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El Barça se estrella contra sus fantasmas del pasado, colapsa y el Bayern no perdona (2-0)
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Decepcionante Lewandowski

El Barça se estrella contra sus fantasmas del pasado, colapsa y el Bayern no perdona (2-0)

El conjunto bávaro olió la sangre, explotó el primer gol de Lucas Hernández al máximo y mató al Barça antes de que el equipo de Xavi pudiese reaccionar

Foto: Lewandowski se lamenta tras el 1-0 del Bayern. (Reuters/Lukas Barth)
Lewandowski se lamenta tras el 1-0 del Bayern. (Reuters/Lukas Barth)

El Barça visitó Múnich con la imagen grabada a fuego en la mente de sus aficionados de la terrible goleada por 8-2 en la Champions y de los dos 0-3 que le endosó el coloso alemán en la pasada temporada y que acabó con el conjunto azulgrana yéndose a la Europa League. Sin embargo, una vez empezó a rodar el balón, el conjunto dirigido por Xavi Hernández no mostró ni un ápice de duda, temor o respeto futbolístico por el Bayern de Múnich en la primera parte... pero perdonó. Todo lo contrario sucedió en la segunda parte. Un error defensivo a balón parado, con ter Stegen quedándose a media salida, propició el gol de Lucas Hernández. El Barça, sin respuesta, colapsó como lleva haciéndolo un lustro en Europa y del tortazo emocional del 1-0 llegó el 2-0 de Sané en apenas dos minutos. Sergio Busquets, muy señalado en el segundo tanto bávaro, simbolizó la decadencia de ese viejo Barça que encajaba humillaciones históricas en la Champions League.

Desde el inicio, quedó patente que el Bayern-Barça sería un juego de presiones. Los alemanes empezaron mordiendo tobillos y agobiando al Barça, lo que provocó dos pérdidas sensibles en las filas barcelonistas, de Sergio Busquets y Ousmane Dembélé, y que el sistema defensivo culé neutralizó en tiempo récord. Los azulgranas, lejos de venirse abajo, cogieron impulso y contestaron de la misma forma: yendo a la yugular de su adversario. En una presión eficaz, con el Barça subiendo la línea defensiva conformada por Koundé, Araújo, Christensen y Marcos Alonso al centro del campo, el cuadro culé robó y generó una jugada peligrosísima que culminó Pedri con un recorte fabuloso. Solo el pie de Manuel Neuer evitó el primer tanto del encuentro.

placeholder Xavi protesta una decisión arbitral. (EFE/Ronald Wittek)
Xavi protesta una decisión arbitral. (EFE/Ronald Wittek)

Acto seguido, Robert Lewandowsi sacó a bailar a Lucas Hernández y Upamecano en un recital de cómo utilizar el cuerpo para chocar y generar espacio con el objetivo de rematar. Por fortuna para los bávaros, el remate del polaco salió centrado. El Barça perdonaba y Nagelsmann enloquecía en la banda, con su Bayern cortocircuitando para superar el plan defensivo de Xavi, capaz de defender lejos de su portería. Otra vez Neuer se equivocaría en salida de balón, pero Lewandowski no atinaría en su control. El Bayern se estiraba por la banda izquierda a través del cañón supersónico de Alphonso Davies, pero se nublaba en el aire. Lewandowski merodeó el gol de nuevo tras burlar a Upamecano y su remate se marchó por encima del larguero. Al polaco lo trajeron para partidos de alta tensión, pero decepcionó en su vuelta a Múnich.

Lewandowski no cumplió las expectativas

El Bayern ansiaba el contragolpe y el Barça solo le cerraba puertas. Al contragolpe, otra vez Lewandowski ponía en jaque a la zaga del Bayern y su cabezazo se topaba con Neuer. Al Barça le faltaba acierto goleador para abrir la lata y el Bayern veía como Pavard caía lesionado. Entró Mazraoui, viejo deseo del Barça. El Barça exudaba personalidad y Davies, antes pirómano, ahora se encontraba apagando fuegos en terreno propio. El Bayern tendría la mejor ocasión local hasta el momento en los pies de Sabitzer, pero su disparo en la frontal se marchó susurrando la madera. Al filo del descanso, el Barça pidió penalti sobre Ousmane Dembélé, pero el árbitro no vio nada punible.

placeholder Robert Lewandowski volvió a casa. (EFE/Ronald Wittek)
Robert Lewandowski volvió a casa. (EFE/Ronald Wittek)

Tras el descanso, Goretzka entró por Sabitzer, que había visto la amarilla. Pero nada cambió y el partido siguió viajando de área a área siempre que el termómetro Pedri no entraban en juego. Upamecano volvió a fallar y Raphinha acarició el gol. El Bayern, como en la primera parte, contestaría con un latigazo de Goretzka. Ese córner sería fatídico para el Barça, porque Lucas Hernández se adelantó a la marca dentro del área, aprovechó las dudas de ter Stegen y envió el balón al fondo de la red. Se adelantó el Bayern y el Barça se fundió a negro.

Solo dos minutos después, Musiala arrancó por la derecha, Busquets desapareció del centro del campo en una presión hacia ningún lado, Koundé tardó en cerrar y Sané definió perfecto ante ter Stegen. Con el 2-0 en contra, Xavi agitó el árbol con la entrada de Ferran Torres y Frenkie de Jong por Raphinha y Gavi... pero ya nada cambiaría porque el Barça se estrelló contra los fantasmas de su pasado. Pudo recortar distancias el Barça en el marcador con una jugada preciosa entre Pedri y Lewandowski, pero el canario envió la pelota al palo para desesperación de Xavi Hernández. El técnico catalán introdujo a Eric García por Christensen.

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Busquets quedó en evidencia. (Reuters/Andreas Gebert)

Sin reacción, entraron Kessié y Ansu Fati por Busquets y Dembélé. Sin llegadas peligrosas y con Lewandowski negado y peleado con el gol, el Barça se desinfló por completo en una segunda parte donde la personalidad de la primera parte quedó absolutamente sepultada por los goles del Bayern. Tuvo otra ocasión Ferran Torres, sin acierto. En el primer bautismo de fuego del Barça de Xavi, en una noche donde se podía medir si este equipo ya estaba preparado para competir de tú a tú a los gigantes europeos, el equipo catalán demostró que aún está lejos de la élite europea a pesar de todos los refuerzos que han llegado este verano.

La imagen que deja el Barça en la segunda parte es de un equipo que goza de recursos suficientes como para crecer y estar en la pomada por llegar lejos en la Champions League, pero está muy verde en aspectos determinantes en una competición tan dura como esta. La Champions no perdona las dudas y la segunda parte del Barça estuvo llena de incógnitas. El '9' polaco, destinado a marcar la diferencia en las grandes noches europeas, decepcionó en su vuelta al perdonar ocasiones muy claras de gol. Y el Barça, en lo colectivo, se mostró impotente tras los goles de un Bayern con más experiencia, determinación y puntería.

El Barça visitó Múnich con la imagen grabada a fuego en la mente de sus aficionados de la terrible goleada por 8-2 en la Champions y de los dos 0-3 que le endosó el coloso alemán en la pasada temporada y que acabó con el conjunto azulgrana yéndose a la Europa League. Sin embargo, una vez empezó a rodar el balón, el conjunto dirigido por Xavi Hernández no mostró ni un ápice de duda, temor o respeto futbolístico por el Bayern de Múnich en la primera parte... pero perdonó. Todo lo contrario sucedió en la segunda parte. Un error defensivo a balón parado, con ter Stegen quedándose a media salida, propició el gol de Lucas Hernández. El Barça, sin respuesta, colapsó como lleva haciéndolo un lustro en Europa y del tortazo emocional del 1-0 llegó el 2-0 de Sané en apenas dos minutos. Sergio Busquets, muy señalado en el segundo tanto bávaro, simbolizó la decadencia de ese viejo Barça que encajaba humillaciones históricas en la Champions League.

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