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Cómo el Real Madrid sale a flote en la Champions y no es por la maldad de que se lo debe a la suerte
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Cómo el Real Madrid sale a flote en la Champions y no es por la maldad de que se lo debe a la suerte

El Real Madrid da continuidad a las remontadas por ser un equipo que no le entra el pánico en las situaciones más comprometidas, por su esfuerzo, mentalidad, calidad y tener líderes

Foto: Vinícius celebra un gol contra el Liverpool en Anfield. (Efe/Peter Powell)
Vinícius celebra un gol contra el Liverpool en Anfield. (Efe/Peter Powell)

Lo visto en Anfield es un capítulo más de una serie reciente de remontadas del Real Madrid que empezaron en el Bernabéu contra el Paris Saint-Germain la temporada pasada y siguieron contra el Chelsea, Manchester City y la final contra el Liverpool. Hace un año era difícil creer que estuviera entre los candidatos a ganar el título y cuando lo consiguió, los análisis se referían a la suerte. Se valoró la rebeldía, la resistencia a darse por vencido, el espíritu para levantarse y no rendirse hasta el final. Con el tiempo, con la llegada de otra temporada, se comprobaría que la fortuna estuvo del lado del Real Madrid y esta no dura siempre. No había otra explicación a los milagros europeos. Ancelotti y la mezcla de veteranos y jóvenes lo han vuelto a hacer en Liverpool.

Hacer pronósticos es muy sencillo. Del Real Madrid se dijo que en la final de París le salvó Courtois y en las anteriores eliminatorias no jugó mejor que sus rivales. El Real Madrid se rehizo con una pifia de Courtois en Anfield, el héroe de la Decimocuarta, según los puristas del buen fútbol. Acabó dando un repaso al equipo de Jürgen Klopp. Con buen fútbol, además, si nos detenemos en la jugada del quinto gol que marca Benzema. La preciosidad también está en un contraataque lanzado por Modric, la pausa de Vinícius para darle el balón al francés y su habilidad en la definición. Una acción vertical, precisa y eficaz. Se le puede quitar valor a la jugada y verla como con el demérito de un rival entregado. Se puede hablar de fortuna en el despeje de Alisson que pega en Vinícius. La suerte se busca, se persigue con el tesón del brasileño y también se trabaja física y mentalmente. No aparece sola. Cuanto más pones, más cerca estás del milagro futbolístico.

placeholder Militao, Camavinga y Modric tras encajar un gol en el partido contra el Liverpool
Militao, Camavinga y Modric tras encajar un gol en el partido contra el Liverpool

El Real Madrid no goleó en Anfield al peor Liverpool desde que está Jürgen Klopp. Lo que hace es volver a demostrar cómo se compite en este tipo de partidos y escenarios que te llevan al límite y en el que hay algo más importante que el buen juego. La explicación está en la herencia cultural que se transmite de unos jugadores a otros. La identidad del Real Madrid en este tipo de partidos es acordarse que otros ya lo hicieron antes y que no intentarlo no está permitido. No es producto de la suerte ni del estilo de juego. Viene de Di Stéfano, Gento, Puskas, Amancio, Juanito, Santillana, Míchel, Butragueño, Hierro, Raúl, Sergio Ramos y así hasta Benzema y ahora Vínicius por dar algunos nombres. Se llama honrar y ser fiel a las gestas del pasado. Nada es imposible y el brasileño, tras marcar el primer gol, el que metió al equipo en el partido en un momento dramático, lo festejó mordiendo el escudo.

Producto del esfuerzo

La dinámica del Real Madrid en la Champions apunta a que puede ganar la Decimoquinta. Vista una nueva hazaña en Europa y con los antecedentes de la temporada pasada, las opciones de ser campeón suben para el equipo de Ancelotti. El Real Madrid vuelve a ser el equipo a temer en la Champions. Nadie querrá enfrentarse a un grupo de jugadores que se transforma en Europa. La exhibición de Anfield sirve para desmontar la teoría de la suerte que tiene el Real Madrid en Europa. Es producto de una mentalidad competitiva superior, de la calidad de sus jugadores y, por supuesto, del esfuerzo. Si el Real Madrid trabaja y es un equipo agresivo, es el mejor del mundo saliendo de las situaciones más comprometidas.

Foto: Nacho salta a por un balón con Salah. (Reuters/Phil Noble)

A la suerte le tiene que acompañar el liderazgo. El Real Madrid lo tuvo en Anfield en el momento que recibió dos goles y Benzema, el capitán, se dirigió a sus compañeros para transmitirles calma. Quedaba mucho partido por delante. Luego, en el descanso, el francés habló con Courtois para apoyarle tras el fallo y decirle que iban a ganar el partido. Lo confirma el portero belga. Detrás de una remontada hay buen juego, sufrimiento, suerte y un líder.

Las Champions no se ganan en una lotería. Hay que pasar angustias, superar lesiones, no bajar los brazos cuando encajas un gol, dos o tres, tener la capacidad de unirse, mirarse a la cara en el descanso y decirse en el vestuario que todo es posible. Se puede pasar de competir mal a hacerlo fenomenal. Es una cuestión que depende de tener carácter y compromiso, apoyado con las instrucciones tácticas y la lectura del entrenador. Un periodista inglés le preguntó a Ancelotti por el secreto de la resurrección y comentó: "Nosotros nunca perdemos el control. Es la cualidad mental de este equipo, de estos jugadores. Los mejores son capaces de enseñar a los más jóvenes la calma y la tranquilidad". En el naufragio de una tormenta, el Madrid no se hunde si es capaz de evitar el pánico. Sale a flote. Lo de la suerte es una maldad.

Foto: Amancio con Benzema en el césped del Bernabéu. (Reuters/Isabel Infantes)

Dicho todo esto, el Real Madrid no ha ganado la Champions y le queda el partido de vuelta contra el Liverpool. Sería un descalabro que no se clasificara para los cuartos de final. Esto será dentro de tres semanas en el Bernabéu. La sensación es que un Real Madrid con un resultado tan amplio puede caer en la relajación y llevarse un susto. Lo normal es que siga adelante en su competición y en el camino tiene su desafío más importante de la temporada. Su prioridad es ganar la Champions y la del Barcelona es la Liga. Esto no significa que tenga que poner todos los huevos en la cesta de la Champions, sabiendo que la distancia de ocho puntos con el Barcelona en la Liga requiere otra gran remontada y que tiene el Clásico de Copa del Rey.

Empieza lo duro de una temporada atípica condicionada por el parón del Mundial, el cambio en la planificación física para encontrar el punto idóneo en lo individual y colectivo. El Real Madrid pasó un bache en el mes de enero que le costó la Supercopa de España. No compitió en el Clásico de Arabia Saudí. Se ha dejado puntos en la Liga y en el regreso de la Champions muestra una versión muy mejorada de Benzema y Modric. Viene de ganar el Mundial de Clubes con la recuperación de Fede Valverde. Vinícius está en una línea de regularidad, como Camavinga, Militao, Nacho y aparece la segunda unidad (Ceballos, Marco Asensio, Rodrygo...). No se puede hablar todavía de un Real Madrid cien por cien fiable, pero sí de un equipo que tiene hambre en Europa.

Lo visto en Anfield es un capítulo más de una serie reciente de remontadas del Real Madrid que empezaron en el Bernabéu contra el Paris Saint-Germain la temporada pasada y siguieron contra el Chelsea, Manchester City y la final contra el Liverpool. Hace un año era difícil creer que estuviera entre los candidatos a ganar el título y cuando lo consiguió, los análisis se referían a la suerte. Se valoró la rebeldía, la resistencia a darse por vencido, el espíritu para levantarse y no rendirse hasta el final. Con el tiempo, con la llegada de otra temporada, se comprobaría que la fortuna estuvo del lado del Real Madrid y esta no dura siempre. No había otra explicación a los milagros europeos. Ancelotti y la mezcla de veteranos y jóvenes lo han vuelto a hacer en Liverpool.

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