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El país que evidencia un dilema cada vez más común: ¿democracia o comida en la mesa?
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El país que evidencia un dilema cada vez más común: ¿democracia o comida en la mesa?

Bangladesh es un ejemplo de los países del Sudeste Asiático que experimentan un fuerte progreso económico y, a la vez, un retroceso o estancamiento en sus libertades

Foto: El tráfico de Dhaka, en Bangladesh. (Reuters/Mohammad Ponir Hossain)
El tráfico de Dhaka, en Bangladesh. (Reuters/Mohammad Ponir Hossain)

¿La democracia es ir a votar para elegir parlamentos o presidentes? Esta pregunta empieza cada vez a ser más pertinente y cobrar más fuerza. Se podría pensar que sí, que si votas, vives en una sociedad democrática, pero la realidad es que no, porque lo importante no es votar, es que te dejen elegir a quién votas. Sin embargo, empieza a haber una ola de gobiernos autoritarios que se revisten de demócratas para legitimar sus victorias. En el Sudeste Asiático, esta tendencia va en aumento y algunos países experimentan un fuerte progreso económico y un retroceso o estancamiento en sus libertades. ¿Es más importante comer que votar libremente? ¿Son ambas cosas incompatibles?

Bangladesh es un ejemplo. El país celebró el pasado 7 de enero sus elecciones, en las que 170 millones de ciudadanos estaban llamados a las urnas. Volvió a vencer por cuarta vez consecutiva Liga Awami, la formación de Sheikh Hasina, una mujer de 76 años que ya fue primera ministra en 1996 y que desde 2009 lo hace ininterrumpidamente. Hasina parece estar llevando adelante la idea de su progenitor, Sheikh Mujibur, el padre fundador de la nación, que fue asesinado brutalmente en 1975 en un golpe militar, tras barajar la idea de crear en el país un sistema de partido único. Su hija Hasina y una hermana, que en aquel momento se encontraban en Europa de viaje, fueron los únicos miembros del clan familiar en no ser asesinados.

Casi 50 años después de aquel trágico suceso, Liga Awami y sus satélites han ganado el 94% de los escaños, obteniendo un total de 283 de los 300 escaños en juego. El partido retiró en algunos casos sus candidatos oficiales y dejó que algunos independientes y formaciones afines obtuvieran algunos asientos en la Cámara para dar un barniz de credibilidad al proceso. Lo de Corea de Norte y sus triunfos en las votaciones con un 99,9% de los votos no termina de ser muy creíble.

El plan que le costó la vida al padre, de facto, parece haberlo sacado adelante la hija. Porque en las elecciones no había oposición, o no una real, ya que los dirigentes del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), que fueron masivamente detenidos durante 2023 tras oleadas de protestas sociales, anunciaron que no concurrían a unas elecciones que calificaron de fraude por no haber controles independientes de los resultados. "El BNP es una organización terrorista. Estoy haciendo todo lo posible para garantizar que la democracia continúe en este país", replicó la primera ministra.

Foto: Hou Yu-ih, candidato a la presidencia de Taiwán por el principal partido de la oposición. (Reuters/Ann Wang)

¿Bangladesh vive en una democracia o en una nueva forma de dictadura camuflada? "Ha sido autocrático durante algún tiempo. Nunca hemos tenido una democracia plena, pero la ausencia de democracia nunca se ha sentido tan agudamente como ahora. El poder se ha evidenciado abiertamente y todas las maquinarias estatales, la policía, el poder judicial y la burocracia, se han convertido en extensiones del partido gobernante, por lo que no hay camuflaje. Sí, existe la retórica de la democracia, pero es principalmente para consumo internacional. Nadie dentro del país lo cree y, dado que al régimen realmente no le importa la gente, el hecho de que no lo crea nadie dentro no importa", explica Shahidul Alam, el reconocido fotoperiodista, profesor y activista bangladesí, a El Confidencial.

Pocos creen que lo ocurrido a inicios de enero sean unas elecciones democráticas plenas, pero el país vive una explosión económica que de alguna manera enmascara ese hecho. "Los 15 años de gobierno de la Liga Awami, de 2009 a 2024, se han caracterizado por un rápido crecimiento económico y un buen desarrollo social en Bangladesh, a pesar de la incertidumbre y las crisis económicas globales. En 2024, el país alcanzará el sexto mayor crecimiento del PIB en Asia, según el informe Perspectivas Económicas Globales del Banco Mundial. También saldrá de la lista de Países Menos Desarrollados (PMA) de las Naciones Unidas en 2026 y, en 2022, el ingreso per cápita siguió eclipsando al del vecino gigante económico India", asegura un reportaje en The Diplomat que se titula La muerte de la democracia en Bangladesh.

¿El hasta ahora eficaz autoritarismo chino se está convirtiendo en un espejo para los países limítrofes? "Sí, el autoritarismo está aumentando a nivel mundial, pero el modelo para Bangladesh no es China, sino la India. De hecho, India ha desempeñado el papel más importante a la hora de apuntalar este régimen ilegítimo. Sin embargo, en cierto sentido estamos mejor que la India. A nosotros nos robaron las elecciones. India votó a su autócrata", señala el crítico Shahidul Alam.

La sombra del fraude electoral

Los opositores, en todo caso, recuerdan que ha vencido la abstención, la opción que ellos promulgaban. Análisis independientes de la jornada electoral, que piden permanecer en el anonimato, califican de sospechoso el recuento. "La app que anunciaron que monitorearía los datos dejó de funcionar. Los datos de participación se detuvieron por debajo del 30% a las tres de la tarde y al final la Comisión Electoral anunció que había votado un 42%, lo que era evidente que no había sucedido. Los colegios electorales estaban vacíos y así lo atestiguaron la mayoría de medios de comunicación", informan.

La abstención es siempre una carta vencedora. Adjudicarse el patrimonio de todo el que no va a las urnas es también irreal. El BNP, en todo caso, cree que de alguna manera es el ganador del proceso. "Los colegios vacíos que hemos visitado demuestran la realidad de la farsa que han sido las duodécimas elecciones legislativas de este país. El pueblo y el mundo entero han visto cómo los votantes han rechazado las elecciones", declaró el portavoz de la formación, Abdul Moyeen.

Los opositores recuerdan que ha vencido la abstención, la opción que ellos promulgaban

"El BNP no participó en las elecciones, pero quería desbaratarlas con ataques terroristas incendiarios. Afortunadamente, el pueblo ha rechazado al BNP en las urnas a través de un apoyo masivo a Liga Awami y, por extensión, a la primera ministra", declaró Obaidul Quader, secretario general del partido.

Hasina se siente la vencedora legítima de los comicios y, desde luego, se ve como defensora de una democracia que la mayoría de analistas creen que se tambalea. "He luchado mucho por el derecho al voto, sufrido la encarcelación, tortura y he tenido que enfrentarme a ataques con bombas y granadas, pero pude devolver al pueblo el derecho al voto", afirmó ella tras proclamarse su victoria, según la agencia EFE.

Foto: Foto: Reuters/Washington Alves. Opinión
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El país sigue dividido entre el liderazgo de dos mujeres convertidas en enemigas íntimas. Jaleda Zia, ex primera ministra en dos ocasiones, de 1991 a 1996 y de 2001 a 2006, líder del BNP y viuda del presidente asesinado Ziaur Rahman, continúa en arresto domiciliario tras haber sido condenada en 2017 por corrupción y malversación de fondos. Su hijo, Tarique Rahman, exiliado y con orden de arresto con cargos de corrupción, publicó en la red social X diversos comunicados en los que aseguraba que "las llamadas elecciones sin votantes verdaderos, en contra de la voluntad y los intereses de los bangladesíes prodemocracia, convierten al régimen de Sheikh Hasina en ilegal, ilegítimo e inconstitucional. Es un esfuerzo mal concebido para transformar la nación en un Estado de partido único, erosionando los derechos de voto y las libertades fundamentales, y alineándose contra el mundo democrático".

Bangladesh muestra, por un lado, una mejora constante económica y un compromiso con la crisis humanitaria rohinyá, reconocido por muchas instituciones. Y por otro, una deriva de libertades internas que muchos creen que puede meter al país en una espiral de violencia.

¿Le importa más a la gente la libertad de comer que la libertad de elegir a sus gobernantes? "Por supuesto que la libertad de comer es importante. Pero los verdaderos héroes de Bangladesh son nuestros trabajadores textiles, nuestros trabajadores migrantes y nuestros agricultores en el campo. Es su fenomenal contribución la que ha llevado al éxito económico del país. Los políticos, por otro lado, han desangrado a la nación. A Bangladesh le ha ido bien a pesar de nuestros gobernantes, no gracias a ellos. Por supuesto que la gente quiere la libertad de comer. Se han ganado esa libertad, pero no están dispuestos a renunciar a sus otras libertades para tener lo que les corresponde por derecho", concluye Shahidul Alam.

¿La democracia es ir a votar para elegir parlamentos o presidentes? Esta pregunta empieza cada vez a ser más pertinente y cobrar más fuerza. Se podría pensar que sí, que si votas, vives en una sociedad democrática, pero la realidad es que no, porque lo importante no es votar, es que te dejen elegir a quién votas. Sin embargo, empieza a haber una ola de gobiernos autoritarios que se revisten de demócratas para legitimar sus victorias. En el Sudeste Asiático, esta tendencia va en aumento y algunos países experimentan un fuerte progreso económico y un retroceso o estancamiento en sus libertades. ¿Es más importante comer que votar libremente? ¿Son ambas cosas incompatibles?

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