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El FMI revisa al alza el PIB hasta el 1,5%, pero el paro se estanca en el 12%
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PREVISIONES PARA ESPAÑA

El FMI revisa al alza el PIB hasta el 1,5%, pero el paro se estanca en el 12%

España crecerá más de lo previsto este año, pero la tasa de paro, tanto en 2023 como en 2024, seguirá en torno al 12% de la población activa. Esto es lo que prevé el FMI en sus proyecciones de primavera

Foto: La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. (EFE/EPA/Shawn Thew)
La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva. (EFE/EPA/Shawn Thew)

La economía española se acelera, mientras que, por el contrario, la inflación se atempera. Ahora bien, ni el PIB avanzará de forma robusta, apenas crecerá un 1,5% este año, ni la inflación volverá a los niveles que han sido los habituales en los últimos años. El IPC cerrará 2023 en media anual con un crecimiento del 4,3%, más del doble del objetivo de inflación que tiene el BCE para diseñar su política monetaria. En todo caso, prácticamente la mitad que el año pasado.

Esto, al menos, es lo que prevé el informe de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI), que para 2024 estima como probable que la economía crezca un 2%, mientras que la tasa de inflación continuará descendiendo hasta el 3,2%. Todo ello en un contexto de alto desempleo (12,6% este año y 12,4% el próximo) y con un ligero superávit exterior (0,9% y 0,8% del PIB). Es decir, la tasa de paro —actualmente en el 12,8%— parece haberse estancado en esos niveles respecto de la población activa pese al crecimiento del PIB, y que supone prácticamente el doble que en la eurozona.

El FMI no explica los supuestos en los que basa sus previsiones, pero las nuevas estimaciones suponen una revisión al alza respecto del último informe, en concreto de cuatro décimas para este año, si bien para el próximo, y como consecuencia, precisamente, de esta revisión, el recorte es de cuatro décimas.

El hecho diferencial de la economía española respecto del contexto europeo es que este año crecerá prácticamente el doble que la eurozona, que sigue arrastrando los pies por Alemania (-0,1%), que supone prácticamente la cuarta parte del PIB de la región. Esto permitirá a España alcanzar por fin el PIB real previo a la pandemia, y, lo que es todavía más relevante, volver a converger en términos de renta per cápita con Europa. Las diferencias, en todo caso, no son muy significativas, de apenas unas décimas.

Foto: Foto: Pixabay.

Las nuevas proyecciones están en línea —décima arriba o décima abajo— con las que prevé el Banco de España, que estima un avance del PIB del 1,6% este año y un 2,3% el próximo, pero son más negativas que las anunciadas por el Gobierno, que prevé para 2023 un crecimiento del 2,1%, un tercio más de lo que estima el FMI.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que las previsiones del Fondo se han cerrado antes de que se conocieran algunos de los datos de coyuntura más recientes; como la evolución del número de afiliados cotizantes a la Seguridad Social, que es el principal supuesto que determina el crecimiento economía. Ante el escaso o nulo avance de la proactividad, el PIB crece prácticamente lo mismo que lo hace el empleo. Algunas estimaciones preliminares de los institutos de coyuntura estiman como probable que el PIB avance en el primer trimestre de este año alrededor del 0,4-0,5%, lo que significa que, en tasa trimestral anualizada, el ritmo actual de crecimiento se situaría cerca del 2%. Otra cosa es que consiga mantener ese ritmo a lo largo del año.

Mejor de lo esperado

Las previsiones del FMI, como admiten los autores del World Economic Outlook, el informe mundial de perspectivas, se producen en un contexto de muchas incertidumbres derivadas de factores como la guerra de Ucrania, el futuro de las materias primas energéticas o el impacto que pueden tener tanto el aumento de los tipos de interés sobre los agentes económicos como la reciente crisis bancaria. Aun así, la economía española, muy volcada al exterior, se ha podido aprovechar de que los negros nubarrones que el propio FMI dibujó en el otoño pasado no se han materializado. La actividad económica en muchas economías, de hecho, resultó mejor de lo esperado en la segunda mitad de 2022, por lo general a causa de razones domésticas. En particular, por el buen comportamiento del mercado laboral, que en la mayoría de los países, también en España, ha sido inmune a las tensiones de precios y al endurecimiento de la política monetaria.

Foto: Sede del Banco de España en Madrid. (Europa Press/Carlos Luján)

El escenario sobre el que trabaja el FMI es básicamente un encefalograma plano de la economía mundial, con un crecimiento en torno al 3% tanto este año como el próximo, principalmente a causa de que China ya no aportará tanto al PIB del planeta (un 5,2% de crecimiento este año y un 4,5% el próximo) como lo ha hecho en las últimas décadas, algo que supone un recorte del comercio mundial, lo que es muy relevante para España. No hay que olvidar que más de la mitad de las exportaciones españolas se dirigen a la eurozona, que este año apenas crecerá un 0,7%, la mitad que España, arrastrada, como se ha dicho, por Alemania.

La economía española se acelera, mientras que, por el contrario, la inflación se atempera. Ahora bien, ni el PIB avanzará de forma robusta, apenas crecerá un 1,5% este año, ni la inflación volverá a los niveles que han sido los habituales en los últimos años. El IPC cerrará 2023 en media anual con un crecimiento del 4,3%, más del doble del objetivo de inflación que tiene el BCE para diseñar su política monetaria. En todo caso, prácticamente la mitad que el año pasado.

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