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La derecha gana las elecciones en Italia y pone en bandeja el gobierno a Meloni
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La derecha gana las elecciones en Italia y pone en bandeja el gobierno a Meloni

Giorgia Meloni está camino de convertirse en la primera mujer en asumir el gobierno en la historia de la República al frente de una coalición de derecha que se ha impuesto claramente en las urnas

Foto: Los líderes de la coalición de derechas en la campaña electoral. (EFE/Giuseppe Lami)
Los líderes de la coalición de derechas en la campaña electoral. (EFE/Giuseppe Lami)

Esta vez, las encuestas no fallaron. El partido ultraderechista Fratelli d'Italia (FdI) ha ganado con claridad las elecciones italianas del domingo y Giorgia Meloni va camino de convertirse en la primera mujer en asumir el Gobierno en la historia de la República. Su triunfo queda cimentado por la contundente victoria de la coalición de derechas de FdI con La Lega de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi, tanto en la Cámara Baja como en el Senado. Aunque la llegada de la controvertida política romana al Palacio Chigi hace temblar a muchos en Europa, el complejo contexto institucional, económico e internacional limitará mucho su margen de maniobra en un país donde los gobiernos duran un promedio de 18 meses.

Con un 93% de los distritos electorales escrutados, FdI se situaba como fuerza más votada con un 26,34% en la Cámara Baja, seguida del Partido Democrático (PD) de Enrico Letta, que sumaba un 19,27% de los votos, unos resultados que han forzado que el político anuncie su renuncia como secretario general del partido a partir del próximo marzo.

Sin embargo, los pequeños partidos de la coalición de centro-izquierda no estuvieron a la altura de La Lega, que llevaba un 8,92% y Forza Italia, con un 8,05%. Mientras, el Movimiento 5 Estrellas (M5S), que acudió en solitario a las urnas, habría obtenido un 15% de los votos -un desplome respecto al 32% que lograron en 2018-. Estos primeros resultados se ajustan a las previsiones de los sondeos a pie de urna publicados por la televisión pública RAI, La7 y Mediaset.

Foto: Giorgia Meloni, en la sede de su partido, Fratelli d'Italia, durante la noche electoral en Roma. (EFE/Ettore Ferrari)

Los datos dibujan una horquilla para el centro-derecha (FdI, Liga y Forza Italia) que abarcaría el 44% en ambas Cámaras, también en línea con los sondeos. Los resultados para el centro-izquierda serían en torno al 26% en la Cámara y el 26% en el Senado. Para el M5S, un 14,6% y un 15% respectivamente. Mientras, el Terzo Polo (Italia Viva y Azione) de centro se quedaría con un 8% en cada una de las cámaras. Los resultados definitivos se conocerán a lo largo de este lunes.

"Gobernaremos esta nación y gobernaremos para todos los italianos", clamó con tono tranquilizador Meloni en su discurso de victoria en la madrugada del lunes, en el que mostró su cara más institucional, diciéndose también preocupada por la abstención. "Esta es una noche de orgullo, de revancha. A partir de mañana tendremos que demostrar nuestro valor. Es el tiempo de la responsabilidad. Italia nos ha elegido y no la traicionaremos, nunca la hemos traicionado", agregó ante sus militantes.

Los resultados se traducen por ahora en unos 235 escaños de los 400 del Congreso para el centro-derecha -que no lograría los dos tercios que le darían amplios poderes legislativos- frente a 80 para el centroizquierda. El M5S obtiene 51 y Terzo Polo 21. La nueva ley electoral italiana premia a los partidos ganadores, de manera que estos números serían más que suficientes para formar gobierno. La amplia ventaja de FdI respecto a sus los socios de la coalición hacen imprescindible la formación de un consejo de ministros bajo su liderazgo. A la espera de que el escrutinio confirme definitivamente los resultados, Meloni, de 45 años, es la favorita para recibir el encargo de formar gobierno del presidente Sergio Mattarella.

"El centro-derecha claramente adelante en la Cámara Baja y en el Senado. Será una noche larga pero desde ya quiero deciros, gracias", celebró Salvini en Twitter, pese a que la Lega ha quedado muy por debajo de sus expectativas y él ha obtenido el peor resultado en su carrera como líder del partido ultraderechista.

Foto: Giorgia Meloni, en la sede de su partido, Fratelli d'Italia, durante la noche electoral en Roma. (EFE/Ettore Ferrari)

El retorno de la derecha

El retorno de la derecha al poder después de más de una década en la oposición o supeditada a otras fuerzas se produce tras una campaña marcada por la apatía ciudadana, hastiada del carrusel electoral que ha llevado al país a tener 68 gobiernos en 76 años. Este sería, según los analistas, el gobierno más derechista del país desde la Segunda Guerra Mundial. Pero la polémica sobre los orígenes fascistas del partido de Meloni ha sido más debatida fuera que dentro del país, donde los sondeos apuntaban desde hacía meses a la victoria de FdI y no han impedido que el grupo haya multiplicado por seis sus resultados.

El gran activo de campaña para Meloni fue su capacidad para mantenerse fuera de los últimos gobiernos, especialmente de la última coalición liderada por el tecnócrata Mario Draghi, quien gobernaba desde febrero de 2021 al frente de una heterogénea coalición de izquierda y derecha -con FdI solos en la oposición-. Sin embargo, los analistas advierten que la relación entre los partidos de la derecha puede comenzar a tensarse más pronto que tarde, pese al compromiso de unidad de los socios. "El resultado del centro-derecha dará lugar a un gobierno estable, no habrá problemas relacionados con las diferentes posiciones de los partidos de la coalición", dijo Antonio Tajani, "número dos" de Berlusconi y uno de los nombres que suenan para el codiciado puesto de Asuntos Exteriores.

Foto: Cubos de basura en Roma. (Ángel Villarino)

Pese a que su discurso se ha ido moderando mucho en las últimas semanas, la hemeroteca está repleta de los discursos con los que Meloni hizo crecer su partido desde su fundación: ataques a la Unión Europea, los inmigrantes y los colectivos LGBT. También por la normalización y auge de partidos con vínculos fascistas o nazis, como 'Demócratas Suecos', un grupo fundado por cabezas rapadas y neonazis que podría ser el socio principal de la próxima coalición de gobierno en Suecia.

De los primeros en felicitar a Meloni han sido el Gobierno húngaro de Vitktor Orbán y el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, que esperan ver sus posiciones ultranacionalistas reforzadas en la Unión Europea al sumar a su causa a la tercera economía de la zona euro, miembro del G7 y de la OTAN. Sin embargo, la italiana ha tratado de minimizar los temas más controvertidos en su campaña, tratando de proyectarse como una fuerza conservadora que mantendrá la política de Estado en temas como la guerra de Ucrania o cuestiones de consenso de la Unión Europea.

"Esta noche millones de europeos tienen sus esperanzas puestas en Italia. Giorgia Meloni ha mostrado el camino para una Europa orgullosa, libre y de naciones soberanas, capaces de cooperar para la seguridad y la prosperidad de todos", escribió, por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, en un tuit con varias fotos en las que posa con la política romana.

Errores estratégicos

La coalición de izquierdas ha pagado caro en las urnas dos graves errores estratégicos cometidos en los últimos tiempos. Primero, su incapacidad para tejer alianzas más amplias con los partidos de centro. Y segundo, su labor para impulsar el nuevo sistema electoral -conocido como Rosatellum- que precisamente penaliza la atomización de las fuerzas electorales. El PD está en el foco de las miradas, ya que las cifras preliminares apuntan a un resultado similar al de 2018, un mínimo histórico que provocó la dimisión de su directiva. Sin embargo, la primera reacción desde el partido fue la de asumir la derrota, centrándose en la labor que tienen por delante. "Somos la primera fuerza de oposición y la segunda fuerza política y tenemos que hacer una oposición importante ante Europa y ante nuestro país en este momento delicado", dijo Deborah Serracchiani, portavoz del PD.

Tampoco tienen mucho que celebrar los populistas del Movimiento 5 Estrellas que, tras forzar estas elecciones anticipadas retirando su apoyo al Gobierno de Draghi, ahora han visto diezmada su representación en ambas cámaras. Sin embargo, Giuseppe Conte puede salvar la cara ante su electorado si finalmente quedan como tercera fuerza política, por encima de los de Salvini. El exmandatario italiano logró sus mejores resultados en el sur, especialmente en Campania y Nápoles. Otro gran perdedor fue el ministro de Exteriores en funciones y exlider del M5S, Luigi Di Maio, quien se habría quedado fuera del Parlamento después del fracaso de su partido 'Impegno Civico' (Compromiso Civil).

Foto: Giorgia Meloni en un mitin electoral. (EFE)

"El Movimiento 5 Estrellas es el primer partido del sur y ese es un dato político significativo. Trabajaremos para cerrar la brecha entre el norte y el sur. Seremos una fuerza de oposición que expresará valentía y determinación", aseguró Conte, prometiendo que intentarán cambiar la ley electoral en la próxima legislatura.

Los colegios electorales cerraron el domingo a las 23:00 horas tras una jornada sin incidentes, marcada por la baja participación, especialmente en el sur del país. Unos 50,8 millones de italianos estaban llamados a las urnas para elegir a los 400 diputados y 200 senadores. Los datos mostraron una participación del 63,91%, diez puntos menos que hace cuatro años, marcando un nuevo mínimo histórico en un país que tradicionalmente acudía en masa a las urnas. Una muestra más del creciente desencanto en el que está sumida la ciudadanía italiana.

Esta vez, las encuestas no fallaron. El partido ultraderechista Fratelli d'Italia (FdI) ha ganado con claridad las elecciones italianas del domingo y Giorgia Meloni va camino de convertirse en la primera mujer en asumir el Gobierno en la historia de la República. Su triunfo queda cimentado por la contundente victoria de la coalición de derechas de FdI con La Lega de Matteo Salvini y Forza Italia de Silvio Berlusconi, tanto en la Cámara Baja como en el Senado. Aunque la llegada de la controvertida política romana al Palacio Chigi hace temblar a muchos en Europa, el complejo contexto institucional, económico e internacional limitará mucho su margen de maniobra en un país donde los gobiernos duran un promedio de 18 meses.

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