podía competir de tú a tú contra los grandes colosos del continente, el triste bagaje del conjunto de Xavi Hernández deja al equipo tocado de muerte. Ni una sola victoria contra Bayern de Múnich, Inter de Milan (x2) y Real Madrid. Tampoco ni una sola portería a cero. El cuerpo técnico no ha sido capaz de solucionar las debilidades en la transición defensiva del equipo ni la tendencia del Barça a partirse y separarse cada vez que se pierde una pelota en ataque.

No queda ni rastro de la presión alta efectiva, el juego pausado y dominador o la seguridad en ambas áreas que propugnaba el equipo culé a principio de LaLiga. A la hora de la verdad, el Barça de Xavi Hernández ha pegado un petardazo colosal en el momento más importante de la temporada. En la misma semana, el Barça ha quedado prácticamente eliminado de la Champions League y ha perdido el liderato contra su eterno rival en el Santiago Bernabéu. Los capitanes están señalados por la afición, el equipo no rinde ante rivales de entidad y a Xavi Hernández se le empieza a resquebrajar la coraza de icono azulgrana que portaba en el día de su presentación.