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Solo él conoce la verdad del fútbol: el gurú de las lesiones al que los clubes no pueden mentir
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CULMINACIÓN DEL DOLOR

Solo él conoce la verdad del fútbol: el gurú de las lesiones al que los clubes no pueden mentir

Hemos recopilado las 43.245 lesiones que los más de 19.000 jugadores que han pasado por las cinco grandes ligas han sufrido en los últimos 15 años. Información que los clubes y la UEFA guardan celosamente... para el doctor Ekstrand

Foto: Hazard, en su pasado madridista. (Reuters/Isabel Infantes)
Hazard, en su pasado madridista. (Reuters/Isabel Infantes)

Rotura. Ligamento. Cruzado. Las tres palabras que más terror infunden a un futbolista, las mismas que escuchó Gavi tras abandonar maltrecho el partido España-Georgia. El centrocampista del F.C. Barcelona es el último de una larga estirpe de jugadores malditos, que se han enfrentado con desigual suerte a la emperatriz de todas las lesiones, la más capaz de cambiar a peor el curso de una carrera prometedora.

45 años antes que Gavi, una mañana de enero de 1978, un fulgurante lateral zurdo del Real Madrid llamado José Antonio Camacho se rompía el mismo ligamento cruzado. En Concha Espina conocían muy bien esta clase de desgracia. El doctor López Quiles, que llevaba en el club desde 1960, había visto pasar ante sus ojos a varias estrellas malogradas por el ligamento cruzado: Ramón Marsal, Félix Gato Ruiz o Francisco Ballester apuntaban a la constelación de Gento y Di Stéfano pero quedaron para el arrastre tras la lesión y salieron del club por la puerta de atrás.

Camacho, sin embargo, era uno de esos jugadores que nació para robar rosas en las avenidas de la muerte. Pudo volver y seguir esprintando la banda del Bernabéu muchos años más, pero a qué precio: dos operaciones y 597 días de recuperación —prácticamente dos temporadas en blanco— hasta poder volver a vestirse de corto en un Trofeo Bernabéu, 31 de agosto de 1979.

Hoy en día la medicina ha avanzado mucho, pero la rotura de ligamento cruzado para un futbolista sigue sin ser una ciencia exacta. De hecho, hay jugadores contemporáneos que han tenido tiempos de recuperación similares a los que tuvo Camacho: Jermaine Jenas, antiguo internacional inglés, pasó 619 días convaleciente entre 2014 y 2016 hasta que, dada su edad, decidió no seguir intentándolo y se retiró. Ádám Bogdán, eterno suplente del Liverpool, estuvo 587 días en el dique seco entre 2016 y 2017. Giuseppe Rossi, ex del Manchester United o el Villarreal, pasó 557 días recuperándose del cruzado roto y logró volver por sus fueros, de hecho, se retiró el pasado verano a los 36 años.

El rango más plausible para la lesión de Gavi está entre los 200 y los 300 días, es decir, entre seis y 10 meses

Tranquilos, Gavi estará mucho menos fuera de los terrenos de juego. El rango más plausible está entre los 200 y los 300 días, es decir, entre seis y 10 meses. Hay también algunas excepciones en positivo: este mismo año, Wesley Fofana, defensa francés del Chelsea, ha estado fuera apenas 129 días por una rotura de su ligamento cruzado.

En la última década y media, se han registrado más de 2.000 lesiones relacionadas con el ligamento cruzado entre los futbolistas que han participado en alguna de las cinco grandes ligas. Según los datos analizados por este periódico, la media que han estado fuera de los terrenos de juego se sitúa en 214 días, siete meses clavados. La mediana (convalecencia más habitual) se sitúa en 202 días.

Paradójicamente, como puede apreciarse en la línea de tendencia, cada año el tiempo medio de convalecencia tras una lesión del cruzado es mayor.

Las diferencias estriban, principalmente, en el tipo de lesión y su severidad —si se trata de una torsión o una rotura, si además del ligamento afecta también al menisco interno o externo— pero también en la intervención escogida para reconstruir el tejido fibroso. No es una ciencia exacta, hay quienes priorizan técnicas más conservadoras pero que conllevan más tiempo de recuperación y quienes optan por una opción que les garantice regresar antes a los terrenos de juego. La carrera del futbolista es corta y una temporada fuera es demasiado tiempo, pero un mal paso puede ser fatal. Los datos apuntan a que cada vez más jugadores prefieren demorar su reincorporación a cambio de hacerlo con mayores garantías de evitar recaídas.

Esto lleva generando debates en la prensa deportiva desde hace más de medio siglo. Camacho se fue a París a ser operado por el doctor Joudet en lugar de ponerse en manos de los galenos del club o el doctor Cabot, el cirujano milagro de la época, y ahora Gavi ha hecho lo mismo al priorizar al doctor Monllau antes que a Ramón Cugat, quien tradicionalmente operaba a los jugadores del Barça.

Sin embargo, no cabe duda de que hoy en día una lesión de cruzado no supone el final de un jugador. Ahí están ejemplos como Xavi, que se sobrepuso a una justo antes de convertirse en el diapasón de la España del tikitaka, Sergio Canales que pasó hasta tres veces por quirófano y acabó siendo una leyenda en el Betis o Zlatan Ibrahimović, que se acabó retirando el verano pasado a los 41 años.

Los únicos que saben toda la verdad

Nadie en el mundo del fútbol tiene mejor información sobre lesiones que Jan Ekstrand. Este médico sueco, especialista en cirugía ortopédica, dirige el UEFA Elite Club Injury Study, un esfuerzo científico que desde hace más de 20 años trata de comprender cómo se están lesionando los mejores futbolistas del mundo. Para ello obtiene datos que los clubes ofrecen directamente a la UEFA y que Ekstrand debe tratar con la más absoluta discreción.

"Somos los únicos que realmente tenemos los datos sobre lesiones", explica a El Confidencial, "y eso es porque a veces lo que los clubes cuentan no refleja la verdadera situación". El sueco pone como ejemplo problemas mentales, que durante años han estado muy estigmatizados y por ello los equipos preferían camuflar las bajas por depresión de sus futbolistas como dolores de espalda o gastroenteritis. Sin embargo, aunque reportaran eso a los medios, a la UEFA le llegaba el verdadero diagnóstico.

"Somos los únicos que tenemos los datos sobre lesiones", explica a El Confidencial. "A veces, lo que los clubes reportan a los medios de comunicación no refleja la situación real". Pone como ejemplo la depresión, trastorno aún muy estigmatizado. "A menudo, los clubes suelen decir que es un problema de espalda o algo así".

placeholder Ekstrand, en un seminario sobre lesiones en Estambul. (UEFA)
Ekstrand, en un seminario sobre lesiones en Estambul. (UEFA)

La idea de que en la literatura de lesiones hay mucha ficción fue expuesta recientemente por el exfutbolista Santiago Cañizares: "La experiencia me dice: servicio médico de un equipo de fútbol, ¿te puedes creer lo que digan? No. Ya está. Y algunas veces dicen la verdad, claro que sí".

En El Confidencial hemos analizado todas las lesiones reportadas por los principales jugadores de España, Inglaterra, Alemania, Francia e Italia, es decir, aquellos que han actuado en algún club de LaLiga, la Premier League, la Bundesliga, la Ligue 1 o la Serie A durante los últimos 15 años. De las 43.245 lesiones reportadas por estos clubes, solo se han registrado 13 casos de depresión. Dos de ellos han sido españoles: Víctor Camarasa, actualmente jugador del Oviedo, y Sergio Ruiz, del Granada.

Entre la población general, la prevalencia de la depresión está en torno al 4%. Sin embargo, entre los futbolistas, un colectivo de personas jóvenes y sometidas a un estrés y un escrutinio insoportable, solo un 0,1% de los 19.060 jugadores analizados han padecido este problema.

Menos lesiones, más graves

La plétora de lesiones graves en futbolistas mediáticos ha llevado a entrenadores como Guardiola a denunciar lo sobrecargado del calendario, ¿pero es cierto que esté habiendo cada vez más lesiones? ¿O solo se trata de que la muestra es demasiado pequeña?

En lo que respecta a esto, Ekstrand tiene buenas y malas noticias para los aficionados. En general las lesiones se han reducido, debido sobre todo a los progresos médicos y técnicos, que permiten medir mejor el esfuerzo de los futbolistas o personalizar sus entrenamientos al milímetro. Sin embargo, siempre hay un factor de azar, y por eso los investigadores suelen medir esto en minutos de exposición: a más tiempo sobre el césped (entrenando o jugando, aunque las posibilidades de lesionarse en un partido son mucho mayores) más posibilidad de lesionarse.

Sin embargo, este descenso no se aprecia con las lesiones graves, y más en concreto con la rotura del ligamento cruzado. Se sigue produciendo al mismo ritmo que hace años.

"Las lesiones de ligamento cruzado son graves, pero raras", explica Ekstrand. "Suele darse una por equipo cada dos temporadas para un equipo masculino de 25 jugadores". En el caso de las mujeres, esa ratio aumenta a dos lesiones de ligamento cruzado cada tres temporadas. "Esta lesión tiene algo especial y es que suele venir en clústeres, esto significa que un club puede sufrir dos o tres lesiones en una temporada y luego pasar cuatro o cinco sin ninguna". Es exactamente lo que le ha pasado al Real Madrid este año con Thibaut Courtois y Éder Militão en el equipo masculino y con Caroline Weir y Carla Camacho en el femenino. El vestuario blanco no padecía una lesión similar desde la que tuvo Marco Asensio, hace exactamente cuatro años. También Antonio Rüdiger sabe lo que es pasar por este trance, aunque él la sufrió con su anterior equipo, el Chelsea, en 2016.

"En contraste con otras lesiones de ligamento, no vemos ningún decrecimiento en lo que respecta al cruzado", dice el cirujano sueco. "No sabemos cómo prevenirlas, seguro que hay razones, porque con las lesiones siempre las hay, pero no podemos analizarlas".

El fútbol español y los demás

La Liga, o el fútbol que se juega en España, tiene una particularidad frente a otros países que se refleja en las lesiones que se producen. Es un lugar común que aquí se juega de una forma más técnica, y que los partidos tienen un ritmo más alto que en otras ligas. En general, la tendencia se está dando en toda Europa: cada vez hay más lesiones musculares y menos de ligamento o articulaciones.

El motivo parece evidente. Hoy en un partido se ven menos entradas criminales de las que se veían en los años 80 o 90, y también los árbitros son mucho más estrictos a la hora de amonestar a un jugador que antaño. Sin embargo, La Liga va por delante en esta tendencia.

Los datos que aporta Ekstrand a este respecto son inéditos, no han aparecido en ninguno de sus estudios científicos. "Veamos lo que pasa en España", indica. "El porcentaje de lesiones que son musculares han subido en todas partes: según uno de nuestros estudios más recientes, habían aumentado del 24% de hace unos años al 48% el año pasado, y datos aún más recientes aún no publicados apuntan a que están ya en el 50% del total de lesiones".

"Los clubes españoles tienen un 8% más que el resto de días perdidos por lesiones isquiotibiales"

Pero aquí viene lo llamativo: "Los equipos españoles tenían una media del 64%", dice Ekstrand. En nuestro país, una palabra se repite entre los médicos deportivos mucho más que en el resto del continente: isquiotibiales, los músculos que ayudan a extender la pierna hacia atrás y doblar la rodilla. "Los equipos españoles tienen un 8% más que el resto de clubes de días perdidos por lesiones isquiotibiales: son en realidad lesiones de velocistas".

Eso en cuanto al tipo de lesiones. En cuanto al número, Carlos Lago Peñas, catedrático de Ciencias del Deporte en la Universidad de Vigo, explica que "con datos de evidencia de investigaciones científicas, la incidencia de lesiones en las cinco grandes ligas es muy similar, no hay diferencias entre los países".

Los datos analizados por El Confidencial —a partir de Transfermarkt— muestran sin embargo diferencias en el número de lesiones reportadas por los equipos de cada país. Quizá no sea incompatible con la evidencia científica, solo una constatación de que, como sugería Ekstrand, también hay algo cultural a la hora de comunicar o no una determinada dolencia. En este caso, las competiciones de Alemania e Italia comunican muchas más lesiones cada temporada que Francia o Portugal.

Otro factor que hay que tener en cuenta es la contribución que hacen al cómputo aquellas lesiones que, como Vinícius Júnior o Camavinga, tienen lugar en partidos internacionales con las selecciones. "La tasa de lesiones en partidos internacionales es más alta que en partidos de las competiciones domésticas. Es decir, que cuando juega España hay más lesiones que cuando juega el Fútbol Club Barcelona o el Real Madrid", dice Lago Peñas. "Cada mil horas de exposición de fútbol hay 41 lesiones cuando se hacen competiciones internacionales, pero el valor cae a 32 cuando se juegan partidos de competición doméstica".

Para el catedrático, la respuesta a esta disparidad no estaría tanto en la carga extra de partidos como en una discrepancia entre preparadores físicos. "Seguramente tiene que ver con que el control de la carga de los jugadores, o la personalización de su preparación a los partidos, no es igual de buena que en los clubes", sentencia. "Entiendo que seguramente hay que avanzar más en la relación entre los preparadores físicos de los clubes y los de la selección".

Ekstrand alude también a que otro factor para que las estrellas caigan con mayor facilidad es que, al estar convocados para torneos como Eurocopa o Mundial, su periodo de descanso y su pretemporada se acortan, y con ella la ratio de entrenamientos antes de cada partido. Los nuevos tipos de pretemporada, con partidos muy exigentes en agosto y muchos viajes (al contrario de lo que se hacía antiguamente) también aumentan mucho las posibilidades de una lesión. No parece casualidad que muchos de los ligamentos cruzados hoy en recuperación estuvieran hace un año luchando por levantar la Copa del Mundo en Qatar.

Buscador de lesiones

Aquí podrá encontrar las más de 40.000 lesiones sufridas por los principales futbolistas del mundo desde 2008, incluida la más insólita, de Romário Baró. En octubre de 2021, este joven centrocampista del F.C. Oporto cedido al Estoril Praia estuvo de baja 177 días. La causa de la lesión: herida de bala.

Rotura. Ligamento. Cruzado. Las tres palabras que más terror infunden a un futbolista, las mismas que escuchó Gavi tras abandonar maltrecho el partido España-Georgia. El centrocampista del F.C. Barcelona es el último de una larga estirpe de jugadores malditos, que se han enfrentado con desigual suerte a la emperatriz de todas las lesiones, la más capaz de cambiar a peor el curso de una carrera prometedora.

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