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Probé más de 20 barras de sonido para mi tele y estas me han convencido: por qué comprar una
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UNA PEQUEÑA SELECCIÓN

Probé más de 20 barras de sonido para mi tele y estas me han convencido: por qué comprar una

Las teles se han vuelto finísimas en los últimos años, pero eso ha tenido un gran perdedor: el audio. Aquí va una guía de compra después de varios meses probando muchas soluciones

Foto: Foto: EC Diseño.
Foto: EC Diseño.

Si has comprado una televisión recientemente y no la habías cambiado desde hace mucho tiempo (la media, según los fabricantes, está en unos siete años), es probable que te hayas sorprendido gratamente por lo fina y delgada que es. La industria de la electrónica de consumo lleva años y años tirando del bisturí para adelgazar cada vez más y más los modelos que ponen en el mercado, hasta el punto de que algunos de ellos miden solo 15 milímetros de grosor.

Esto ya no es únicamente cosa de los dispositivos de más quilates, ya que hasta los modelos 'low cost' y asequibles se benefician de este adelgazamiento progresivo, que permite crear diseños más bonitos y, especialmente, más manejables. Pero todo esto tiene una cara 'B': el sonido. Es el gran perjudicado. Es de cajón. Cuanto más estrechamos, menos espacio hay para los altavoces. Es cierto que las 'smart TV' de pata negra han encontrado soluciones para salvar la cara, como utilizar la pantalla para emitir el sonido o meter una matriz con muchísimos altavoces en los bordes. Pero en mayor o menor medida, el audio se resiente. Por eso, hacerse con una barra de sonido puede ser una muy buena opción para tener una mejor experiencia, especialmente para aquellos cinéfilos, aficionados a las series o jugones que quieran disfrutar no solo de una buena imagen.

¿En qué me fijo?

En Teknautas hemos pasado dos meses probando múltiples modelos, más de una veintena, de diferentes tipos, características, marcas y por supuesto precios con el fin de elaborar esta pieza y esta guía para saber en qué fijarse a la hora de comprar una barra de sonido. Además, hemos hecho una pequeña selección de algunas que, por diferentes motivos, nos han llamado la atención y más nos han agradado.

Lo primero y más básico que tienes que tener en cuenta es el espacio que tienes. La barra de sonido debería estar siempre centrada respecto a la posición de la televisión. Se puede colocar por encima, sí, pero lo ideal es que esté debajo del televisor, en caso de que esté colgada; o justo delante en el caso de que esté apoyada en el soporte. ¿Qué tamaño compro? No existe ninguna norma escrita en piedra, más allá de que no debe ser más ancha que nuestro televisor. Obviamente habrá quien prefiera que sean más o menos de la misma anchura, por motivos estéticos. Por lo demás, se puede conectar una del tamaño que se quiera a nuestro televisor.

¿Debe ser de la misma marca que nuestra TV? No obligatoriamente. Probablemente cuente con funciones especificas e integraciones para trabajar mejor en común, pero no son cosas que tienen que resultar diferenciales. Es más, particularmente me he sentido más satisfecho con soluciones de casas como Sonos o Bose, que con otras soluciones de la propia marca.

El mando, ¿es útil? Muchas lo incluyen, otras se pueden manejar también con una 'app' pero la inmensa mayoría del mercado se sincronizan con tu televisor, de manera que se pueda utilizar con el control remoto sin necesidad de ninguno adicional.

Importante es fijarse en las conexiones que tenga la barra de sonido. Hay una fundamental: HDMI. Si tu 'smart TV' tiene puerto HDMI ARC o eARC, encárgate de conectarlo ahí, para que pueda reproducir el audio espacial. Obviamente cuantas más opciones tengas siempre es mejor. Lo más habitual es encontrar barras con salida para cable óptico (que da una calidad buena) así como conector 'jack', como el de los auriculares, que probablemente reste algo de calidad a la reproducción del sonido. Si estás pensando en utilizarla también como equipo musical es interesante fijarse si tiene conectividad Wifi, Bluetooth y cosas como Airplay, en el caso de que seas usuario de iOS, o Chromecast, en el caso de que seas usuario de Android.

¿Cuántos altavoces?

El punto fundamental es el número de altavoces. Cuando vayas a comprar con referencias como 2.1, 5.1, 7.1... el primer número hace referencia al número de altavoces. Los decimales al número de 'subwoofer'. Algunas veces, las menos, encuentras fórmulas con una tercera cifra como 7.1.4. Eso significa que tenemos 7 altavoces a la altura del usuario, uno para frecuencias bajas y cuatro altavoces aéreos. Como no todo el mundo se puede permitir eso, lo que se hace es orientar altavoces hacia las paredes y el techo para que el sonido rebote y emular esa sensación inmersiva.

Todo depende de tus necesidades. Un equipo que ofrezca un 2.1 te puede saber a poco. Particularmente recomendaría, si entra en presupuesto, algo a partir del 3.1, pero eso sube el ticket final. Por cierto, que hasta esa cifra hace referencia a altavoces frontales (central, derecho e izquierdo). Los que se agregan a partir de ese momento son laterales o traseros. Es decir, un 5.1 tendría dos altavoces a los lados o tras el usuario y un 7.1 tendría cuatro. Mi recomendación es que sea una barra de sonido activa. ¿Por qué? Porque así nos ahorramos comprar un amplificador, que ya viene integrado en la estructura.

Otra de las preguntas obligadas es si necesitamos o no un 'subwoofer'. Se trata de un altavoz de mayores dimensiones que complementa el trabajo de la barra de sonido haciendo el trabajo de reproducir los sonidos más graves. Todo depende de la fidelidad que quieras lograr y la sensación inmersiva de la que quieras disfrutar. Por ejemplo, para la tele del dormitorio no tenga mucho sentido, pero para gustos están los colores. También cabe fijarse en la potencia pico o RMS.

La potencia es interesante tenerla en cuenta, pero no es ni mucho menos el dato clave

La potencia que necesitas depende de varias cosas, como la distancia a la que vayas a estar o la sala que quieras llenar. Si estamos hablando de un salón muy grande que tienes el sofá a varios metros de la tele, quizás es interesante que optes por un valor alto. Para la mayoría de casos, una horquilla de 140 a 200W sería más que suficiente. Hay marcas que te prometen el oro y el moro en este punto, pero descuidan otros. Otras directamente no mencionan esta estadística.

Existe una norma oficiosa, un cálculo grueso, que viene a hablar de unos 2W o 3W por metro cuadrado. Así que, si tienes un salón de 30 m2, 60-90W serían suficientes para 'llenarlo'. Sin embargo, también hay que decir que se sabe de sobra que auriculares, altavoces, barras de sonido y cualquier equipo de audio que sea se comporta mejor cuando no lo llevas hasta su límite, cuando hay posibilidades de que surjan distorsiones. Por eso siempre conviene tirar por lo alto.

Y un último detalle, no menos importante: los formatos de audio compatibles. Probablemente te vayas a encontrar referencias como DTS:X, Dolby Digital o Dolby Atmos. Obviamente si solo ven la TV tradicional te dará igual lo que te den. Si lo quieres para algo más, es interesante tener en cuenta este apartado. Es cierto que, a partir de cierto rango, salvo excepciones, muchas ofrecen compatibilidad con ambos formatos de audio tridimensional o espacial.

Foto: Foto: Reuters.

Lo cierto es que Dolby parece haberle ganado a DTS la pelea. Las principales 'apps' de 'streaming' apuestan por su formato de audio espacial, Atmos, y la gran mayoría de películas de Hollywood ya vienen mezcladas en este formato. DTS:X aparece de manera más minoritaria, especialmente en los blu-ray.

Si te lías con las soluciones de Dolby, sin entrar en demasiados vericuetos técnicos, debes saber lo siguiente: Dolby Atmos es el códec más avanzado y ofrece audio trimensional y es la apuesta que ya están haciendo plataformas como Netflix, Amazon, HBO Max, Apple TV... Pero para funcionar, Dolby Atmos necesita trabajar con una mezcla de sonido envolvente. Esta puede ser Dolby True HD, un estándar más avanzado sin pérdidas. O también puede ser Dolby Digital Plus, un formato algo más antiguo y con mayor comprensión. La mayoría de gente experimentará este audio espacial con la combinación de Atmos y Digital Plus, ya que su menor 'peso' facilita que sea adoptada por las principales plataformas.

Si estás pensando en la música no debería preocuparte mucho esto de Atmos o DTS:X, aunque es cierto que la primera es la que ha tomado la delantera a su rival, que todavía no se ha utilizado en la industria musical. Sin embargo, fíjate en que soporte códecs como FLAC o aptx o aptxHD si estás pensando en utilizarla como altavoz.

¿El presupuesto? Pues las hay desde ciento y pocos euros y sistemas que rozan los 2.000 euros. Particularmente recomiendo no bajar de 250 euros si lo que queremos es un modelo sencillo. De todas maneras es una compra pensada para durar varios años, así que mi consejo es que si puede estirar el presupuesto, lo hagas porque lo vas a agradecer.

LG Eclair

Una vez expuestas estas recomendaciones, empezamos nuestra selección de barras. Barras que nos han llamado mucho la atención por algún motivo, que puede ser la calidad-precio, un sonido superior o su practicidad. Es el caso de esta primera LG Eclair, hecha en conjunto con Meridian, su socio en el mundo del audio.

Con sus 296x60x126 mm es probablemente la barra de sonido más compacta que puedes encontrar y esto lo hace idónea para teles pequeñas, entendiendo por pequeñas unas 35 o 43 pulgadas. A pesar de ser tan compacta, estamos ante un equipo 3.1.2, que viene con un 'subwoofer' de tamaño más normal. Una pieza secundaria, que hace un buen trabajo, y que funciona de forma inalámbrica. En la pieza central tenemos tres altavoces frontales y dos orientados hacia el techo, con el fin de simular el sonido espacial de Atmos o DTS:X, algunos de los formatos compatibles. La conectividad depende de dos tomas HDMI (uno eARC), una entrada óptica, una toma USB y BT 4.0.

placeholder Vista de la LG Eclair. (M. McLoughlin)
Vista de la LG Eclair. (M. McLoughlin)

Concentrar todo en un formato tan compacto también tiene algunas renuncias. No tiene la misma amplitud para actuar que barras más grandes y eso puede jugar en su contra en el uno contra uno frente a otros modelos de este precio (se puede encontrar por 479 euros ya) o inferiores. No hace un mal trabajo en absoluto y tiene músculo para llenar un salón de un apartamento de 60 metros cuadrados como el mío sin ningún problema gracias a 320W de potencia. Se desempeña con corrección en los tonos medios y con las voces. Si tienes el oído entrenado, notarás que le falta algo de mordida y claridad en las frecuencias más agudas. En las bajas no he tenido más pegas y creo que juega un buen papel el 'subwoofer'.

El audio espacial es sutil, dentro de las posibilidades y limitaciones de la virtualización en lugar de tener altavoces dedicados en el techo. Para la reproducción de música puede ser un buen aparato, pero es cierto que he echado de menos la posibilidad de poder utilizar AirPlay.

placeholder 'Subwoofer' de la LG Eclair. (M. Mcloughlin)
'Subwoofer' de la LG Eclair. (M. Mcloughlin)

Probablemente LG Eclair es lo mejor que puedes encontrar en este formato tan pequeño. Si tienes claro que quieres algo tan compacto y una pieza de diseño tan curiosa y vistosa, adelante. Sin embargo, si buscas un sonido que vaya más allá de lo correcto puedes encontrar en este rango de precio algo más notable.

Sonos Beam 2 Gen

Una de estas propuestas viene de la mano de Sonos. Una marca relativamente joven en comparación con otras casas de sonido con décadas de antigüedad, pero está dando mucho que hablar con productos muy equilibrados y solventes. En el campo de las barras de sonido tiene dos propuestas: ARC, una barra de sonido más grande (en tamaño y precio) que dentro de poco le tocará una renovación; y Beam, su propuesta más contenida en tamaño, que recientemente ha sido renovada por segunda vez.

Con su primera versión, la comparativa que hice fue con una pastilla de caldo concentrado, ya que su reducido físico (651 x 69 x 100 mm) no le impedía ofrecer un gran sonido. Un rendimiento que ahora ha sido mejorado añadiendo soporte de Dolby Atmos (no así de DTS:X). A pesar de ser una barra 3.0 con un canal central y dos laterales está trufado de elementos (cinco amplificadores de clase D, cuatro midwoofers elípticos, tres radiadores pasivos y un tweeter central) que ofrece un rendimiento muy logrado en el audio espacial. Hace que se note bastante la sensación de que el sonido rebota y te llega también de los laterales. Ahí tiene bastante que ver, en mi humilde opinión, la función TruePlay de esta marca, que analiza la disposición de la habitación para ajustarse a ella. Lo malo, que solo funciona con iOS.

placeholder Sonos Beam de segunda generación. (M. Mcloughlin)
Sonos Beam de segunda generación. (M. Mcloughlin)

Ofrece un excelente resultado con las frecuencias medias y las altas. Todo muy empastado y nítido. Obviamente con los graves no es lo mismo que utilizar un 'subwoofer' (se puede añadir uno de la marca, de altísimo rendimiento, pero el precio es estratosférico, más de 700 euros) pero consigue simularlos lo suficientemente como para que más de uno no necesite añadir ese tercer dispositivo. Creo que es uno de los aparatos más solventes que puedes encontrar en este formato y sin necesidad de conectarle nada externo.

También puedes crear un sistema 5.0 utilizando dos Sonos One a modo de altavoces traseros para reforzar la sensación del audio inmersivo. Pero claro, eso supone aumentar la factura de este Beam de segunda generación, que se puede encontrar por 499 euros.

En el apartado de la conectividad, tenemos un único HDMI. Y algunos verán un problema. Obviamente para exprimirlo al máximo, nos interesa que nuestra tele sea compatible con eARC. Si tu televisor tiene salida óptica y quieres utilizarla, cuenta con un adaptador en la caja. Es compatible con Assistant, con Alexa y con AirPlay 2. Se gobierna a través de una 'app', como el resto de sus altavoces, que puede ser algo peñazo de cogerle el tranquillo, especialmente si quieres 'pinchar' tus listas de plataformas como Spotify, Apple o Amazon Music. Puede resultar a veces algo enrevesada.

placeholder Sonos Beam de segunda generación. (M. McLoughlin)
Sonos Beam de segunda generación. (M. McLoughlin)

Como reproductor de música es un muy buen altavoz, capaz de llenar una habitación de tamaño medio-grande sin problemas. La pega es que es un equipo que funciona vía wifi, no vía BT, de forma que el móvil o 'tablet' de turno tiene que estar conectada a la misma red.

Bose TV Speaker

Otras marcas como Yamaha o Sennheiser también tienen propuestas muy interesantes en este formato más compacto. Bose también es un clásico. Esta firma tiene un modelo bastante llamativo como es el Bose TV Speaker, una barra más reducida que la anterior, con sus 594 x 56 x 102 mm. Para hacernos una idea, en una tele de 32 pulgadas quedaría muy muy disimulada, gracias a una altura muy contenida, que nos permite deslizarla por debajo fácilmente. Aunque se puede conectar un aparato para los bajos, creo que es una propuesta también dirigida para la gente que no quiere complicarse y tener un solo aparato que le dé la solvencia suficiente. Su precio, rebajado ahora al entorno de los 230 euros, le ha dejado en una mejor posición para los que no quieren dejarse un pastizal.

placeholder Vista de la Bose TV Speaker. (M. Mcloughlin)
Vista de la Bose TV Speaker. (M. Mcloughlin)

Es una barra de sonido muy sencilla y no tiene función inteligente alguna. La configuración es extremadamente sencilla. Basta con conectarla a tu televisión y rápidamente estará todo funcionando. La conectividad depende de un HDMI ARC o una conexión óptica. También podemos optar por hacerlo inalámbricamente. En esta ocasión no tenemos compatibilidad con wifi, pero sí BT 4.2, que nos facilita enviar música desde nuestro smartphone. No hay mucho más secreto aquí, ya que han optado por la simplicidad y el minimalismo.

Cuenta con mando remoto, aunque se puede sincronizar con el de la TV de nuestro aparato. Destaco lo del mando por un motivo. Tiene un botón dedicado a dos de sus principales virtudes. A pesar de ser un modelo compacto, tiene un modo 'Bass', que lo que hace es potenciar las frecuencias más bajas. ¿Lo logra? Lo cierto es que es un plus frente al sonido que ofrece nuestra televisión y a veces resulta sorprendente a pesar del tamaño. También es de ley decir que tiene sus límites. La marca no revela la potencia, pero se estima que tiene unos 100W. Utilizándolo a un volumen medio, pues enriquece algo la experiencia. Si subes mucho el volumen estos bajos 'virtualizados', por así llamarlos, pueden distorsionar un poco el sonido. El otro modo especial que tiene es un modo diálogo, que pone el foco en las voces y los doblajes. Cumple su función.

placeholder Detalle de la Bose TV Speaker. (M. McLoughlin)
Detalle de la Bose TV Speaker. (M. McLoughlin)

En el aspecto del sonido seguimos con ese minimalismo. Por eso no tenemos audio envolvente ni compatibilidad con Atmos o DTS:X. Es capaz de decodificar Dolby Digital y ya. Es un equipo 2.0, no podemos olvidarlo. Sin embargo, se nota la mano de la marca, que suele tener muy buen criterio para ofrecer dispositivos muy bien balanceados desde el punto de vista del audio, a pesar de ser más sencillos.

Xiaomi SoundBar 3.1

Y de una casa de sonido con bastante nombre, pasamos a un advenedizo en esto del audio: Xiaomi. La marca china que apuesta fuertemente por la producción de televisiones ha evolucionado también a las barras de sonido. Una evolución lógica que se plasma en productos como la Xiaomi Sound Bar 3.1, que llega a España a un precio de 399. Un equipo más grande que viene con un 'subwoofer' inalámbrico como complemento. En el interior de la pieza central, cuenta con tres altavoces de rango completo, así como tres 'tweeters' para ocuparse de los tonos más altos. Esta es una de las marcas que intenta convencerte con una potencia máxima de 430W, pero como digo, fijarse en este dato únicamente es como fijarse solo en los megapíxeles a la hora de juzgar la cámara de un móvil. Aun así, tiene capacidad para llenar un salón, digamos, bastante grande.

placeholder Vista de la Xiaomi TV Bar 3.1. (M. McLoughlin)
Vista de la Xiaomi TV Bar 3.1. (M. McLoughlin)

¿Cómo es su rendimiento? La verdad que las sensaciones son buenas. Es bastante versátil y cumple en todas las frecuencias. Lo hace todo correctamente sin llegar a ser sobresaliente en nada. Ese creo que es su valor: que no se eche en falta nada. Obviamente, si te gusta el audio inmersivo o tienes un oído 'gourmet', querrás irte a un equipo superior aunque se tenga que pagar más.

Es compatible con Dolby Audio (no llega a la versatilidad de Atmos, sino que es un estéreo mejorado), DTS Digital Surround y DTS: Virtual X. Tiene varios modos, que 'retoca' la reproducción, aunque he de decir que yo no he notado cambios tremendos. Quizás el más útil es el modo nocturno, que suaviza los graves y realza los matices para un sonido más ajustado a un ambiente tranquilo de madrugada. Por franjas, creo que donde mejor rinde es en los tonos medios, donde empasta muy bien todo y respeta el espacio de cada elemento. El 'subwoofer' es lo suficiente potente y deja un buen sabor de boca a la hora de reproducir explosiones o caídas de las series y películas.

placeholder Detalle del 'subwoofer' de Xiaomi. (M. Mcloughlin)
Detalle del 'subwoofer' de Xiaomi. (M. Mcloughlin)

Sobre la conectividad, tenemos varias opciones. Contamos con Bluetooth 5.0, salida HDMI (puerto ARC), entrada óptica y puerto USB. Además, tenemos NFC, porque Xiaomi quiere que con un toque podamos emparejar nuestro móvil y reproducir música. A esto hay que sumar un mando propio (se puede utilizar el de la televisión) y una zona de la parte frontal que se ilumina para darnos información básica.

JBL Bar 5.0 Multibeam

Algo parecido que tiene la JBL Bar 5.0 Multibeam, que alumbra una de sus esquinas frontales para mostrar la información clave sobre qué fuente de sonido tenemos activada (TV, HDMI, BT...). Se trata de un modelo 'all in one' ('todo en uno') al estilo de la Sonos Beam de segunda generación, siendo una digna rival para ese modelo tan equilibrado. En este caso la JBL Soundbar es un equipo 5.0, con 250W de potencia. Al carecer de 'subwoofer', ocupa un espacio mínimo (709 x 58 x 101 mm) y te da para llenar un salón medio sin ningún problema.

En el canal central, contamos con tres altavoces de rango completo para lanzarnos el audio hacia nuestra posición. Nos encontramos con otros dos altavoces en los laterales, que 'escupen' el sonido hacia las paredes para crear la sensación inmersiva. A todo eso, hay que sumar una serie de radiadores pasivos (4 en total, dos superiores y dos inferiores) para gestionar mejor los graves.

placeholder Detalle de la barra de sonido de JBL. (M. McLoughlin)
Detalle de la barra de sonido de JBL. (M. McLoughlin)

En el aspecto de los conectores, contamos con un HDMI de salida (ARC) y otro de entrada, así como conector óptico, puerto ethernet y USB. Cuenta con soporte para Wifi 5 y BT 4.2. Una carta muy completa en este sentido. Si estás pensando en reproducir contenido desde tu iPhone o tu Android, debes saber que tiene Chromecast integrado, así como compatibilidad con AirPlay 2. También puedes configurarlo con Alexa.

placeholder Detalle de JBL. (M. McLoughlin)
Detalle de JBL. (M. McLoughlin)

¿Cómo suena? Estupendamente, la verdad. Creo que junto al Sonos Beam es probablemente el más fiel de todos los modelos expuestos hasta ahora. Se crece cuando reproduce series y películas bien mezcladas en Dolby Atmos. Si lo comparamos con el modelo de Sonos, creo que el de JBL globalmente es más completo, en el sentido de que tiene unos bajos algo más potentes, dentro de las posibilidades de un formato. Obviamente si quieres un sonido contundente y en el que las frecuencias más bajas suenen mucho más potente apuesta por un modelo con 'subwoofer' o gasta el dinero en añadir uno más.

Sin embargo, creo que el Beam de segunda generación es más correcto en medios, agudos y en el manejo de Atmos. Diferencias sutiles que muchos no serán capaces de diferenciar y cuya decisión de compra podría caer de un lado o de otro en función de otros detalles, como el precio (este modelo cuesta 399 euros), el diseño o que tengas otros altavoces compatibles en casa. La mayor pega es la de los controles. Su intento de hacer un mando muy minimalista hace que sea algo enrevesado ponerlo a punto. Lo mismo ocurre con los controles incluidos en la propia barra. Los comandos no son sencillos. Y esto puede jugar en contra si eres uno de esos usuarios picajosos, que les gusta ajustar mucho la configuración.

Denon S316

En el cajón de barras de sonido solventes a precios relativamente asequibles nos encontramos con S-316, una propuesta de la casa Denon, que viene acompañada de 'subwoofer' en este caso. En el campo de los formatos de audio soportados, tenemos una carta más sencilla que el anterior modelo, ya que solo soporta Dolby Digital y DTS., formatos algo más atrasados que códecs de audio tridimensional como Atmos o DST: X y con mayor compresión y menos 'riqueza'. La verdad que me parece una apuesta acertada, porque esta barra creo que no está concebida para grandes sibaritas del sonido, que probablemente se fijen en modelos de más prestaciones. Sin embargo, el rendimiento que ofrece este equipo 2.1 es más que suficiente para que gente común, sin un oído entrenadísimo, se sienta satisfecho.

placeholder Barra de sonido de Denom. (M. McLoughlin)
Barra de sonido de Denom. (M. McLoughlin)

Antes de entrar a su desempeño de audio, quiero hacer un par de apuntes sobre el diseño. Se trata de una barra de sonido larga (90 centímetros) pero muy estilizada y con apenas 50 milímetros de altura y 80 de anchura. Además, es muy ligera y fácil de manipular. Está rematada en plástico y tela en la parte frontal. Viene acompañada de su propio mando, pero se puede utilizar directamente con el de tu televisor. Sin embargo, con el mando podrás modular la intensidad de los bajos, para evitar que el 'subwoofer' distorsione la reproducción.

Hay otros controles interesantes. Un modo música que permite recuperar un ajuste mucho más similar para cuando queramos reproducir nuestras canciones favoritas. Y el clásico modo noche, que tamiza los sonidos para evitar molestar a los vecinos. Además, tiene tres niveles de optimización de conversaciones. Particularmente el nivel superior me parece muy artificial, como si alguien se estuviese poniendo las manos alrededor de la mano para amplificar lo que está diciendo. No tengo esa percepción con el nivel intermedio y mucho menos con el más bajo.

La barra de sonido cuenta con dos canales, con un 'tweeter' y un 'mid-woofer' cada uno de ellos. No es una configuración exagerada, sino bastante acorde al precio. El rendimiento es correcto en los medios y en los agudos quizás a veces se eche en falta algo más de mordida. La potencia estimada es de 100W. Pero también cabe recordar el precio, actualmente de apenas 230 euros. La combinación con el 'subwoofer' es bastante resultona. No es virtuosa en ninguna de las frecuencias, pero tampoco suspende en ninguna de ellas.

placeholder Detalle del 'subwoofer' de Denom. (M. McLoughlin)
Detalle del 'subwoofer' de Denom. (M. McLoughlin)

Respecto a conexiones, tenemos un HDMI ARC, así como entrada óptica y otra de 3.5 milímetros. Contamos con conexión BT 4.2 y aunque no soporta códecs como aptx, muy utilizado en el audio inalámbrico, lo cierto es que ofrece una conexión muy estable y puede resultar interesante para aquellos que quieren utilizar como altavoz para reproducir música. En este punto ofrece lo mismo que en el resto: no es brillante, pero cumple a la altura que se puede esperar de un equipo así.

Samsung HW-Q950A

Hasta ahora hemos visto barras de sonido simples, que como mucho vienen jalonadas con un 'subwoofer', ideales para televisiones medianas y pequeñas. Pero, ¿qué ocurre si tengo un pepino de televisión y quiero un sistema que llene una estancia especialmente grande? Aquí hay muchas propuestas. Muchas de las marcas que hemos mencionado aquí y otras tantas tienen sistemas mucho más completos.

LG, Klipsch, B&O, Bose... Es imposible incluirlas todas, porque nos quedaría un artículo mucho más largo del que ya tenemos. Me ha resultado agradable el Samsung HW-Q950A. Se trata de un equipo compuesto por una barra de sonido, dos altavoces laterales y 'subwoofer'. La pieza central es larga (130 centímetros). El motivo de este tamaño es que en total tiene 15 elementos para alimentar los tres canales de los que se ocupa esta pieza. Tanto a la izquierda, en el centro y la derecha hay dos 'woofers' y un 'tweeter'. A esto hay que sumarle otras piezas destinadas a crear el sonido envolvente y dispararlo hacia arriba.

placeholder Vista de la barra de sonido de Samsung. (M. McLoughlin)
Vista de la barra de sonido de Samsung. (M. McLoughlin)

¿Cuál es el resultado? Que tengamos un sonido frontal muy claro y muy solvente, en el sentido de que lleva perfectamente la carga de la reproducción y que no se ahoga por los altavoces traseros o por el 'subwoofer' en ningún momento. El diseño es bastante sobrio, recubierto de tela (particularmente no me entusiasma este material) y encaja bastante bien en la parte inferior del televisor. El aspecto es bastante terrenal y no impresiona tanto como los diseños que han logrado los surcoreanos con sus televisores.

Como decía, este HW-Q950A se apoya en dos altavoces traseros inalámbricos que tienen piezas de reproducción apuntando hacia el techo, hacia el frente y hacia el usuario (importante la posición donde los coloques, para no bloquearlo, como me ocurrió al principio como se ve en la foto del sofá), con la intención de envolverlo. Particularmente me ha parecido que cumplen su papel de manera bastante acertada.

placeholder Detalle del equipo de Samsung. (M. McLoughlin)
Detalle del equipo de Samsung. (M. McLoughlin)

Por último, hay que sumar un 'subwoofer' con un altavoz de ocho pulgadas. Esta combinación le hace poder ofrecer un amplio rango tonal, absorber y gestionar muy bien audio espacial (la prueba la hemos hecho con contenidos mezclados en Atmos, pero también tiene compatibilidad con DTS:X).

Es un aparato especialmente potente y si eres muy aficionado al cine, a las series y a los videojuegos vas a disfrutar del ambiente que crea este equipo. No hay que olvidar que estamos hablando de un sistema de 11.1.4. La potencia de todo el sistema supera los 616W. Lo mejor, en mi opinión, es que la configuración de la barra de sonido en sí hace que la atención siempre quede en la frontal y que no sea devorado por el 'subwoofer' ni por el sonido trasero. Está todo bastante bien orquestado y complementado.

placeholder Subwoofer de Sony. (M. McLoughlin)
Subwoofer de Sony. (M. McLoughlin)

En el aspecto de conexiones, tenemos dos HDMI de entrada (para conectar reproductores Blu-ray o consolas) y uno de salida del tipo ARC. También tenemos una entrada óptica. Wifi y BT 5.0 se combinan con NFC para que con un solo toque de móvil podamos reproducir música. Si tienes una QLED o NeoQLED del pasado año puede utilizar el micrófono para 'analizar' cómo está sonando y balancear los parametros para ajustarlo.

¿Comprar un equipo completo u otro de los anteriores? Depende de cómo quieres que sea esta atmósfera, tu presupuesto, tus expectativas y la habitación que quieres llenar. Mi salón, de unos 32 metros cuadrados, se llenaba de sobra. Pero también lo hacía con la barra de Sonos, la JBL o la Xiaomi. No hay que olvidar que estamos ya hablando de un dispositivo que cuesta 990 euros, tras una rebaja de precio tras algunos meses en el mercado.

Sony HT A9

Para cerrar esta prueba, una 'bola extra'. El Sony HT A9. ¿Por qué digo que es una 'bola extra'? Porque no es una barra de sonido al uso. Lo único que se conecta al televisor es una pequeña central de control, una cajita similar a un Apple TV. El peso de la reproducción se reparte entre 4 altavoces que se posicionan a lo largo de la estancia y se encargan de llenar todo el espacio tan horizontal como verticalmente.

Se trata de cuatro altavoces que son curvados en su parte frontal, pero planos en su parte trasera. La mayor pega que veo es que Sony ha optado por crearlos en un solo color: una especie de gris muy neutro, parecido al que ya se ha visto en algunos modelos de sus auriculares. Lo único que hay que conectar es la toma de corriente de cada uno de ellos. Si quieres colgarlo en la pared, también puedes es relativamente sencillo gracias al soporte para ganchos.

placeholder Detalle del Sony A9, un sistema de sonido muy especial. (M. McLoughlin)
Detalle del Sony A9, un sistema de sonido muy especial. (M. McLoughlin)

El centro de mando es el que incluye las conexiones con una salida ARC, así como un HDMI de salida que soporta 4K a 60fps y HDR. Además de contar con Wifi 6, cuenta con una toma para ethernet y un puerto USB. Es compatible con Dolby Atmos (en los formatos Digital + y TrueHD), DTS: X , LPCM, audio inalámbrico de alta resolución y Sony 360 Reality Audio. Obviamente, tal como me explicó Sony en una pequeña sesión introductoria cuenta con una integración perfecta con los Sony Bravia, pero eso no significa que no pueda ser utilizado con otros sistemas. En mi caso, lo probé con una QLED de Samsung de 2021 y funcionó a las mil maravillas, aunque es cierto que se pierden accesos directos en los menús de la pantalla.

¿Cómo suena? En aquella demo ya salí bastante impresionado, pero lo cierto es que el lugar escogido era bastante propicio. Un salón amplio, con altos techos, muy minimalista, sin grandes obstáculos más allá de los muebles. El sonido era realmente envolvente y notabas, a pesar de no tener altavoces en el techo, como venía de todos lados. Es como si el audio de la película o de la serie te envolviese por completo. Pero es que las sensaciones han sido similares en un salón como el mío, mucho más apelmazado, con más muebles, de formato más rectangular, en el que hay menos posiciones libres para esa colocación milimétrica y estratégica.

Esto es posible gracias a una tecnología de mapeo de sonido, que detecta cómo están los cuatro 'pivotes' puestos y lo ajusta. Con esos 4 altavoces, que cuentan con elementos que reproducen el sonido horizontalmente pero también con elementos que lo reproducen verticalmente. Eso es lo que le permite emular un sistema con doce altavoces. No sabría decir si exactamente parecen doce fuentes, pero lo cierto es que el sonido que más me ha sorprendido de todos los que he probado en estas semanas a la hora de consumir películas y series. Es el que mejor ha reproducido el audio espacial, teniendo en cuenta que es una simulación ya que no contamos con altavoces físicos en el techo. Realmente tienes la sensación de que estás dentro de la escena, de que acústicamente ocurre a tu alrededor. La potencia, sin tener en cuenta el subwoofer, es de 504W.

Es cierto que la televisión tiene que estar relativamente centrada pero el sistema de configuración permite mucha libertad a la hora de colocar los altavoces. ¿Lag? En absoluto. No he percibido nada significativo a pesar de ser elementos inalámbricos.

placeholder Detalle de uno de los 'altavoces' que componen el Sony A9. (M. Mcloughlin)
Detalle de uno de los 'altavoces' que componen el Sony A9. (M. Mcloughlin)

El sistema no es barato. Cuesta 1.800 euros. Es un producto de lujo que, además, necesita de un 'subwoofer' si quieres la experiencia completa con lo que eso supone. Nosotros lo probamos con uno que nos cedió la marca y solo puedo decir que fue una sensación espectacular, pero que eso se paga.

El equipo se puede controlar a través de la 'app' de Sony, donde se pueden ajustar cosas de la reproducción seleccionar también servicios de 'streaming' musical y lanzar sus 'playlists' y los temas que quieras escuchar. Muy buenas sensaciones tanto con Spotify como con Apple o Amazon Music y la música sin pérdida. La sorpresa, en el caso musical, será diferente dependiendo de dónde vengas. Yo he probado un sistema de Sonos con múltiples altavoces (Sonos 5, Sonos Move, Sonos One) funcionando en conjunto y no tiene que envidiar.

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Esta es nuestra experiencia personal en base a las pruebas que hemos realizado a muchos modelos en las últimas semanas. Es imposible probarlas todas y probablemente muchos de ustedes hayan tenido una magnfica experiencia con una marca o modelo que no está aquí recogida. Si tienen alguna consulta o comentario tanto de esta comparativa como de otros productos tecnológicos puedes escribirnos a teknautas@elconfidencial.com

Si has comprado una televisión recientemente y no la habías cambiado desde hace mucho tiempo (la media, según los fabricantes, está en unos siete años), es probable que te hayas sorprendido gratamente por lo fina y delgada que es. La industria de la electrónica de consumo lleva años y años tirando del bisturí para adelgazar cada vez más y más los modelos que ponen en el mercado, hasta el punto de que algunos de ellos miden solo 15 milímetros de grosor.

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