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La Ucrania entre dos mundos: una empresa civil y privada para reclutar para un ejército postsoviético
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En las entrañas del reclutamiento

La Ucrania entre dos mundos: una empresa civil y privada para reclutar para un ejército postsoviético

En una guerra total, el Estado ucraniano no hace ascos a la cooperación civil incluso en elementos claves para la seguridad como es el Ejército: necesitan de su flexibilidad y manos

Foto: Vladislav Greziev, CEO de Lobby X, durante la entrevista. (Fermín Torrano)
Vladislav Greziev, CEO de Lobby X, durante la entrevista. (Fermín Torrano)
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A Vladislav Greziev le gusta hacer preguntas. Entre académicos, filósofos, políticos y decenas de civiles planteando las líneas maestras de una Ucrania que volvía a nacer, levantó la mano y cuestionó: "Está muy bien, pero, ¿quién va a implementar todo esto?". Los ponentes se quedaron callados.

Era 24 de febrero de 2015. Un año antes, la revolución del Maidán había terminado con décadas de tutela rusa. Y el precario ejército ucraniano resistía en el Donbás con batallones de voluntarios. Tras unos segundos de silencio, un conferenciante alzó el brazo, apuntó al público con el dedo, y respondió: "Vosotros". Vladislav Greziev regresó a su casa pensando qué y cómo podría hacerlo. Ocho años después, es una pieza fundamental para la supervivencia de Ucrania.

¿Qué tiene un economista de 33 años que no tenga el Estado ucraniano? La respuesta corta, una empresa. La larga, el conocimiento, los contactos, la confianza de la sociedad y una compañía experta en contratación. Con la polémica ley de reclutamiento aprobada y entrado ya el tercer año de invasión, la firma de este joven se ha convertido para muchos civiles en la mejor opción para alistarse y servir a su país.

"A la gente le asusta lo que no entiende", resume Greziev. "Nosotros tratamos de cambiar la percepción sobre las Fuerzas Armadas, y reclutar por la victoria de Ucrania. La gente adecuada en el lugar correcto tiene impacto. El Ejército no son solo tiros y trincheras".

Foto: Un anuncio de reclutamiento para la 3.ª, Azov, en Kramatorsk. (Alicia Alamillos)

Él lo sabe bien. Nunca combatió en primera línea, aunque el segundo día de invasión se unió a un batallón de voluntarios que preparaba la defensa de Kiev. Su misión era la de proteger edificios gubernamentales de los asaltos si caía la capital. Ucrania expulsó a las tropas rusas de la región y Greziev se enroló en una unidad logística. Allí vio con sus propios ojos la necesidad de modernización, discutió con amigos movilizados las deficiencias del Ejército y aprendió de otros las reformas que comenzaban en algunas unidades. A otros compañeros nunca los volvió a ver, murieron a manos de las tropas de la Z.

A Vladislav Greziev le gusta hacer preguntas, y en verano de 2022 se hizo otra que cambió el rumbo de su guerra personal. "¿Qué puedo hacer para ser lo más útil posible?". "Me di cuenta de que teníamos a muchas personas con grandes ideas en la base de datos de Lobby X y miles de seguidores en redes sociales. Hasta entonces, nuestro foco habían sido instituciones, sector público y oenegés, pero entendí que podíamos ser un game changer para las brigadas", explica Greziev a El Confidencial en su nueva oficina central en Kiev.

placeholder Vladislav Greziev, durante la entrevista en su oficina en Kiev. (Fermín Torrano)
Vladislav Greziev, durante la entrevista en su oficina en Kiev. (Fermín Torrano)

Greziev y su equipo de 20 personas empezaron entonces un trabajo manual, comandante a comandante, explicando las ventajas de utilizar su empresa para incorporar personal militar. Querían convencer a los soldados que la seguridad no era un obstáculo y que no revelarían información comprometida. La propuesta: un reclutamiento mejorado, y sin perder el control del proceso. Los primeros éxitos no tardaron en llegar.

Luego vinieron las propuestas del Estado Mayor, del Gobierno estatal, el Servicio Estatal de Comunicaciones Especiales y Protección de la Información o del Servicio de Seguridad de Ucrania, entre otros. A finales del noviembre pasado, el Ministerio de Defensa firmó un acuerdo con ellos y la red se expandió. En los dos primeros meses lograron el mismo número de reclutas que el año y medio anterior.

P. ¿Por qué os eligen? ¿Cuál es la diferencia a alistarse a través del proceso oficial?

R. Nosotros damos a los civiles la oportunidad de elegir. El enfoque del Ejército es que tú vayas físicamente a la base de territorial y te ofrezcas voluntario. Como mucho, podrás elegir entre dos y cinco brigadas. La mayoría de puestos son muy similares, casi siempre infantería. La gente quiere controlar su futuro lo máximo posible y ven que con nosotros pueden hacerlo desde casa, escoger unidad, investigar a los comandantes para saber si respetan la vida de sus hombres y cuál es la cultura de la brigada.

De media, cuentan con 70 solicitudes por puesto. El personal interno (abogados, contables, encargados de compras) es el que más candidatos aglutina. Le siguen informáticos, operadores de drones o profesionales de comunicación buscando un hueco en el servicio de prensa del Ejército. Los voluntarios para unirse a unidades de infantería caen a la décima posición, de un total de veinte.

Por el contrario, las Fuerzas Armadas buscan infantería, sanitarios, personal interno, informáticos, y pilotos de drones, por ese orden. Artillería y prensa caen hasta la novena y décima posición. Una oferta amplia que no se remite únicamente a ucranianos. Recientemente, anunciaron un puesto de sargento de compañía con conocimientos de español para la Legión Internacional.

Foto: Alexander, probando los drones en una zona a unos 20 km del frente de Bajmut. (Fermín Torrano)

P. La pandemia recordó a los países occidentales la importancia de controlar sectores estratégicos. ¿El reclutamiento en tiempo de guerra no lo es?

R. La guerra obliga a la colaboración entre instituciones para ganar. No es una competición. Que una compañía privada reclute para el ejército no tiene precedentes, pero ocurre cuando te invaden y la existencia del país está en juego. Así funciona la cooperación entre el sector privado y el Estado. Y tenemos buenos resultados. Todo el mundo hace lo máximo para obtener la victoria.

placeholder Varios soldados de la brigada 31 del Ejército ucraniano desplegados en el frente del Donbás (F. T.)
Varios soldados de la brigada 31 del Ejército ucraniano desplegados en el frente del Donbás (F. T.)

También Lobby X.

La empresa de este joven nacido en una zona del Donbás ocupado no cobra sus servicios al Ministerio de Defensa. Recluta "por la prosperidad y victoria de Ucrania". Tampoco lo hizo con los proveedores de energía durante el primer invierno de la invasión, cuando Moscú castigó la infraestructura energética provocando cortes de electricidad o durante el Covid con el sistema de salud.

P: ¿Cómo sobrevive la compañía?

R: Gracias a los acuerdos comerciales con empresas. Las ONG también tienen donantes que financian el reclutamiento de personal, pero a ese tipo de organizaciones les hacemos un gran descuento. Tecnológicas, compañías militares… son mercados nuevos con dinero y grandes necesidades de talento.

placeholder Soldados de la brigada 31 disparan un D30, un cañón de origen soviético, en la defensa de sus posiciones en el frente del Donbás (F. T.)
Soldados de la brigada 31 disparan un D30, un cañón de origen soviético, en la defensa de sus posiciones en el frente del Donbás (F. T.)

Lejos quedan los inicios de un proyecto que nació con un mensaje de Facebook, como la revolución del Maidán. Grezniev se dio cuenta de que muchos negocios no encontraban candidatos adecuados y que sus amigos no tenían contactos para recibir propuestas de trabajo. Aquel era un mundo nuevo en el que internet penetraba entre las capas más jóvenes de la sociedad, y creó una página en la red social para aglutinar ofertas de empleo. Su primera oficina fue la cafetería de un amigo. Cuatro semanas después, consiguió los primeros 1.000 seguidores. Más tarde llegó la web, el co-working, los primeros acuerdos con empresas y la popularidad.

P: ¿En medio de la nueva ley de reclutamiento y las exigentes necesidades del frente, un proceso de varias fases como el suyo puede triunfar?

R: No es sencillo. La nueva ley busca cubrir huecos lo más rápidamente posible, no pretende construir un sistema complejo para el futuro. No es una solución a largo plazo. Puede que funcione o puede que no. La teoría económica dice que tenemos recursos financieros y recursos del trabajo. Pero sin fuerza de trabajo, sin personas, da igual la cantidad de dinero que pongas encima de la mesa. La gente sin dinero puede hacer algo, el dinero sin personas ni estrategia es inútil. Necesitamos a la gente adecuada en el lugar correcto, no miles de hombres. Un gran ejército soviético no puede ser derrotado por un ejército soviético más pequeño.

"La nueva ley de reclutamiento busca cubrir huecos lo más rápido posible,​ no pretende construir un sistema para el futuro"

P: Desde fuera sorprende que Ucrania no haya digitalizado ni agilizado el sistema de reclutamiento tras diez años en guerra.

R: En Ucrania no hemos prestado atención a las Fuerzas Armadas, ni siquiera yo. Era una institución fuera del radar. Desde la Revolución de la Dignidad [Maidán], los activistas orientamos todos nuestros esfuerzos a la victoria de Ucrania reformando los cuerpos de seguridad del estado o el sistema judicial. Cuando arrancamos no había nada. Pero no nos dimos cuenta del verdadero tamaño de la amenaza rusa. La sociedad no prestó atención porque la guerra en el este no era tan dolorosa. Yanukovich y sus ministros destruyeron el Ejército desde dentro.

P: ¿No es peligroso compartir públicamente las vacantes? En cierto modo desvelan las necesidades del Ejército.

R: Lo discutimos al inicio del proyecto, pero la mayoría son puestos básicos y comunes a todas las brigadas. No es ningún secreto. Lo que no especificamos es el número de personas que se necesitan, eso podría generar ventajas tácticas, aunque muchas veces ni siquiera tenemos la información. Te pongo un ejemplo: una brigada mecanizada necesitaba un operador para combatir los drones enemigos. Los rusos sabían que esta unidad no tenía este perfil y que estaban frente a frente, así que cuando posteamos no dijimos qué unidad era. Tampoco fue un proceso abierto. Otras veces decimos "fuerzas de defensa", "una brigada mecanizada" u otras fórmulas que hemos inventado. Solo cuando el candidato pasa la entrevista obtiene toda la información.

placeholder Ucrania, necesitada de munición para sostener el avance ruso (F. T.)
Ucrania, necesitada de munición para sostener el avance ruso (F. T.)

El resto de ocasiones, el proceso es sencillo. Publican la oferta, los aspirantes envían sus CV, documentos de identidad —militares si tienen— y reciben un mail confirmando que la solicitud está en revisión. Si pasan el primer el corte, el comandante o un miembro de la brigada les hace la entrevista. A veces incluso visitan una base o se acercan al frente. Si aceptan, empieza la burocracia y en dos o tres semanas están sirviendo. En Lobby X son conectores, pero "también mucho más", matiza Greziev. "Construir el sistema dentro del ejército, y formar a los reclutadores para agilizar el proceso es uno de los mayores esfuerzos".

P: En un entrenamiento de nuevos reclutas en el Donbás los instructores señalaban dos problemas: la falta de tiempo y el miedo a morir de los soldados. ¿Tiene Ucrania un problema para convencer a su población de alistarse y luchar?

Los verdaderamente motivados se alistaron hace dos años y no podemos obviar que hay evasores, pero Ejército debería centrar sus esfuerzos en aquellas personas que quieren servir, y tienen preocupaciones que les frenan. Nuestras encuestas internas dicen que el 23% está dispuesto a unirse al Ejército, pero con algunas condiciones que necesitan solventar.

En primer lugar, la gente quiere saber el mecanismo para despedir comandantes que no sean suficientemente competentes o que no cuiden la vida de sus hombres. Ahora mismo no existe. Es más, aunque consiguieras quitar a esa persona, te la podrías encontrarás en otra unidad. La movilización de nuestro enemigo siempre va a ser mucho más grande. Por eso tenemos que ser más cuidadosos con nuestros soldados. También piden mejor formación para los mandos intermedios. La gente quiere combatir con militares que les cuiden. Otros encuestados irían a primera línea, pero quieren equipos de guerra electrónica, artillería, sistemas antiaéreos o hasta los F-16. Los ataques con bombas de 1.500 kilos han puesto sobre la mesa la necesidad de controlar el cielo. Y aunque el riesgo nunca es cero, podemos hacer el máximo por reducirlo.

P: No deja de ser curiosa la autoorganización de la sociedad ucraniana a todos los niveles ¿Es una contestación a las décadas de control estatal de la URSS?

Diría que es algo mucho más profundo. Siempre fue así desde el inicio de la nación ucraniana. Los cosacos nunca permitieron ser dominados por un rey o un emperador. Encontraron la solución en el Sich. Hay muchos ejemplos en la historia ucraniana en el que gente de a pie se ha levantado contra un poder que ha tratado de dominarlos. Rusia en concreto quiere eliminar a los líderes de estos movimientos para suprimir la identidad y dejar un ejemplo para el siguiente que pensara en intentarlo.

Como dice Timothy Snyder, Rusia es una prisión de naciones. Ahora es la primera vez en la historia que tenemos independencia durante 30 años y las raíces identitarias están profundizándose para las nuevas generaciones de ucranianos. La revolución nos dio una oportunidad enorme para construir un nuevo futuro. Cambió el poder y la energía envolvió a Ucrania. Había ganas de pensar sobre el país que queríamos. Fue un momento de enorme cambio en la mentalidad de los ucranianos. Nos hicimos responsables y entendimos que, si no éramos nosotros, nadie vendría a hacerlo. Desearía haber estado más preparado porque, aunque seguimos vivos, hemos pagado un enorme precio en vidas. En nuestra mano está que haya merecido la pena.

A Vladislav Greziev le gusta hacer preguntas. Entre académicos, filósofos, políticos y decenas de civiles planteando las líneas maestras de una Ucrania que volvía a nacer, levantó la mano y cuestionó: "Está muy bien, pero, ¿quién va a implementar todo esto?". Los ponentes se quedaron callados.

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