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Reprogramarse: esta es la tarea más difícil de Gavi en mitad de la plaga de roturas de cruzado
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HABRÁ QUE TRABAJAR SU RODILLA Y SU MENTE

Reprogramarse: esta es la tarea más difícil de Gavi en mitad de la plaga de roturas de cruzado

El jugador del Barcelona, por desgracia, forma parte del numeroso grupo de futbolistas que se han roto el ligamento cruzado de su rodilla en este comienzo de temporada, una lesión que le obligará a trabajar física y mentalmente

Foto: Gavi, en el suelo tras lesionarse en el partido contra Georgia. (Reuters/Juan Medina)
Gavi, en el suelo tras lesionarse en el partido contra Georgia. (Reuters/Juan Medina)

Corría el minuto 23 de partido cuando, en un balón filtrado al borde del área, Gavi era golpeado por detrás por Lochoshvili. El jugador de la Selección, en su afán por proteger el esférico, colocó su cuerpo por delante del georgiano, que terminó impactando en la rodilla derecha del joven jugador. Tras el dolor inicial y probarse en banda, volvió a entrar al campo y, en la primera jugada, en un control, vio cómo la rodilla se le iba y no respondía. Estaba seguro de sufrir una lesión grave.

Los servicios médicos de la Selección, y posteriormente los del Barcelona, confirmaban los peores presagios: rotura del ligamento cruzado anterior con afectación al menisco. La lesión es la peor posible para un futbolista, pues dice adiós a la temporada, a la Eurocopa y a los Juegos Olímpicos. Pero la pregunta que nace de esta situación es clara: ¿por qué cada vez hay más lesiones graves de rodilla en el fútbol profesional? ¿Por qué esta dinámica aumenta con el paso de los años?

En los primeros meses de temporada, además de Gavi, jugadores como Thibaut Courtois, Eder Militao, David Silva, Kevin de Bruyne, Wesley Fofana, Jurrien Timber, Christopher Nkunku o Caroline Weir, entre muchos otros, han sufrido una lesión grave de rodilla. Los estudios confirman que, a lo largo de un curso, se producen unas once lesiones de este estilo por campeonato liguero o, lo que es lo mismo, que cada dos años, un jugador de un club caerá gravemente lesionado.

"Sabemos que los deportistas se lesionan más el ligamento cruzado anterior durante los partidos y se puede deber a varios factores: la competitividad, la intensidad e incluso la fatiga. Si a esto le añadimos una mayor carga de encuentros, aumenta el riesgo de padecer esta lesión cuando no hay suficiente tiempo para recuperarnos o por las dolencias que vamos acumulando a lo largo de la temporada", explica a El Confidencial el doctor David Rodríguez-Sanz, profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid en la Facultad de Enfermería, Fisioterapia y Podología y director del Experto de Fisioterapia Deportiva.

Foto: Los gestos de dolor de Gavi en la lesión contra Georgia. (Reuters/Juan Medina)

Más lesiones por un "cóctel perfecto"

De unos años a esta parte, las lesiones del ligamento cruzado son cada vez más habituales. Muchos jugadores terminan por sufrir una grave dolencia que es complicada de recuperar. No solo por la necesidad de que cure perfectamente y esté apta para el deporte de alta competición sino, especialmente, por el componente psicológico que conlleva una lesión como esta. No es fácil para un jugador olvidar el calvario que ha pasado y protegerse pasa a ser un acto inconsciente.

"La rodilla es una articulación que, en el fútbol, tiene una solicitación mecánica muy alta. A ello hay que unirle los traumatismos que recibimos y que es un deporte en el que tenemos cambios de dirección y de velocidad. Si metemos en esta fórmula el césped, las botas de tacos y los choques entre jugadores, tenemos el cóctel perfecto para que la rodilla sufra una lesión. Y el descanso también juega un papel clave para proteger al deportista", explica el experto.

Hay que trabajar la cabeza

El problema para un jugador que se ha lesionado tan gravemente, especialmente tan joven como es el caso de Gavi, es la necesidad de borrar de su mente lo sucedido. Es una lesión que te deja fuera de juego casi un año y, por ello, todo el mundo busca evitar una recaída. El primero, el jugador. Por esa razón, en muchas ocasiones, el futbolista trata de evitar los choques, los golpes y los impactos en la rodilla, protegiéndose casi involuntariamente. Habrá que ver cómo es capaz de gestionar eso el joven jugador del Barcelona, alguien acostumbrado a ir a la guerra en cada balón dividido sobre el césped.

"Un aspecto fundamental es que habrá que reprogramar tanto el cerebro como la rodilla del jugador para que tenga toda la confianza y pueda volver a su estado anterior y desarrollar ese estilo de juego tan particular. Se necesita desarrollar una propiocepción exquisita donde todos los actores que hay en la rodilla, los componentes musculares, articulares y neurológicos tras la cirugía, funcionen perfectamente y de manera coordinada", explica el doctor Rodríguez-Sanz.

Los datos confirman que las lesiones de ligamento cruzado se producen "hasta tres veces más en hombres que en mujeres" y que, en los últimos años, hay "un alto porcentaje de lesiones en niños entre 10 y 14 años, algo que antes no ocurría". Por esa razón, cuando ocurren este tipo de roturas, es necesario cambiarle al jugador algunos hábitos. Es decir, mejorar algunos gestos posturales del ejercicio para evitar la opción de recaída y las dudas del propio futbolista.

"Hay que realizar un trabajo profundo, incluyendo el análisis de la pisada, para minimizar esos factores de riesgo biomecánicos, como el aumento de pronación, así como todos los elementos ascendentes y descendentes involucrados para que el jugador vuelva en el mejor estado funcional. Con ello, se disminuye el riesgo de una nueva lesión de cruzado", confirma el doctor Rodríguez-Sanz. Comienza el trabajo de recuperación de Gavi, donde físico y cabeza tendrán la misma importancia.

Corría el minuto 23 de partido cuando, en un balón filtrado al borde del área, Gavi era golpeado por detrás por Lochoshvili. El jugador de la Selección, en su afán por proteger el esférico, colocó su cuerpo por delante del georgiano, que terminó impactando en la rodilla derecha del joven jugador. Tras el dolor inicial y probarse en banda, volvió a entrar al campo y, en la primera jugada, en un control, vio cómo la rodilla se le iba y no respondía. Estaba seguro de sufrir una lesión grave.

El Confidencial
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