El Barça busca reanimarse de la Champions a costa de un invicto Real Madrid

La reanimación del muerto llegó en forma de palancas. El fútbol no permite parones; exige rendimiento inmediato. Y el Barça no se podía permitir otro año sin ganar nada. El enfermo tenía que andar cuanto antes. "Lázaro, levántate y anda", dijo el Mesías. Joan Laporta consiguió que el paciente volviera a la vida habitual, pero sus planes están cerca de volar por los aires.

La Liga, donde el Barça llega colíder a este Clásico, ya no vale. Está bien ser referente a nivel nacional, pero en la Ciudad Condal lo que importa es el exterior. Y en Europa los fiascos se acumulan un año tras otro. Caer a la Europa League sería el mayor de los fracasos esta temporada. No es lo mismo hacerlo con Luuk De Jong y con Memphis en ataque que con Raphinha y Lewandowski.

El juego tampoco transmite. Xavi siempre pregonó el discurso de la casa, ese 'cruyffismo' que se echa de menos en el Camp Nou. La brújula del equipo apunta al norte cuando el partido está de cara, pero si la situación se complica es menos fiable que la de Jack Sparrow. Los jóvenes necesitan que los veteranos los auxilien cuando el viento no sopla a favor.

Las prisas por ganar del Barça

No se puede hipotecar el futuro del club para ser eliminados de la Champions en la fase de grupos. Es como darse un disparo en el pie. Las concesiones a Xavi han sido todas las que él ha requerido, aunque es cierto que en los momentos más importantes le han faltado sus mejores piezas en defensa, Jules Koundé y Ronald Araújo. El primero parece que estará en el Clásico.

El Barça tiene más prisa por ganar que por encontrar su esencia. Un camino que puede servir de parche a corto plazo, pero al que quizá se le vean las costuras con el paso del tiempo. Aunque ese rumbo sirve contra el Mallorca o el Celta, no es efectivo frente al Inter o el Bayern de Múnich. Europa no es la Liga y se nota.

El empate ante el Rayo ha sido el único traspié del Barça en Liga. Las victorias, sin embargo, no han mostrado una seguridad asombrosa. La semana pasada, en casa frente al Celta (1-0), pidió la hora. Y ante el Mallorca (0-1) tampoco ganó con un juego sublime. La efectividad de Lewandowski es la única certeza en un equipo en construcción.

Un equipo en construcción

Las prisas, sin embargo, son malas consejeras. El Barça necesita ganar a toda costa, y no solo el Clásico, para que no se desmoronen sus finanzas. El partido, sin embargo, puede ser un buen punto de partida en la construcción del equipo; en el cuajo de la idea. Las grandes victorias son las que alimentan la creencia en el proceso. A eso aspira el equipo de Xavi en el Santiago Bernabéu, estadio al que llega respaldado por la exhibición de la temporada pasada (0-4).

El Madrid, por su parte, tampoco está en un momento sensacional, por más que así lo indiquen sus números. El empate ante el Shakthar Donestk (1-1) hace que el equipo llegue con un sabor agridulce al Clásico. Ellos, sin embargo, no están con el agua al cuello. Ni a nivel financiero ni a nivel deportivo, porque casi con total seguridad jugarán los octavos de la Champions.

Carlo Ancelotti no ha olvidado la humillación de la temporada pasada y "no inventará" frente a Xavi. El partido no es determinante, pero sí fundamental para ver hacia dónde transita cada equipo. Reforzarse con una victoria de prestigio alimenta a cualquier conjunto. Eso quieren tanto el Madrid como el Barcelona. Ha llegado el momento de presentar batalla.