Ford plantea su nuevo Tourneo Courier como alternativa a los SUV, y la idea tiene sentido

En plenas vacaciones de Semana Santa, y cuando millones de españoles disfrutan ya de unos merecidos días de descanso o están a punto de ponerse en carretera para hacerlo, llega al mercado español otra interesante opción para aquellos que buscan un vehículo amplio y funcional, pero también económico. Y ante la moda de los SUV, un tipo de automóvil que ya copa seis de cada 10 ventas en nuestro país, algunos usuarios siguen abiertos a otro tipo de posibilidades, como los familiares, por ejemplo.

Aunque, en este caso, la propuesta de Ford va por otros derroteros, pues el nuevo Tourneo Courier es lo que muchos denominarían “una furgoneta”. De hecho, existe también una nueva Transit Courier, que es la variante de tipo comercial destinada a transporte y reparto; de manera que al Tourneo Courier se le podría definir, siguiendo los cánones clásicos, como la versión turismo de un vehículo comercial.

Y, sin embargo, va más allá. Pues, por ejemplo, comparte bastantes elementos mecánicos con el Puma, uno de los modelos de éxito de la firma del óvalo. Y aporta bastantes virtudes de orden funcional, aunque es muy probable que, pese a todo, muchos sigan viéndolo como una furgoneta, y no como un turismo. Quizás todos ellos deberían dejar de leer el artículo en este punto, pues resulta lícito que elijamos coche basándonos en nuestros gustos estéticos, como también hacemos con la ropa.

Pero, para el resto de lectores que aún sigan aquí, diremos que el nuevo Tourneo Courier nos parece una razonable alternativa a vehículos de tipo SUV que miden lo mismo o menos, cuestan lo mismo o más… pero no pueden ofrecer un interior tan espacioso y versátil, punto que valorarán bastante quienes tengan familia o sencillamente viajen con frecuencia en grupo, pero también los que aprecian disfrutar de un habitáculo voluminoso para, por ejemplo, echar las bicis dentro. Y Ford cree que, en eso, su nuevo modelo es mejor que un SUV comparable, pudiendo rellenar el hueco dejado por los vehículos monovolumen, que tenían indudables ventajas prácticas.

Además, el Ford Tourneo Courier es nuevo de verdad, y experimenta lo que podríamos calificar como una evolución radical; o una revolución. Porque estrena plataforma, compartida lógicamente con el antes citado Transit Courier; pero es que estrena hasta fábrica, pues se produce en la planta rumana Otosan de Craiova, de donde también sale el Puma. Aunque quizás el progreso más visible tenga que ver con el tamaño, pues esta nueva generación se va a 4,34 metros de largo, 18 centímetros más que su antecesor, mientras que la distancia entre ejes, clave para la amplitud interior, crece 20 centímetros, hasta los 2,69 metros.

Y no solo se ha estirado la carrocería a lo largo, sino también a lo ancho, con 27 milímetros extra que lleva esa cota a 1,80 metros, y a lo alto, con nada menos que 94 milímetros más para rozar los 1,82 metros. Es decir, que si ponemos el nuevo modelo junto al anterior, parecerían casi de diferentes segmentos, cuando en realidad pertenecen al mismo. Ford, simplemente, ha llevado al límite las posibilidades prácticas del Tourneo Courier, pero tratando de no meterse en la parcela del Tourneo Connect, situado por encima y desdoblado en dos longitudes diferentes: 4,50 metros en la variante de cinco plazas y 4,85 si se elige la de siete plazas.

Pero, como explicamos, el Tourneo Courier se mantiene prudentemente por debajo, aunque eso no le impide ofrecer cinco cómodas y, sobre todo, amplísimas plazas o un maletero de 570 litros en condiciones normales, ampliable a 1.188 litros si se abate la segunda fila, divisible en secciones asimétricas 60:40. Además, ahora el maletero es más largo (100 centímetros) y ancho (117 centímetros), de modo que cuando cogemos nuestra unidad de pruebas en el aparcamiento de la estación de Zaragoza, nuestras dos maletas bailan literalmente en la zona de carga, que tiene formas regulares y aprovechables. Y eso es lo que a muchos usuarios les importa más que la forma exterior o lo que puedan pensar sus vecinos… casi todos con SUV.

No obstante, los responsables de Ford explican que sus diseñadores sí se han inspirado en el concepto SUV para definir las líneas del nuevo Tourneo Courier, que tiene ciertos detalles y combinaciones de colores que pueden recordar a modelos todocamino o todoterreno. Y eso es, si cabe, más notorio en el nivel de acabado Active, uno de los tres disponibles en la gama y que confiere al coche un aspecto más desenfadado, e incluso aventurero, por más que su distancia al suelo sea exactamente la misma que en la terminación básica Trend (desde 26.900 euros) o en el acabado Titanium, de filosofía más refinada y que eleva la factura 1.600 euros frente al Trend. Por su parte, el citado Active, que fue el que probamos, se va otros 1.500 euros más arriba, de forma que arranca en unos 30.000 euros. Tres niveles de equipamiento, por cierto, que podemos combinar tanto con el cambio manual, de seis velocidades, como con la transmisión automática, de doble embrague y siete velocidades, que encarece la factura unos 2.100 euros. Precios, en cualquier caso, que pueden bajar entre 2.000 y 3.000 euros si combinamos las campañas comerciales con los descuentos por financiación.

Por contra, en el capítulo mecánico hay poco margen para la elección, porque Ford solo ofrecerá inicialmente un motor: el tricilíndrico de gasolina turboalimentado 1.0 EcoBoost de 125 CV de potencia y 200 Nm de par máximo. Y a pesar de que la variante comercial Transit Courier cuenta en su oferta con tres motores (1.0 EcoBoost de 100 y 125 CV, y diésel 1.5 EcoBlue de 100 CV), para el Tourneo Courier no se plantea ni la versión menos potente de gasolina ni, y eso es peor, el motor de gasóleo, que agradecerían mucho los más ruteros, a nuestro juicio. Y tampoco está prevista una versión de tracción total. En cambio, a finales de año debutará el E-Tourneo Courier, que es el modelo 100% eléctrico y rendirá 136 CV de potencia, admitiendo cargas en corriente continua de hasta 100 kW de potencia y en corriente alterna de 11 kW como máximo. Las entregas a clientes arrancarán al inicio del 2025, pero sobre la capacidad de su batería o la autonomía media nada se dice por ahora.

Lo probamos de nuevo

Si en enero ya lo habíamos conducido por vez primera durante su presentación internacional en Barcelona, ahora hemos vuelto a probar, y esta vez durante dos días y por tierras pirenaicas. En concreto, una ruta de ida y vuelta entre Zaragoza y las zonas más altas de Huesca con un poco de todo: autovía, carreteras nacionales, vías de montaña... Y nuestro Tourneo Courier Active de cambio automático, que homologa una aceleración de cero a 100 km/h en 11,1 segundos y un consumo medio en ciclo WLTP de 7,3 l/100 km (6,8 anuncia el de caja manual), nos pareció un vehículo idóneo para viajar sin prisas, pero siempre con una reserva de potencia capaz de afrontar un adelantamiento con garantías. No es un coche rápido, desde luego, pero siempre hay empuje suficiente y prima el agrado de uso, al que colabora el cambio automático, sobre la parte puramente prestacional.

En cualquier caso, no será fácil bajar de ocho litros de media, y a poco que carguemos el vehículo y realicemos una conducción decidida, el promedio real se puede ir por encima de los nueve litros; bastante para un vehículo con un depósito de 45 litros. Por eso nos parecería muy buena idea incluir en la gama una versión diésel o, al menos, que el cliente pudiese elegir entre el motor 1.0 EcoBoost de 125 CV que trae y el 1.0 EcoBoost MHEV de 125 CV que no se contempla, y que gracias a su hibridación suave rebajaría un poco el gasto y, sobre todo, nos garantizaría la etiqueta Eco de la DGT.

Por lo demás, el Tourneo Courier va muy bien, y solo cuando apuramos las posibilidades del motor apreciamos con relativa claridad el sonido característico de los propulsores de tres cilindros, algo menos regular que los de cuatro cilindros. Un motor, por cierto, que cuenta con desconexión temporal del cilindro central, que lo activa o desactiva en función de nuestra solicitud de potencia mediante el acelerador. En cuanto al comportamiento general, confortable y dinámico a la vez, esta nueva generación se beneficia de una nueva dirección asistida eléctrica, de magnífico tacto, y de una suspensión trasera optimizada, lo que se traduce en una buena maniobrabilidad, una insonorización muy mejorada o una capacidad de carga y remolque superior a la del modelo precedente.

Evolución que también se palpa en el interior, con instrumentación digital y una pantalla central táctil de 8 pulgadas ligada al sistema de infoentretenimiento SYNC4, y que distribuye espacios para guardar objetos por todas partes, punto que gustará a los usuarios que priorizan la funcionalidad o el diseño inteligente. Además, la calidad general del coche es muy buena, y ese es otro factor que aleja a nuestro protagonista del concepto clásico de furgoneta con que, sin duda, algunos seguirá relacionando al Tourneo Courier.