Es noticia
Cómo ser el líder más querido del planeta: (des)memoria histórica y ultranacionalismo
  1. Mundo
El indio Narendra Modi

Cómo ser el líder más querido del planeta: (des)memoria histórica y ultranacionalismo

A través del Taj Mahal, se entienden muchos de los problemas que afectan a la democracia más poblada del planeta. Uno de ellos, el conflicto entre las religiones que habitan el país

Foto: Partidarios del primer ministro indio, Narendra Modi (EFE/Idrees Mohammed)
Partidarios del primer ministro indio, Narendra Modi (EFE/Idrees Mohammed)

"El hinduismo radical lleva años intentando cambiar la historia de este monumento. No pueden permitir que el monumento más emblemático del país, el Taj Mahal, sea de origen mogol (musulmán). Los tribunales les deniegan las demandas, pero siguen intentándolo y constantemente hay nuevas polémicas. Ellos mantienen que la tumba se levantó sobre los restos de un templo hinduista, dedicado al dios Shiva, y que, por tanto, debe ser un lugar de culto hinduista. Ahora vivimos esos tiempos en India, pero la historia no puede cambiarse, ¿no?", dice cabizbajo Rajeev, historiador y profesor, mientras contemplamos a lo lejos, desde el Fuerte Rojo de Agra, el emblemático mausoleo de mármol.

El último capítulo de este culebrón histórico se vivió a inicios de mayo pasado, cuando un miembro del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata (BJP), formación del primer ministro Narendra Modi, solicitó al Tribunal Superior de Allahabad que abriera 22 puertas cerradas con llave en el Taj Majal para descubrir su "historia real". La teoría hinduista, que aún colea, es que en la base del monumento se esconden pruebas que demuestran que es un templo hindú. El Tribunal no solo denegó la petición, sino que ha pedido que las demandas "no se burlen del sistema legal público".

Foto: Foto de archivo de las labores de desinfección en el Taj Mahal. (Reuters)

Todo este proceso se basa en las teorías de un historiador indio fallecido en 2007, P.N. Oak, que mantenía que además del Taj Mahal, también el Vaticano y la Kaaba en La Meca eran templos de origen hindú.

El omnipresente Modi

Un atracón de (des) memoria histórica, varios enemigos internos y externos de los que defenderse, ultranacionalismo, control de los medios de comunicación y populismo a cucharadas. Esa es la fórmula que los enemigos del primer ministro (PM) indio, Narendra Modi, creen que usa para ser en 2022, según las encuestas, el mandatario democrático con mayor popularidad del globo (más del 70%).

Sus seguidores, que son muchos cientos de millones en la mayor democracia del planeta, que cuenta con casi 1.500 millones de habitantes, apuntan, sin embargo, a justicia social, patriotismo, capacidad de desarrollo económico, mejor ejército y, sobre todo, el retorno de un orgullo pisoteado durante siglos con su mantra "India primero".

"Lo que quiera que hagas y en lo que quiera que trabajes, India debe ser siempre la prioridad de todos sus ciudadanos", ha ejemplificado el mandatario. ¿Qué significa eso? ¿Y qué piensan sus ciudadanos de su cruzada nacionalista? El "India primero" de Modi, en realidad, quiere decir "Hinduismo primero".

Foto: Rishi Sunak, durante la campaña de los conservadores este mes de agosto. (Reuters/Hannah McKay)

El retrato del primer ministro está en las marquesinas y paradas de autobús de casi todo Delhi. El mandatario vende como un éxito personal suyo la rotatoria presidencia del G20 en 2023 en la India. Sonriente, natural, es uno más entre los millones de indios. "Vengo de una familia humilde. No tengo gran estatura. Soy un sirviente del pueblo", dice el político.

Escenario similar tropezamos el 10 de diciembre en la salida del aeropuerto de Nagpur, ciudad del centro de la India. Modi visita ese día la ciudad. La carretera parece el salón de una casa de unos padres con hijo único con las fotos del amado vástago por todas partes. El primer ministro del país da la bienvenida a los viajeros con una larga hilera de enormes carteles que recuerda a sus ciudadanos que les da trabajo, sanidad, medioambiente, trenes, carreteras… En las calles una ingente tropa de personas hace algo singular como lo es limpiar. El paso de la comitiva de Modi es fácil de adivinar. Donde no hay nadie limpiando y se acumula la basura es por donde no pasará el primer ministro.

* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí.

Pero esa noche Modi está preocupado y alegre a la vez. Se acaban de producir diversas elecciones regionales y ha obtenido resultados diversos. Por un lado, su partido, el BJP, arrasó en las elecciones regionales de Gujarat, región fronteriza con Pakistán. Y por otro, en la capital, Nueva Delhi, ganó el AAP, un partido Anticorrupción que también gobierna en la estratégica región del Punjab. Además, sus archienemigos del Congreso Nacional Indio, ganaron por primera vez, tras muchas derrotas consecutivas, unas elecciones regionales en el pequeño estado norteño de Himachal Pradesh. Así que el presidente, que inaugura una autopista que unirá la ciudad con Mumbai, alerta esa noche a sus votantes: "Los partidos que adoptan estos atajos son los mayores enemigos del país".

"Enemigos" es la palabra sobre la que parece girar la estrategia política de Modi. El primer ministro no para nunca de advertir de ellos: "Esta unidad de nuestro país ha sido desagradable para nuestros enemigos. No solo hoy, sino desde hace miles de años e incluso durante el período de nuestra esclavitud. Todos los atacantes extranjeros hicieron lo que quisieron para romper esta unidad".

Foto: Gautam Adani. (Reuters/Rupak De Chowdhuri)

Siempre, a nivel nacional o a nivel internacional, hay un enemigo del que proteger a India: "Los enemigos internos de Modi son especialmente el Congreso Nacional Indio, que los identifica con la casta que ha gobernado el país más de 50 años. También todos los credos y culturas que no son hindús, especialmente los musulmanes, están en su punto de mira. A nivel internacional, los dos grandes enemigos son Pakistán y China. Su mensaje es India, entendido como hinduismo, primero", explica el profesor Rajeev. ¿Cómo el American First de Trump? "Se llevaban muy bien", responde él.

Pero algunos no ven ahí división, ven justicia. "Modi ha devuelto el orgullo a la India. Tenemos un ejército cada vez mayor", dice en la ciudad de Jaipur Abhay, un humilde conductor. ¿Y quién os amenaza? "Tenemos terroristas. Pakistán es una gran amenaza y tenemos también la amenaza de China. Yo estoy orgulloso de que India, gracias a Míster Modi, sea hoy respetada en el mundo".

"India hace nada tenía un producto interior bruto menor ínfimo. Hoy crecemos mucho y somos una de las naciones más importantes e influyentes del planeta. Modi está haciendo un gran trabajo", explica Akshay, productor de Bollywood, durante una cena en uno de los mejores restaurantes de Delhi, el Bukhara.

El restaurante, dentro de un hotel, es uno de los centros de poder no oficial de la ciudad. Hay guardaespaldas por todas partes. En la mesa de al lado, esa noche, 17 de diciembre, se sientan a cenar Rahul y Priyanka Gandhi, hijos de Sonia Gandhi y descendientes del histórico primer ministro Nehru.

Los Gandhi son los grandes enemigos internos de Modi. Ambos son hijos de Sonia Gandhi, una italiana de origen, nacionalizada india, que fue presidente del Partido del Congreso tras el asesinato de su marido, Rajiv Gandhi, y antes el de su suegra, Indira Gandhi. "Ella no puede nunca hablar en italiano e intenta de todas las maneras desvincularse de su origen porque sabe que ahí la ataca Modi. Él la llama siempre Sonia para remarcar su nombre extranjero", explica un veterano diplomático occidental.

"¿Sonia Gandhi nos enseñará patriotismo? Le insto, señora, que nunca cuestione el patriotismo de los 1.500 millones de indios en el país", le ha espetado Modi. "Sí, nací en Italia. Vine a la India en 1968 como nuera de Indira Gandhi. He pasado 48 años de mi vida en la India. Esta es mi casa. Este es mi país", respondía ella.

Foto: Servicios de rescate tras el colapso del puente colgante. (Reuters/Stringer)

El mito del crecimiento musulmán

Los extremistas hindús son cada vez más agresivos contra el alrededor de 14% de población que es la minoría musulmana. El enfrentamiento ha dejado miles de muertos en el país. La tensión es cada vez mayor. Los radicales hindús se presentan como futuras víctimas. "En la forma que la población musulmana crece, habrá un primer ministro musulmán en 2029. Cuando eso pase, los hindús tendrán que convertirse y un 40% serán asesinados", alertaba el "sacerdote" hindú Yati Narsinghanand. Hay, incluso, mensajes que recuerdan a los de conflictos como Uganda o la ex Yugoslavia: "Debemos prepararnos para matar o ser matados", ha dicho el ultranacionalista Swami Prabodhananda.

Sin embargo, la realidad es que el crecimiento desmedido de los musulmanes indios es un mito, según los datos. Una reciente encuesta nacional de Salud Familiar dice que la natalidad entre los musulmanes indios ha caído hasta 2,3, casi la mitad que a finales de los noventa. Sigue siendo la natalidad más alta entre los grupos religiosos de India, pero está muy cerca de los hindús que tienen 1,9. Los hindús son hoy el 80% de los 1500 millones de indios.

Foto: Nacionalistas hindús apaleando a Mohammad Zubair, un musulmán que había salido a comprar dulces para sus hijos. (Reuters)

Los datos no impiden que los extremistas hindús, vecinos ideológicamente al BJP de Modi, sigan repitiendo que habrá en breve un sorpaso musulmán. El primer ministro guarda siempre silencio y nunca condena los ataques hasta que se traspasan líneas rojas. Dos destacados miembros del BJP desataron en junio una tormenta diplomática con países musulmanes tras atacar al profeta Mahoma y su mujer Aisha en un debate en la televisión de India. Ante la amenaza de romper relaciones comerciales de países como Qatar o Arabia Saudí, ambos fueron expulsados del partido y el BJP sacó un comunicado condenando "insultos a cualquier religión".

Un estudio de Pew Research en India sobre las religiones afirma que la mayoría de los indios, un 90%, está a favor de la libertad religiosa, pero también que la gran mayoría de todos los credos no quiere relacionarse con otras confesiones. Un 78% de los hindús y un 66% de los musulmanes se muestra contrario a casarse con personas de otras religiones. En los cristianos y budistas esa cifra baja a un 36 y 45% respectivamente.

India y Pakistán: los enemigos de fuera

Todo el nacionalismo y división entre India y Pakistán, países con armas nucleares, tiene un punto de apogeo: la frontera de Wagah/Attari que divide India y Pakistán. La carretera que conduce hasta allí en la parte de India está llena de cuarteles militares y grandes carteles glorificando su ejército. Cada día, en la puesta de sol, dos ardientes hinchadas de cada lado de la frontera van hasta allí, a dos estadios levantados justo tras la línea divisoria, a animar a sus soldados en la ceremonia de bajada de bandera. Dura más de una hora, un evento difícilmente descriptible. Miles de personas con banderas de la India cantando y coreando consignas que un animador, soldado, arenga con un altavoz.

En el lado indio gritos, bailes estilo Bollywood y sus soldados vestidos con trajes coloridos. Hacen coreografías que parecen sacadas de la serie de los Power Rangers ante miles de personas. "Hoy hay menos gente porque es un martes. Los festivos o los días significativos puede haber hasta 40.000 personas en este estadio", nos explican algunos indios del entorno.

En el lado pakistaní se ve algo menos de gente y una grada dividida entre hombres y mujeres. El negro y blanco del chador de ellas en la bancada femenina contrasta con la explosión de colorido de la parte india. También los soldados paquistaníes van vestidos de negro.

Foto: Una familia de 10 miembros sobre un ciclomotor en la India (Twitter/@Gulzar_Sahab)

Entonces se corre la enorme valla divisoria y se desata el delirio. Los indios corean "Hindustan Zindabaad", que significa "Larga vida a la India". Hay otras consignas que, nos dicen, significa: "Respeto esta tierra donde he nacido". En el lado pakistaní también hay gritos y palmas. Parece que gritan "larga vida a Pakistán", pero la alta megafonía y el ruido de la hinchada india impide oírlos.

Durante algunos años, esta fue la única frontera abierta entre ambos países. En 2014, una terrorista suicida se inmoló y mató a aproximadamente 60 personas y dejo cientos de heridos en el lado pakistaní.

Foto: Familias afganas que regresan a Afganistán tras su paso por Pakistán (EFE)

En 2016, cuando se calentaron de nuevo las cosas entre ambas naciones, también se cerró el estadio en la parte india y se dejaron de intercambiar dulces entre los soldados en las festividades. El covid ha sido el último parón. "Es una fiesta pensada para hermanar dos países que eran el mismo", nos dice una familia india con sus banderas pintadas en la cara al acabar el acto. ¿No hay agresividad entre ustedes? "Alguien aquí la siente, claro, pero eso son cosas de los políticos que les interesa enfrentarnos. Para mí son hermanos", dice la madre.

Esa noche, en la televisión de un restaurante, repiten las imágenes de un enfrentamiento a palos entre soldados indios y chinos en la frontera entre ambos países en el estado Arunachal Pradesh. El Canal de noticias 24 horas India Today señala como titular destacado "India humilla a China". Un chico joven sentado en la mesa nos mira y dice orgulloso: "India con Modi es ahora un país respetado". ¿Qué te gusta de tu primer ministro? "Nos ha hecho sentir orgullosos de nuestra lengua, que él habla por todo el mundo, y de nuestra historia. India ahora es fuerte y todos nos temen". Un 40% de los jóvenes indios, los llamados millennials, votó en las pasadas elecciones a Modi.

"El hinduismo radical lleva años intentando cambiar la historia de este monumento. No pueden permitir que el monumento más emblemático del país, el Taj Mahal, sea de origen mogol (musulmán). Los tribunales les deniegan las demandas, pero siguen intentándolo y constantemente hay nuevas polémicas. Ellos mantienen que la tumba se levantó sobre los restos de un templo hinduista, dedicado al dios Shiva, y que, por tanto, debe ser un lugar de culto hinduista. Ahora vivimos esos tiempos en India, pero la historia no puede cambiarse, ¿no?", dice cabizbajo Rajeev, historiador y profesor, mientras contemplamos a lo lejos, desde el Fuerte Rojo de Agra, el emblemático mausoleo de mármol.

India Noadex
El redactor recomienda