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El penoso ninguneo de Laporta y Xavi que aguanta Luuk de Jong
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El penoso ninguneo de Laporta y Xavi que aguanta Luuk de Jong

Con Luuk de Jong han sido injustos en el Barcelona. El club le busca una salida en enero mientras que el delantero holandés evita con sus goles una crisis más profunda

Foto: Luuk de Jong, durante el partido del Barcelona en Granada. (Reuters/Jon Nazca)
Luuk de Jong, durante el partido del Barcelona en Granada. (Reuters/Jon Nazca)

Lo más destacado en el Barcelona es que Luuk de Jong, al que quieren dar salida en enero, está evitando que la debacle deportiva sea más profunda. Es el delantero que llega con más gol al Clásico contra el Real Madrid en la Supercopa de España. Lo hace sin estar respaldado. El trabajo de Laporta y Xavi es un disparate con un jugador que no es de su gusto, que pidió Koeman y al que quieren quitarse de encima en enero porque sirve para rebajar masa salarial y traer a otro goleador del perfil Barça.

Es triste y hasta da pena comprobar el trato que recibe un jugador que tiene un comportamiento ejemplar por su profesionalidad y compromiso. Da la sensación de estar aguantando el ninguneo del presidente y el entrenador, que le pusieron una cruz en la planificación otoñal que hicieron cuando Xavi todavía estaba en el Al Sadd. Esperaron a que llegara el mercado de invierno para darle salida. Ya estamos aquí y el que ha vuelto no es el mejor Laporta ni el salvador Xavi. Es el mejor Luuk de Jong.

Foto: Rodrygo y Vinícius celebran un gol. (Reuters/Gleb Garanich)

El delantero está sacando los colores a las improvisaciones del dirigente y el técnico. No solo hace goles de cabeza, sino que tiene acciones espectaculares y destacadas. En un remate acrobático de chilena en el partido contra el Granada estrelló la pelota en el larguero. Si entra ese balón, es uno de los goles más plásticos de la temporada. Sus dos últimos tantos (Mallorca y Granada) -además de otro anulado y dos postes- le han dado cuatro puntos al Barça.

Menospreciado

Luuk de Jong no se queja, no pone ni una mala cara, no hace desplantes y es discreto. Tiene pinta de buena persona, pero ha sufrido menosprecios. Ha aguantado desde los empujones de Laporta y Xavi para que se fuera a los pitos de los aficionados del Camp Nou en el Clásico de Liga. Ahora es una solución, el delantero con más gol y el más fiable para enfrentarse al Real Madrid en la Supercopa de España que se disputa en Arabia Saudí. Desde luego que está en forma y algo tiene para que haya dejado en el banquillo a Memphis Depay (otro caso digno de estudio).

Xavi tiene que dar su brazo a torcer con este jugador que abrazan sus compañeros, como si se tratara de Messi por sus goles salvadores en Mallorca y Granada. Es significativo como Piqué, por ejemplo, recorre todo el campo para echarse en sus brazos. Los goles de Luuk, de cabeza, son la solución al inofensivo juego de posesión del Barcelona.

placeholder Piqué felicita a De Jong ante el Granada. (Reuters/Jon Nazca)
Piqué felicita a De Jong ante el Granada. (Reuters/Jon Nazca)

Laporta se da baños de multitudes a costa de presentaciones como las de Xavi, Dani Alves y Ferran Torres. Xavi da doctrina con la filosofía cruyffista de manual, el cumplimiento de las normas y la utilización de canteranos. Luuk de Jong, el 'patito feo', es la esperanza para hacer daño al Real Madrid. Lo tiene que tener claro Xavi. Un entrenador que es un principiante y puso en riesgo al equipo en Granada con el cambio de Álvaro Sanz por Dembélé. Con una expulsión o lesión de uno de los siete jugadores del primer equipo habría incurrido en alineación indebida. Con Riqui Puig pierde la paciencia.

Xavi y las carambolas

En el club ponen a trabajar a Mateu Alemany para dar salidas, rebajar masa salarial, y han querido colocar a Luuk de Jong en el Cádiz. Se ha negado el holandés. No protesta, pero tiene su orgullo. Es otro ejercicio de malabarismo en la gestión institucional de un club que ha tenido que renovar a la baja y de manera sorprendente a Samuel Umtiti para poder inscribir a Ferran Torres. Difícil de entender. Umtiti tampoco cuenta para el entrenador, pero le hace un favor al club bajándose el sueldo un 10% y difiriéndolo hasta 2026.

El Barça va de carambola en carambola. Xavi se pierde en excusas y lo peor es que está escurriendo el bulto y señala a los jugadores. En Pamplona les echó la culpa, se indignó porque no entienden el juego de posición. En Granada se enfadó porque perdieron el control del partido. Quitó a Luuk, se cayó el equipo y fue un caos organizativo sin soluciones desde el banquillo. El Barça disparó a portería una sola vez en Los Cármenes. A Xavi le falta humildad para hacerse responsable de sus errores y decisiones. Ya lleva un tiempo tomándolas con plenos poderes.

Foto: Eden Hazard con gesto de concentración antes de empezar un partido. (REUTERS/Juan Medina)

La gestión de Laporta es desconcertante. A Luuk lo trajeron por recomendación de Ronald Koeman cuando tuvieron que quitarse de encima a Griezmann por los problemas del límite salarial. Al presidente le sobra optimismo y se le va a ir la cabeza echando números para intentar fichar a Haaland. La realidad es que a Laporta no le gusta el delantero holandés porque lo pidió Koeman y no es perfil Barcelona. A Xavi no le convence, pero tiene que tirar de él hasta agotar las posibilidades para conseguir el refuerzo de Álvaro Morata.

Ambos deberían centrarse en lo que hay. Si no es por Luuk de Jong, el Barcelona estaría más abajo en la Liga. El rendimiento y la actitud del delantero holandés merecen un elogio en el breve recorrido de Xavi en el banquillo culé (5 victorias en 12 partidos). Dice Xavi que "solo el Bayern ha sido mejor que nosotros". Discutible. En Mallorca le salvó un gol de Luuk de Jong y un paradón de Ter Stegen. Luuk ha pasado de ser un tronco y carne de memes a tener más incidencia que Dembéle, del que Laporta dice que es mejor que Mbappé.

Desprestigiado

Con Luuk de Jong han sido injustos en el Barcelona. No es el más vistoso, ni tampoco es un 'paquete'. Luuk sufrió una campaña de desprestigio. Lo principal para Xavi era hablar de lo bueno que es Dembélé y de las normas cuando se hizo cargo del banquillo. Las normas eran una cortina de humo para darle seriedad a su aterrizaje y ganarse el aplauso de los desencantados con la gestión de Koeman. Desde el club se filtró que el equipo entrenaba poco y mal y había un problema físico además de un de estilo que no reflejaba la esencia de lo que tiene que ser el Barça.

Se fueron sucediendo las imágenes de los madrugones de Xavi para llegar el primero a los entrenamientos. Los hechos, los partidos, dicen otra cosa. Xavi empeoró a su equipo con los cambios en Granada, no supo leer el partido y físicamente da un bajón en los segundos tiempos. A ello se suma la cantidad de lesiones. Al Linares le costó eliminarlo en la Copa, con un gol dudoso anulado al equipo andaluz. Koeman se fue con una Copa del Rey. Xavi está caliente y disputa su primer gran test con el Real Madrid. Su primer título con el Barcelona en Arabia Saudí y tiene que contar con Luuk de Jong.

Lo más destacado en el Barcelona es que Luuk de Jong, al que quieren dar salida en enero, está evitando que la debacle deportiva sea más profunda. Es el delantero que llega con más gol al Clásico contra el Real Madrid en la Supercopa de España. Lo hace sin estar respaldado. El trabajo de Laporta y Xavi es un disparate con un jugador que no es de su gusto, que pidió Koeman y al que quieren quitarse de encima en enero porque sirve para rebajar masa salarial y traer a otro goleador del perfil Barça.

Xavi Hernández Joan Laporta
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