La desaceleración del Real Madrid y cómo crece la inquietud de entrar en la cuesta abajo

Carlo Ancelotti está intranquilo. Influye que la Fiscalía le pide casi cinco años de cárcel por un posible fraude a Hacienda, pero le duelen más los pitos del Bernabéu. Se llevó una enorme decepción por ver al equipo jugar con el freno de mano en el partido contra el Leipzig. La reprobación de la grada le perjudica y le pone en alerta. La sensación de estar cuesta abajo, en el tramo de la temporada donde se juegan los partidos claves, y los silbidos no solo preocupa a Ancelotti. También a Florentino y los dirigentes, decepcionados por la mala eliminatoria contra el equipo alemán.

No quieren ni pensar que el equipo se esté cayendo, pero sí se habla de una desaceleración a la que hay que poner remedio pronto. Empezó el 21 de enero en el partido contra el Almería. Una remontada contra el colista de la Liga que costó sangre, sudor y lágrimas. Del Bernabéu se fueron los dirigentes y aficionados molestos con la mala gestión del partido. Desde entonces, el equipo ha empatado cuatro partidos (Atlético de Madrid, Rayo Vallecano, Valencia y Leipzig) y ha ganado dos por la mínima (Leipzig en Alemania y Sevilla). Solo las victorias en Getafe y contra el Girona se han vivido con alivio.

Las explicaciones que se debaten en el club se refieren a si el equipo está acusando los sobreesfuerzos de los jugadores en una temporada con demasiadas lesiones de futbolistas importantes. La dinámica está cambiando y va de más a menos.

El caso más evidente es el de Carvajal. En la eliminatoria contra el Leipzig no ha estado fino ni en defensa ni en ataque. Nacho es otro de los futbolistas que no despeja las dudas y preocupa ver a un central que pierde duelos, como le sucedió en el gol del empate del equipo alemán en el Bernabéu. El capitán no está bien y Ancelotti eligió que jugara Tchouaméni de central en Valencia antes que él, aunque luego dijo que tenía unas molestias.

La red de seguridad en la defensa son Lunin y Rüdiger, los que dan más fiabilidad y solidez. Son los que están más enchufados y a un nivel de intensidad mayor que el resto en este bache del equipo. Tampoco convence el nivel que está dando Mendy, del que Ancelotti dice que es el mejor lateral izquierdo defensivo del mundo, pero que le quitó en Valencia por no dar profundidad al juego ofensivo y sacó a Fran García para intentar la remontada.

Modric, necesario

Ancelotti no consigue dar con la tecla en el relevo generacional del centro del campo. Es la línea en la que tiene más futbolistas y donde puede hacer todo tipo de combinaciones. Con el plan de la energía y la agresividad de Tchouaméni, Camavinga y Fede Valverde se la pegó en la primera parte contra el Leipzig en el Bernabéu. Hubo demasiada confusión y pérdidas de balón. Kroos fue el jugador que robó la pelota en la frontal del área y lanzó el contraataque para Bellingham, que finalizó con el gol de Vinícius.

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Kroos y Modric siguen ganando partidos y apareciendo en momentos claves. El croata, al que el entrenador le ha dado un rol secundario, dio el triunfo con el único gol contra el Sevilla. Modric también hizo un buen partido, saliendo de inicio, en el triunfo en Getafe. Pero Ancelotti no le da continuidad en el once. No jugó ni un solo minuto en Alemania contra el Leipzig y en el Bernabéu entró por Kroos. El italiano evita que los dos estén juntos en el campo de inicio.

El físico es el argumento para sentar a Modric en el banquillo. Ancelotti tendría que revisar si para salir de este bache en el que al equipo le cuesta controlar los partidos y el juego es espeso, convendría volver a empezar con el croata y el alemán desde el primer minuto del partido. La experiencia en situaciones de incertidumbre es un valor a tener en cuenta. Y plantearse si los jugadores que más vigor tienen, deberían pasar a tener el papel de revulsivos.

En el peor partido que se ha visto en el Bernabéu en mucho tiempo, en la sala de máquinas estaban juntos Tchouaméni y Camavinga. La velocidad sin control de los jóvenes franceses no funcionó para darle fluidez y profundidad al juego. También llama la atención el bajón por el que pasa Fede Valverde, un todocampista que la temporada pasada rompía líneas y hacía goles. En esta temporada lo juega todo y da síntomas de fatiga.

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Jude Bellingham ha sido la red de seguridad durante gran parte de la primera mitad de la temporada, pero desde hace un tiempo se le ve un descenso y tiene que ver con su lesión en el tobillo contra el Girona. El inglés da señales de estar agotado físicamente, pero también mentalmente. Tendrá que descansar los dos próximos partidos (Celta y Osasuna) tras la sanción de Competición por dar valor al acta de Gil Manzano que señaló una actitud agresiva en Mestalla. Apelación no ha rebajado el recurso presentado por el Real Madrid y da validez a la actitud de menosprecio que indicó el árbitro.

En la línea de ataque el señalado es Rodrygo. Ancelotti dejó al brasileño fuera del once contra el Leipzig y, aunque salió en la segunda parte, se le ve que está a medio camino de todo. De romper cuando encara y de no ver portería. Joselu, con dos goles al Getafe, y Brahim Díaz, con los tantos ante el Atleti y el de la ida contra el Leipzig, hacen más méritos. El Real Madrid se ha agarrado a los tres goles de Vinícius en los dos últimos partidos y la conclusión es que hace falta recuperar la frescura de más jugadores.