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La economía mejora y las elecciones coincidirán con una clara aceleración del PIB
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LAS REVISIONES AL ALZA SE SUCEDEN

La economía mejora y las elecciones coincidirán con una clara aceleración del PIB

El crecimiento económico se acelera. Como consecuencia de ello, el ciclo electoral coincidirá con un avance del PIB que se situará en torno al 2%. Los institutos de coyuntura revisan al alza sus previsiones

Foto: Sede del Banco de España en Madrid. (Europa Press/Carlos Luján)
Sede del Banco de España en Madrid. (Europa Press/Carlos Luján)
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De menos a más. Este será el perfil de crecimiento de la economía española durante los próximos trimestres. Al menos, eso es lo que estima la mayoría de los institutos de coyuntura, incluido el Banco de España, que han observado una aceleración de la actividad al calor del mejor comportamiento de lo inicialmente previsto en variables como el consumo privado, pese a la persistencia de una elevada inflación; la confianza de los agentes económicos, a la luz de lo que opinan los últimos indicadores; el empleo, aunque con menos horas trabajadas, o los beneficios empresariales. Las empresas anticipan ahora un menor descenso en la facturación para el trimestre actual respecto de hace tres meses.

El Banco de España, en concreto, estima que entre enero y marzo el PIB creció un 0,3%, tasa que al ser anualizada por los cuatro trimestres de un año revela que la economía estaría creciendo hoy en torno al 1,2%. En media anual, sin embargo, el banco central prevé un avance del 1,6%, lo que significa que a finales de 2023 la economía estaría ya creciendo alrededor del 2%. El Banco de España reconoce la existencia de elevadas incertidumbres, y, de hecho, no ha incorporado los últimos vaivenes financieros.

Foto: El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Juanjo Martín)

Ese 2% —ya en una economía normalizada tras la pandemia— es equivalente al que se registró en 2019 en tasa anual, cuando se conformó el actual Gobierno. Sería, por así decirlo, volver al punto de partida antes de las crisis derivadas del covid, primero, y, posteriormente, del encarecimiento de los productos energéticos y de la irrupción de numerosos cuellos de botella en la economía global.

El consenso de los 19 institutos de coyuntura que participan en el Panel de Funcas camina en la misma dirección, al igual que BBVA Research, que prevé, como el banco central, un avance del PIB del 1,6% este año (cuatro décimas más que en diciembre).

Elecciones generales

De confirmarse estas previsiones, el ciclo electoral se produciría en un contexto de clara aceleración de la actividad. El Panel de Funcas estima, en concreto, que la economía ya estaría creciendo en tasa trimestral un 0,5% entre julio y septiembre, es decir, alrededor del 2% en tasa anualizada. Las elecciones generales, previsiblemente, se celebrarán entre noviembre y diciembre. Inmediatamente antes, el 28 de mayo, se celebrarán las elecciones locales y autonómicas.

El nuevo Gobierno, que se conformaría en los primeros meses de 2024, por lo tanto, se encontrará con una economía cuya inercia le lleva a crecer el año próximo un 2,1%, con lo que España recuperará por fin los niveles de PIB existentes antes de la pandemia.

Cabe recordar que la economía española aún se encontraba, a finales de 2022, 0,9 puntos porcentuales por debajo del nivel de PIB registrado a finales de 2019. Por el contrario, en el conjunto del área del euro, el PIB se situó ya el año pasado algo más de dos puntos por encima de esa referencia. El nuevo Ejecutivo se encontrará, igualmente, con un nivel de desempleo, si se cumplen las proyecciones de los principales institutos de previsión, equivalente al 12,3% de la población activa, lo que significa el menor nivel desde el tercer trimestre de 2008. Ahora bien, no muy lejos del 13,8% alcanzado justo antes de la irrupción de la pandemia. Es decir, la economía española, con la tasa de desempleo más alta de Europa, apenas habrá rebajado en 1,5 puntos porcentuales el nivel de paro en los últimos cuatro años.

Si el crecimiento de la economía irá de menos a más, en el caso de la inflación, que deteriora el poder adquisitivo de las familias, irá de más a menos. El Banco de España estima que el IPC cerrará este año en tasa anual (diciembre sobre diciembre) en el 3,7%, frente al 6% que se registra actualmente (febrero). Los analistas de Funcas, en la misma línea, aunque ligeramente por encima, prevén un 4,2%, pero en todo caso con un claro perfil descendente.

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También la inflación subyacente, la que excluye los componentes más volátiles, como los alimentos no elaborados y la energía, se seguirá moderando, aunque de forma más suave. Todavía se situará en torno al 5,5%, si bien el banco central la rebaja hasta el 3,9%, lo que supondría, si acierta en sus previsiones, una caída en picado respecto de su nivel actual: un 7,6%, según Estadística.

Renta de las familias

Desde el lado del empleo, que es la fuente principal de la renta de las familias, también se observa una cierta aceleración, con una tasa de incremento desestacionalizada equivalente al 0,3%, por encima de los avances de los últimos meses. El banco central matiza que este repunte del empleo fue más significativo en la construcción y en las ramas de servicios durante el mes de febrero. Ahora bien, tanto el ritmo de ejecución de obras como la compraventa de viviendas mantienen una senda descendente desde el segundo trimestre de 2022, en coherencia con el endurecimiento de los tipos de interés.

El descenso de la inflación, en todo caso, será un respiro para los hogares, que han visto un fuerte recorte de su poder de compra en los dos últimos años, en particular en 2022. Ese deterioro también es probable que se produzca en 2023, pero será de menor intensidad. Hasta el pasado mes de febrero, el incremento salarial medio pactado en los convenios colectivos con vigencia en 2023 alcanzó el 2,9%, en línea con lo pactado para 2022, muy lejos de la inflación. Los convenios firmados en los dos primeros meses de 2023 recogen un incremento del 5,2%, si bien solo afectan a 245.000 trabajadores y son, por tanto, poco representativos, como aclara el Banco de España.

El descenso de la inflación será un respiro para los hogares, que han visto un fuerte recorte de su poder de compra en los dos últimos años

La pérdida de poder adquisitivo, en todo caso, es muy significativa. Entre otras razones, porque el efecto de la subida de los tipos de interés sobre la inflación todavía es muy limitado. De hecho, afecta más a la actividad.

Un reciente estudio del BCE recogido para CaixaBank Research por el economista José Ramón Díez estima que por cada 100 puntos básicos (un 1%) de subida de tipos de interés, el crecimiento del PIB en la eurozona —hacia donde se dirige más de la mitad de las exportaciones españolas— se reduciría 0,7 puntos porcentuales, mientras que la inflación solo se reduce en tres décimas. Si se tiene en cuenta que al final de las subidas el incremento total se situará entre cuatro y cinco puntos, eso quiere decir que el efecto sobre la renta disponible de las familias será considerable.

De menos a más. Este será el perfil de crecimiento de la economía española durante los próximos trimestres. Al menos, eso es lo que estima la mayoría de los institutos de coyuntura, incluido el Banco de España, que han observado una aceleración de la actividad al calor del mejor comportamiento de lo inicialmente previsto en variables como el consumo privado, pese a la persistencia de una elevada inflación; la confianza de los agentes económicos, a la luz de lo que opinan los últimos indicadores; el empleo, aunque con menos horas trabajadas, o los beneficios empresariales. Las empresas anticipan ahora un menor descenso en la facturación para el trimestre actual respecto de hace tres meses.

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