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¿Este es el mercado alcista más odiado de la historia? Cinco razones para el sí
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¿Este es el mercado alcista más odiado de la historia? Cinco razones para el sí

Los inversores no dejan de mirar por encima del hombro ante los grandes riesgos que se ciernen sobre los mercados

Foto: Exteriores de la Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)
Exteriores de la Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Platt)
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Una pregunta recurrente ha vuelto a aparecer en Wall Street: ¿podría ser este el mercado alcista más odiado de la historia?

El S&P 500 entró en territorio alcista en los primeros seis meses de 2023, marcando un repunte del 20% desde un mínimo reciente, pero los inversores siguen asegurando que no se fían un pelo. Incluso después de que las acciones estadounidenses superaran grandes riesgos —incluidas repetidas subidas de los tipos de interés y una crisis bancaria—, los gestores de fondos no están convencidos de que este repunte sea sostenible.

La historia demuestra que a los inversores no les suelen gustar los mercados alcistas mientras se están produciendo. Los operadores ya se mostraron criticones con el rally alcista nacido de la crisis financiera y que acabó durando 11 años. Hasta ahora, en la subida actual, la ansiedad de los inversores ha permanecido en gran medida amortiguada. Sin embargo, la caída de las bolsas y el aumento del rendimiento de los bonos la semana pasada, tras una serie de datos económicos sólidos, muestran lo frágil que puede ser este mercado alcista.

Foto: Inversores en la bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Plat)

Los inversores afirman que vigilan cinco tendencias del mercado que consideran preocupantes:

1. La temporada de resultados podría revelar una debilidad oculta

La temporada de resultados comienza en serio esta semana. Algunos inversores advierten de que podría haber turbulencias. Según los datos de FactSet, se espera que las empresas del S&P 500 registren un descenso del 7,2% en sus beneficios del segundo trimestre, lo que supondría la tercera caída interanual consecutiva.

Los inversores están atentos para ver si el poder de fijación de precios de las empresas está disminuyendo. Se espera que el margen de beneficio neto de las empresas del S&P 500 caiga hasta el 11,4%, ligeramente por debajo del trimestre anterior y notablemente inferior al máximo del 13% alcanzado en 2021. Según los inversores, las empresas podrían verse presionadas por ambos extremos, ya que se enfrentan a un aumento de los costes de financiación y, al mismo tiempo, luchan por subir más los precios a medida que la inflación disminuye.

"El mercado está poniendo en precio un escenario ideal [para los beneficios], y somos muy reacios a comprar en ese contexto", afirma Florian Ielpo, jefe de macro de Lombard Odier Investment Managers. Su equipo ha comenzado a recortar la exposición a las acciones en la cartera multiactivos insignia de la firma, dijo, mientras que también mantiene el 25% de la misma en efectivo.

Foto: EC Diseño.

2. La inversión de la curva de rentabilidades de los bonos se está profundizando

Hace un año, el mercado de bonos estadounidense empezó a emitir señales de recesión. Últimamente, la advertencia se ha hecho más fuerte.

Parte de la curva de rendimientos del Tesoro de EEUU se ha invertido persistentemente desde el pasado mes de julio, cuando el rendimiento de la nota del Tesoro de EEUU a 10 años se deslizó por debajo del de su homólogo a dos años. La semana pasada, el rendimiento del bono del Tesoro estadounidense a 10 años cayó hasta 1,08 puntos porcentuales por debajo del rendimiento a dos años, la mayor diferencia negativa desde 1981.

Los inversores se fijan en la curva de rendimientos del Tesoro estadounidense como indicador de la salud económica. Cuando la curva se invierte, significa que los operadores de bonos apuestan a que la Reserva Federal mantendrá los tipos altos a corto plazo para luchar contra la inflación, pero tendrá que recortarlos más adelante para resucitar la economía. Algunos inversores apuestan a que la curva de rendimientos se impondrá a las señales más positivas sobre el crecimiento, incluidos los datos recientes que muestran la continua resistencia del mercado laboral.

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3. En los mercados mundiales, también se divisan nubarrones

Los mercados fuera de EEUU comenzaron 2023 con buen pie. China acababa de levantar sus restricciones por covid-19, despertando el optimismo de que una oleada de gasto de los consumidores chinos desencadenaría el crecimiento económico en el país y en el extranjero. Los índices bursátiles asiáticos se dispararon al principio, al igual que los europeos.

Desde entonces, el entusiasmo se ha desvanecido. El Hang Seng de Hong Kong está en números rojos en lo que va de año, mientras que el Shanghai Composite solamente ha ganado un 3,5%. El índice pancontinental europeo Stoxx Europe 600 ha subido solo un poco más, un 5,4% en el año, y el jueves sufrió su mayor caída desde marzo.

El desvanecimiento del optimismo se debe al empeoramiento de las perspectivas económicas. La eurozona ha entrado en recesión, y los inversores siguen preocupados por el impacto de la guerra en Ucrania y la inflación, que sigue siendo más obstinada que en EEUU. La era de rápido crecimiento de China, mientras tanto, parece haber terminado, abatida en parte por su problemático mercado inmobiliario, la creciente carga de la deuda y el alto desempleo juvenil.

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4. Los problemas derivados de la subida de tipos siguen creciendo

Incluso las áreas aparentemente más seguras del mercado son vulnerables a las tensiones cuando suben los tipos de interés. El primer disparo de advertencia se produjo el pasado otoño, cuando la subida de tipos desató la agitación en los mercados de bonos y divisas del Reino Unido. Luego vino el Silicon Valley Bank, cuyo colapso fue provocado en parte por la revelación de que el banco había registrado una pérdida de 1.800 millones de dólares en su cartera de bonos debido a la subida de tipos. Incluso la empresa británica de servicios públicos Thames Water se ha visto sometida recientemente a tensiones, al tener que hacer frente a una gran carga de deuda y al aumento de los costes del servicio de la misma.

Muchos inversores dicen estar nerviosos por lo que pueda ocurrir a continuación. Una encuesta realizada en junio por Deutsche Bank entre profesionales del mercado mostró que casi todos sus 400 encuestados esperan que la subida de tipos provoque más accidentes mundiales. Un 18% de ellos cree que las tensiones serán significativas, causando "graves tensiones financieras".

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5. El peso de las acciones estadounidenses en cartera está estirado al máximo

Tras mantenerse al margen a principios de este año, los gestores de activos, los hedge funds y los inversores particulares han retomado la actividad compradora, uniéndose a los fondos quant.

En conjunto, esas compras han llevado su posicionamiento en el mercado bursátil estadounidense a su nivel más alto en casi 18 meses, según una estimación de JPMorgan Chase. El posicionamiento en algunas partes del sector tecnológico, en concreto las empresas de software y semiconductores, parece especialmente tenso, según Eloise Goulder, responsable del grupo de activos de datos y alfa del banco.

Esta abarrotada posición ha suscitado temores de que las acciones estadounidenses puedan ser vulnerables a un rápido retroceso. Ocho valores del S&P 500 —Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Netflix, Tesla y Nvidia— representan actualmente el 30% de la capitalización bursátil del índice, según Dow Jones Market Data. La influencia de las tecnológicas, combinada con un posicionamiento abarrotado, podría magnificar los movimientos del mercado si cambia el sentimiento y los inversores intentan salir simultáneamente de sus posiciones. El FOMO, o miedo a perderse algo, "está en pleno apogeo", afirmaban en una nota reciente los estrategas de JPMorgan dirigidos por Mislav Matejka.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

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