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Los médicos avisan: "Hay una auténtica plaga de lesiones de ligamento cruzado en niños y niñas"
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La epidemia de la especialización precoz

Los médicos avisan: "Hay una auténtica plaga de lesiones de ligamento cruzado en niños y niñas"

Diversos expertos en medicina deportiva alertan sobre una preocupante tendencia: el incremento de lesiones graves en niños y niñas (desde los 10-11 años) que practican fútbol y baloncesto

Foto: Entrenamiento infantil.
Entrenamiento infantil.

En el polideportivo Félix Rubio de Madrid (en Villaverde Bajo) se juega un partido de la categoría cadete preferente, entre futbolistas de 15 años. En la banda, con una bota 'walker', hay un chico con gesto agridulce sacando fotos. La rodilla le hizo 'crac' (lo oyó, asegura) al tirarse a por un balón hace dos meses y medio, y todavía le quedan otros dos de recuperación. “¡Fue por las botas!”, exclama el padre de otro jugador que también está viendo el partido. “¡El puñetero taco alto! Y estos campos duros de moqueta quemada, que son una mierda”.

El deporte es salud, como se repite tantas veces, pero no siempre. En el fútbol (y el baloncesto) el exceso de carga de trabajo viene produciendo un aumento de lesiones musculares y tendinosas en niños de 10 o 12 años que empieza a llamar seriamente la atención de la comunidad médica en España, como expresa a este periódico Ana de la Torre, la primera médica que llegó a la Primera División del fútbol español (Getafe). “Estamos viendo una plaga de lesiones en categorías inferiores”, afirma en conversación con este periódico: “Cada vez hay más, y en niños cada vez más jóvenes... La exigencia a la que los someten es muy alta; a lo mejor nos deberíamos plantear las cosas...”.

placeholder Fabio Capello observa a unas niñas jugando al fútbol en unas jornadas de la FIFA. (EFE)
Fabio Capello observa a unas niñas jugando al fútbol en unas jornadas de la FIFA. (EFE)

No hay preparador físico, entrenador o incluso progenitor que no crea tener claras ciertas reglas elementales sobre las lesiones infantiles (como la necesidad de usar equipamiento adecuado, entrenar en superficies bien cuidadas, tener supervisión adulta o calentar antes de un partido). Pero desafortunadamente, la tasa de lesiones en el fútbol infantil y juvenil crece no solo en Estados Unidos sino también en nuestro país, donde es el deporte de contacto que más percances físicos ocasiona (con permiso del rugby).

“El problema es la especialización precoz”, afirma el doctor José Luis Martínez Romero, que dirige junto al doctor Pedro Guillén la cátedra de Traumatología de Deporte de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM) y organizó la semana pasada las XXVIII Jornadas Nacionales de Traumatología del Deporte. “El deporte es muy sano, y cuantos más niños y personas hagan actividad física, mejor, pero existen ciertos deportes de contacto (fútbol sobre todo, pero también baloncesto) en el que los niños empiezan muy temprano a especializarse. Y ello implica competitividad y sobrecarga de entrenamientos... Y causa problemas”.

Martínez Romero, que cumplió 70 años este mismo mes, recuerda que “hace años no había lesiones músculo-tendinosas en los niños. Y tampoco se veían lesiones de rodilla (menisco, ligamento cruzado anterior). Pero hoy día en el fútbol y en el baloncesto hay una plaga. De hecho, ahora mismo se operan a partir de 10-11 años de lesiones del cruzado anterior. ¡Pásmate! Hace años era impensable que un niño se pudiera romper el ligamento cruzado anterior como un profesional. Y eso es lo que asusta. Hoy día hay una auténtica plaga de lesiones de ligamento cruzado anterior en niños y niñas. Es lo más grave que está pasando ahora”.

La influencia de los padres

“La responsabilidad es del preparador físico”, explica Pepe Claverol, podólogo deportivo que trabajó muchos años para el primer equipo del Mallorca. “Si hay demasiadas lesiones musculares en un equipo, está fallando la preparación física y la carga de trabajo. El problema con los chavales es que no estiran ni antes ni después. En los clubes grandes no sucede, porque hay muchos recursos, pero hay muchos clubes de alevines, infantiles, cadetes, etc. en los que juegan niños que están creciendo y tienen deformidades mecánicas, no están para jugar al fútbol, sino para otros deportes o actividades… Pero como el padre conoce al entrenador y lo tiene que poner, pues lo pone. Ahí es donde más lesiones hay, en los clubes pequeños, de pueblos, de barriadas... Donde hay politiqueo. Hay mucho enchufismo en los clubes pequeños. Siempre está el padre del niño que quiere que su hijo juegue sí o sí, y que conoce además al entrenador. Y esos son los que más se lesionan…”.

“La carga de la vida”

Todas las fuentes consultadas por El Confidencial coinciden en señalar la excesiva exigencia que viven los niños en nuestra sociedad, con jornadas llenas de actividades evaluables y expectativas frecuentemente desmedidas. El fisioterapeuta Álvaro Otero (exjugador de fútbol en Tercera y Segunda B), que dirige el máster en Osteopatía Integrativa de la Universidad Camilo José Cela de Madrid, tiene una visión aún más crítica del asunto. Especialista en psiconeuroinmunología, Otero confirma el aumento de lesiones graves en esta franja de edad y argumenta que “hay un componente mecánico, por supuesto, que es el sobreentrenamiento. Lo que pasa es que hay una serie de gastos energéticos que no se están contabilizando; y cuando hay un gasto excesivo y no se compensa, siempre hay una lesión”.

placeholder Partido infantil (C.D. Pablo Iglesias).
Partido infantil (C.D. Pablo Iglesias).

Otero se refiere específicamente al sistema inmunológico (que está crónicamente activo, dice, por los malos hábitos alimenticios) y al trabajo cognitivo: “Son chavales que están estudiando, y además entrenan, y tienen más exigencias extracurriculares. Y todos esos sistemas suponen un gasto para el cuerpo. El sistema inmune exige unas adaptaciones que te impiden rendir a tope, o que el músculo pueda soportar la carga. Y por ahí vienen muchas lesiones: el cuerpo tiene una demanda excesiva y al final es el sistema músculo-esquelético el que se resiente, como si se abandonara. La situación responde mucho al estilo de vida occidental: comidas con alta carga glucémica, comidas con antinutrientes que activan ese sistema inmunológico todos los días. Antes las meriendas eran de otra forma. Los productos que se ofertan ahora son cada vez más refinados y no aportan nada nutricionalmente. El cambio es brutal. Es muy raro encontrar hoy a un deportista joven con buenos hábitos alimenticios”.

¿Y toda la información y propaganda que hay actualmente sobre una alimentación más sana? “Se bombardea mucho sobre la alimentación, sí”, admite Otero, “pero hay mucha venta por otro lado. Se les dice que deben comer más sano, pero por otro lado se les venden productos poco saludables todo el rato, y además es mucho más barato acceder a estos productos (bollería industrial) que a productos naturales. Es una contradicción. Hay mucha presión de hacer cada vez más cosas, los niños tienen sobrecarga no solo física, sino cognitiva: cada vez hay que ser mejor, tener más clases de todo, más exigencia. Por eso es un error hablar de sobrecarga mecánica solamente. Habría que hablar de carga de la vida, en todos sus ámbitos”.

No existen cifras nacionales actualizadas sobre la evolución de las lesiones deportivas infantiles; tanto el Consejo Superior de Deportes como la Federación Española de Fútbol se remiten a la Mutualidad de Previsión Social de Futbolistas Españoles a Prima Fija, cuyos datos no están agregados ahora mismo (aunque fuentes autorizadas del organismo confirman a este periódico el aumento de estos percances).

Los campos de hierba artificial

Sergio del Valle, futbolista (A. D. Complutense) y preparador físico (equipo femenino juvenil del Atlético de Madrid, entre otros), trabaja desde hace años en el fútbol base. En su opinión, “los campos de hierba artificial hacen mucho, aunque ahora están empezando a mejorarlos... El tipo de bota también puede afectar a esas lesiones de rodilla y de tobillo; estos últimos años he visto muchas lesiones de tobillo en campos de hierba artificial de los que se hicieron hace mucho tiempo y no han cambiado”.

placeholder Campos de césped artificial en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca).
Campos de césped artificial en Peñaranda de Bracamonte (Salamanca).

Pero el factor esencial vuelve a ser el nivel de exigencia, muy superior al que había antes: “Ahora buscamos desde el inicio, con 8 o 9 años, una sobrecarga que les puede producir lesiones nuevas. No es lo mismo entrenar a un joven de 21 años que a un niño de 12. No se les puede hacer lo mismo”.

Lesiones por estrés

Mientras, el doctor Martínez Romero sigue clamando contra la especialización temprana y por la racionalización del deporte infantil: “Además de las roturas y las lesiones musculares, también estamos viendo lesiones producidas por estrés en ciertas zonas óseas de inserción, porque los cartílagos de crecimiento en los niños son más tiernos, no como en el adulto, que el hueso está duro. Y además todos los niños no son iguales, pero entrenan juntos. Y muchos se quedan en el camino porque aparecen lesiones. Es una selección verdaderamente a lo bruto, cuando debería ser lo contrario, cuando debería ser una actividad para disfrutar”.

“Nosotros siempre hemos dicho que hay un deporte para cada persona y cada capacidad, y que siempre se debería hacer una valoración médica de ese niño y una orientación deportiva en función de sus características físicas y psicológicas. Hay factores de riesgo que deben analizarse previamente. En las niñas, además, esos factores se multiplican, por cuestiones hormonales y mecánicas: en sus rodillas, por ejemplo, los ejes de carga son distintos de los niños, hay un ángulo más abierto de apoyo y cierta inestabilidad de la rótula. Y si no se controla al principio, luego vienen los problemas. Los niños deben aprender disfrutando, aprender imitando y disfrutando. Si la competitividad es excesiva, no lo entienden; disfrutan haciendo deporte y quieren una recompensa. Si no, sufren, y solo disfrutan los que ganan. Piense en la gimnasia rítmica, por ejemplo. ¡Hoy hay niños de 4 y 5 años jugando ya al tenis, sin haber probado nada más! Es muy peligroso”.

20 minutos al comienzo del entrenamiento

A finales de 2019, la revista 'British Journal of Sports Medicine' publicó un experimento realizado en República Checa, Alemania, Holanda y Suiza. El objetivo era tratar de reducir las lesiones graves (más de 28 días de baja) en niños futbolistas entre 7 y 13 años. Para ello, se compararon dos grupos diferenciados: la mitad de los chicos reemplazó su rutina de entrenamiento por el programa ‘11+ Kids’, dos veces por semana, mientras que la otra mitad siguió con su práctica habitual.

El resultado del estudio (financiado por la FIFA) fue diáfano: se redujeron las lesiones producidas tanto en partidos como en entrenamientos. Las que más disminuyeron fueron las lesiones óseas (un 66%), fracturas (49%) y esguinces de ligamentos (37%). En algunas zonas del cuerpo, la reducción fue gigantesca: rodilla (82%), cadera/ingle (81%), pie/dedo del pie (80%) y tobillo (65%). Con solo 15 o 20 minutos de actividad preventiva antes de cada entrenamiento, concluyó el experimento, los resultados eran asombrosos.

"Muchas veces van a entrenar a los niños los que empiezan. Necesitan gente formada"

El programa, concebido a comienzos de la década, terminó llamándose 'FIFA 11+'. Martínez Romero lo recomienda como “protocolo de prevención”, pero el problema, lamenta, “es que vamos muy acelerados… Hay equipos que lo hacen, pero otros muchos no, porque necesitan dedicar un 20% del tiempo de entrenamiento a ese protocolo de prevención. Hay que conseguir que nuestros deportistas no se especialicen precozmente y que sus entrenadores estén formados en trabajar con niños. Porque muchas veces van a entrenar a los niños los que empiezan. Y los niños, precisamente, necesitan gente muy bien formada, para que los traten no solo colectivamente sino individualmente. El mejor tratamiento de la lesión es la prevención. Y cuando se aplica a jóvenes deportistas y a niños, eso es sagrado”.

Claverol tiene una opinión parecida: “Los chavales salen y enseguida empiezan a tocar la pelota. Y no es eso. Hay que estirar antes, trabajar, y al final viene la pelota. Pero se ponen a chutar enseguida, y entonces se lesionan... Si te fijas, las lesiones musculares de los niños casi siempre son en el recto anterior, vasto y recto anterior, en la parte delantera del muslo. Si no calientan antes y estiran bien, aparecen los problemas. Y cuando estiran, lo hacen antes del entreno, nunca antes y después. Por problemas de tiempo, porque el entrenador llega tarde del trabajo... Es una cuestión social. Todo depende de en qué club juegues. Porque además, como estos niños están federados, las revisiones que se les hacen son muchas veces mediocres o directamente malas. No son serias. Suponen un trámite para la gente que trabaja allí”.

En el polideportivo Félix Rubio de Madrid (en Villaverde Bajo) se juega un partido de la categoría cadete preferente, entre futbolistas de 15 años. En la banda, con una bota 'walker', hay un chico con gesto agridulce sacando fotos. La rodilla le hizo 'crac' (lo oyó, asegura) al tirarse a por un balón hace dos meses y medio, y todavía le quedan otros dos de recuperación. “¡Fue por las botas!”, exclama el padre de otro jugador que también está viendo el partido. “¡El puñetero taco alto! Y estos campos duros de moqueta quemada, que son una mierda”.

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