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Los móviles plegables siguen siendo un trasto, pero a este le voy a dar una oportunidad
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MI POSTURA NO HA CAMBIADO

Los móviles plegables siguen siendo un trasto, pero a este le voy a dar una oportunidad

Samsung ha renovado sus plegables una vez más. Y, por ahora, solo el Galaxy Z Flip 4 es el único que me ha despertado interés. Eso sí, a pesar de su calidad, no es un teléfono exento de contradicciones y letra pequeña

Foto: Montaje: Emma Esser.
Montaje: Emma Esser.

Cuatro años. Ese es el tiempo que los 'smartphones' plegables (en realidad, 'smartphones' con pantalla plegable, pero ya saben ustedes lo cómoda que resulta la economía del lenguaje en ciertas ocasiones) se llevan autoproclamando como el futuro de los teléfonos o, al menos, de la telefonía de lujo. Y, siéndoles sincero, me siguen produciendo las mismas sensaciones encontradas que el primer día.

Son aparatos que impactan en el primer vistazo y producen un 'Qué guapo', 'Vaya pasada' o 'Qué interesante', dependiendo la generación a la que pertenezca la persona que lo ve desplegarse por primera vez. Los argumentos que han acuñado los fabricantes (Samsung es el que más ha apostado por este mercado) son de esos que entran bien por el oído.

Foto: Galaxy Fold Z 3. (EC Diseño)

Tener una pantalla típica de un 'smartphone' gigante en el espacio que ocupa una cartera un poco llena o poder tener en un dispositivo lo mejor de un móvil y una tableta compacta. Son cosas que sobre el papel funcionan. El problema es que, por una cosa u otra, acaban surgiendo varios 'peros' según van transcurriendo los días. Hay que reconocer que son auténticos prodigios desde el punto de vista técnico y que se hayan convertido en una realidad comercial es digno de aplaudir, pero actualmente me cuesta verlos como algo más que 'trastos' que satisfagan las demandas de los usuarios hasta el punto de convertirse en un fenómeno de masas. La barrera más obvia es el precio (cerca de los 2.000 euros en algunos casos) pero hay más. Especialmente en el caso de los que son 'tipo libro'. La pantalla interior, la que equivale a una pequeña tablet, no la he aprovechado y me he limitado a tirar de la exterior, más estrecha de lo habitual, por lo que tampoco me termina de convencer.

'No' al Fold, 'sí' al Flip

Con los 'tipo concha' he sido siempre algo más benevolente. El simple hecho de lo compacto que resulta cuando está cerrado (lo suficiente para llevar en el bolsillo de un vaquero sin que abulte demasiado ni asome por el borde) ya me parece un argumento que lo hace candidato a agradar a un mayor número de usuarios. No hay que olvidar que los tipo libro, como el Galaxy Z Fold, no dejan de ser un tanto armatoste. Ahora uno de estos plegables tipo concha han conseguido convencerme de que le dé una oportunidad: el Galaxy Flip Z 4 de Samsung, una compañía que en su última renovación ha sabido tocar las teclas correctas para ofrecerme una experiencia algo más cercana a lo que espero en mi día a día. No lo veo como una compra tan arriesgada como hace un año. Pero esto no significa que sea el teléfono perfecto. Ninguno lo es, pero este está lleno de letras pequeñas y trae algunas contradicciones propias de un formato, el de los teléfonos con paneles flexibles, que están aún buscando su razón de ser.

placeholder El Z Flip 4, estirado. (M. McLoughlin)
El Z Flip 4, estirado. (M. McLoughlin)

He pasado más de una semana con este aparato. Es probable que hayan oído hablar en los últimos días de que Samsung había puesto en circulación nuevos Galaxy Z. Más que nuevos diría retocados. Las mejoras se han centrado en el mecanismo de doblado, la cámara y la autonomía, principalmente.

Son muy parecidos a los del pasado año. Hasta el punto de que, si no es por los colores, muchos no sabrían con certeza distinguir una generación de otra. El Z Flip 4 se ha hecho algo más compacto. No es una barbaridad. En mano se siente cómodo tanto cuando interactuamos con él a través de su pequeña pantalla externa cuando esté cerrado, como para manejarlo solo con la derecha cuando lo tenemos abierto. Lo que no he conseguido es que se me haga natural desplegarlo con una sola mano.

Un diseño logrado

El cuerpo pesa 187 gramos, está rematado con Gorillas Glass Victus (el cristal templado más resistente que existe) y tiene un acabado mate que ayuda a que no sea un imán para las huellas. Los laterales son de aluminio, al igual que la zona de la bisagra que queda a la vista. Ahí tenemos un lector de huellas, que funciona lo suficientemente bien para que no me plantee tirar del desbloqueo facial como herramienta principal para desbloquear mi teléfono. Tenemos conector USB tipo C, altavoces estéreo (con un sonido bueno), lo suficientemente potentes como para contestar una llamada en manos libres con el Flip Z4 cerrado o reproducir alguna canción sin auriculares.

Lo mejor del diseño, el certificado IPX8. Es una de las grandes conquistas del sector tecnológico de los últimos años para que, cuando nuestro móvil protagonizase un chapuzón accidental o se le cayese un café por encima, no sufriese algún daño que nos obligase a llevarlo a reparar. Lo peor es que al cerrarlo sigue manteniendo la forma de cuña. No se pliega completamente. Y eso puede hacer que se cuele polvo de vez en cuando.

Antes de nada quiero hablar de la pantalla externa. Ha crecido hasta las 1,9 pulgadas. El suficiente espacio para poder hacer cosas que hacemos con un reloj conectado. Es más, salvo los entrenamientos, estos días he prescindido de la Fitbit Sense con la que suelo manejarme y no la he echado de menos. Aquí se puede consultar el calendario y la agenda del día, activar la grabadora para tomar notas de voz durante una entrevista o una reunión, acceder a ajustes rápidos, sacarse 'selfies' utilizando la cámara principal o pagar con la tarjeta de crédito.

Lo único que me falta es poder utilizar el abono transporte para que este móvil pudiese ser el equivalente 100% (en tamaño y funcionalidades) a mi cartera. También me ha servido para consultar rápidamente los mensajes de WhatsApp y Telegram, así como los tuits de las cuentas que tengo seleccionadas o que me mencionan para poder decidir si los contesto o no. Si lo hago, desde aquí lo puedo hacer con una función de dictado, respuestas rápidas o emojis. Pensaba que no lo iba a explotar mucho, pero sí. La música, en mi caso Spotify, también se puede gobernar desde aquí. Se limita a poder activar o pausar la reproducción así como avanzar en las canciones de una playlist o disco o los episodios de un podcast. Se echa de menos, por ejemplo, poder cambiar de lista o poder ir a un punto de la canción. Pero claro, es una suerte de carta a los Reyes Magos.

placeholder El grosor del Z Flip 4. (M. McLoughlin)
El grosor del Z Flip 4. (M. McLoughlin)

¿Qué hay sobre la pantalla interior? Cabe decir que es un panel flexible con resolución Full HD + de 6,7 pulgadas, con un formato algo más alargado. Lo bueno es que se ha ganado algo más de superficie de pantalla al reducir ligeramente los marcos. El panel Dynamic AMOLED esta agujereado con la cámara selfie interior (lo de la cámara oculta bajo la pantalla queda para el Fold) y soporta una tasa de refresco variable, desde 120 Hz como máximo a 1 Hz. En términos generales es una buena pantalla en lo que se refiere a brillo, ángulos de visión... Algunos querrán ajustar la calibración del color porque, como es tradicional en los paneles AMOLED de Samsung, tienden a presentar cierta saturación por defecto. Eso sí, si te gustan las imágenes con colores más vivos no te desagradará.

Hay dos cosas a tener en cuenta. El formato 22:9. Es un panel más estrecho. Algunos preferirán una proporción más clásica y donde los videos, por ejemplo, se ajusten mejor. Particularmente, me he acostumbrado rápido. Incluso me ha resultado cómo para agarrarlo (como se ve en la foto) mientras veo una serie o un video de YouTube en el metro o en el autobús. Sin quejas en este sentido. Si no quieres el recuadro negro, puedes optar por hacer zoom, aunque esta opción, personalmente, me parece que queda forzada.

El otro asunto que hay que señalar es la arruga. Sigue ahí. Al tacto se nota. Es cierto que si la miras de frente la mayor parte del tiempo pasa desapercibida, pero si cambias el ángulo el surco se deja ver. ¿Es insufrible? En absoluto ¿Te haces a ella? Por supuesto. ¿Es mandatorio que la disimulen lo más rápidamente posible en las próximas generaciones? Sí. Hay otras consideraciones a tener en cuenta y una de ellas, quizá la que más puede preocupar a alguien, es la capacidad de envejecer bien que tengan estas pantallas. Samsung dice que están probadas para aguantar miles de doblados.

Pero no es lo mismo la vida real que un laboratorio. Es cierto que este fabricante es uno de los que más confianza me despiertan cuando se habla estrictamente del 'hardware', pero habrá que ver cómo evoluciona. Vamos a estar varios meses con este Z Flip 4, así que haremos una actualización sobre si la arruga va a más o la pantalla es más frágil de lo habitual. En este sentido cabe resaltar que la compañía ha rediseñado la bisagra y su mecanismo para que el panel sufra menos. Y se nota más fluido cuando se abre.

placeholder Z Flip 4. (M. McLoughlin)
Z Flip 4. (M. McLoughlin)

Después de este exhaustivo repaso al exterior, vayamos a ver qué hay bajo el capó. Samsung ha renunciado a poner sus Exynos en estos teléfonos y ha optado por la joya de la corona de Qualcomm, el Snapdragon 8 Gen 1. Es un procesador pura sangre, que da un gran rendimiento y, por supuesto, puede absorber cualquier encargo que se le pida al Flip. Desde manejar varias apps en paralelo, manejar la pantalla partida cuando el teléfono está doblado, grabar vídeos y editarlos, videojuegos... Está jalonado con 8GB de RAM.

¿Suficientes? Por mi experiencia sí, aunque teniendo en cuenta el precio de salida (más de 1.000 euros) igual convendría tener 12GB, para estar mejor preparado para afrontar el paso del tiempo. El sistema operativo, por cierto, es Android 12L, optimizado para funcionar mejor en plegables y tabletas. Todo recubierto con One UI, la capa de personalización de Samsung. Lo más reseñable es el modo Flex, que nos permite tener experiencias a pantalla partida dependiendo el ángulo que escojamos de apertura.

Soy partidario de experiencias limpias, pero lo cierto es que corre todo con relativa normalidad, sin lags ni grandes fallos. ¿Se ha calentado? Solo lo ha hecho significativamente en la configuración inicial cuando restauré copias de seguridad de WhatsApp y de mi cuenta de Google. A partir de ahí, normalidad.

placeholder El perfil del Z Flip 4. (M. McLoughlin)
El perfil del Z Flip 4. (M. McLoughlin)

Sobre el almacenamiento, simplemente decir que hay versiones de 128 GB, 256 y 512. No hay posibilidad de ampliarla por microSD, una cosa cada vez menos común. Lo que si podemos tener es dos tarjetas SIM, combinando una nanoSIM con una SIM virtual. La conectividad 5G, el Wifi 6 y el BT 5.2 se dan por descontado en un teléfono de este rango de precios.

Un depósito corto

Llegamos al apartado de la autonomía. A Samsung aquí le pasa como le pasó a Apple con el iPhone 12 y 13 Mini. Su formato condiciona la capacidad del tanque de gasolina. En la pasada edición era de 3.400 mAh. Ahora lo han aumentado hasta los 3.700 mAh. Si eres un usuario intenso o muy intenso vas a necesitar repostar una vez al día sí o sí. Si eres un usuario medio podrás llegar al final del día pero tiritando. En el mejor de los escenarios, he conseguido con una carga algo menos de siete horas de pantalla y siendo muy conservador en brillo y carga de trabajo.

En los días comunes, he tenido que pegarle un chute con la carga rápida en torno a las 5 de la tarde para poder llegar con holgura al final del día e irme a tomar un par de cervezas después de trabajar sin estar pensando en si me quedo seco. Lo cierto es que es probablemente su gran 'pero', aunque es cierto que frente a la anterior edición han conseguido mejorar en este aspecto. Esto se traduce en torno a una hora y pico más de uso con cada carga, que personalmente me ha servido para no tener la sensación de que la energía se esfumaba en un abrir y cerrar de ojos, como sí tuve en la primera y segunda edición del Flip. Aún así, para muchos va a seguir siendo corta.

Si quieres ganar un poco de tiempo, tienes una opción para priorizar la eficiencia energética y no el rendimiento. No hace milagros, pero te da un balón de oxígeno, a cambio de renunciar a algo de potencia.

placeholder Z Flip 4. (M. McLoughlin)
Z Flip 4. (M. McLoughlin)

La carga rápida es de 45W, siempre que utilices un adaptador y un cable compatible. Obviamente, la base no viene incluida en la caja. El cable sí. Quizá es momento de plantear que ya que nos han quitado el cargador, es hora de que los fabricantes como Samsung, Apple o Google incluyan aunque sea una funda para proteger el teléfono. Volviendo al asunto del repostaje, la mitad de la batería se recarga en 30 minutos. El ciclo completo dura en torno a una hora cincuenta minutos. También tenemos la posibilidad de cargar inalámbricamente o de compartir energía con accesorios como unos auriculares gracias a la carga inversa.

Cámara solvente pero...

El último punto de este análisis es el apartado fotográfico. Aquí nuevamente me ha quedado un sabor agridulce. La cámara doble, compuesta por un gran angular y un ultra gran angular, ofrece unos resultados muy buenos en múltiples situaciones y que podéis ver a lo largo de los próximos párrafos.

Pero teniendo en cuenta la inversión que hacemos, yo he echado mucho en falta el telefoto. Un objetivo que nos permita hacer zoom óptico de un par de aumentos o tres. Es una de las cosas que me chirría en la estrategia de este dispositivo. Si se presenta como un dispositivo 'life style' (realmente me cuesta entender a qué se refieren con este concepto, pero yo lo traduzco como un dispositivo para fardar), creo que el teleobjetivo puede ser útil y apreciado por este público, debido a su utilidad en cosas como los retratos.

Disparo con el Z Flip 4.Disparo con el Z Flip 4.

Dejando atrás esta valoración, cabe decir que he utilizado como cámara principal y selfie la cámara dual externa. La interior ha quedado reservada para las vídeollamadas ofreciendo una calidad más que de sobra para este fin.

Sobre el resultado pocas cosas que añadir a las imágenes que dicen mucho por sí mismas. En situaciones con la iluminación suficiente, ofrece un gran rendimiento, en términos de definición y velocidad de captura. Si hay que hacer algún reproche al procesador, en mi caso, es que muchas veces tiende a colorear demasiado los cielos despejados, saturándolos de más. Esta situación es algo más fuerte cuando vemos las fotos únicamente en el teléfono, por lo que comentaba de la saturación de serie que tienen las pantallas AMOLED de Samsung.

Me ha dejado muy buen sabor de boca disparando con ambas lentes así como en sus diferentes modos (lo mejor es que contamos con un modo Pro para los que nos gusta un mayor control de los parámetros). El recorte y el bokeh cuando utilizamos el modo retrato es bastante preciso y el fondo lo gestiona de manera bastante natural, aunque siempre tenemos la posibilidad de suavizarlo o hacerlo más agresivo en la edición posterior.

La sorpresa ha llegado con el modo nocturno. Aseguraron que era un 65% más brillante. Y creo que lo cumplen. Es cierto que todas las tomas no salen a la perfección, pero utilizando esta opción, puedes tener resultados muy solventes y pintones, especialmente con el objetivo principal.

Disparo con el Z Flip 4.Disparo con el Z Flip 4.

En términos generales, creo que es una buena cámara, que se queda algo coja al no tener zoom óptico. En el caso del vídeo, podemos grabar hasta en 4K a 60fps y contamos con estabilización óptica en la lente principal. En situaciones normales no vamos a encontrar muchas pegas. Cuando escasea la luz, la toma de vídeos sufre un poco, como es lógico, pero todo dentro de lo esperable. Donde flojea un poco es en los aumentos, ya que cuando exprimimos el zoom al grabar un clip, empieza a introducir bastante ruido. Se puede resumir que el Flip Z4 ofrece unas buenas prestaciones en este apartado, pero no es ni mucho menos, de los más destacados del mercado.

Disparo con el Z Flip 4.

Con el apartado fotográfico acabamos este análisis del Flip Z4, el móvil plegable al que sí le voy a dar un voto de confianza. La propuesta es clara, un diseño compacto, resistente al agua, que nos permite llevar una pantalla mucho más grande en el bolsillo. La cámara, aunque pida a gritos un teleobjetivo, también es bastante solvente y la batería es algo más grande, aunque todavía tiene margen para mejorar. El formato me gustaba pero veía carencias en apartados claves. Estos avances, especialmente el de la autonomía (aunque a todas luces es corta), han sido los que han hecho que ahora vea el terminal como un candidato a ser mi móvil de diario.

placeholder El Z Flip 4. (M. McLoughlin)
El Z Flip 4. (M. McLoughlin)

Como decía al principio del artículo, el terminal no es perfecto si lo comparamos especificación por especificación con otros de su mismo precio. Todo depende de tus prioridades. La propuesta aquí es tener algo diferente en diseño. Eso siempre es algo más difícil de vender. Samsung dice que en unos pocos años la gama Z superará en venta a la Galaxy S, uno de los mejores Android que año a año nos vamos a encontrar. Me voy a dar el gusto de dudarlo, al menos en el corto plazo.

Quién sabe lo que ocurrirá dentro de 10, pero a día de hoy, los teléfonos plegables son una tecnología nueva en el mercado, que aún está en pañales. Como todas las tecnologías relativamente nuevas, esto hay que pagarlo. En este caso, el Z Flip 4 parte de 1.099 euros. Una inversión mayúscula. El Fold 4, por ponerlo en contexto, son 1.800 euros. Demasiado desde mi punto de vista personal, para la utilidad que el gran público puede sacarle. Pero aquí, recordemos, cada uno hace con su dinero lo que quiere.

Z Flip 4 (Desde 1.099€) Z Fold 4 (Desde 1799€)

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Cuatro años. Ese es el tiempo que los 'smartphones' plegables (en realidad, 'smartphones' con pantalla plegable, pero ya saben ustedes lo cómoda que resulta la economía del lenguaje en ciertas ocasiones) se llevan autoproclamando como el futuro de los teléfonos o, al menos, de la telefonía de lujo. Y, siéndoles sincero, me siguen produciendo las mismas sensaciones encontradas que el primer día.

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