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Amancio: tímido, bromista y el mejor extremo derecho de la historia del Real Madrid
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fallece un mito del fútbol

Amancio: tímido, bromista y el mejor extremo derecho de la historia del Real Madrid

Amancio hizo de todo en el Real Madrid. De jugador, entrenador, ojeador, embajador, presidente de honor... La grandeza está en una persona sencilla que consiguió ser leyenda

Foto: Amancio con Benzema en el césped del Bernabéu. (Reuters/Isabel Infantes)
Amancio con Benzema en el césped del Bernabéu. (Reuters/Isabel Infantes)

La historia de Amancio Amaro Varela es la de un niño que nació en la España de la posguerra, en una familia muy humilde y trabajadora, y se convirtió en una leyenda del Real Madrid. Ha fallecido un coruñés tímido, sencillo, simpático y competitivo que sobresalió como futbolista por sus regates, velocidad, capacidad para desequilibrar rivales y finalizar las jugadas. Un jugador espectacular que alcanzó la categoría de mito el 2 de octubre de 2022, cuando fue nombrado presidente de honor por aclamación de los socios.

Por su estilo de juego vertical, por cómo encaraba, sus cambios de ritmo, la capacidad para irse de los marcadores con paredes, autopases, caños y otras genialidades se quedó con el apodo del Brujo. Amancio era una persona de perfil bajo, pero, cuando entraba en el campo, a competir, se transformaba. Es la esencia de los futbolistas que tienen un talento natural. No les hace falta presumir ni tienen ego. Son tan especiales como personas y futbolistas por hacer fácil lo difícil. Si podemos poner una comparación con los tiempos actuales, podríamos hablar de Modric. Humilde, tranquilo y sencillo fuera de los terrenos de juego, y diferencial cuando se calza las botas de fútbol.

placeholder Amancio hace el saque de honor en el Bernabéu como homenaje tras ser nombrado presidente de honor.
Amancio hace el saque de honor en el Bernabéu como homenaje tras ser nombrado presidente de honor.

En la grandeza de Amancio está haber llegado al Real Madrid en una etapa complicada por el declive del equipo que ganó las cinco Copas de Europa consecutivas (de 1975 a 1960). Era el Real Madrid de Di Stéfano, un equipo arrollador, fantástico y ganador. Tocó a su fin y Santiago Bernabéu buscó cómo regenerar una plantilla que dejó de ser la mejor de Europa y en la que Di Stéfano se hacía mayor. Había que buscar una nueva figura y el presidente se fijó en Amancio Amaro, un chico que despuntaba en el Deportivo de La Coruña y que en su cuarta temporada en el equipo coruñés fue uno de los artífices del ascenso a la Primera División. Amancio era una de las mejores promesas, con unos registros maravillosos. Marcó 25 goles en 26 partidos. Pero lo diferencial estaba en su estilo de juego ofensivo y desequilibrante. Era un extremo derecho incisivo e insistente. No paraba. Una amenaza y una pesadilla para sus marcadores. Esa manera de encarar, su valentía, la sufrió con la agresividad de los duros marcajes.

El deseado por Bernabéu

Su fichaje por el Real Madrid, en 1962, convulsionó el fútbol español. Amancio se reunió en el hotel Atlántico de A Coruña con unos emisarios del Barcelona. El club azulgrana llegó primero, pero no consiguió el fichaje. Se lo arrebató Bernabéu en una negociación que llevó por su cuenta y asumió con muchos riesgos. Así era Bernabéu. Primero se ganó el compromiso de Amancio de jugar en el Real Madrid. Pero no tenía el dinero para pagar al Deportivo. El Madrid pasaba por un momento delicado, con problemas financieros, y los directivos desaconsejaron el gasto. Bernabéu no hizo caso. Vio en Amancio al jugador que podía dar el salto de calidad al equipo y una inversión rentable en lo deportivo y económico. Pero no había dinero en la caja. El Deportivo pedía 12 millones de pesetas, y Bernabéu cerró la negociación con 10 millones y la cesión de cuatro jugadores (Antonio Ruiz, Betancort, Míchel y Cebrián). En la tesorería solo disponía de seis millones. Los otros cuatro los tuvo que poner de su bolsillo Muñoz Lusarreta, el vicepresidente tercero y empresario.

Foto: Camavinga controla un balón con el tacón. (Reuters/Juan Medina)

El fichaje de Amancio endeudó al Real Madrid, pero dio la razón a Bernabéu. Era puro espectáculo y marcaba las diferencias. Amancio siempre contaba la impresión que le dio entrar por primera vez al vestuario y empezar a convivir con Di Stéfano, Puskas, Gento... Pasó de verlos por televisión a jugar con ellos y, como decía, a "comer en la mesa de los dioses con Di Stéfano, Puskas, Gento y Santamaría". El respeto que les tenía era tan grande que reconocía que "entraba acojonado al vestuario". Era la impresión y la admiración. Luego, en el campo, fluía todo su potencial y talento. Amancio era un líder con el balón porque tenía calidad, nivel y no se asustaba. De ese vestuario que lideraban Di Stéfano y Gento aprendió una lección que siempre repetía: "Por encima de cualquier nombre siempre estará el equipo y la grandeza del Real Madrid".

Así llegó Amancio al Real Madrid, con la misión de Bernabéu de dar un impulso al equipo para ser el mejor de Europa. Lo consiguió seis años después de su fichaje con la consecución de la sexta Copa de Europa, el 11 de mayo de 1966, en la final contra el Partizán de Belgrado (2-1) en el estadio Heysel de Bruselas. Marcó el primer gol. Serena hizo el segundo. La apuesta de Bernabéu era un éxito. Otra vez campeones de Europa y con un equipo en el que todos eran españoles. Un once que está en la historia del fútbol: Araquistáin, Pachín, De Felipe, Sanchís, Pirri, Zoco, Serena, Amancio, Grosso, Velázquez y Gento. El denominado Real Madrid yeyé, en el que varios futbolistas posaron para un reportaje del periódico El Alcázar con pelucas al estilo de The Beatles.

El éxito de la Eurocopa

Dos años antes de ser campeón de Europa, el Real Madrid recibió una oferta del Milan para fichar a Amancio. La cantidad era de 20 millones de pesetas, el doble de lo que había costado. Amancio ya era rentable para el Real Madrid. Bernabéu se negó al traspaso. No dio opción a Amancio. Decidía el club por encima de los jugadores. Amancio se retiró del Real Madrid en 1976, tras 14 temporadas, con un palmarés de una Copa de Europa, nueve Ligas y tres Copas de España. Con 471 partidos y 155 goles. Como el cuarto máximo goleador de la historia del club blanco tras Di Stéfano, Puskas y Gento. Era un futbolista especial, diferente, que ganó la Eurocopa con España en la final contra la Unión Soviética, el 21 de junio de 1964, en el Bernabéu (2-1). Con la Selección disputó 42 partidos y marcó 11 goles. En su periodo de esplendor fue convocado por la FIFA para formar parte de un equipo que se enfrentó a Brasil en 1968 para conmemorar el décimo aniversario del primer campeonato del mundo de los brasileños. Pelé hablaba maravillas de Amancio.

Foto: Chus Mateo, de brazos cruzados ante Unicaja. (EFE/Jorge Zapata)

La grandeza de Amancio pasó del verde a los banquillos. Siguió vinculado al Real Madrid como entrenador, y entre sus méritos y hazañas está apostar por la cantera y ser el padre de La Quinta del Buitre. La generación maravillosa de jugadores que formaron Butragueño, Míchel, Sanchís, Martín Vázquez y Pardeza. Como entrenador del Castilla consiguió un logro histórico. Ganar el campeonato de Segunda División en 1984, el único equipo filial que lo ha conseguido, con un juego ofensivo, atractivo, llenando el Bernabéu. Pasó por el banquillo del primer equipo y estuvo ligado a muchas funciones en el club. Desde jugador, entrenador, ojeador, embajador, vocal de la Junta, presidente de la Asociación de Veteranos, presidente de honor. Era leal al Real Madrid y un hombre de máxima confianza de Florentino Pérez, al que apoyó en su candidatura y formó parte de su equipo de trabajo.

El día antes de ser nombrado presidente de honor del Real Madrid, en una charla con El Confidencial, hacía un repaso a su historia: "Estoy muy orgulloso de lo que he hecho. He dedicado mi vida al Real Madrid. La sexta Copa de Europa era un desafío y nosotros lo que hacíamos era tener compromiso". Es, sin duda, una leyenda y el mejor extremo derecho de la historia del Real Madrid.

La historia de Amancio Amaro Varela es la de un niño que nació en la España de la posguerra, en una familia muy humilde y trabajadora, y se convirtió en una leyenda del Real Madrid. Ha fallecido un coruñés tímido, sencillo, simpático y competitivo que sobresalió como futbolista por sus regates, velocidad, capacidad para desequilibrar rivales y finalizar las jugadas. Un jugador espectacular que alcanzó la categoría de mito el 2 de octubre de 2022, cuando fue nombrado presidente de honor por aclamación de los socios.

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