Los corredores apuestan a que este mercado alcista acaba de empezar

Todo el mundo quiere un trozo del nuevo mercado alcista. Los operadores se están amontonando en apuestas alcistas sobre opciones que se beneficiarían si el reciente repunte de las acciones continúa. Se ha producido una oleada de operaciones vinculadas a los continuos avances de todo tipo de valores, desde los de inteligencia artificial hasta las empresas más pequeñas y económicamente sensibles y los bancos regionales.

La actividad sugiere que el sombrío panorama con el que muchos inversores comenzaron el año se ha suavizado, ya que el S&P 500 ha subido un 13%. El Nasdaq Composite, con un fuerte componente tecnológico, se ha disparado un 29% en 2023, en camino de su mejor comienzo de año desde 1983.

Las apuestas alcistas por la inteligencia artificial se han disparado. Más de 1,3 millones de contratos de compra de los fabricantes de chips Nvidia, Intel y Advanced Micro Devices cambiaron de manos en un día normal de junio, en camino de alcanzar el mayor total mensual registrado. Estos volúmenes superan la exuberancia registrada en noviembre de 2021, cuando el Nasdaq Composite alcanzó su máximo. La actividad de negociación se ha más que duplicado desde principios de año, según los datos de Cboe Global Markets.

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Las calls dan derecho a comprar acciones a un precio determinado, en una fecha concreta. Las puts confieren el derecho a vender. También se ha registrado una actividad récord en las opciones sobre el índice S&P 500, con un aumento de la negociación diaria de opciones de compra, según los datos de Cboe Global Markets. La elevada negociación ha llevado los precios de estas opciones de compra a niveles extremos, señal de ebullición.

"Ha vuelto el miedo a perderse algo", afirma Stephen Solaka, socio gestor de Belmont Capital Group, que supervisa estrategias basadas en opciones. En los próximos días, los operadores analizarán los datos sobre la confianza del consumidor y la inflación para calibrar la salud de la economía y pronosticar la trayectoria del mercado.

Sin duda, parte del reciente fervor del mercado se moderó la semana pasada, cuando los funcionarios de la Reserva Federal reiteraron su compromiso de seguir subiendo los tipos de interés, y la preocupación por el sector inmobiliario comercial empezó a aumentar. El S&P 500 cayó un 1,4%, rompiendo una racha de cinco semanas de ganancias.

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Aun así, la subida con la que arrancó 2023 pilló desprevenidos a los operadores y quemó a los que apostaron contra el mercado. Muchos de esos inversores afirman que la economía estadounidense ha resistido mucho mejor de lo que esperaban y que el mercado laboral ha sido menos sensible a la subida de los tipos de interés de lo previsto. Ahora, incluso los que antes adoptaban una postura más cauta simplemente no quieren perderse el potencial de ganancias que se avecina. "Creo que la recesión se ha retrasado", afirma Zhiwei Ren, gestor de carteras de Penn Mutual Asset Management.

Ren cuenta que ha sido bajista en el mercado de valores de EEUU durante gran parte del año, pero, en las últimas semanas, decidió aprovechar el impulso en el S&P 500 a través de opciones de compra del índice. Eso le ayudó a obtener beneficios rápidos de la subida de las acciones.

Hasta ahora, el FOMO ha creado una amplia brecha entre los ganadores y los perdedores del mercado, aunque hay indicios de que está empezando a cambiar. Según un indicador, el actual repunte bursátil ha sido el más estrecho desde la burbuja de las puntocom en 2000, con un puñado de valores tecnológicos impulsando los beneficios, según Goldman Sachs Group.

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Los rumores sobre la inteligencia artificial han alcanzado su punto álgido. El jueves, por ejemplo, las acciones de Amazon y MongoDB registraron grandes subidas en un día, cuando las empresas hicieron anuncios relacionados con la IA.

El entusiasmo en el mercado de opciones ha enviado el sesgo -una medida basada en opciones pesimistas frente al optimismo- a algunos de sus niveles más bajos desde al menos 2019. Eso constituye una señal de que los operadores se están cargando en calls en lugar de puts. "Mucha gente se está acercando a la opinión de que el mercado de valores podría haber tocado fondo el otoño pasado", explica Amy Wu Silverman, jefa de estrategia de derivados de RBC Capital Markets.

El entusiasmo ha empezado a extenderse a otros rincones del mercado, señal de que algunos operadores se están posicionando para que los rezagados de este año alcancen a los grandes valores tecnológicos. Por ejemplo, se ha producido un aumento de la demanda de opciones de compra vinculadas a valores de pequeña capitalización, que han obtenido peores resultados en los últimos meses. Los inversores también están invirtiendo en fondos de pequeña capitalización, muchos de los cuales están dominados por acciones de bancos regionales y otros valores sensibles a la salud de los consumidores estadounidenses.

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Diez de los 11 sectores del S&P 500 han subido en junio. Brent Kochuba, fundador de la empresa de datos sobre derivados SpotGamma, se refirió a la oleada de operaciones con opciones tecnológicas afirmando: "La señal que uno esperaría ver antes de un estallido es una gran cantidad de compras de opciones de venta, es decir, operadores que apuestan a que estos valores tienen un enorme recorrido a la baja. Eso no está ocurriendo ahora".

Hay otros indicios de que los inversores tienen una visión más optimista de las acciones que hace tan sólo unos meses. Un indicador de Goldman muestra que, por primera vez en más de dos años, las posiciones en renta variable estadounidense se han ensanchado. Mientras que el entorno de baja volatilidad animó a los fondos quant a comprar acciones a principios de año, ahora se están sumando los inversores discrecionales, según Deutsche Bank.

"Si empezaste el año bajista, has estado realmente infraasignado", opinó Wu Silverman. "Los inversores observan un mercado que ha repuntado un 14% y, casi no por elección propia, sienten la necesidad de subirse al tren".

*Contenido con licencia de “The Wall Street Journal”