Una urna a 4.500 metros o cruzar una selva por un voto: las elecciones más "locas" son en la India

Con su asiento propio, normalmente ventanilla, volaba Mr. Ballot Box. Ese era el nombre que aparecía en el tique, escoltado por su guardián, que ocupaba la butaca contigua en el avión. El cinturón lo llevaba bien puesto, no fuera a ser que las turbulencias o alguna calamidad hicieran que los votos acabaran por las nubes. Un viajero peculiar, que no consumía alimentos ni molestaba yendo y viniendo del baño, pese a, en ocasiones, volar incluso en Business.

Mr. Ballot Box era una urna electoral que acababa aterrizando siempre en Delhi para recontar los votos que llevaba dentro. Todo eso sucedió en 2022, en las entonces elecciones presidenciales de la India, donde las asambleas estatales eligieron el cargo representativo más alto del país. La imagen era cómica. Los funcionarios cargaban las urnas y las llevaban a la capital, ocupando cada uno su respectivo asiento en la cabina.

Dos años después, el reto es bastante más complicado. India se enfrenta ahora a organizar, entre el próximo 19 de abril y el 1 de junio, fecha en la que acabará el proceso, las elecciones generales en las que participan más votantes del planeta. Los resultados oficiales se prevé que se hagan públicos el 4 de junio. Casi 970 millones de votantes están llamados a las urnas electrónicas. "Esto es más que los votantes combinados de Estados Unidos, Australia y Europa juntos", ha explicado la Comisión Electoral (CE) de India para enmarcar la magnitud de un proceso en el que solo la recolección de papeletas durará un mes y medio. La casuística ahí es enloquecida.

Y es que esa cosecha de votos no es fácil desde un punto de vista logístico porque India, por ley, garantiza que deban poder participar todos los ciudadanos. El lema de la Comisión Electoral no deja espacio a las dudas: "Ningún votante se queda atrás", señalan.

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Eso significa incluir a ancianos o personas con movilidad reducida a los que les deben llevar por tierra, mar o aire la urna hasta su misma puerta. Las Ballot Box aparecen en un helicóptero, un pequeño bote, o una bicicleta. Las directrices de la CE de la India dicen que cada votante debe estar a menos de dos kilómetros de un colegio electoral, por lo que los funcionarios electorales a menudo deben caminar durante días, subir montañas nevadas o atravesar ríos para que quizás un ciudadano que vive en un lugar remoto pueda participar. "Haremos un esfuerzo adicional para que los votantes no tengan que hacerlo. Nos adentraremos en los picos nevados y selvas. Usaremos caballos, helicópteros, elefantes y mulas si hace falta para sortear puentes y asegurarnos de que todos puedan votar", ha manifestado Rajiv Kumar, jefe de la Comisión Electoral de la India.

La épica bollywoodiana de Kumar para sacar adelante la gran rave de la democracia global significa no solo hacer volar urnas por el cielo, sino escalar montañas para colocarlas casi en las nubes. Según los registros de la CE, en Lahaul y Spiti, en el estado de Himachal Pradesh, está el colegio electoral más alto del mundo, ubicado a 4.650 metros sobre el nivel del mar. También habrá allí su preceptiva urna.

"Usaremos caballos, helicópteros, elefantes y mulas si hace falta para sortear puentes y asegurarnos de que todos puedan votar"

Como la habrá de nuevo en una pequeña villa en la frontera con Bangladés, a la que solo se puede acceder tras una hora en barca. "Se necesita una travesía de una hora para llegar a la aldea a lo largo de la frontera entre India y Bangladés. En la aldea se instaló un colegio electoral para sus 35 votantes, 20 hombres y 15 mujeres, provenientes de 23 familias que habitan la villa. El personal electoral debió llevar chalecos salvavidas y fueron acompañados por algunos buzos", recordaban las autoridades que ocurrió ya en pasados comicios.

En todo caso, el récord bizarro lo tiene un colegio electoral instalado en 2007 en las profundidades de los bosques del Parque Nacional de Gir, un santuario de vida salvaje en el que habitan leones, en el que se trasladó una urna hasta lo más profundo de la jungla para que ejerciera su derecho democrático un único votante. Ha habido también casos de funcionarios que han debido cargar a pie las Ballot Box durante ocho kilómetros, por lo que desde 2022 se decidió suministrar a los porteadores unas mochilas especiales impermeables que les permiten tener al menos los brazos libres durante las caminatas.

Pero todo lo narrado hasta ahora son ejemplos singulares de un proceso, sin necesidad de camellos y helicópteros transportando votos, ya de por sí peculiar. Se instalarán 1,1 millones de colegios electorales a lo largo del país para elegir a 543 parlamentarios. Hay más de 2.400 candidaturas. Casi 15 millones de personas se involucrarán en controlar que todo el proceso transcurra con normalidad.

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Hay, además, una última singularidad: se vota a través de urnas electrónicas, no con papeletas, como pasa en la mayoría de países. Estos dispositivos se usaron por primera vez en 1982 en el estado de Kerala. La Comisión Electoral prevé en esta ocasión usar más de cinco millones y medio de estas máquinas que se accionan pulsando un botón. No fue hasta 2013 cuando la Corte Suprema permitió a los indios el voto nulo, incluyendo en las máquinas un último epígrafe, tras el nombre de todas las formaciones en liza, en el que se lee: "Ninguno de los anteriores". En las elecciones de 2019, un 1% de los votantes pulsaron esa opción.

Y todo eso sucederá, salvo una inmensa sorpresa, para coronar de nuevo al actual primer ministro, Narendra Modi, que está previsto, al menos eso dicen las encuestas, que vencerá en los comicios por aplastamiento. El qué va a suceder está ya casi escrito, el cómo es lo que parece algo más entretenido.