Es noticia
El riguroso plan del Real Madrid para que el Clásico también se le haga cruel al Barcelona
  1. Deportes
  2. Fútbol
el método de Ancelotti

El riguroso plan del Real Madrid para que el Clásico también se le haga cruel al Barcelona

El Real Madrid de Ancelotti compite mejor con una estructura de equipo más ordenado y equilibrado que el Barcelona de Xavi, lo que le hace ser contundente en defensa y en ataque

Foto: Ancelotti ordena el equipo en el partido contra el Shakhtar. (Reuters/Susana Vera)
Ancelotti ordena el equipo en el partido contra el Shakhtar. (Reuters/Susana Vera)
Más información

Xavi tiene una lección que aprender de los dos partidos que ha disputado contra el Inter de Milán en Europa. Ha pecado de principiante. No es lo mismo sentir el juego como futbolista que tener la responsabilidad de estar acertado como entrenador. La lectura de juego desde el banquillo cambia y le condenó a ser un equipo desorganizado en los duelos contra el equipo italiano en la Champions. En el Clásico, lo normal es que se encuentre un Real Madrid similar. El método de Ancelotti está basado en un orden táctico riguroso. Es la filosofía que mejor define el libro de estilo del técnico italiano y con la que empieza los partidos en los que tiene enfrente un equipo que le puede hacer daño. El plan para ser menos vulnerable implica ser cuidadoso.

La estrategia del entrenador del Real Madrid pasa por cumplir con tres directrices obligatorias: una buena colocación de los jugadores en el campo, la concentración y la intensidad. Son las bases para tener más opciones de ganar. En el orden táctico se resumen las consignas de un entrenador que dice que "en el fútbol está todo inventado". A los jugadores no les atiborra con instrucciones. Pocas charlas, básicas y certeras. Este es el camino de Ancelotti para conseguir ser sólidos y tener la garantía de ser mejores en la defensa. Se juega de atrás hacia delante. La calidad individual es la que te hace peligroso en ataque y con la que puedes ganar los partidos.

placeholder Modric conduce el balón junto a Tchouaméni. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Modric conduce el balón junto a Tchouaméni. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El plan de Ancelotti no tiene secretos. Es claro y fácil de interpretar para sus jugadores. Está interiorizado y es lo que le permite ser un equipo con una estructura más estable que la del Barcelona de Xavi. Los cimientos tienen que ser robustos. El Real Madrid busca el control de los partidos desde el orden, protegiéndose con una buena defensa como primera premisa, con posesiones que puede hacer largas por la calidad de sus dos centrocampistas más expertos (Kroos y Modric) y las combinaciones con los apoyos de Benzema como un jugador más en la generación del juego.

Prima el orden y el equilibrio

El Real Madrid hace daño siendo un equipo replegado, con el desplazamiento de un balón largo al espacio o una rápida circulación de sus centrocampistas para conectar con los delanteros. Hay más recursos. La energía y la frescura de los jóvenes para agitar el partido. Pero prima el orden y el equilibrio. Ancelotti tiene un equipo trabajado y versátil para lograr el doble objetivo: la contundencia defensiva y ofensiva.

Foto: Mbappé, con gesto serio en un partido del PSG. (Reuters/Christian Hartmann)

El Real Madrid sabe lo que quiere, lo que le interesa y cuáles son sus mejores armas tácticas para manejarse en los momentos de dificultades que hay en un partido. El Barcelona de Xavi es un equipo más ofensivo, pero también propenso a desordenarse y frágil en los minutos críticos de los partidos. La mentalidad, por supuesto, también juega su papel. Es un Barcelona con más gol y vertical, con Lewandowski, Raphinha y Dembélé, pero inconsistente en lo táctico y lo mental. Salta por los aires si no consigue una de sus premisas: juntarse en la presión para recuperar la pelota. El Barcelona de Xavi se construye de delante hacia detrás. Hablamos de los partidos 'gordos' (Bayern de Múnich e Inter de Milán) en los que ha fallado. En la Liga, con un solo gol en contra y con apuros en los últimos partidos (Mallorca y Celta), los ha sacado adelante. El Clásico es un partido 'gordo'. Un nuevo examen para Xavi.

Ancelotti, con toda su experiencia, aprendió la lección en la goleada del Barcelona de Xavi la temporada pasada en el Bernabéu. Los siguientes partidos, las remontadas en la Champions, fue un equipo que mejoró en el orden. Hubo detalles que influyeron en el 0-4. La ausencia de Benzema, el invento de Modric como delantero, el colchón de puntos en la Liga... Pero el desorden táctico del Real Madrid, la falta de atención en las vigilancias y una menor intensidad puso en aprietos a Ancelotti. Esta temporada ha ganado el derbi al Atleti en el Metropolitano por ser un equipo más eficiente y compacto. Cuando no lo ha sido, como contra Osasuna en el Bernabéu y el Shakhtar en Varsovia, ha sufrido y Ancelotti se ha enfadado.

Convencer a los jugadores

En el fútbol no gana siempre el mejor o el que cree que lo merece. Ni el que más ataca, dispara a portería y genera un mayor número de ocasiones de gol. Tampoco el que tiene una propuesta más ofensiva o la mayor posesión de la pelota. Hay otros factores que son determinantes si el entrenador tiene un plan táctico eficaz y con el que se sientan seguros y convencidos los jugadores. Los dos partidos que le planteó el Inter de Milán al Barcelona son del mismo manual con el que se maneja Carlo Ancelotti en las grandes citas. Lo que hizo Simone Inzaghi a Xavi es lo que se puede encontrar el Barcelona en el Clásico de este domingo en el Bernabéu.

Foto: Simeone durante el partido contra el Brujas. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

A Inzaghi se le puede considerar de la escuela de Ancelotti. Son entrenadores prácticos, que tienen una prioridad como estrategia. La organización de sus equipos les hace más competitivos. Esto es lo que sufrió Xavi en los dos partidos contra el Inter de Milán. Se le atragantó el equipo italiano por el orden de un bloque que fue más conservador en el partido de ida y asumió más riesgos ofensivos en la vuelta. Siempre desde el orden creció el Inter. Como el Real Madrid, Ancelotti construye los equipos con la idea de ser compactos y marcar los tiempos del partido hasta encontrar los puntos débiles del rival. El Inter lo consiguió en San Siro con un planteamiento más defensivo y un gol en un disparo lejano y certero de Calhanoglu. En el Camp Nou, el equipo italiano aprovechó el estado de ansiedad y el juego subido de revoluciones del Barça para hacer más daño con el juego directo.

Los dos partidos entre el Inter y el Barcelona se resumen en la superioridad táctica de un equipo más ordenado que otro y un entrenador que leyó lo que necesitaba. En la faceta defensiva y en la ofensiva, Simone Inzaghi superó a Xavi sin tener el control del juego. No le hizo falta. Las individualidades pueden hacer las diferencias y Lewandowski, con dos goles, dejó al Barça pendiente de un milagro. No tiene visos de que el Inter de Milán se vaya a equivocar en los dos partidos que le quedan de la Champions. Le vale con ganar uno para estar en los octavos. El que ya se ha equivocado es Xavi, pese a que en su lamentación diga que "esta Champions está siendo cruel con nosotros".

Xavi tiene una lección que aprender de los dos partidos que ha disputado contra el Inter de Milán en Europa. Ha pecado de principiante. No es lo mismo sentir el juego como futbolista que tener la responsabilidad de estar acertado como entrenador. La lectura de juego desde el banquillo cambia y le condenó a ser un equipo desorganizado en los duelos contra el equipo italiano en la Champions. En el Clásico, lo normal es que se encuentre un Real Madrid similar. El método de Ancelotti está basado en un orden táctico riguroso. Es la filosofía que mejor define el libro de estilo del técnico italiano y con la que empieza los partidos en los que tiene enfrente un equipo que le puede hacer daño. El plan para ser menos vulnerable implica ser cuidadoso.

Xavi Hernández Luka Modric
El redactor recomienda