La rabia de Nacho: cómo el Real Madrid puede perder un emblema y no es por falta de fidelidad

El Real Madrid tiene que salir del bache con Nacho. Las lesiones, el pobre rendimiento de los titulares, la falta de solidez y atención en la defensa convierten al experimentado canterano en una de las soluciones fiables. Nacho, del que se dice que siempre cumple, tiene la virtud de ser un futbolista práctico. Juega sencillo -lo que ahora pide el entrenador italiano para superar las dificultades-, sin alardes y con una alta concentración. Es un defensa alejado de la exuberancia, pero que no comete errores. Todas estas cualidades son importantes en un momento difícil, complicado, como reconoce Ancelotti. Nacho es un seguro y su polivalencia un recurso para darle la vuelta a una mala dinámica.

Con Nacho no está siendo justo el entrenador italiano. De él, Ancelotti dijo en una ocasión que es fiable porque es "un defensa pesimista". No se relaja. No tiene desconexiones. Está permanente enchufado. Pero a la hora de la verdad, Nacho tiene un papel secundario, es el cuarto central y juega en caso de urgencias. La confianza que tiene Ancelotti en Nacho no se corresponde con el reparto de minutos.

Esta situación lleva al jugador a tener aparcada su renovación. El contrato de Nacho finaliza el 30 de junio y el club le ha hecho una oferta para ampliarlo una temporada más. Esa propuesta no ha sido aceptada, de momento. Nacho está valorando vivir otra experiencia, una aventura en otro país. Ofertas no le faltan, pero si finalmente se decide por cerrar su larguísima etapa en el Real Madrid no será por dinero. Es por la ambición de jugar con más regularidad y disfrutar.

El interés de otros clubes

La rabia de Nacho es que se le considere un parche y tenga que estar permanentemente demostrando más que los demás. No da problemas y es ejemplar por su rendimiento y comportamiento. Pero está en un momento, con 33 años recién cumplidos, de tomar una importante decisión. Hay clubes importantes en Europa que muestran su interés y le ofrecen un contrato de más de un año. Entre ellos están los italianos (Milan, Nápoles, Inter y Juventus), el Wolverhampton inglés que entrena Lopetegui y se suma el interés del Bayern de Múnich. Lopetegui ya lo quiso fichar el pasado verano para el Sevilla.

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La postura de Nacho es dar prioridad al Real Madrid, pero esto puede cambiar. El motivo es que sigue sin estar cómodo, aunque no lo exprese públicamente, con su papel de suplente. Un eterno comodín en el equipo para las diferentes posiciones de la defensa. Pasó de tener continuidad y demostrar su nivel en la última temporada de Zidane al banquillo con Ancelotti. Hace dos temporadas destacó en un periodo en el que Sergio Ramos y Varane estaban lesionados. Nacho y Militao formaron una sólida pareja. El club prescindió de Ramos, llegó David Alaba, se marchó Varane y fichó a Rüdiger. Así es imposible sentir la plena confianza.

Nacho no es un futbolista más. Es un emblema y la sensación es de rabia si se va el niño que creció en el Real Madrid, que lleva 22 años en el club y que solo ha defendido esta camiseta. Hasta llevar el brazalete de capitán. Para los aficionados sería un golpe duro en lo futbolístico y lo sentimental, porque es un jugador que tiene compromiso, resolutivo y con el que se identifican. Para el club también es una baja importante perderlo. Nacho entró al Real Madrid en 2001, en edad de alevín, pasó por todas las categorías, jugó 111 partidos con el Castilla y lleva 12 temporadas en el primer equipo.

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Si algo ha demostrado es lealtad. Nacho siempre lo tiene más difícil y todos los entrenadores que han pasado por el banquillo del Real Madrid, desde que debutó con Mourinho en 2013 hasta hoy, han pedido al club que fuera intransferible. A lo largo de una temporada es muy necesario tener un jugador de su entrega, que se deja la piel, con personalidad y versatilidad. Nacho ha ido cediendo, adaptándose a las necesidades del club y quedándose con el reto de llegar a ser más titular que suplente. Le toca madurar la decisión. Tomar la decisión de acabar su carrera en el Real Madrid o valorar que es el momento de separarse en una edad en la que todavía puede jugar en la alta competición con otro equipo.

Esta temporada es importante y ya se ha llevado más de una decepción. Ancelotti le señaló en la derrota contra el Leipzig cuando le quitó en la segunda parte y acabó decepcionado. Tras el Mundial, en los primeros partidos del año, no mejora su situación. Contra el Valladolid y el Villarreal se quedó sin minutos. Le tocó jugar todo el partido contra el Cacereño y en la Supercopa de España jugó de lateral izquierdo y central en la semifinal contra el Valencia. Salió en la segunda parte de la final contra el Barcelona por la lesión de Carvajal y Lucas Vázquez. Nacho vuelve a ser una solución de urgencia, pero está en periodo de reflexión sobre su futuro.