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Partido de izquierdas con pasado terrorista se modera y gana las elecciones. ¿Le suena?
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DE HILLSBOROUGH A AJURIA ENEA

Partido de izquierdas con pasado terrorista se modera y gana las elecciones. ¿Le suena?

Hasta 1994, la BBC tenía prohibido reproducir las voces originales de los políticos del Sinn Féin. Hoy son el partido más grande en toda Irlanda, norte y sur. También el espejo en el que se mira EH Bildu

Foto: Arnaldo Otegi, con el expresidente del Sinn Féin, Gerry Adams. (EFE)
Arnaldo Otegi, con el expresidente del Sinn Féin, Gerry Adams. (EFE)
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En 1994, los norirlandeses que acudían a un mitin a escuchar al líder del Sinn Féin Gerry Adams, cuando volvían a casa y sintonizaban la BBC, escuchaban de nuevo esas mismas palabras pero dobladas por un actor. La peculiar prohibición, en vigor desde 1988, pretendía que los miembros del partido —considerado el brazo político del IRA— no pudiesen utilizar los medios de comunicación para difundir su agenda.

Apenas 15 días después del alto el fuego anunciado por el grupo terrorista, el primer ministro John Major deshizo la prohibición. El Sinn Féin estaba entonces en uno de los momentos más bajos de su historia. Nadie, por aquel entonces, habría pronosticado que hoy sería el partido más importante de la isla de Éire. Desde el pasado mes de febrero, Michelle O'Neill se convirtió en primera ministra de Irlanda del Norte. Poco antes, al otro lado de la frontera que divide norte y sur, Mary Lou McDonald había llevado al Sinn Féin a ser el partido más votado en las últimas elecciones parlamentarias.

Tan solo el bloqueo que mantienen en Dublín los partidos tradicionales impide al partido nacionalista alzarse con el gobierno a ambos lados de la frontera. Pero el cordón sanitario no ha impedido su auge: en el sur obtuvieron 37 escaños en el Parlamento y cinco en el Senado; en el norte, además de la presidencia, han logrado 27 escaños, son el partido con más representación. En Westminster han alcanzado los siete parlamentarios, aunque por la política abstencionista que sigue el Sinn Féin, nunca han jurado el cargo.

La estrategia del partido, que durante tantos años estuvo asociado al terrorismo del IRA, resulta del máximo interés para Arnaldo Otegi. El coordinador general de EH Bildu estuvo en noviembre del año pasado en la conferencia política del Sinn Féin, invitado a reflexionar sobre las estrategias y retos comunes de ambos partidos. Allí se reunió con Adams, con McDonald y con O'Neill.

placeholder Arnaldo Otegi, con el senador de EH Bildu, Gorka Elejabarrieta, y la vicepresidenta del Sinn Féin y líder de la formación en Irlanda del Norte, Michelle O'Neill. (EFE)
Arnaldo Otegi, con el senador de EH Bildu, Gorka Elejabarrieta, y la vicepresidenta del Sinn Féin y líder de la formación en Irlanda del Norte, Michelle O'Neill. (EFE)

Entre el castillo de Hillsborough y el palacio de Ajuria Enea hay tantas distancias como paralelismos, pero es evidente que EH Bildu lleva años tocando las mismas teclas que han llevado al Sinn Féin al mejor momento de su siglo y pico de historia. En estos momentos, las encuestas dan a su candidato a lehendakari, Peio Otxandiano, una tendencia ascendente que podría llevarle a superar el empate técnico que ahora comparte con Imanol Pradales, el aspirante del PNV. No sería descabellado ver, el próximo 21 de abril, a Bildu imponiéndose como el partido más votado en las elecciones vascas.

En ese momento, serán más necesarias que nunca las enseñanzas del Sinn Féin, que tras toda la vida en la oposición se ha visto por fin al mando, teniendo que tomar decisiones en un momento complejo para la Irlanda del Norte post-Brexit.

placeholder Whiting, en una entrevista reciente.(Universidad de Birmingham)
Whiting, en una entrevista reciente.(Universidad de Birmingham)

Matthew Whiting, investigador en ciencia política de la Universidad de York, lleva años indagando en el conflicto de Irlanda del Norte y cómo este exitoso proceso de moderación del Sinn Féin ha creado un libro de ruta que es estudiado y replicado por políticos de todo el mundo, desde Bildu en el País Vasco al Partido de los Trabajadores de Kurdistán en Turquía.

Whiting, autor del libro Sinn Fein y el IRA: de la revolución a la moderación (Edinburgh University Press, 2017) además de numerosas publicaciones académicas que abordan el fenómeno, inició su carrera precisamente en Irlanda y nos atiende desde la ciudad medieval inglesa.

PREGUNTA. El Sinn Féin ha pasado en una generación de ser un partido maldito al más popular en Irlanda del Norte y la República de Irlanda. ¿Ha sido una transición suave o ha tenido muchos sobresaltos?

RESPUESTA. Lo que vimos con el Sinn Féin fue que su porcentaje de voto en Irlanda del Norte durante el periodo del conflicto varió entre el 6% y el 10%, pero nunca superó este umbral. Y luego, en anticipación al proceso de paz —porque la gente sabía que iba a suceder a partir de 1994 — el porcentaje del Sinn Féin comenzó a aumentar bastante.

Foto: El exprimer ministro Bertie Ahern, el 21 de marzo de 2023. Mostafa Darwish /EFE

P. Ahora se mueve alrededor del 30% en los dos lados de la isla.

R. Hay un par de razones que explican ese crecimiento. En gran medida, podemos dividir Irlanda del Norte en nacionalistas católicos y unionistas protestantes. Los protestantes simplemente no votan por partidos nacionalistas, ya sea el Sinn Féin o su rival más moderado, el SDLP. Entonces, lo que el Sinn Féin hizo realmente en esos primeros días es ganar una mayor proporción del voto de los votantes nacionalistas católicos. Así que aumentaron su proporción de votos, dado que movilizaron a nuevos votantes que antes se abstenían, simplemente no votaban nunca.

La razón por la que hicieron esto fue básicamente porque la población católica de Irlanda del Norte estaba muy interesada en los nuevos acuerdos para compartir el poder —la ley electoral allí obliga a que todo gobierno sea compartido entre nacionalistas y unionistas— y entonces querían un partido que tratara sobre la paz, que tratara sobre la justicia, pero también querían un partido que defendiera sus intereses cuando tuvieran que compartir el poder con rivales unionistas históricos.

Esto significa que el Sinn Féin tiene una imagen tradicional de línea dura, y otra más moderada donde se declara partidario de la paz y se ocupa principalmente de problemas sociales. Las elecciones en sí no siempre transcurrieron sin problemas, hubo gobiernos que colapsaron, pero en términos de estrategia electoral del Sinn Féin, probablemente haya sido muy exitosa. La otra gran cosa que hizo fue adoptar la idea de que buscaban la igualdad​. Dado que históricamente los nacionalistas católicos fueron discriminados, esta política de igualdad dio un impulso a la posición de los nacionalistas católicos en relación con los unionistas protestantes. Entonces, la igualdad fue una estrategia muy inteligente.

El Sinn Féin ha pasado de un 6-10% de voto durante el periodo del conflicto a más de un 30%, es determinante en Irlanda e Irlanda del Norte

P. Un partido radical que se modera se enfrenta a un doble reto: convencer a los votantes de que ahora son moderados, y por otro lado, convencer a la línea dura del partido de que no han abandonado el objetivo inicial. ¿Cómo gestionó esto el Sinn Féin?

R. Al principio, algunas personas que pasaron por allí tenían antecedentes de afiliación al IRA. Sin ir más lejos, Martin McGuinness, quien emergió como su líder político en Irlanda del Norte y, sin duda, fue también un miembro importante del IRA. Supongo que tuvieron suerte de que no surgieran partidos que intentaran rebasarlos. Entonces, debido a que las preferencias de los votantes católicos en Irlanda del Norte estaban a favor de la paz, no había margen para que surgieran grupos disidentes.

Un partido que hubiese robado esos votantes de línea dura al Sinn Féin y al IRA probablemente no habría contado con un apoyo suficiente. Los electores en general querían partidos que apoyaran la paz. Y en cualquier caso, los avances que estaban logrando al atraer a los votantes más moderados eran mucho mayores que los riesgos de alienar a algunos votantes incondicionales que de otro modo podrían abstenerse. Creo que eso les hizo las cosas un poco más fáciles. Y luego, con el tiempo, a medida que el proceso de paz se afianzaba, las poblaciones nacionalistas católicas en Irlanda del Norte se hicieron un poco más ricas, emergieron y se volvieron un poco más de clase media, sin embargo mantuvieron sus preferencias de voto para el Sinn Féin.

Ahora, en los últimos años, el Sinn Féin ya no trata sólo de movilizar nuevos votantes, sino también de tomar los votos de los nacionalistas católicos más moderados y de clase media de una manera que históricamente no lo habría hecho. Irlanda del Norte tiene preferencias socioeconómicamente bastante izquierdistas. Así que están a favor de un estado de bienestar, salud, educación... el Sinn Féin enfatiza mucho estas cosas y también es bastante progresista socialmente. Entonces enfatizan las cuestiones de igualdad, pero también los derechos de las comunidades minoritarias, están a favor del matrimonio homosexual, etc.

placeholder La número dos del Sinn Féin, Michelle O'Neill, Bernadette Canning, viuda del exministro principal norirlandés y exmiembro del IRA, y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, en la presentación del retrato de McGuinness. (EFE/Paul MacErlane)
La número dos del Sinn Féin, Michelle O'Neill, Bernadette Canning, viuda del exministro principal norirlandés y exmiembro del IRA, y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams, en la presentación del retrato de McGuinness. (EFE/Paul MacErlane)

P. Es peculiar que un partido que atrae a los votantes católicos se convierta también en emblema LGTB. ¿Qué nos estamos perdiendo?

R. No estoy seguro de que el Sinn Féin atraiga a los votantes por su apoyo a la religión católica. Simplemente, da la casualidad de que los católicos no votan por partidos unionistas. Entonces, lo que realmente están apoyando es a un partido de izquierdas, socialmente progresista. Quizá esto no sea relevante para este caso, pero en el Partido de los Trabajadores del Kurdistán, el PKK, intentaron lo mismo al apelar a grupos LGBT, pero como gran parte del apoyo de los nacionalistas kurdos era bastante conservador, sufrieron para mantener al partido unido. Sin embargo, el Sinn Féin se las arregló para lograrlo porque la población allí no es así, la política social católica en realidad no importa mucho. No están en contra del aborto, no están en contra del divorcio, en la República de Irlanda hay un primer ministro abiertamente gay… creo que eso les ayudó a mantener al partido unido.

P. Buena parte del éxito electoral del Sinn Féin, y también de Bildu, es haberse convertido en una especie de partido verde a la europea, donde sus objetivos más urgentes tienen que ver con las políticas de vivienda, la sanidad pública o el medio ambiente. ¿Cómo se articuló esta transformación?

R. En Irlanda del Norte, el Sinn Féin tenía una estrategia particular que consistía en hacer las cosas que usted menciona, pero también representar a los votantes nacionalistas. Pero esto es algo que comparten con sus rivales. En la República de Irlanda, necesitaban un atractivo electoral ligeramente diferente, porque no había un proceso de paz. Así que aumentaron su porcentaje de votos al ofrecer esta alternativa económica de izquierdas: cosas como vivienda, educación, provisión de asistencia social.

La República de Irlanda, como sabe, es ahora un país muy rico, pero tiene problemas de desigualdad. Y ciertamente las percepciones de desigualdad son muy altas. Existe la sensación de que algunos grupos se han quedado atrás en este crecimiento de la riqueza, y creo que se sienten muy atraídos hacia el Sinn Féin. La mayoría de los partidos de la República de Irlanda probablemente sean de centroderecha económicamente en algunos aspectos, así que hubo un gran espacio para que el Sinn Féin emergiera desde la izquierda. Lo que va a ser realmente interesante es ver cómo un partido que ha dedicado gran parte de su tiempo a criticar desde la oposición asumirá ser un partido de gobierno, o que está en el poder, que tendrá que tomar algunas de decisiones difíciles en torno a los impuestos y al gasto durante los próximos meses porque en este momento Irlanda del Norte tiene problemas financieros.

"Aumentaron su porcentaje de votos al ofrecer una alternativa económica de izquierdas en vivienda, educación o asistencia social"

P. Este tipo de partidos empiezan teniendo como candidatos a personas más o menos vinculadas al conflicto, pero en pos de esa moderación, acaban siendo sustituidos por rostros más amables, gente más joven o mujeres, sin vinculación con la época violenta. Más allá de las dos líderes, McDonald y O'Neill. ¿Quién es la gente que se presenta ahora a las elecciones por el Sinn Féin? ¿Proceden de la sociedad civil o de otros movimientos políticos?

R. Todavía hay algunas personas que tienen conexiones directas con el período de conflicto en Irlanda del Norte. Conor Murphy, que actualmente es Ministro de Finanzas, es una de esas personas. Pero ha habido esta transición y este cambio en el liderazgo, y así, la mayoría de los candidatos del Sinn Féin no tienen esa experiencia directa de haber sido miembros del IRA o haber estado en el conflicto. Lo que vemos ahora son dos corrientes diferentes de personas que se sienten atraídas por unirse al Sinn Féin.

Hay personas que podrían ser de la próxima generación de miembros de una familia de nacionalistas irlandeses, fuertemente comprometidos ideológicamente y que podrían haber estado involucrados en el republicanismo durante el período del conflicto. Y luego el segundo tipo serían personas atraídas por su política de izquierda o por la alternativa económica que ofrecen a ese tipo de consenso de centro derecha que parece existir en la República de Irlanda en los años noventa.

placeholder Miembros del Sinn Fein sostienen fotos en homenaje a la muerte de ocho activistas del IRA en Loughgall, 1987. (Reuters/Clodagh Kilcoyne)
Miembros del Sinn Fein sostienen fotos en homenaje a la muerte de ocho activistas del IRA en Loughgall, 1987. (Reuters/Clodagh Kilcoyne)

P. ¿Todo este proceso de moderación del Sinn Féin surgió de forma natural, impuesto por las circunstancias o puede atribuirse a un plan concreto de políticos con nombres y apellidos?

R. Esta será una respuesta muy académica, pero es un poco de ambas cosas. Creo que hubo un grupo que surgió dentro del republicanismo irlandés en la década de 1980 que pensaba que una manera importante de construir el poder y la influencia del Sinn Fein en Irlanda del Norte era expandir la política y alejarse de un enfoque exclusivamente militarista. Eso no quiere decir que en aquellos años quisieran deshacerse del IRA, pero sí querían un mayor margen para la política. Y estas habrían sido personas como Gerry Adams, quien sin duda ha estado a la vanguardia de esto. Luego creo que aparecieron ciertas circunstancias que tal vez ellos no anticiparon, pero que pudieron aprovechar para seguir con esta agenda. En particular, las huelgas de hambre de los miembros del IRA.

Vieron que funcionaba bien y durante mucho tiempo, al igual que pasó con ETA y Herri Batasuna, intentaron llevar a cabo una campaña militarista y política al mismo tiempo. Debido a las preferencias del electorado nacionalista en Irlanda del Norte, el porcentaje de votos del Sinn Féin solo rondaba el 10% mientras el IRA siguió usando la violencia. Pero cuando ésta cesa y se vuelven exclusivamente políticos, ven cómo su voto aumenta de forma espectacular. Sin duda había personas dentro del partido que querían más política, pero no estoy seguro de que podamos atribuirlo solo a ciertos individuos, también fueron las circunstancias.

P. Es llamativo también que, en el País Vasco, Herri Batasuna tuvo que cambiar de marca varias veces hasta lograr dar con una menos vinculada a su pasado. Sin embargo el Sinn Féin sigue llamándose exactamente igual que entonces, no ha cambiado nada y sin embargo, ha logrado esa expiación.

R. La etiqueta Sinn Féin se remonta a 1905, y además, casi todos los partidos en la República de Irlanda están —oficialmente, al menos, incluso si no lo persiguen activamente— comprometidos con la unificación de Irlanda. Así que el nacionalismo no es una política inusual. El gran problema con el Sinn Féin o el IRA no era que estuvieran persiguiendo una Irlanda unida, sino que estaban usando la violencia para lograrlo. Así que, una vez llegó la paz, pudieron mantener esa marca, porque esa etiqueta está establecida, aceptada, aprobada y es conocida por el electorado. No se considera algo malo. Por lo tanto, no había ningún problema en que lo conservaran siempre que el IRA se jubilara y desapareciera.

P. El objeto último de EH Bildu sigue siendo la independencia. Sin embargo, como parte del proceso parecen haber aparcado un poco esa inmediatez, ya no resulta tan urgente como otras batallas sociales. Todo esto es algo que ya hizo el Sinn Féin, ¿verdad? ¿Están siguiendo una misma hoja de ruta?

R. Sí, aunque en el Sinn Féin las circunstancias no sean exactamente iguales, esto es muy similar a lo que ha hecho el Sinn Féin. Mantienen el objetivo a largo plazo de una Irlanda unida, pero creo que se han dado cuenta de que no se puede vender esa idea a un electorado, que la gente no vota por una idea abstracta como esa, sino que votan por mejores ideas y condiciones en su día a día: mejores escuelas, mejores oportunidades de empleo, menos pobreza, más bienestar, ese tipo de cosas. Por lo tanto, necesitaban ofrecer, junto con esta idea abstracta de una Irlanda unida, lo que llamamos políticas de pan y mantequilla, las que afectan de forma cotidiana. Creo que eso es lo que ha hecho el Sinn Féin para convertirse en el partido más grande de la República de Irlanda e Irlanda del Norte.

En ese sentido, hay un paralelismo muy fuerte entre el País Vasco e Irlanda: hay una vieja dinámica y la utilizamos para cambiar gradualmente hacia una Irlanda unida, o un País Vasco independiente, trabajando dentro del sistema en lugar de tratar de derrocarlo mediante la violencia o la política revolucionaria como durante los años 80 y 90.

"Mantienen el objetivo a largo plazo de una Irlanda unida, pero se han dado cuenta de que no se puede vender esa idea a un electorado"

P. ¿Ha cambiado la percepción sobre el Sinn Féin desde Londres o se les sigue observando con sospecha?

R. Creo que a estas alturas están felices de aceptar que el Sinn Féin esté comprometido con una política exclusivamente pacífica. No creo que piensen que el partido vaya a volver en algún momento a la violencia del pasado. Diría que eso es lo mismo tanto para el Partido Laborista como para el Partido Conservador. Históricamente, el Partido Laborista o ciertos miembros dentro del partido han estado más comprometidos con la unificación irlandesa, mientras que en el Partido Conservador... su nombre completo es Partido Conservador y Unionista, por lo que quiere que Irlanda del Norte permanezca dentro del Reino Unido.

Dicho lo cual, todavía hay tensiones con Westminster, pero no creo que tengan que ver con el legado del Sinn Féin como ala política del IRA. Más bien se deben a políticas conservadoras, al Brexit y ese tipo de temas que hacen que tengan una relación difícil con los nacionalistas norirlandeses, tanto Sinn Féin como el SDLP. Y por supuesto con la República de Irlanda.

P. ¿Y en Dublín?

R. Ahí es donde el Sinn Féin es más criticado por su pasado, en particular por el partido liberal, el Fine Gael, pero también por los otros partidos principales. Pero es porque esos partidos tienen un claro interés electoral, por eso dicen cosas como que la historia del Sinn Féin no los hace aptos para gobernar la república. Lo hacen, en parte, porque les preocupa su propio porcentaje de votos. Sin embargo, en el caso de los laboristas y los conservadores en Westminster este no es el caso, porque el Sinn Féin no va a ocupar escaños en Westminster, ni va a quitarles votos a los laboristas o a los conservadores como en la República de Irlanda.

En 1994, los norirlandeses que acudían a un mitin a escuchar al líder del Sinn Féin Gerry Adams, cuando volvían a casa y sintonizaban la BBC, escuchaban de nuevo esas mismas palabras pero dobladas por un actor. La peculiar prohibición, en vigor desde 1988, pretendía que los miembros del partido —considerado el brazo político del IRA— no pudiesen utilizar los medios de comunicación para difundir su agenda.

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