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Cuando Giorgia Meloni soñaba con ser un 'hobbit' y otras historias (contadas por ella misma)
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"YO SOY GIORGIA"

Cuando Giorgia Meloni soñaba con ser un 'hobbit' y otras historias (contadas por ella misma)

La autobiografía de Giorgi Meloni ofrece un relato trabajado al milímetro de su vida. La que se convertirá en la primera mujer al frente del Gobierno italiano trata de encajar sus grandes contradicciones en una historia que suene convincente

Foto: Giorgia Meloni, en la sede de su partido, Fratelli d'Italia, durante la noche electoral en Roma. (EFE/Ettore Ferrari)
Giorgia Meloni, en la sede de su partido, Fratelli d'Italia, durante la noche electoral en Roma. (EFE/Ettore Ferrari)

Tras unas elecciones en Italia con una abstención histórica, Giorgia Meloni se convertirá, con casi toda seguridad, en la primera mujer al frente del Gobierno italiano. Pero ¿quién es Giorgia Meloni? La líder de 'Fratelli d'Italia', que ha sido la candidata más votada en los comicios que se han celebrado este domingo en el país, trata en su biografía de encajar las grandes contradicciones y polémicas de su vida en una historia que suene convincente.

"Hace poco he vuelto a ver una heladora fotografía en la que salgo vestida de San Gamgee, uno de los hobbit del Señor de los Anillos de Tolkien. La verdad es que siempre ha sido uno de mis personajes favoritos. No tiene la realeza de Aragorn, la magia de Gandalf, la fuerza de Gimli o la velocidad de Legolas. Es solo un hobbit, un jardinero. Sin embargo, Frodo nunca habría cumplido la misión sin él. Sabe que sus gestas no se cantarán en el futuro, pero él no arriesga su vida persiguiendo la gloria. Como decía Tolkien, son las manos pequeñas las que cambian el mundo".

Manos diminutas, baja estatura, pero una misión heroica y transformadora. Giorgia Meloni se reconoce en las ambiciones de uno de los "medianos" de Tolkien. El fragmento procede de la autobiografía ('Yo soy Giorgia') publicada en 2021 por la candidata de 'Fratelli d'Italia', a la que todas las encuestas no dudaban en situar en cabeza en las elecciones de este domingo. Las referencias al mundo imaginario de Tolkien salpican todo el relato. Y no es una pasión solitaria. 'Fratelli d'Italia' tiene su propia mitología, forjada en los años de activismo en las juventudes del 'Movimiento Social Italiano' (MSI), del que proceden buena parte de sus cuadros y que en aquellos años reivindicaba abiertamente la herencia del fascismo.

Foto: Cubos de basura en Roma. (Ángel Villarino)

Cuando no eran más que un grupo de adolescentes que salían por las noches a pegar carteles y hacer pintadas con la llama tricolor, sus reuniones empezaban "haciendo sonar el cuerno de Boromir". Llamaban 'Hobbit Camp' a su club social y, de tanto en tanto, se disfrazaban como los personajes de la Compañía del Anillo. Veían en el universo de Tolkien una metáfora de sus sueños políticos, en defensa de las tradiciones y de pasado, de una sociedad amenazada por fuerzas oscuras y seres perversos que destruían la tierra y querían eliminar su apacible modo de vida.

"Creo que Tolkien podría explicar mejor que nosotros en qué creemos los conservadores. No pienso en 'El Señor de los Anillos' como un género de fantasía", dijo recientemente. El activismo de extrema derecha italiano ha mantenido siempre un hilo con su género literario. La primera organización juvenil que dirigió Meloni se rebautizó como 'Atreju', el protagonista de 'La historia interminable'. "Era un niño batallando contra el nihilismo, contra la nada que avanza".

Foto: Fotograma cedido por Amazon Studios de una escena de 'Los anillos de poder'. (EFE/Amazon Studios/Ben Rothstein)

Pasión saharaui

Meloni proyecta a lo largo del libro su fascinación por la idea romántica de un pueblo que lucha contra la tiranía (señala, por ejemplo, que nació el mismo día que Juana de Arco), un sentimiento que también materializa en la causa saharaui.

"En aquel campamento, junto a otros consejeros, pasé diez días inolvidables. Todavía mantengo el recuerdo de un pueblo con un formidable sentido de pertenencia. Allí entendí lo que significa amar de verdad tu propia tierra, sentirse parte integrante, decidir que merece la pena defenderla a cualquier precio. (...) Comprendimos que incluso un puñado de tierra puede convertirse en nuestro trozo del cielo (...) He bebido té en el desierto con las mujeres de este pueblo orgulloso (...) Sin duda, es la experiencia más curiosa de todas las que viví como consejera provincial", explica rememorando sus primeros años en política.

Si, tal y como auguran los resultados, llega a la presidencia del Consejo de Ministros, el lazo podría servirle para fortalecer la relación con Argelia. Recordemos que Italia está sustituyendo a España como principal receptor de gas tras las crisis provocada por el cambio de postura de Moncloa en el tema saharaui.

Amigos leales, compañeros de partido

A lo largo del libro, Meloni presenta a muchos de los primeros espadas del partido. La mayoría provienen de la militancia juvenil en el MSI y para glosar sus méritos recurre una y otra vez a la misma estructura. Un ejemplo: "Allí inició una de mis amistades más sólidas, de esas que te acompañan para toda la vida, y que van del campo de batalla a las vacaciones de verano. Con Francesco Lollobrigida, Lollo, actual presidente de los diputados de Fratelli d'Italia. Carácter difícil, inteligencia veloz, lealtad. Al principio nos detestábamos, hoy somos como hermanos. Incluso cuando discutimos, que lo hacemos a menudo". Meloni expresa con claridad cuál es su prioridad a la hora de escoger a quienes le rodean: "lealtad" y "valores inquebrantables". "Todo lo demás", dice, "puede aprenderse con el tiempo".

Foto: Giorgia Meloni en un mitin electoral. (EFE)

Humana y genuina

Otra de las constantes del relato que trata de construir es la de la autoexigencia y el estudio, una manera de responder a una de las críticas más recurrentes: Meloni no tiene estudios universitarios (aunque sacaba buenas notas en el instituto) porque entró en política siendo prácticamente adolescente. Cada pocas páginas repite la idea. Lo hace incluso cuando alaba a otros compañeros, de quienes dice cosas como que son "de las pocas personas que he conocido con tanta capacidad para estudiar como yo". Habla de su facilidad con los idiomas extranjeros y de una capacidad de sacrificio casi épica. "Cuando las cosas me van bien, simplemente estoy tranquila. Cuando van mal, me parece el fin del mundo".

Los otros dos rasgos de carácter que trata de plasmar en todo momento son la resiliencia (como mujer, como madre que no duerme por las noches y a la mañana siguiente responde ante periodistas agresivos…) y la coherencia ("Lo llaman coherencia, pero deberían llamarle seriedad"). No tiene 'spin doctors', dice, y no hace mucho caso a sus asesores. Cuando el partido no conseguía superar el techo del 4%, un experto en demoscopia le insistió en que su problema era que "argumentaba demasiado". Su respuesta, sostiene Meloni, fue seguir siendo ella misma. Alterna hábilmente estos mensajes con admisiones de debilidades que la humanizan.

Una de las que más utiliza es la de su aspecto físico, contando cómo se sentía entre ministras que eran básicamente modelos, como sufrió 'bullying' de niña o como su madre la llama después de cada mitin para decirle que cuando no se maquilla bien, "parece un sapo". Pero enseguida retoma el heroicismo: "Siempre he tenido claro que ser una chica rubia y menuda podía ser un obstáculo, un elemento de debilidad. Pero no me he parado a pensar: simplemente he tenido que demostrar más coraje y, de tanto en tanto, he entendido que tenía que echar mano de una cierta dosis de locura". En el libro, convierte un incidente terrible de su infancia (ella y su hermana quemaron la casa en la que vivían con su madre jugando con una vela) en una lección vital sobre como sobreponerse a las tragedias de la vida mirando al frente.

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Muchos enemigos, mucho honor

Otra de las ideas que recorre el libro entero es un viejo aforismo que en Italia permanece ligado a la memoria de Benito Mussolini, pero cuyos orígenes se hunden varios siglos en la historia europea: "molti nemici, molto onore". Muchos enemigos, mucho honor. Meloni no llega a ponerlo negro sobre blanco, aunque juega con ello hasta tal punto que lo dice sin decirlo, parafraseando a Margaret Thatcher ("¿Dices que no tienes enemigos? Si no los tienes, es que has hecho un mal trabajo"). "Un concepto", acota, "que, con otras palabras, ya era conocido en nuestro país desde hace algún decenio".

Sus enemigos son muchos y variados —desde antiguos compañeros de partido a los partidos de la izquierda, pasando por los "burócratas y banqueros de Bruselas"—, aunque la mayor parte los identifica entre los 'radical chic' (equivalente italiano a la 'izquierda divina'). En el epílogo se conjura contra todos y promete no rendirse nunca frente a las presiones, aunque salga con los pies por delante. "Su hostilidad", desafía llegado un punto, "es para mí como una estrella polar que me confirma que voy por el camino justo". Casi siempre juega en un plano teórico, sin ajustes de cuentas personales. Con un par de excepciones, como la que hace con la periodista de origen palestino, Rula Jebreal, a quien define como "una bellísima mujer, bien conectada en el circuito de la élite financiera —y probablemente por esto esté tan bien considerada a nivel mediático—, que, sin embargo, es incapaz de argumentar en un debate de un cierto nivel".

Foto: Raffaele Ventura.

Por poco no nace

El libro arranca antes de su nacimiento, el día que su madre se dirigía a abortar. "Afortunadamente", cambió de opinión entrando a una cafetería y rompiendo el ayuno prescrito para la intervención a base de "cornetto e cappuccino". La anécdota le da pie para defender sus posiciones sobre el aborto y la natalidad ("estamos destinados a desaparecer como pueblo"), aunque en el propio libro (escrito en una fase previa a la actual donde aún no buscaba perfilarse como un candidato legítimo) deja entender que no tiene intención de derogar nada si llega al gobierno.

Meloni, que se crio con su madre y su hermana, dedica también esfuerzos a explicar la relación con su padre, quien las abandonó para irse a vivir a Canarias cuando era un bebé, y con quien decidió cortar relaciones antes de entrar en la adolescencia. Si ella defiende tanto la familia tradicional, argumenta, es también porque creció con esa carencia.

Coleccionista de angelotes

A Meloni le fascinan los ángeles. "Acabé completamente apasionada por la angelología, el estudio de las doctrinas que tienen que ver con los ángeles. En torno a los 18 años empecé a coleccionar estatuas de ángeles. Ya he dejado de contar cuantos tengo, pero están en todas mis habitaciones, en todos mis despachos". Sus preferidos, dice, son los de madera, tallados a mano. Y, cada noche, cuando su hija duerme, le canta al oído "Ángel de Dios". La candidata hace una profusa descripción de su religiosidad imperfecta, en la que pueden sentirse identificados millones de italianos. Asegura creer profundamente en Dios y tiene "bellísimos recuerdos" con su abuela en la iglesia, pero no queda claro si sigue frecuentando alguna parroquia a menudo. Tampoco se ha casado con su pareja, ni parece tener planes para hacerlo. "Si un día lo hago, será por la Iglesia".

Foto: Tor Bella Monaca. (Fabio Moscatelli)
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También se encarga de dejar clara su opinión sobre los diferentes pontífices que ha conocido. Le gustaba Juan Pablo II ("Cuando murió, lloré como no he llorado por nadie con quien no hubiese tenido una relación humana consolidada") y también Benedicto XVI. Con el papa Francisco guarda una respetuosa distancia. "Admito que no siempre lo he comprendido. (...) A veces me he sentido una oveja descarriada, y espero poder hablar con él algún día, porque estoy segura de que sus ojos grandes y sus palabras directas conseguirán dotar de un sentido a todo eso que yo no entiendo. (...) Veo a demasiados fieles confusos y estoy segura de que hay una explicación que simplemente yo no consigo encontrar".

Otra Europa es posible

El libro, publicado en 2021, pertenece a una fase previa a la actual. En una de las cosas en las que más claro queda es en su manera de hablar de la Unión Europea y de la política internacional, posturas que en los últimos meses se ha esforzado en suavizar para presentarse como opción de gobierno. Sobre Bruselas opina lo que sigue, justo después de un largo recorrido por los mitos fundacionales europeos (sobre todo los bélicos y los relativos a las grandes batallas contra el Islam):

"Con Europa tengo una relación de enamorada desencantada. He creído mucho en ella y la he amado mucho y por eso ahora estoy amargada. Incluso enfadada con los que han cogido un gran sueño y lo han convertido en un parque de atracciones para tecnócratas y banqueros que celebran banquetes sobre las espaldas del pueblo. Se llenan la boca con las enseñanzas de los padres fundadores pero, en realidad, los han traicionado usando sus propios nombres". Dedica muchas páginas a denunciar lo que llama "el pensamiento único europeísta" que "hemos constatado tristemente en temas como el de las vacunas".

Se alinea con el eje de Visegrado encabezado por Hungría y Polonia, denuncia una "ocupación francoalemana de Italia" y propone que Roma tome la iniciativa para refundar la UE. Incluso habla de lanzar un "plan italiano" para desarrollar África y evitar que sus habitantes tengan motivos para querer venir a Europa ("Nos han dicho que es un continente pobre, pero he aprendido que no es cierto"). En el libro agita otras banderas que ha ido abandonando en los últimos meses: la del 'trumpismo' y la de la gran alianza con Rusia "para que no caiga en las garras de China". Por contra, Biden, Erdogan y Xi Jinping se suman a la lista de sus enemigos. De España solo cita a Santiago Abascal, con quien dice que habla "por teléfono y por mensaje de texto". Define a Vox como "el partido español que es prácticamente gemelo de Fratelli d'Italia".

Amor por el cantautor

La autobiografía está plagada de referencias a canciones, libros y películas populares. La fuerza para escribir, dice, se la dio el grupo 'MEM & J' cuando se valieron de uno de sus mítines para elaborar una mezcla que acabó convirtiéndose en viral. "Me hicieron popular ellos". Glosa a muchos cantautores, actores y cómicos italianos (de Giorgio Gaber a Francesco Guccini, de Fabrizio De André a Franco Battiato, de Roberto Benigni a Carlo Verdone) a pesar de que muchos se hayan posicionado históricamente a la izquierda. Al revés que la izquierda, dice, es capaz de reconocer el mérito y disfrutar de ellos sin "cancelarlos" por su ideología

Solo hay un tema que Meloni elude en sus memorias, quizá porque no ha conseguido encontrar una manera de adaptarlo a su narrativa sin grandes escándalos. La candidata de Fratelli d'Italia dice ser seguidora de la Roma, equipo mayoritario de la capital, pero hay pruebas de que no siempre fue así. Al menos hasta 2003 sentía con gran pasión los colores del archienemigo, del Lazio, equipo tradicionalmente más ligado a los movimientos políticos de la derecha romana (con todo tipo de coloridas excepciones).

Dos frases más de 'Yo soy Giorgia' y ya acabamos:

"Siempre me han infravalorado y esa, al fin y al cabo, ha sido siempre mi gran fortuna".

"En la guerra de nuestro tiempo, yo solo soy un soldado".

Tras unas elecciones en Italia con una abstención histórica, Giorgia Meloni se convertirá, con casi toda seguridad, en la primera mujer al frente del Gobierno italiano. Pero ¿quién es Giorgia Meloni? La líder de 'Fratelli d'Italia', que ha sido la candidata más votada en los comicios que se han celebrado este domingo en el país, trata en su biografía de encajar las grandes contradicciones y polémicas de su vida en una historia que suene convincente.

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