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Fin de la sequía: el Barcelona de Xavi gana la Supercopa de España a un Madrid vulgar (1-3)
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Fin de la sequía: el Barcelona de Xavi gana la Supercopa de España a un Madrid vulgar (1-3)

La Supercopa de España es para un Barcelona que demostró tener más ganas y se aprovechó de los numerosos errores del Real Madrid. Xavi ya tiene su primer título

Foto: Pedri celebra el tercer gol del Barcelona. (Reuters/Ahmed Yosri)
Pedri celebra el tercer gol del Barcelona. (Reuters/Ahmed Yosri)

Xavi consigue su primer título como entrenador del Barcelona. No es el de más prestigio, pero es contra el Real Madrid y en un partido en el que le dio un repaso a Ancelotti. Lo necesitaba y compitió mejor ante un rival que sucumbió por sus errores. En Riad, Xavi se estrena con una Supercopa de España que le tiene que saber como una Champions. Acaba con una larga sequía. Desde la Copa del Rey de Koeman, en abril de 2021, no tocaba metal el equipo azulgrana. Es un título que sirve para reforzar el proyecto de Xavi y da seguridad a un equipo que jugó con más energía y ganas que el Real Madrid.

La Supercopa de España se había convertido en una reválida para Xavi. Ganar era demostrar que va por el buen camino, que es capaz de cambiar la tendencia perdedora. Para Ancelotti era la oportunidad de engordar el palmarés y encontrar un punto de partida para despejar dudas. El Real Madrid ha caído en la vulgaridad. Es un equipo frágil en lo futbolístico y lo anímico. Los errores de Rüdiger, Carvajal y Ceballos le costaron tres goles. No tuvo energía ni rebeldía para reaccionar. No supo cómo atemorizar. Hay jugadores, como Modric, que son irreconocibles. Hizo un partido horroroso en todas las facetas.

Solo se puede salvar a Courtois, que evitó una goleada más escandalosa. La final es para el equipo que más la quiso, que jugó con agresividad y salió enchufado. Destacó Gavi. Representa el hambre del futbolista que se quiere comer el mundo. El Barcelona, sin fisuras, mereció el Clásico de Riad. El Real Madrid no ha competido. No ha tenido la concentración, la energía, las ganas ni la rebeldía para ir a por el partido. Merecido triunfo del Barcelona. Más fácil de lo que podría esperar. Ancelotti tiene que trabajar a fondo un equipo que ha perdido frescura, chispa y hambre. No solo ha bajado su nivel Modric. Rüdiger, Fede Valverde y Vinícius no transmiten ferocidad y espíritu de lucha.

placeholder Vinícius se intenta marchar de Araújo.
Vinícius se intenta marchar de Araújo.

El Real Madrid y el Barcelona llegaban a la final con el mismo problema futbolístico: las dudas defensivas penalizan su falta de solidez. Valencia y Betis les generaron demasiadas ocasiones y les llevaron al límite de los penaltis. Para minimizar riegos, Ancelotti sacrificó a Rodrygo y Xavi a Rapinha. En los dos equipos iniciales entraron Camavinga para fortalecer el centro del campo con Kroos, Modric y Fede Valverde. En el del Barça, Xavi juntó a Frenkie de Jong con Busquets, Gavi y Pedri. Cada entrenador dio prioridad a ser más compactos que asumir riesgos ofensivos. Pensaron en un partido largo, de desgaste, a la espera de aprovechar un error del contrario, un desajuste o una acción técnica individual. La presión por no fallar, por ganar este título se vio en las alineaciones.

Los errores del Madrid

La consigna de defender bien y conceder poco llevó el partido a un largo periodo de tanteo. Hasta el minuto 33, con el error de Rüdiger en la salida del balón y la presión de Busquets. Hasta este momento, el partido transcurría por los cauces de la igualdad y la precaución. El punto diferencial lo puso la agresividad de la presión del Barcelona para robar ese balón cerca del área del Real Madrid. Busquets tiró de oficio y se activó la presión. Rüdiger se lio. Se le hizo de noche. Colapsó. La pelota interceptada por Busquets acabó en Lewandowski, el pase en Gavi, que entraba como un avión. Definió ante la oposición de Carvajal. El plan del Real Madrid saltó por los aires. La intensidad azulgrana era superior a la de un Madrid más pasivo.

El mordisco del Barça espoleó al equipo de Xavi. El Real Madrid había cometido el primer error importante del partido en el despiste de Rüdiger. Había pasado poco en las dos áreas hasta el gol de Gavi. Una ocasión para cada equipo. La mejor para el Barcelona con un disparo potente de Lewandowski que pegó en el poste tras desviar Courtois en otra enorme estirada. La respuesta del Real Madrid fue un centro de Mendy que remató de cabeza Benzema. El balón se marchó por encima de la escuadra de Ter Stegen.

El gol de Gavi metió en más problemas al Real Madrid. No encontró cómo controlar el partido, darle fluidez y profundidad al juego. Nada de Kroos ni de Modric. Era un Real Madrid espeso, inseguro y bloqueado. Se volvió a equivocar en una acción en el centro del campo en la que Carvajal fue a por un balón en una disputa con De Jong. El holandés llegó primero y metió el balón en el enorme espacio que dejó el lateral. La defensa del Madrid cayó en el caos. Los dos centrales superados. Rüdiger, en especial, vuelve a salir en la foto del desajuste. Al balón corrió Gavi, enchufadísimo, para dar el pase a Lewandowski. El polaco, sin ninguna marca, batió a Courtois. Hizo el segundo. El partido se fue al descanso con un Real Madrid errático y un Barcelona más convencido de su plan.

La segunda parte la empezó Rodrygo por Camavinga. Ancelotti necesitaba arriesgar, verticalidad y gol. La renta de dos goles pareció una losa para un equipo que ha perdido energía y no tiene frescura. El Real Madrid salió nervioso. El Barcelona con más aplomo y certezas. Con un espíritu diferente, de proponerse que esta final no la podía dejar escapar. Pudo hacer el tercero en un mano a mano de Dembélé con Courtois. El portero volvió a salvar a su equipo. El Barça tenía más decisión y mejor control. Encontraba los espacios y llegaba con facilidad al área madridista. Lewandowski tuvo otra ocasión que desvió Courtois a saque de esquina. En los primeros minutos de la segunda parte el marcador pudo ser más abultado para el Barça.

El Real Madrid buscó algo con lo que amenazar al Barcelona. En un tramo de agitación, de hacer que el partido se rompiera, consiguió pisar el área con velocidad de Vinícius, Rodrygo y Benzema. Más revolucionado que con buen juego. Con acciones que no conseguían inquietar a Ter Stegen. En el Barcelona corrían todos para ayudarse y desactivar los ataques. Le faltaba frescura y chispa al juego del Madrid. Ancelotti quitó a Modric y metió a Ceballos. Su entrada fue un descalabro. En un error de Ceballos llegó el tercer gol. Rifó el balón al centro del campo, lo recuperó el Barcelona y activó el contragolpe. Corrieron Lewandowski, Gavi y marcó Pedri. El Real Madrid sucumbía a sus errores. Ancelotti metió a Nacho y Marco Asensio por Carvajal y Kroos. La reacción del Madrid fue un disparo con peligro de Rodrygo al que respondió un seguro Ter Stegen. Benzema hizo el tanto de la honra en un doble disparo. El Barcelona tuvo un Clásico cómodo ante un Real Madrid incompetente. Se esfuma el sueño de Sextete.

Xavi consigue su primer título como entrenador del Barcelona. No es el de más prestigio, pero es contra el Real Madrid y en un partido en el que le dio un repaso a Ancelotti. Lo necesitaba y compitió mejor ante un rival que sucumbió por sus errores. En Riad, Xavi se estrena con una Supercopa de España que le tiene que saber como una Champions. Acaba con una larga sequía. Desde la Copa del Rey de Koeman, en abril de 2021, no tocaba metal el equipo azulgrana. Es un título que sirve para reforzar el proyecto de Xavi y da seguridad a un equipo que jugó con más energía y ganas que el Real Madrid.

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