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He probado la barra de sonido de mis sueños: una obra de ingeniería que todos querríamos
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VUELVE IFA, LA GRAN FERIA 'TECH'

He probado la barra de sonido de mis sueños: una obra de ingeniería que todos querríamos

La IFA, la feria más grande de electrónica de consumo de Europa, sirve como termómetro para conocer, entre otras cosas, los grandes avances del audio. Y B&O ha debutado con la barra de sonido más cara del mundo

Foto: He probado la barra de sonido de mis sueños: una Bang & Olufsen. (Michael McLoughlin)
He probado la barra de sonido de mis sueños: una Bang & Olufsen. (Michael McLoughlin)

El mundo del lujo es sencillamente indescifrable para el común de los mortales. Para el que paga 15 euros por unos auriculares inalámbricos que sean capaces de escupir al interior de sus orejas el sonido de su 'smartphone' debe ser tan difícil descifrar el sentido de la vida como el que alguien sea capaz de dejarse casi 7.000 euros en un equipo de sonido. Hacerlo sin preocuparse por el agujero que hace en tu cuenta corriente debe ser lo más parecido a sentirse como el protagonista del 'meme' que agarrando un fajo de billetes grita "cállate y coge mi dinero", pero 24 horas durante siete días por semana.

Esa cantidad es la que pide Bang & Olufsen, la clásica y exclusiva casa de sonido danesa, por su último invento: Beosound Theater. Una barra de sonido presentada en los prolegómenos de la IFA de Berlín que arranca, tras el largo parón provocado por el covid, este viernes en la capital teutona. Una barra de sonido que tiene el orgullo de presentarse como la más cara del mundo, pero que a la hora de la verdad es, a ojos de un usuario al que le sobra demasiado mes a fin de sueldo, una obra de ingeniería tan loca como su precio.

Foto: Foto: EC Diseño.

En Teknautas, hemos podido compartir un buen rato y experimentar en nuestras carnes y en nuestros oídos las virtudes de este invento en un evento celebrado antes de que arranque oficialmente la feria, la mayor dedicada a la electrónica de consumo a este lado del Atlántico (a nivel mundial el honor le corresponde al Consumer Electronic Show de Las Vegas) y que suele servir para conocer las novedades y tendencias en múltiples categorías de producto y donde los productos de audio tienen bastante presencia y dan mucho que hablar, también para los bolsillos más mundanos. Pero no es el caso.

placeholder Foto: M. McLoughlin.
Foto: M. McLoughlin.

Aunque te pueda parecer una locura hacerte con un equipo así (si esa es tu sensación, tranquilo que no eres el público objetivo de la marca), es interesante acercarse para conocer los detalles de un dispositivo que, probablemente, sea la mejor barra de sonido que puedes encontrar en el mundo a día de hoy. Y una de las más bonitas. No se podía esperar otra cosa de una marca que vive obsesionada por el diseño, por crear piezas visualmente singulares y con una identidad única, uno de los argumentos que le ayuda a moverse en los precios en los que se mueve.

Cuando uno se compra una barra de sonido tiene que decidir muchas cosas. Desde el tamaño, las conexiones hasta el número de altavoces que tiene o los estándares de audio que puede deglutir y reproducir. También si quiere un 'subwoofer', ese aparato que suele colocarse en el suelo, en una esquina de la estancia en cuestión, y que se ocupa de reproducir los graves.

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Foto: M. McLoughlin.

Con este Beosound Theater esto no ocurre. Porque a diferencia de la gran mayoría de los modelos que hay en el mercado, ellos tienen integrado esa pieza entre la friolera de 12 altavoces que se descubren cuando se abre el fuselaje de este dispositivo. ¿Recuerdan esos sistemas de cine en casa que tan de moda llegaron a estar a principios de la pasada década e incluso antes? Pues los daneses han concentrado todos los elementos para crear algo con lo que aspiran "a tener la barra de sonido más potente e inmersiva del mundo".

12 altavoces, 800W de potencia... Un conjunto que te hará no echar de menos un 'sub'

¿Cómo se consigue eso? Pues para empezar ofreciendo 800 watios de potencia. Este dato es interesante para conocer el músculo de un equipo de audio de este tipo, aunque no es el más importante. Existe una norma oficiosa, que no oficial, que viene a decir que hace falta dos o tres watios por cada metro cuadrado. Con este cálculo, para llenar un salón de 30 metros cuadrados estaría bien un dispositivo que nos diese entre 60 y 90W. Pues imaginen cómo se siente una de estas capacidades en cuanto se le empieza a exigir. Este equipo puede conseguir 112 decibelios de presión de sonido.

Los encargados de ofrecerle semejante pulmón son la mencionada docena de altavoces. Cuenta con dos 'woofers' de 165 mm, dos controladores de rango medio de 75 mm, cuatro altavoces de rango completo de 65 mm, dos 'tweeters' de 25 mm y un altavoz central coaxial, que consta de otro 'tweeter' de 25 mm y un controlador de rango medio de 135 mm. Altavoces que están orientados mirando al frente, a los laterales e incluso hacia el techo.

placeholder La barra de sonido, junto a una de las peanas motorizadas de la marca. (M. McLoughlin)
La barra de sonido, junto a una de las peanas motorizadas de la marca. (M. McLoughlin)

¿El objetivo? Poder reproducir sonido inmersivo con Dolby Atmos, el estándar que se está imponiendo en esta pelea a otros como DTS. En Teknautas ya hablamos largo y tendido de esta tecnología, pero basta con saber que es una tecnología que a la hora de grabar una película o producir una pista musical permite colocar diferentes fuentes de sonido a nuestro alrededor. Tradicionalmente Si tenemos una instalación compatible, percibiremos cómo se posicionan los sonidos a nuestro alrededor. Es cierto que la mejor manera de percibir esto es con altavoces colocados en el techo.

Pero eso es algo que no todo el mundo ni quiere ni puede. ¿Qué ha hecho entonces la industria? Orientar los altavoces hacia las paredes y el techo para que el sonido rebote y de la sensación que viene de múltiples direcciones. El invento funciona siempre mejor con techos altos y paredes despejadas. En el caso de la barra de sonido de B&O he experimentado esa sensación inmersiva con relativa nitidez con una sola fuente sin necesidad de salpicar la estancia de altavoces.

Foto: Foto: Reuters.

Pero B&O ha llevado esto un paso más allá. Si se combina con unos altavoces Beolab 90, se puede crear un patrón tridimensional que ya no solo permite controlar el sonido, sino también su haz, aumentando la percepción espacial del audio de una película. Las sensaciones en las diferentes demostraciones que hemos tenido han sido variadas. La primera (y probablemente la más frustrante) es la de pensar que no difícilmente tenga una barra de sonido así en casa, por carecer del espacio para explotar y también porque es un producto que se aleja de mi presupuesto. La segunda es la de tener la sensación que todo, sea el estilo musical que sea, suena espectacularmente fino. Da la sensación que todo está en su lugar. Música electrónica, rock, clásica o una película de James Bond. Es, sin lugar a dudas, insisto, la mejor barra de sonido que he escuchado en muchos años. Y en ningún momento he echado de menos un aparato externo para los graves, que se dejan sentir en su justo momento.

placeholder La barra de sonido, desmontada. (M. McLoughlin)
La barra de sonido, desmontada. (M. McLoughlin)

Pero eso no es lo único en lo B&O justifica su precio. Es una marca de lujo. Tras estas etiquetas se encuentra un proceso de producción, donde la mayor parte del proceso de fabricación se lleva a cabo en Dinamarca, donde tienen su propia planta de aluminio y donde trabajar con productores y especialistas locales, por ejemplo, para el tema de las maderas. Ese componente local y artesanal son cosas al final que van engordando la factura hasta alejarla del común de los mortales. Pero si estuviese al alcance de todos, no sería una marca de lujo y la gente no pagaría por el dineral que acaba pagando por ellas. Porque la marca vende y lleva años sobreviviendo. Ocurre lo mismo que con los Porsche o con los Ferraris. No son coches para todo el mundo y hay quienes, por mucho que les llame la atención, nunca dejarían su humilde SEAT Ibiza, que les lleva dando servicio tantos años.

La Beosound Theatre está recubierta de tela y también se puede optar por personalizarla con rejillas de madera o cambiando el color del acero. En un futuro cercano pretenden abrir la posibilidad de personalizar materiales y los colores. Si te estás preguntando cuánto supone eso, simple y llanamente no es para ti. Son productos para esas personas para las que el bolsillo o la cartera no son el órgano más sensible del ser humano.

Se puede encajar con televisiones de la marca, pero también con los de otros fabricantes. "Con prácticamente todos los del mercado", comentan. La longitud encaja con la de una tele de 55 pulgadas, pero su diseño permite 'estirar' las orejas de acero para hacer que se ajusten al ancho. Pero eso supone soltar más guita, al igual que añadir las peanas motorizadas u otros soportes más especiales.

La magia de 'Mozart'

Más allá de la obra de ingeniería acústica, los componentes o lo cuidado de su estética, hay algo que hace especialmente única a esta barra de sonido. Y se llama 'Mozart'. El maestro de la música clásica sirve para bautizar a una plataforma que le sirve para conectar este Beosound Theater con el pasado y con el futuro.

Con el pasado porque permite conectar este aparato con otros de la casa creados desde 1986. Por ejemplo, hemos visto cómo gracias a este sistema se ha reproducido un vinilo en un tocadiscos de la marca de varias décadas años de antigüedad que, posteriormente, ha sonado en altavoces más modernos fácilmente. Si alguien se gasta el dinero que cuestan estos equipos, entiendo, sin poder meterme en sus mentes, que lo hacen pensando en darle décadas de uso.

placeholder Interior de la BeoPlay Teather. (M. Mc.)
Interior de la BeoPlay Teather. (M. Mc.)

Pero 'Mozart' también está pensando para el futuro, ya que incluye capacidad de procesamiento y almacenamiento a raudales. Algo que a la compañía le permite crear actualizaciones de software para añadir capacidades, funciones, nuevos estándares y conectividad según pasen los años. Algo que se extiende también al hardware, ya que esta barra cuenta con un diseño modular que facilita y mucho reparar piezas o actualizarlas en lugar de tener que cambiar todo el conjunto. Esto es algo que no siempre se ha visto en la industria y que sería una vía súper efectiva para acabar con la dichosa obsolescencia programada de muchos aparatos, en caso de que se convirtiese en la norma general. Pero por ahora parece que esto es cosa del lujo.

Un ejemplo en esta línea podrían ser los One Conect de Samsung. La compañía surcoreana sacó hace cuatro años todos los conectores y muchos componentes del cuerpo central de sus televisiones y los puso en una caja externa. Con eso conseguían diseños más finos, pero también, en caso de que el día de mañana tuviesen que hacer una actualización, al cliente le bastaría con cambiar esa caja y no todo la 'Smart TV'.

B&O ha construido la barra de forma modular, para que sea fácil de actualizar o reparar

Una de las cosas más impresionantes es la calibración que hace gracias a un micrófono que viene incluido en el 'pack' de compra. El accesorio se pone en el punto de escucha y detecta, gracias a la 'app' de la marca, la distancia entre la persona y la barra. Pero, en caso de que haya más aparatos de B&O en la estancia, detecta sus posiciones y asigna un papel a cada uno. El objetivo, evitar resonancias no deseadas. Y lo mejor, es que apenas tarda minuto y medio en completarlo.

Aunque para el 99% de la población (y creo que me quedo corto) solo el Beosound Theater (compatible con AirPlay 2 o Spotify Connect) sería suficiente, el aparato tiene siete salidas y puede admitir hasta 16 altavoces externos para convertirse en el corazón de una configuración envolvente Dolby Atmos 7.1.4 completa. En esta configuración, Beosound Theatre funciona como un altavoz central que fusiona la decodificación Atmos.

El mundo del lujo es sencillamente indescifrable para el común de los mortales. Para el que paga 15 euros por unos auriculares inalámbricos que sean capaces de escupir al interior de sus orejas el sonido de su 'smartphone' debe ser tan difícil descifrar el sentido de la vida como el que alguien sea capaz de dejarse casi 7.000 euros en un equipo de sonido. Hacerlo sin preocuparse por el agujero que hace en tu cuenta corriente debe ser lo más parecido a sentirse como el protagonista del 'meme' que agarrando un fajo de billetes grita "cállate y coge mi dinero", pero 24 horas durante siete días por semana.

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