¿Comprar o alquilar un piso en Europa? Prepárate para todo lo que se te viene encima

¡Hola desde Madrid! En España, empezamos el Año Nuevo en el salón, reunidos en torno al televisor, mirando el reloj de la plaza mayor y engullendo 12 uvas, una por cada "dong". Es una tradición familiar en los hogares. En España, tener casa propia es casi consustancial a formar una familia. Pero también es la maldición de nuestro país: la burbuja inmobiliaria española se cierne de nuevo sobre nosotros, el estrés postraumático causado por la crisis de 2008 y los alquileres disparados.

Tenemos una relación complicada con la vivienda, y este problema nacional se está convirtiendo ahora en un problema europeo: desde el adiós de Polonia a la propiedad barata hasta la visión "sagrada" de Estonia sobre la propiedad de la vivienda. ¿Es la poco perfecta solución vienesa al alquiler barato el camino a seguir, o deberíamos escuchar algunas voces de ecologistas en Alemania? En este boletín reflexionamos sobre una de las grandes cuestiones de nuestro futuro: dónde y cómo vamos a vivir.

• Alicia Alamillos redactora jefe de esta semana

En esta edición podrás leer estos temas: Polacos en habitaciones estrechas, 45, La trampa española del alquiler, Cómo reducir a la mitad la vivienda, Nuestra casa se incendia.

La versión original en inglés, cada miércoles:

La versión en español, los jueves:

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Polacos atrapados en habitaciones enanas

¿Quiere alquilar un apartamento en Polonia? Prepárese para unos costes desorbitados. El año pasado, los alquileres subieron casi un 18%. En las cinco mayores ciudades, Varsovia, Cracovia, Breslavia, Poznan y Gdansk, el aumento fue aún mayor, del 30-40%. Un apartamento de dos dormitorios y 45 metros cuadrados en una gran ciudad polaca cuesta 800 euros al mes, mientras que la renta media en el mismo periodo es de 1.050 euros.

Los precios ya subían rápidamente antes de la guerra de Ucrania, pero cuando más de un millón de refugiados ucranianos llegaron a Polonia, el mercado de la vivienda se complicó aún más. La inflación, alimentada por la crisis energética, está empeorando las cosas.

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Las raíces se remontan a la escasez de viviendas de la época comunista, pero incluso tras la caída del comunismo, ningún gobierno ha construido suficientes viviendas sociales. Los efectos se dejan sentir aún hoy, según Eurostat, Polonia tiene el menor número de habitaciones por persona de la Unión Europea (solo 1,1). Al mismo tiempo, las familias polacas son las más numerosas (2,8 personas de media por familia).

No hay indicios de que la situación vaya a mejorar. El reciente auge de la construcción ayudó a paliar el déficit del mercado inmobiliario, pero no fue suficiente. El año pasado, el Banco Central subió los tipos de interés debido a la inflación, encareciendo el crédito y dificultando el acceso al mismo.

Esto tuvo un enorme efecto en cadena. Las solicitudes de hipotecas cayeron un 63% en 2022. Además, la inversión también se ralentiza. Los promotores construyen cada vez menos, afectados por los tipos de interés disparados. Solo si baja la inflación habrá una bajada de tipos, pero el mercado ya ha cambiado. Ahora los polacos no solo están atrapados en habitaciones literalmente enanas, sino que no hay realmente una salida para el mercado inmobiliario a la vista.

• Michał Kokot - periodista de la Gazeta Wyborcza

El número de la semana

Se prevé que la subida de los tipos de interés aumente la cuota hipotecaria media en Estonia hasta un 45% este año, lo que supondrá cientos de euros al mes más de gastos para las familias.

Para los estonios, la propiedad de la vivienda es sagrada, como muestra este mapa comparativo de la propiedad de viviendas en Europa. Esta actitud se ha visto reforzada por años de tipos de interés por debajo de cero y precios inmobiliarios en auge, que han alimentado el temor a perder la oportunidad de comprar una propiedad a un precio asequible.

Con la inflación en máximos históricos y los costes de los servicios públicos por las nubes, la gente recuerda la crisis financiera de 2008, cuando muchos perdieron sus casas.

• Holger Roonemaa - investigador en Delfi

La trampa del alquiler español

Como muchos treintañeros europeos jóvenes, pero no tan jóvenes, mi pareja y yo nos enfrentamos a un dilema: ¿debemos seguir de alquiler o comprar una casa? Sea cual sea la respuesta, una cosa está clara y es que en España tenemos la suerte de poder plantearnos esta pregunta.

Para la mayoría de los jóvenes españoles, alquilar no es una opción. Es la única opción disponible. Atrás quedaron los tiempos dorados en los que los bancos ofrecían una hipoteca del 100%. Hoy en día, las entidades financieras exigen al menos un 20% del precio de la vivienda como entrada. Esto solo es posible para casi todos los jóvenes en España si sus familiares pueden ayudar.

Culturalmente, mi país favorece mucho la compra frente al alquiler. No tengo ni un solo amigo que prefiera alquilar a tener una casa en propiedad. Sin embargo, la propiedad de la vivienda entre los menores de 35 años se ha reducido casi a la mitad en la última década.

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Pero la alternativa no ha sido una solución real. A pesar de la transformación digital en curso, la mayoría de los jóvenes españoles siguen teniendo que trasladarse a Madrid o Barcelona para encontrar trabajo. Esto ha puesto los alquileres por las nubes, con subidas anuales respectivas del 15,4% y el 19,9% solo en 2022.

Ahí radica la trampa del alquiler en España. Los alquileres cada vez más altos hacen más difícil ahorrar dinero, lo que dificulta la compra de una propiedad. Esto, a su vez, hace que los jóvenes permanezcan más tiempo en una vivienda de alquiler. Es un círculo vicioso del que mi pareja y yo, dos de los pocos afortunados, quizá podamos salir.

• Lucas Proto - periodista en El Confidencial

Cómo reducir el coste de la vivienda

"Estoy muy contenta de haber conseguido un piso de protección oficial. Mis ingresos mensuales no me alcanzan para alquilar un piso de dos habitaciones en el mercado libre. Hay que saber que el coste de un piso de protección oficial es aproximadamente la mitad del alquiler de un apartamento normal.

Aun así, no es fácil conseguir uno. Al principio, tuve que ir una y otra vez a las autoridades para cumplir los distintos requisitos. Al final, tardé varios meses en conseguir un apartamento. Así que esto requiere paciencia"

Hace cien años se construyeron los primeros pisos de protección oficial en la ciudad de Viena, que cuenta con dos millones de habitantes. En la actualidad hay 220.000 apartamentos de este tipo en la ciudad, que albergan a 500.000 residentes. Edit Gyimesi, de 57 años, vive en un piso de protección oficial desde hace tres.

• Peter Bognar - periodista freelance

Nuestra casa está en llamas

Construir más no es la forma de resolver la crisis de la vivienda. Además, alimenta otra crisis: el cambio climático. El sector de la construcción es responsable de casi el 39% de las emisiones de dióxido de carbono relacionadas con la energía y los procesos. Solo la producción de cemento genera el 8%. Quizá simplemente deberíamos construir menos.

En realidad, en Alemania no hay escasez de espacio vital, sino que nos enfrentamos a un problema de distribución: Las personas mayores siguen viviendo en las casas donde han criado a sus hijos, y estos luchan por encontrar un piso por su cuenta. Aumenta el número de hogares unipersonales, y todos ellos necesitan una cocina y un cuarto de baño para un ocupante individual, lo que significa muchos más metros cuadrados.

Desde 1960, el espacio vital medio disponible por persona ha aumentado casi una vez y media: de 19 metros cuadrados a casi 48 en 2021. En Berlín se ha construido un 25% más de espacio habitable desde 1989, mientras que la población solo ha crecido un 10%. Pero incluso hoy, la gente más pobre vive hacinada en apartamentos.

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Lo que necesitamos es un cambio de perspectiva: tenemos que buscar soluciones sobre cómo compartir el espacio de vivienda que ya tenemos. Esto podría significar intercambiar apartamentos entre los que necesitan más espacio y los que no, y desarrollar nuevos modelos de vida. Si impulsamos estas soluciones, podríamos construir mucho menos, y reducir la contaminación climática, que es una necesidad urgente.

Nuestra casa está ardiendo, como ha dicho Greta Thunberg. Debemos apagar las llamas que queman la casa que ya tenemos, construyendo menos.

Teresa Roelcke - periodista en Tagesspiegel

Gracias por leer la 14ª edición de European Focus,

La vivienda y la forma en que Europa afronte este reto será una de las cuestiones más acuciantes para los gobiernos en los próximos años. Se trata de una crisis en ebullición que afecta a todo el tejido de nuestra sociedad. Hemos visto el problema. Ahora, tratemos de encontrar soluciones.

Hasta el próximo miércoles.

Alicia Alamillos