Es noticia
La rivalidad geopolítica del futuro empieza en estas diminutas islas
  1. Mundo
Problemas fronterizos entre China e India

La rivalidad geopolítica del futuro empieza en estas diminutas islas

En la India prevalecen conflictos territoriales, pero hay uno que está provocando un mayor dolor de cabeza para Nueva Delhi

Foto: El presidente chino, Xi Jinping, junto al presidente de Maldivas. (Reuters / cnsphoto)
El presidente chino, Xi Jinping, junto al presidente de Maldivas. (Reuters / cnsphoto)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Al planeta se le acumulan los delicados problemas fronterizos entre China e India. Muchas rencillas entre dos gigantes que pueden colisionar por motivos económicos, territoriales y geopolíticos.

En el norte de la India, en las regiones de Aksai Chin y Aruchanal Pradesh, los dos países mantienen una disputa territorial que el nacionalismo hindú tiene atragantada desde que los chinos en 1962 les vencieran y controlaran unos territorios tan yermos como simbólicos. A esa controversia, que repetidamente revive nuevos roces en la que los soldados de ambos estados intercambian palos y disparos, se le suma ahora la de una nueva frontera. En este caso es marina, está al sur e involucra a una tercera nación independiente, Las Maldivas, que parece haber elegido legítimamente como socio prioritario a Pekín y pretende dar un sonoro portazo a Nueva Delhi. Eso genera muchas inquietudes en el ejecutivo del primer ministro indio, Narendra Modi, que si algo ha demostrado es que es ambicioso y no olvida las afrentas.

Hasta octubre pasado, en India miraban al suroeste y respiraban tranquilos. Por entonces, el Gobierno hindú había conseguido afianzar sus relaciones con sus vecinos del Sur, un mar mediante, de Las Maldivas. Las relaciones con el anterior ejecutivo del presidente, Mohamed Solih, del Partido Democrático, se habían cimentado bajo el lema "India Primero". El entendimiento entre ambas naciones llegó hasta tal punto que tropas indias se desplegaron en el archipiélago como parte de unos acuerdos que alcanzaron hasta el ámbito militar

Foto: Protesta contra China en Jammu, India, después de los enfrentamientos en el valle de Galwan, en 2020. (EFE/EPA/Japital Singh)
TE PUEDE INTERESAR
A mamporrazo limpio: las claves de la pelea paleolítica entre dos potencias nucleares
M. Redondo Infografía: Rocío Márquez

Sin embargo, en las elecciones presidenciales del pasado otoño, la victoria, con un 54% de los votos en la segunda vuelta, fue para el opositor Mohamed Muizzu, del Congreso Nacional Popular, que llevaba como eslogan algo radicalmente opuesto a su antecesor: "India fuera". El nuevo presidente había manifestado claramente sus intenciones y anunciado que "si gano las elecciones, estrecharé los lazos con China".

La llegada del nuevo mandatario supuso un terremoto en la política exterior del archipiélago, pero necesitaba algo que esta semana finalmente se ha producido para poder campar a sus anchas. En las recientes elecciones legislativas, el Partido de Muizzu ha barrido y obtenido 66 de los 93 escaños en juego. Eso le otorga un total poder al mandatario con el que podrá llevar a cabo su anunciado "adiós Delhi, hola Pekín".

En este escenario, los analistas dudan sobre los siguientes pasos que dará el ahora todopoderoso Muizzu. El actual presidente firmó diversos acuerdos con China, entre los que se incluía cooperación militar, en la visita oficial que el pasado enero hizo a Pekín. Ahora, con el completo poder político en sus manos, la duda es hasta dónde profundizará su alianza con unos y hasta dónde tensará sus relaciones con los otros.

Tras la expulsión de los soldados indios decretada ya por el presidente, que parece que se concluirá este mes de mayo, queda por saber cómo se desarrollará el pacto de asistencia militar con Pekín. El memorándum habla de entrega de armas no letales y de entrenamiento militar, labores que con el anterior ejecutivo realizaban tropas de India y Estados Unidos.

El problema para India, y para ese eje al que se va acercando cada vez más liderado por Estados Unidos, es el uso de los puertos. Maldivas es una pequeña nación de medio millón de habitantes que, sin embargo, tiene una cierta importancia geográfica estratégica. "Si la armada China se vuelve activa en las Maldivas, tendrá implicaciones para la seguridad. No sabemos cómo se desarrollará todo esto", explica el analista Manoj Joshi, de la Observer Research Foundation, en un artículo del South China Morning Post.

La telaraña del Índico

China empieza a colocar sus peones por el Índico y a rodear a India con su Ruta de la Seda y su red de instalaciones navales sobre las que siempre hay un cierto secretismo en los contratos sobre el uso o no militar de las mismas. El ejemplo de Sri Lanka, el otro vecino al sur de India con el que China ha alcanzado cierto control sobre sus nuevos muelles, sirve de acicate para una India que presiona a sus dos vecinos para recortar la alargada sombra de Xi. "Ciertamente China tendrá mucha influencia, pero me sorprendería mucho que hubiera presencia militar. Porque las consecuencias de eso en términos de las relaciones de Maldivas con la India y otros países serán muy graves", explica David Brewster, investigador del National Security College de Australia en Al Jazeera.

Pekín está tejiendo poco a poco su red de influencia en el Índico alrededor de la propia India. Bangladés, Myanmar, Sri Lanka, Pakistán y ahora Maldivas cuentan, o contarán, con instalaciones portuarias levantadas por China a cambio de, en muchos casos, su gestión durante algunas décadas. ¿Son puertos militares?

La pregunta es perenne en todos los casos. El caso del puerto chino en la ciudad de Sihanoukville, en Camboya, sirve de ejemplo. Ambas naciones aseguraron que el puerto era para uso comercial, pero las obras se han realizado en absoluto secreto. Recientemente, con imágenes vía satélite, se ha comprobado que dos naves militares del Ejército Popular de Liberación han pasado cuatro meses en el muelle sin ninguna otra embarcación camboyana que usara las instalaciones.

Foto: El presidente estadounidense, Joe Biden, sale de la Casa Blanca en Washington para reunirse con Xi Jinping. (EFE/Chris Kleponis)

India no quiere tener que preocuparse por un nuevo frente en su franco sur en una hipotética guerra con China. La geopolítica se construye con condicionales en futuro, y Delhi presiona para evitar que Maldivas se convierta en socio prioritario de Pekín y el condicional se convierta en presente.

Económicamente, la isla está casi partida entre ambas superpotencias en su deuda e inversiones. En los últimos años, tanto India como China han pagado diversas infraestructuras y concedido diversos créditos al archipiélago. La economía de Maldivas vive casi en exclusiva del turismo. De los 6.500 millones de dólares anuales que genera, 6.000 vienen de ese sector y la mayor parte del resto de la pesca. El país quiere duplicar sus ingresos en los próximos años.

Pero los enfrentamientos con India ya han tenido consecuencias prácticas. Además de barcos, China va a tener que llevar turistas al archipiélago para sustituir a India, principal proveedor de viajeros, hasta diciembre pasado de sus paradisiacas playas. En enero pasado, miembros del Gobierno de Muizzu calificaron a Modi de payaso tras comenzar India una campaña para potenciar el turismo en las islas de Laquedivas, un bello archipiélago poco desarrollado que les pertenece y que está al norte de Las Maldivas.

los turistas provenientes de India se redujeron un 40% respecto a 2023, mientras que las de China aumentaron un 281%

Las palabras de los políticos del Congreso Nacional Popular tuvieron gran eco entre los medios indios. El enorme apoyo popular del que goza Modi en su país hizo que comenzará una campaña para boicotear el turismo a Maldivas. Las llegadas desde India se han desplomado. Entre enero y marzo de 2024, según datos del Ministerio de Turismo de Maldivas, los turistas provenientes de India se redujeron un 40% respecto a 2023, mientras que las de China aumentaron un 281%. En números totales, 56.208 indios visitaron las paradisiacas islas en ese periodo, por 17.991 chinos.

Del amor al ¿odio?

Las relaciones entre China e India se han ido deteriorando a pasos agigantados en los últimos años. El primer ministro Modi, antes de tomar el poder, manifestaba su admiración por lo conseguido por sus vecinos, a los que veía como ejemplo del camino que debía recorrer su país. "China tiene un lugar especial en mi corazón", dijo entonces el hindú. Esos eran los tiempos de la creación de los BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica—, un nuevo grupo de países emergentes que se unía para retar a Occidente y sus instituciones económicas.

Pero pronto las cosas empezaron a torcerse. En el 64 cumpleaños de Modi, septiembre de 2014, justamente con el presidente Xi visitando la India, tropas chinas hicieron una incursión en los Himalayas y las tensiones entre ambos países duraron una semana. En 2020, se repitieron los graves rifirrafes, que acabaron con al menos 20 soldados indios y cuatro chinos muertos. Los esporádicos choques siguen produciéndose entre rearmes y fortificaciones a ambos lados de la frontera. Del lugar especial en el corazón se ha pasado a una tensión constante en la que India ha acabado acercándose a Estados Unidos.

Foto: Simpatizantes del partido gobernante en la India, el Bharatiya Janata Party (BJP), gritan consignas durante un mitin de la campaña electoral ante el primer ministro, Narendra Modi en Agartala. (Reuters/Jayanta Dey)

Modi parece preparar al país para no repetir los viejos errores. En la guerra del 62, India perdió la batalla contra las tropas comunistas de Mao por un problema de suministros. Sus tropas estaban aisladas y dependían de los suministros que les arrojaran desde los aviones. El mal tiempo impidió volar a los aeroplanos y la derrota fue estrepitosa.

Ahora, India está construyendo carreteras y túneles en ambas regiones del Himalaya en disputa con China para mejorar la conectividad. Además, se están levantando nuevas aldeas en las montañas y Modi ha visitado recientemente la región en disputa de Arunachal Pradesh y la ha declarado "parte inalienable de India" ante las protestas diplomáticas chinas.

Pekín, por su parte, parece responder a India desde el marítimo sur, abriendo un nuevo frente al que mirar, y rodeando a sus vecinos con una nueva instalación y alianza en su proyecto de una nueva Ruta de la Seda que necesita, entre otras cosas, saltar por encima de su enemigo íntimo indio.

Maldivas, en el escenario geopolítico internacional, es solo un montón de bellas playas en las que ir a bañarse, pero su posición geográfica la hace especialmente interesante.

Al planeta se le acumulan los delicados problemas fronterizos entre China e India. Muchas rencillas entre dos gigantes que pueden colisionar por motivos económicos, territoriales y geopolíticos.

India Noticias de China
El redactor recomienda