Es noticia
El dilema del G-7: aislar a China en sectores estratégicos sin romper lazos comerciales
  1. Mercados
  2. The Wall Street Journal
nuevo orden mundial

El dilema del G-7: aislar a China en sectores estratégicos sin romper lazos comerciales

EEUU y sus aliados estudian cómo reducir la dependencia del gigante asiático, pero mantener el comercio y la inversión mundiales

Foto: Puerto de Shanghái. (EFE/Alex Plavevski)
Puerto de Shanghái. (EFE/Alex Plavevski)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

EEUU y sus aliados están estudiando cómo reducir sus relaciones económicas con China, tratando de limitar los vínculos en ciertos sectores que consideran estratégicos, al tiempo que preservan los flujos más amplios de comercio e inversión con la segunda economía más grande del mundo.

La invasión rusa de Ucrania ha cambiado la forma en que las potencias occidentales se plantean su estrategia hacia China, otro rival geopolítico y estrecho socio de Moscú. Rusia estranguló las exportaciones de gas natural a Europa durante la guerra, desestabilizando los mercados energéticos mundiales.

Al G-7 le preocupa cada vez más que China, proveedor dominante de muchos bienes y materiales, pueda cortar también exportaciones clave en caso de conflicto u otra pandemia, según altos funcionarios económicos occidentales. También les preocupa que la inversión y la experiencia occidentales puedan contribuir a desarrollar el ejército de Pekín si no se restringen.

"Así que la lección que hemos aprendido todos ha sido: hagamos ahora ese trabajo duro en la fase inicial", declara Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro.

Foto: Billetes en divisa china (yuanes) y rusa (rublos) / Reuters

Según los miembros del G-7, también están tratando de evitar medidas que conlleven el empobrecimiento de otros países y socaven el crecimiento económico mundial, al tiempo que tratan de unificarse en torno a medidas políticas específicas que reduzcan la dependencia de China. El G-7 está formado por Estados Unidos, Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón.

"La gran disyuntiva estratégica a la que nos enfrentamos es si, al intentar reforzar la resistencia de nuestra cadena de suministro, lo hacemos de forma que el mundo vuelva a abocarse al proteccionismo", declaró Jeremy Hunt, ministro de Hacienda de Reino Unido, en una entrevista la semana pasada en Washington. Añadió que los aliados occidentales deberían "trabajar juntos como democracias hermanas para mejorar esa resistencia".

Los miembros del G-7 anunciaron la semana pasada que habían acordado nuevas iniciativas para reforzar las cadenas de suministro al margen de las reuniones semestrales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. El paso se produjo tras el reciente compromiso de EEUU y sus aliados de desarrollar nuevas herramientas políticas para contrarrestar las medidas económicas hostiles.

Foto: Representación antropomórfica de la inteligencia artificial. (MidJourney/Novaceno)

La semana pasada, el FMI publicó un informe en el que se hacía eco de sus anteriores advertencias contra la división de la economía mundial en bloques geopolíticos rivales liderados por Estados Unidos y China. La organización financiera multilateral ha advertido de que tal división reduciría el comercio y el crecimiento mundiales.

"La pregunta es: ¿podemos ser más decididos a la hora de mejorar la seguridad de los suministros, pero sin diferenciarnos tanto del mundo como para meternos en una segunda Guerra Fría?", planteaba la directora gerente del FMI, la búlgara Kristalina Georgieva, en una rueda de prensa la semana pasada. "Soy de los que saben cuáles son las consecuencias de una guerra fría. Es una pérdida de talento y de contribución para todo el mundo. No quiero que eso se repita".

De los miembros del G-7, el Gobierno de Biden es el que más ha presionado para reorientar la economía mundial lejos de China.

Las nuevas leyes promulgadas el año pasado ofrecen importantes subvenciones para atraer a empresas clave de energías limpias y tecnología de semiconductores a EEUU. La Administración ha restringido la exportación de semiconductores avanzados y equipos relacionados a China y está preparando nuevos frenos a la inversión en el país.

Foto: Es casi imposible pensar en la economía en estos tiempos sin los microchips. (Reuters/Kevin Lamarque) Opinión

La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, ha pedido en repetidas ocasiones a Estados Unidos que se apoye más en sus aliados para el comercio. En una rueda de prensa celebrada la semana pasada, Yellen afirmó que las previsiones del FMI sobre las consecuencias negativas del friendshoring eran exageradas. El comercio de Estados Unidos con China alcanzó un nivel récord el año pasado.

"Los beneficios del comercio abierto, que incluyen una asignación más eficiente de los recursos mundiales, se mantienen con el friendshoring. Así que creo que el argumento de que el friendshoring va a causar una enorme fragmentación y la pérdida de los beneficios del comercio no es realmente válido", opinó Yellen.

Algunos aliados alineados a grandes rasgos con los objetivos de Estados Unidos han expresado su preocupación por el planteamiento de la administración de Biden de reducir los lazos con China.

Las subvenciones estadounidenses a la tecnología de energías limpias, destinadas principalmente a desarrollar la industria fuera de China, enfurecieron a las autoridades europeas, que argumentaron que los requisitos de abastecimiento de las nuevas subvenciones ponían a sus empresas en desventaja.

Foto: EC.

Las autoridades estadounidenses están intentando paliar estas quejas con una serie de acuerdos comerciales para cooperar en la adquisición de minerales esenciales a través de un club de compradores. Los estadounidenses también han puesto en marcha un foro sobre incentivos a las energías limpias con la Unión Europea para evitar una guerra de subvenciones.

Sobre el impulso estadounidense para lograr una mayor independencia de China se cierne la posibilidad de un conflicto militar en torno a Taiwán, una isla autónoma que Pekín considera parte de China y de la que pretende tomar el control, que además constituye otra posible fuente de tensiones entre los aliados de Estados Unidos. El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró la semana pasada que seguir el ejemplo de Estados Unidos en lo relativo a las tensiones entre Taiwán y China sería "lo peor" para Europa.

Desde entonces, las autoridades francesas han intentado calmar el revuelo causado por esas declaraciones, y el ministro francés de Finanzas, Bruno Le Maire, declaró la semana pasada que Francia compartía la preocupación de Estados Unidos por depender de China. "En cuanto a la reducción de riesgos, compartimos exactamente la misma opinión que Estados Unidos", declaró.

Foto: Foto de archivo: el presidente francés Macron en visita de estado en china. (Reuters/Ludovic Marin)
TE PUEDE INTERESAR
Macron levanta polémica en la UE y EEUU… Pero China se frota las manos
Javier Brandoli. Sudeste Asiático

Pero incluso la elaboración de la política estadounidense hacia China puede resultar difícil y llevar mucho tiempo, según personas familiarizadas con las deliberaciones de la administración de Biden. Las autoridades estadounidenses han estado sopesando, por ejemplo, cómo restringir la inversión estadounidense en China centrándose únicamente en los sectores que podrían ayudar a mejorar las capacidades militares de Pekín.

Según personas familiarizadas con las normas, estas prohibirán las inversiones de capital privado y de riesgo en computación cuántica y semiconductores avanzados, al tiempo que exigirán a las empresas que informen de sus inversiones en semiconductores menos avanzados. Se espera que las normas se pongan en marcha en un plazo de un año.

Los funcionarios de la Administración han tenido dificultades para abordar el tema de la inteligencia artificial, ya que intentan trazar líneas divisorias entre las formas de IA que podrían utilizarse con fines militares y otras formas de IA de uso generalizado en la tecnología civil, según las personas familiarizadas con las conversaciones.

Foto: Inversores en la Bolsa de Nueva York. (Getty/Spencer Plat)
TE PUEDE INTERESAR
La inteligencia artificial puede escribir una canción, pero no puede batir al mercado
The Wall Street Journal. Gregory Zuckerman

Las autoridades estadounidenses esperan que el resto del G-7 respalde la propuesta de restringir las inversiones en China. El presidente Biden y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se comprometieron a tomar medidas para evitar que el capital y el conocimiento alimenten los ejércitos de sus rivales estratégicos durante una reunión en Washington el mes pasado.

En cuanto al comercio, algunos funcionarios occidentales consideran que China ya estaría participando en actos hostiles. China impuso embargos comerciales informales a Australia cuando el país austral solicitó que se llevase a cabo una investigación sobre los orígenes del covid-19, así como a Lituania por permitir que Taiwán abriera una representación diplomática con el nombre de Taiwán, en vez de usar el nombre preferido por la China continental.

Foto: Una niña sostiene una bandera ucraniana para mostrar su apoyo a Ucrania y conmemorar el primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania en Taipéi. (Reuters/Ann Wang)

China también está considerando restringir las exportaciones de tecnología clave para la fabricación de energía solar.

El mes pasado, el órgano ejecutivo de la Unión Europea, los estados miembros y el Parlamento acordaron un proyecto de "instrumento contra la coerción económica" que establecería medidas de consulta y represalia contra un país que se considere que ejerce este tipo de coerción. Se espera que el tema figure en el orden del día de la cumbre de líderes del G-7 que se celebrará en Hiroshima (Japón) el mes próximo, y una pareja bipartidista de senadores estadounidenses ha elaborado un proyecto de ley sobre el tema.

"No debemos repetir los errores de cálculo o los errores que cometimos en el pasado en relación con Rusia con otros grandes países", declaró en una entrevista Niels Annen, secretario de Estado parlamentario alemán de Cooperación Económica y Desarrollo, refiriéndose a la dependencia europea de las exportaciones energéticas rusas antes de la invasión. No obstante, también aseguró que "no queremos imponer una política o estrategia de desacoplamiento".

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

EEUU y sus aliados están estudiando cómo reducir sus relaciones económicas con China, tratando de limitar los vínculos en ciertos sectores que consideran estratégicos, al tiempo que preservan los flujos más amplios de comercio e inversión con la segunda economía más grande del mundo.

Estados Unidos (EEUU) Noticias de China
El redactor recomienda