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Otegi pide paso tras el éxito del BNG: lo que Galicia enseña para las elecciones vascas
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SIMILITUDES ENTRE EL BNG Y BILDU

Otegi pide paso tras el éxito del BNG: lo que Galicia enseña para las elecciones vascas

Analistas apuntan a una polarización de la campaña vasca en torno a la pugna PNV-Bildu. El PSE sería el gran perjudicado. Los socialistas ganaron el 23-J en Euskadi y son fuerza de gobierno, por lo que no pueden permitirse un mal resultado

Foto: Otegi, en una imagen de archivo. (EFE/Jesús Diges)
Otegi, en una imagen de archivo. (EFE/Jesús Diges)
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Bildu aspira a emular al BNG y ser uno de los grandes triunfadores de las elecciones vascas. La izquierda radical, según los sondeos, se disparará y el hecho de que Euskadi tenga dos grandes partidos nacionalistas en pugna directa por la hegemonía política de la comunidad hará que el voto se polarice entre estas dos opciones, según la lectura de algunos analistas. Ante este escenario, el gran perjudicado podría ser el PSE, atrapado entre las dos placas soberanistas. Los socialistas ganaron el 23-J en el País Vasco, fue una de las comunidades junto a Cataluña y Navarra que permitieron a Pedro Sánchez resistir y aunque es imposible repetir la gesta en unas autonómicas, el partido no podrá tirar del argumento esgrimido en Galicia, que ellos no tenían nada que perder, más al ser una de las dos fuerzas políticas que sustentan el Ejecutivo vasco.

La lectura del 18-F en Bildu es clara. Es el momento de “las izquierdas soberanistas”. La coalición radical elogió el “extraordinario” resultado del BNG, partido al que considera hermano. “La fuerza que más va a subir, como en Galicia, va a ser Bildu”, defendió este lunes Arnaldo Otegi en una comparecencia para valorar los resultados de los comicios gallegos. Para Bildu, “el futuro de Euskal Herria, Galicia y Cataluña lo escribirán las izquierdas independentistas”, con las que trabajará para abrir el “debate territorial”. Pero aunque se puedan establecer ciertos paralelismos entre la pujanza del BNG y de Bildu, también hay destacadas diferencias.

Ambas fuerzas viven un momento dulce. Las encuestas apuntan a que Bildu podría ser la ganadora de las elecciones vascas (todavía no convocadas, aunque la fecha que gana enteros es el 21 de abril). El último sondeo de El Correo, publicado a principios de mes, situaba la izquierda radical en cabeza en número de parlamentarios, 27 frente a los 26-25 del PNV en un parlamento con 75 escaños y en el que la mayoría absoluta se sitúa en 38, si bien los jeltzales seguirían siendo los más votados. El Sociómetro, el CIS vasco, arroja un empate, 27 a 27. En ambos casos, el PSE, con 11-12 asientos, es el partido que tiene en su mano decantar el Ejecutivo hacia uno u otro lado. El sondeo de EiTB apunta a una victoria de los peneuvistas con 28 escaños frente a los 26 de Bildu. También en este caso, los socialistas (12) tendrían la llave de la gobernabilidad.

Foto: El candidato popular a la Xunta, Alfonso Rueda. (EFE/Lavandeira Jr)

Pero si en Galicia el grueso del voto se dividió entre el PP y el BNG, en Euskadi la polarización se produciría entre el PNV y Bildu, así lo cree la politóloga Eva Silván. “Bildu tiene un ascenso similar al del BNG, pero no la confrontación que ha tenido el Bloque con la derecha”, apunta la especialista. Ambas fuerzas comenzaron a crecer de forma significativa en las elecciones de 2020. En el caso gallego, tras la debacle de las mareas, en el supuesto vasco, con el comienzo del declive de Podemos. Desde entonces, los dos han escalado posiciones a costa de los morados y de Sumar, con una estrategia pragmática y discurso moderado. Que la coalición abertzale despliegue una campaña similar a la del Bloque y de estilo PNV, discurso templado, imagen responsable y de gobernabilidad, puede empujar a votantes del PP y del PSOE a optar por los jeltzales con tal de que Bildu no gane. Es una posibilidad que barajan fuentes de Sabin Etxea. "Una parte del electorado más templado [del PSE] puede venir con nosotros, lo contrario de lo que pasó en las generales, que una parte nuestra se fue con ellos", sostienen esas voces. Lo que es más difícil es el trasvase del PSE a la izquierda radical vasca.

“El pasado puede pesar en Bildu”, apunta Silván, en referencia a los vínculos de la izquierda abertzale con ETA. Que el BNG haya pasado de 19 a 25 escaños, seis más que hace cuatro años, ha sido en buena parte porque el PSdeG se ha dejado cinco, tras caer de 14 a nueve. “Un 8% de las personas que votaron a EH Bildu en las municipales se decantó por el PSOE en las generales. Y aunque ahora algunas encuestas apuntan a que un 16% de los votantes socialistas se iría a Bildu, hay que ver si se confirma la cifra. Dependerá de muchos factores, hasta qué punto EH Bildu se muestra como un partido de gobierno, por ejemplo. Lo que es indudable es que es el que mejores resultados va a obtener en el eje de la izquierda y el que más va a crecer”, sostiene Silván, cautelosa con el impacto que pueda tener la pujanza de la coalición radical en el PSOE.

"Una parte del electorado más templado [del PSE] puede venir con nosotros, lo contrario de lo que pasó en las generales", apuntan fuentes del PNV

La politóloga recuerda que la amnistía no será un elemento de penalización en el País Vasco y que Pedro Sánchez, a diferencia de lo que puede suceder en otras comunidades, “no está mal visto”. “El escenario, aunque vaya a ser complicado para el PSOE por esa polarización del voto entre el PNV y EH Bildu, no creo que suponga un gran desgaste”, sostiene Silván.

Fuentes socialistas consultadas por El Confidencial abundan en la misma línea. “Si los nuestros votasen a Bildu, no sería por la misma razón por la que en Galicia se ha ido el voto del PSOE al BNG”, apuntan las voces consultadas. “No creo que se nos pueda discutir la condición de izquierdas”, añaden, al tiempo que descartan que el “disfraz socialdemócrata de Bildu” pueda hacerles mella. Las encuestas apuntan a una subida del PSE, que podría alcanzar 12 parlamentarios, frente a los 10 que tiene ahora la formación. Y en esa idea va a trabajar el partido, en la de reivindicarse como fuerza útil, la formación que ha sido capaz de “llevar al suelo la política vasca” y dejar a un lado las ensoñaciones nacionalistas.

Foto: Pello Otxandiano (i) y Arnaldo Otegi en una imagen de archivo. (Europa Press/Unanue)

“El peso del nacionalismo gallego en el arco parlamentario ha sido pequeño, sin embargo, en Euskadi siempre ha estado muy presente. Estamos inmersos en un escenario de mucha competencia nacionalista y en esos supuestos somos capaces de movernos y de reivindicarnos como partido influyente”, defienden desde el PSE, minimizando cómo podría golpear al partido la vorágine electoral entre el PNV y Bildu, un escenario, remarcan, que no es nuevo. Los socialistas vascos contarán con Sánchez en la campaña y también con ministros y otros cargos de referencia del partido. Sin ir más lejos, este fin de semana recibieron a Jaume Collboni, el alcalde de Barcelona.

En el PNV, advierten de que la realidad de Galicia y el País vasco es muy diferente y aunque el PNV haya sido hasta ahora imbatible, una mayoría absoluta en Euskadi es una rara avis. Desde 2020, los jeltzales gobiernan en coalición con los socialistas la comunidad y desde 2016 las tres capitales y las diputaciones forales. Y el futuro Ejecutivo vasco volverá a ser fruto de un acuerdo de coalición. “Simplemente, confiamos que tanto el PP como el PSOE hayan aprendido el error que constituye el españolizar una campaña autonómica”, apuntan fuentes de la formación, que remarcan la pérdida de dos escaños para los populares y de cinco para los socialistas. El deseo del PNV, que ayer no dudó en felicitar al BNG, aunque la formación esté más próxima a Bildu, es desligar la campaña de las confrontaciones nacionales. También es el mejor escenario para la izquierda radical, que la contienda se mueva en clave territorial.

Bildu aspira a emular al BNG y ser uno de los grandes triunfadores de las elecciones vascas. La izquierda radical, según los sondeos, se disparará y el hecho de que Euskadi tenga dos grandes partidos nacionalistas en pugna directa por la hegemonía política de la comunidad hará que el voto se polarice entre estas dos opciones, según la lectura de algunos analistas. Ante este escenario, el gran perjudicado podría ser el PSE, atrapado entre las dos placas soberanistas. Los socialistas ganaron el 23-J en el País Vasco, fue una de las comunidades junto a Cataluña y Navarra que permitieron a Pedro Sánchez resistir y aunque es imposible repetir la gesta en unas autonómicas, el partido no podrá tirar del argumento esgrimido en Galicia, que ellos no tenían nada que perder, más al ser una de las dos fuerzas políticas que sustentan el Ejecutivo vasco.

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