Un desastre sin paliativos: en Arabia se vio que medio Real Madrid sigue en Qatar

Apabullado, masacrado, humillado, destrozado… Elija la palabra que quiera para definir el baile que el Barça le metió al Real Madrid en la final de la Supercopa de España, donde se impuso por un 1-3 que se quedó corto visto lo visto en el campo. El equipo de Xavi Hernández superó en todos los registros al de Carlo Ancelotti, incapaz de revitalizar una plantilla cansada y deteriorada al que se le ven las costuras en pleno mes de enero.

La desolación del madridista contrasta con el éxtasis blaugrana, que celebra el primer título de la era Xavi Hernández con una contundente victoria ante el eterno rival. Un encuentro repleto de detalles, donde varios futbolistas del Real Madrid cometieron errores de bulto.

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Lo peor | Rudiger queda señalado

La final de la Supercopa de España no la olvidará Antonio Rudiger. El carismático central alemán llegó libre el pasado verano tras acabar contrato con el Chelsea. Una gran operación de la dirección deportiva blanca, que cerraba a un defensa de élite sin pagar traspaso. Meses después, Rudiger está señalado por no ofrecer el nivel que mostró en Londres… y por un desastroso Clásico en Riad. El germano fue protagonista en el primer gol del Barça, de sus botas vino la pérdida que provocó el tanto de Gavi. Desde entonces, el central se fue del partido, incapaz de dar un pase en condiciones, asustando a sus compañeros con repliegues defensivos más que deficientes.

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En la segunda mitad del partido se vio claro: si Ancelotti no cambiaba a Rudiger era por no señalarle públicamente. Aunque esta protección del entrenador italiano acabó por tener el efecto contrario. El alemán era una bomba de relojería a punto de explotar. Menos entendible aún teniendo a Nacho en el banquillo -quien acabaría saliendo como lateral diestro-. Recuperar al soldado Rudiger, tarea esencial para el banquillo madridista.

Lo malo | Modric, Valverde y compañía siguen en el Mundial

El calendario es durísimo, pero la imagen del Real Madrid necesita una reflexión. Varios jugadores están exhibiendo un estado de forma muy alejado de lo óptimo. Luka Modric, al que no se le veía fallar un pase durante la primera mitad de temporada, ha dejado de ser fiable por un evidente cansancio; Fede Valverde, el pulmón del conjunto blanco, deambula por el campo sin energía; Vinícius, quien parecía haber conseguido establecerse como una estrella a la que recurrir, vuelve a enfrascarse en guerras individualistas que no van en pro del equipo.

Solo ramalazos esporádicos de Benzema (como un tanto en el último minuto que solo valió para las estadísticas), probablemente, el futbolista del Madrid que mejor ha empezado el año junto a Courtois, generaban peligro. Si algo caracteriza al equipo blanco es su capacidad para competir, para pelear las finales. Pero errores absurdos -injustificable el movimiento de Dani Carvajal en el segundo gol blaugrana- y falta de mordiente son dos losas demasiado pesadas.

Lo normal | Courtois se salva de la quema

Bélgica fue una de las grandes decepciones del Mundial de Qatar tanto por su desempeño en el césped como por sus polémicas de vestuarios. Con sinceridad, Courtois avisó al inicio del año que en lo individual había tenido un gran torneo. Y no le faltaba razón. Si los primeros compases de la temporada el portero belga había perdido cierta chispa, ahora ha vuelto a un nivel altísimo. Alabar a un portero después de ser goleado es extraño, pero todos los halagos son merecidos. Sin Courtois, el marcador habría sido mucho más doloroso y humillante.

Lo bueno | Lewandowski ya es decisivo en finales

Cuando el Barça realizó una importante inversión económica el pasado verano para hacerse con un delantero de 34 años, se esperaba la misma versión que Lewandowski ofreció en unos años dorados del Bayern de Múnich. El gol no se le ha olvidado al killer polaco, cuya relación sentimental con la portería es más fiable que una pareja de pingüinos, pero sí se le podía echar en cara que desaparecía en las grandes citas del FC Barcelona. Apenas brilló en los partidos decisivos de la Champions League, donde los pupilos de Xavi quedaron eliminados en la fase de grupos. Por fin, en una gran final como fue la Supercopa de España, Lewan ofreció todo su talento a disposición de los culés.

El delantero polaco estuvo superlativo, tanto con la pelota en sus pies como en sus movimientos sin él. Sirvió en bandeja el primer tanto de Gavi, remató como el goleador que es en el segundo, y participó en todas las acciones ofensivas blaugranas.

Lo mejor | Gavi es un diamante

"Es un animal competitivo, con esa edad los jugadores están en el juvenil o en el filial y él ha jugado a un nivel increíble, marcando goles y dando asistencias. Yo le diría que siga aprendiendo y escuchando. Ojalá marque época en el Barça". Las palabras son de un mito del club, Sergio Busquets, dirigidas a un diamante en bruto, Gavi, que consagró como el mejor jugador de la final con una actuación para el recuerdo. El canterano firmó un encuentro prácticamente perfecto: decisivo en los goles, firmando uno y regalando otro a su amigo Pedri, y juguetón en el rondo de la medular culé. El mediocentro brilló con ecos del Barça de los buenos tiempos.