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Ni Google ni Microsoft: por qué Nvidia y AMD se hacen de oro con la IA e Intel se desangra
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"2023 será un año gigantesco"

Ni Google ni Microsoft: por qué Nvidia y AMD se hacen de oro con la IA e Intel se desangra

Google, Microsoft, OpenAI o Facebook son la cara visible del 'boom' de la IA generativa, pero para ellos, de momento, supone un negocio ruinoso. Los grandes ganadores son otros, y están en las tripas de esta tecnología

Foto: Jensen Huang, CEO de Nvidia. (Reuters/Ann Wang)
Jensen Huang, CEO de Nvidia. (Reuters/Ann Wang)
Las claves
placeholder Este es el nuevo superchip que promete dar un vuelco a la inteligencia artificial

Más pequeño que una tarjeta de crédito

Este es el nuevo superchip que promete dar un vuelco a la inteligencia artificial
Manuel Ángel Méndez. San Francisco
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Es probable que apenas haya oído el nombre de Jensen Huang ni visto su foto, pero, en cambio, esté cansado de encontrarse con el rostro cerámico de Sam Altman, el fundador de OpenAI, cuando se conecta online o enciende el televisor. Mientras Altman lleva semanas dando explicaciones por medio mundo (incluido el Congreso de EEUU) sobre los riesgos de la inteligencia artificial (IA), la fortuna de Huang aumenta a cada segundo. Mientras OpenAI es una máquina de quemar dinero, Nvidia, la compañía que lidera Huang, se ha convertido en la primera en su sector en superar el billón (sí, con b) de dólares de valoración. Mientras el creador de ChatGPT pone ojos de ternero degollado ante los reguladores de Europa y EEUU, Huang se pasea eufórico en chupa de cuero. Lo curioso es que ambos se dedican a lo mismo, a la IA, pero solo uno de los dos se lo está llevando crudo.

Nvidia tal vez sea el mejor ejemplo de cómo la inteligencia artificial está, en palabras del propio Huang, "creando una nueva era de la computación". Igual que internet o los smartphones supusieron una revolución, la IA está empezando a cambiarlo todo. "Cualquiera puede convertirse ahora en un programador. Solo tienes que teclear algo en el ordenador, y listo", aseguró hace unas semanas en una conferencia en Taiwán. A juzgar por la evolución meteórica de la empresa, no le falta razón.

Foto: Estand de Worldcoin en el Centro Comercial de Príncipe Pío. (G. C.)

El pasado 24 de mayo, Nvidia presentó los resultados del primer trimestre más potentes de su historia. Pese a caer en ingresos, Huang aseguró que esperaban 11.000 millones de dólares en ventas en el periodo actual, casi el doble de lo estimado por los analistas. Sus acciones se dispararon ese día casi un 30%. Nvidia no da abasto para producir todos los chips de IA que necesitan los servidores de sus clientes, tecnológicas como OpenAI o Microsoft y miles de startups. El hype es tan desmesurado que el valor de la compañía casi se ha triplicado en los últimos seis meses. "El año 2023 será gigantesco", aseguró Huang.

placeholder Lisa Su, CEO de AMD. (Reuters)
Lisa Su, CEO de AMD. (Reuters)

El efecto arrastre de Nvidia está siendo tan potente que todas las empresas relacionadas con esta tecnología, desde Palantir a Google, pasando por Microsoft, aumentaron un total de 300.000 millones de dólares en capitalización de mercado tras la presentación de sus resultados. A diferencia de las criptomonedas, la IA es tan real como el dinero contante y sonante que genera. Las cifras de Nvidia tienen aún más mérito si se tiene en cuenta que la compañía se encontraba en una situación delicada el año pasado tras el derrumbe de las cripto (sus chips eran los más usados para minar bitcoins) y el desplome en las ventas de ordenadores. ¿Cuál es el secreto de semejante despegue?

No es casualidad. Nvidia estaba ahí antes que nadie ofreciendo no solo procesadores, también el software necesario para programarlos (su plataforma Cuda) desde hace más de 10 años. El boom de la IA generativa le ha cogido con los deberes hechos. Además, sus chips GPU (unidades de procesamiento gráfico) no tienen rival. Literalmente. Nadie tiene un producto equiparable al chip A100 y al H100 (el más reciente), lo que le permite cobrar precios desorbitados, entre 10.000 y 40.000 dólares la unidad, hasta casi cinco veces más del coste de producción.

El resultado es que Nvidia domina entre el 80% y el 90% del mercado de procesadores de IA, es decir, goza de un monopolio absoluto en uno de los sectores que más están creciendo en todo el mundo. Ese monopolio puede verse afectado a finales de este año por su eterno rival, AMD, que acaba de presentar un nuevo procesador pensado justo para plantar cara a Nvidia.

placeholder El CEO de Intel, Pat Gelsinger. (Reuters)
El CEO de Intel, Pat Gelsinger. (Reuters)

"Hemos diseñado este producto solo pensando en la IA generativa", aseguró esta semana Lisa Su, CEO de AMD, en un evento en San Francisco al que ha asistido El Confidencial. El procesador, denominado MI300X, cuenta con 192 GB de memoria (frente a los 120 GB del H100 de Nvidia), capacidad para almacenar 5,2 terabytes de datos por segundo y transferir 896 GB de información por segundo. En total, acumula 153.000 millones de transistores en un pedazo de silicio más pequeño que una tarjeta de crédito. Lisa lo comparó sin rubor con el equivalente de su gran rival, el H100 de Nvidia. "Ofrece 2,4 veces más memoria y 1,6 veces más ancho de almacenaje. Eso nos permite una ventaja, que es ejecutar un gran modelo de lenguaje directamente en la memoria del chip".

Sobre el papel suena bien, pero AMD se enfrenta a varios obstáculos de calado. El primero es que su chip MI300X no estará disponible en los próximos seis meses. Durante este tiempo, Nvidia podría igualar o incluso superar algunas de las ventajas técnicas de las que presume su rival. Tampoco conocemos cuánto costará ni qué clientes tienen pensando comprarlo. Amazon lo está valorando para su unidad Amazon Web Services, pero no hay nada firmado. ¿Lo adoptará OpenAI? ¿Microsoft? ¿Facebook? Ni una palabra.

Las acciones de AMD se han doblado en valor en lo que va de año, aunque esta semana, tras la presentación de sus novedades, llegaron a caer un 4%. La preocupación de los directivos de la compañía era patente, pero ninguno se atrevía a aventurar una explicación para la caída. "Creo que la ausencia de grandes tecnológicas comprometiéndose a adquirir su nuevo chip ha sido decepcionante", aseguraba a Reuters el analista Kevin Krewell. Pese a las dudas, AMD puede presumir de mantener un amplio margen en inteligencia artificial respecto a su otro eterno enemigo, Intel.

placeholder Foto: Reuters.
Foto: Reuters.

Mientras Nvidia y AMD amasan millones gracias a esta tecnología, Intel se desangra. La compañía lleva cinco trimestres consecutivos cayendo en ventas y dos en pérdidas millonarias, casi 3.000 millones en el primer trimestre de este año. Muchos culpan a su actual CEO, Pat Gelsinger, y, sobre todo, al anterior, Bob Swan, de no haber sabido anticipar el boom de la IA generativa igual que Nvidia o AMD, especialmente cuando las ventas de ordenadores llevan años desplomándose y, con ellas, las de los procesadores que fabrica Intel.

Hace unas semanas, la compañía ofreció detalles sobre su giro de estrategia para competir con Nvidia y AMD en el terreno de la IA generativa. Las fechas, sin embargo, no auguran nada bueno. Intel trabaja en nuevos chips GPU, llamados Falcon Shores, que tendrán 288 GB de memoria (frente a los 192 GB de AMD o los 120 GB de Nvidia), pero no estarán disponibles hasta 2025. Estos procesadores deberían haber estado listos en la primera mitad de 2024, pero la compañía se ha visto obligada a retrasar su lanzamiento y a cancelar el desarrollo de otro modelo, los Rialto Bridge, que deberían haber entrado en pruebas a mediados de este año. No va a ocurrir.

A falta de chips de IA, Intel se está volcando en su estrategia de convertirse de nuevo en fabricante de procesadores para competir con TSMC, la firma taiwanesa de la que depende la fabricación de estos dispositivos en todo el mundo. La compañía anunció el año pasado una inversión de 20.000 millones de dólares para abrir la mayor fábrica de chips del mundo en Ohio (EEUU). Esta se unirá a otras plantas que ya tiene en Arizona (donde invertirá otros 20.000 millones en ampliarlas), Nuevo México y Oregón.

placeholder El presidente de EEUU, Joe Biden, junto al CEO de Intel, Pat Gelsinger, a finales de 2022, visitando el comienzo de las obras de la nueva fábrica de procesadores de la compañía en Ohio. (Reuters)
El presidente de EEUU, Joe Biden, junto al CEO de Intel, Pat Gelsinger, a finales de 2022, visitando el comienzo de las obras de la nueva fábrica de procesadores de la compañía en Ohio. (Reuters)

De momento, ya ha conseguido clientes de alto nivel como la taiwanesa Mediatek, pero está por ver si logrará mantener la intensa competencia con TSMC y con Samsung, el segundo mayor fabricante de procesadores. Este sector se caracteriza por un rápido nivel de desarrollo tecnológico, que obliga a miniaturizar cada dos años los procesadores y a conseguir cada vez mayores niveles de eficiencia energética y potencia. Eso supone enormes inversiones y es uno de los motivos por los que una sola compañía, TSMC, domina a nivel mundial.

A su favor juega que esto no es solo un negocio, es un asunto geopolítico y hasta de seguridad nacional. ¿Qué pasaría si China decidiera invadir Taiwán cuando medio mundo depende de los procesadores de TSMC? EEUU no quiere esperar a comprobarlo e Intel es su gran baza. La compañía tal vez esté perdiendo la batalla de la IA contra Nvidia y AMD, pero nadie descarta que acabe fabricando los chips de los que ahora son sus mayores rivales.

Es probable que apenas haya oído el nombre de Jensen Huang ni visto su foto, pero, en cambio, esté cansado de encontrarse con el rostro cerámico de Sam Altman, el fundador de OpenAI, cuando se conecta online o enciende el televisor. Mientras Altman lleva semanas dando explicaciones por medio mundo (incluido el Congreso de EEUU) sobre los riesgos de la inteligencia artificial (IA), la fortuna de Huang aumenta a cada segundo. Mientras OpenAI es una máquina de quemar dinero, Nvidia, la compañía que lidera Huang, se ha convertido en la primera en su sector en superar el billón (sí, con b) de dólares de valoración. Mientras el creador de ChatGPT pone ojos de ternero degollado ante los reguladores de Europa y EEUU, Huang se pasea eufórico en chupa de cuero. Lo curioso es que ambos se dedican a lo mismo, a la IA, pero solo uno de los dos se lo está llevando crudo.

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