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El mejor momento para comprar un PC: por qué la falta de chips es ahora una buena noticia
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El mejor momento para comprar un PC: por qué la falta de chips es ahora una buena noticia

Las Vegas asiste a una lluvia de nuevos procesadores de Intel, AMD o Nvidia. El problema es que tras dos años con pedidos a gogó por la escasez, las ventas de PC han caído y los inventarios están más llenos de lo debido

Foto: Foto: EFE/Etienne Laurent.
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Por mucho que el Consumer Electronic Show de Las Vegas, la feria tecnológica más grande e importante del mundo, se expanda para dar cabida a las modas del momento, independientemente de si son pasajeras o no, hay una industria que siempre ocupa un papel protagonista: el gremio de los microchips. Enero sí y enero también, los grandes fabricantes de estos componentes clave para ordenadores, tabletas o móviles traen hasta aquí un carro de novedades, desvelando muchas de las cosas que pondrán a lo largo de los siguientes meses en el mercado.

Este año no ha sido la excepción. Ha vuelto a producirse por enésima vez una lluvia de microchips en Las Vegas. Como muestra, un botón: Intel, el mayor fabricante de circuitos integrados, puso sobre la mesa el martes un total de 30 modelos diferentes, incluyendo el que definieron como el procesador "más potente del mundo para portátiles", una bestia que incluye, por primera vez en la historia, 24 núcleos. Habrá que esperar a las pruebas para comprobar el porcentaje de marketing que hay detrás de esa afirmación, pero la carta de presentación, por ahora, es prometedora. Este solo es un ejemplo, porque Nvidia y AMD también han desembarcado en la ciudad con sonados y señalados lanzamientos.

La cuestión es que en este inicio de 2023 los movimientos de estas multinacionales suscitan incluso un interés mayor al habitual, que ya suele ser muy alto en citas como esta. Después de casi tres años de vino y rosas, tiempo en que rompían continuamente sus techos de ingresos y beneficios gracias al covid y sus efectos sobre la demanda de equipos informáticos, tienen que enfrentar la vuelta a la realidad.

placeholder Foto: Reuters/Mike Blake.
Foto: Reuters/Mike Blake.

De la misma manera que ha ocurrido con empresas como Meta, la vieja normalidad, unida a las turbulencias económicas, parece haber sacado a los grandes fabricantes de chips de ese eterno agosto en que han vivido desde que el covid puso patas arriba la vida de todo el mundo. Una demanda sobrealimentada que ahora se enfrenta a un cambio brusco, en que el apetito del consumidor de a pie por la tecnología se ha reducido notablemente, producto del fin de las restricciones pero también de los tipos de interés más altos o la inflación.

La vuelta a la normalidad

El problema se resume en que en los últimos meses están vendiendo menos de lo que esperaban. Una vez más, un problema de expectativas por encima de la media. Por tanto, los almacenes de los distribuidores siguen llenos y tanto ellos como sus socios se ven con un stock de componentes a los que no pueden dar salida. Y esto puede acabar desencadenando una bajada de precios generalizada en los próximos meses, con el fin de corregir ese exceso de material, abriendo una buena oportunidad para comprar o renovar tu PC. De repente, la falta de microchips se ha convertido en una buena noticia. Al menos para los consumidores, que podrán conseguir muchos aparatos electrónicos a un precio menor del que tendrían que haber pagado a principios de 2022 por ellos.

Esta situación no es nueva. Salvando las distancias, se puede decir que ocurrió algo similar con Amazon. La empresa fundada por Jeff Bezos se topó el pasado año con un frenazo inesperado de las ventas. Ello motivó a la compañía a organizar un segundo Prime Day en 2022, esa orgía consumista diseñada para ofrecer descuentos exclusivos a sus suscriptores.

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El objetivo era múltiple: se daba un empujón para cumplir con las previsiones de ingresos y de paso se liberaba espacio en las estanterías de los centros logísticos, con productos que cuanto más tiempo pasa más cuesta vender. El nuevo Prime Day ya arrojó ciertas señales de que algo estaba cambiando en los consumidores tras el frenesí digital de la pandemia. Las ventas estrella no fueron ni móviles ni otros accesorios tecnológicos. Esos productos se desplomaron. Sin embargo, se dispararon las ventas de packs de café o pastillas de detergente.

Avisos desde hace tiempo

Lo que le pasa a la industria de los microchips no es algo que haya ocurrido por generación espontánea. Es una situación que se lleva larvando desde hace varios meses, aunque ahora parece que se está agravando, entre otras cosas, porque no parece un enredo fácil de solucionar inmediatamente. Son muchos los que han mostrado su preocupación al respecto. Según la consultora UBS, los inventarios de la industria de los microchips se encuentran ahora mismo en el nivel más alto en una década.

El mandamás de HP, Enrique Lorés, ya avisó en verano de que las ventas se estaban desacelerando. Un trimestre después, anunció un plan de ajuste que le llevaría a ejecutar hasta 6.000 despidos. Hace unas semanas reconoció, en una cita con los accionistas, que la solución para liberar ese exceso de oferta "pasaba por precios agresivos". "Lo estamos haciendo todos". Dell, otro de los grandes vendedores de portátiles, también ha mostrado su preocupación por este extremo.

Foto: Foto: EC Diseño.

En otros puntos de la cadena de producción, también hay inquietud. Micron, fabricante de memorias, reconoció que su inventario estaba "muy por encima de lo deseado". AMD dijo que estaban intentando reconducir la situación, pero esperaban que el mercado "siguiese siendo volátil" los próximos meses.

Incluso Apple, que cerró su año fiscal en septiembre con un trimestre récord de los MacBook, empezó a ofrecer unos atípicos descuentos a empresas del 10% en portátiles de 14 y 16 pulgadas con el fin de impulsar las ventas en la recta final de 2022, debido a las malas previsiones de ventas de ordenadores. Unos malos augurios que probablemente se agraven, por lo menos, en la primera mitad del año por las turbulencias económicas.

Las tarjetas gráficas, el caso más extremo

Probablemente el caso más extremo hasta ahora haya sido el de las tarjetas gráficas. Hasta hace pocos meses, conseguir una buena GPU era tarea imposible. ¿La razón? La minería de criptomonedas, algo que elevó, y mucho, la demanda. Esto incentivó, como ha ocurrido con la PS5, que aparecieran redes de bots que compraban automáticamente cualquier modelo que se ponía a la venta. Aunque muchas se utilizaban para las granjas de criptos, otras tantas aparecían vendiéndose por cifras muy superiores en diferentes páginas de internet. Incluso Nvidia se vio obligada a recuperar modelos descatalogados que no interesaban a los mineros porque no cumplían los requisitos. Sin embargo, todo cambió cuando China prohibió esta actividad. El mercado de segunda mano se inundó de gráficas que simplemente no tenían utilidad para estos fines. Otros cambios, como el del protocolo de ethereum, no hicieron más que acentuar este fenómeno.

La facturación de los fabricantes de GPU no tardó en despeñarse. Este año, entre junio y septiembre, las ventas cayeron un 25,1%. Solo Intel se salvó de la quema, con un aumento del 4,7%, una subida que se justifica, entre otras cosas, por la relación que tiene con los fabricantes y porque su producto, en realidad, no está orientado a un público especializado, sino al común de los mortales.

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Foto: Reuters.

Nvidia y AMD, los fabricantes de las tarjetas más potentes, sumaron retrocesos de doble dígito y arrastraron la estadística global. Pero esto no es solo justificable por el tema de la minería, sino que también influyen otros dos factores: primero, que mucha gente ya renovó el hardware durante la pandemia y los niveles no podían seguir manteniéndose a esa altura. Y otro, que el constante incremento de precios de estos componentes hace que solo los más entusiastas mantengan un ritmo de renovación anual.

Aunque hasta hace dos años Intel parecía una empresa que iba cediendo terreno y claudicando ante los avances de sus rivales, ahora la de Pat Gelsinger probablemente esté mucho mejor preparada para afrontar esta situación que AMD. ¿Por qué? Porque el fabricante estadounidense, además de tener una maquinaria comercial muy extendida, hace el ciclo completo: diseña los procesadores, pero también los da forma en sus plantas. Algo que les da más flexibilidad para afrontar vaivenes de la demanda, aunque no puedan protegerse totalmente. Sus rivales, en cambio, tienen que negociar con TSMC o Samsung, los fabricantes a los que pueden recurrir para producir sus chips, con mucha antelación y con un volumen estimado previamente. Si estas estimaciones fallan, el margen para ajustar los encargos es menor. Y eso es precisamente lo que ha ocurrido ahora.

Nvidia, el mejor ejemplo

Además, esas correcciones de precios pueden acelerarse cuando se pone una nueva generación de producto sobre la mesa. Una vez más, Nvidia es el mejor ejemplo. El pasado mes de agosto, ejecutó una rebaja salvaje de unos 1.000 dólares en el coste de sus gráficas pata negra, la RTX 3090 y la RTX 3080 (una gama algo más modesta, pero también prémium). El motivo es que semanas después presentaría la familia RTX 4090 y RTX 4080.

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Foto: Reuters.

Si no se las quitaba de encima, probablemente no podría darles buena salida, si no cortaba aún más el precio. La compañía estadounidense generó bastante incertidumbre, porque en lugar de presentar solo dos modelos (uno de la 4090 y otro de la 4080) optó por sacar un total de tres versiones, ofreciendo una configuración adicional (RTX 4080 de 12GB de RAM en lugar de 16) del modelo más asequible, para cancelarlo apenas dos semanas después de presentarlo.

El CEO de la compañía reconoció que aquello era confuso. La sensación que quedó es que Nvidia tenía miedo de que sacar dos modelos con el mismo nombre podría afectar a las ventas de la versión de mayor valor. Una teoría que ha ganado enteros en el CES, donde la compañía ha presentado la Nvidia 4070 Ti, que en realidad es esa tarjeta que canceló hace meses. Ahora llega con un nombre que indica que es de una categoría menor y un precio 100 dólares menor a lo planeado inicialmente.

Todo parece indicar que, en algunos juegos, será capaz de igualar el rendimiento de las RTX 3090, por lo que el movimiento de Nvidia de quitarse de encima los modelos del año pasado cobra aún más sentido. Este ha sido su principal anuncio o al menos el que más ha dado que hablar en el CES, pero no el único. Presentó otras dos nuevas gráficas para portátiles y un sistema de inteligencia artificial que será capaz incluso de definir los vídeos borrosos de YouTube. Eso sí, hará falta una RTX de la serie 30 o 40 para disfrutar de esta herramienta.

placeholder Un chip de AMD. (Reuters)
Un chip de AMD. (Reuters)

La que parece estar en mayores problemas es AMD, que durante años ha sido una especie de gota malaya para Intel. Su negocio de gráficas se está resintiendo más que el de Nvidia. Y en procesadores para ordenadores, la cosa no va mucho mejor. Sus nuevos Ryzen 7000, presentados a mediados del pasado año con la arquitectura Zen 4, no están consiguiendo grandes ventas y siguen por debajo de la anterior generación, chips basados en Zen 3. Producto de esto, la multinacional dirigida por Lisa Su ya recortó el precio de la última generación de los Ryzen en noviembre, con descuentos que rozaban los 200 dólares. Esto podría incluso acrecentarse en las próximas semanas si no consiguen dar salida a más unidades.

La compañía dirigida por Lisa Su ha sido la última en mostrar sus bazas en el CES. Y lo ha hecho con varias novedades. Por una parte ha lanzado tres procesadores nuevos destinados para los usuarios más intensos. Aunque ofrecen en varios aspectos ofrecen configuración muy similar a los que ya tiene en el mercado, estos chips se caracterizan por la tecnología 3D V Caché, que puede ofrecer una gran cantidad de memoria caché para aumentar el rendimiento de forma notable en juegos, renderizar videos y otras aplicaciones con una carga pesada.

Los nuevos modelos saldrán a la venta en febrero (no se han desvelado precios) y aspiran a recuperar el terreno perdido y el trono de la fuerza bruta que ahora mismo es cosa de Intel y su iCore 9-13900K. AMD asegura que su modelo más puntero podrá ofrecer hasta un rendimiento un 17% mejor que su rival en Adobe Premiere Pro y hasta un 52% en tareas como descomprimir archivos. Habrá que esperar para ver qué precio fija finalmente.

Además de esto, Ryzen ha presentado otras novedades, entre las que destacan los Ryzen 7040 y 7045 para ordenadores portátiles con mejoras como PCIe Gen 4, memoria más rápida o WiFi 6E. Esta generación de chips, permitirá, entre otras cosas, crear portátiles con hasta 29 horas de autonomía en el caso de los 7040. Los 7045 prometen aportar una gran potencia, ya que cuentan con 16 núcleos de alto rendimiento. Habrá que esperar hasta marzo para verlos en acción.

Intel y la amenaza de los precios

La situación choca de frente con la de Intel, cuya decimotercera generación de procesadores (unos chips también conocidos como Raptor Lake) está consiguiendo un buen rendimiento en ventas, a pesar de las curvas que se avecinan en la economía doméstica. Llevan meses disponibles para ordenadores de sobremesa, pero el CES de Las Vegas, como ya ocurrió el año pasado, ha servido para dar el salto a portátiles. En total, ha traído 32 productos para todo tipo de máquinas.

Intel incrementa los precios de la duodécima generación. Y no tardará en hacerlo de nuevo

El más destacado es el Intel Core i9-13980HX, el primero del mundo en incluir 24 núcleos. Se trata de una pieza pensada para portátiles que necesiten un rendimiento excepcional, como puede ser un ordenador gaming. Sus responsables aseguran que en ciertos escenarios puede ofrecer un rendimiento casi un 50% superior al que lograba el mejor procesador móvil que tenían hasta ahora. También ha presentado nuevos procesadores de las gamas H, P y U. Los primeros, los de gama H, están pensados para portátiles más potentes, mientras que los otros están pensados para mover portátiles más finos y ligeros, poniendo el acento en la eficiencia energética. ThunderBolt 4, Wifi 6e y soporte hasta memorias DRR5 son algunas de las cosas que tienen todo lo visto en el CES.

Pero este anuncio ha llegado junto a otro, mucho más discreto. Intel ha empezado a ejecutar su advertencia de subir los precios. Avisó el pasado curso de que lo haría con casi todos sus productos, encareciéndolos entre un 10 y un 20% para hacer frente a la inflación y la caída de las ventas. Los Raptor Lake han quedado fuera de la ecuación y de momento las víctimas han sido los Alder Lake, sus predecesores. Esto ha desatado los temores a que haga lo propio en algún momento de 2023 con sus chips de decimotercera generación tanto para sobremesa como para portátiles. Por lo que si quieres cambiar el PC y hacerte con uno que traiga uno de los motores más nuevos de Intel, lo mejor es hacerlo más pronto que tarde. La falta de chips ayer no era una buena noticia. Hoy puede serlo pero probablemente esta situación no tarde en enderezarse.

Por mucho que el Consumer Electronic Show de Las Vegas, la feria tecnológica más grande e importante del mundo, se expanda para dar cabida a las modas del momento, independientemente de si son pasajeras o no, hay una industria que siempre ocupa un papel protagonista: el gremio de los microchips. Enero sí y enero también, los grandes fabricantes de estos componentes clave para ordenadores, tabletas o móviles traen hasta aquí un carro de novedades, desvelando muchas de las cosas que pondrán a lo largo de los siguientes meses en el mercado.

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