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El gran dilema de los bancos centrales: así condiciona SVB la política monetaria global
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Las subidas de tipos, cuestionadas

El gran dilema de los bancos centrales: así condiciona SVB la política monetaria global

Los responsables políticos que habían estado subiendo los tipos ahora deberán tener en cuenta el riesgo de inestabilidad financiera

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Los sucesos del lunes han puesto a los responsables políticos internacionales en modo reactivo mientras los inversores se preocupaban por el posible contagio de las quiebras bancarias en Estados Unidos y apostaban a que los bancos centrales pudieran ralentizar o revertir sus agresivas subidas de los tipos de interés para evitar una mayor inestabilidad.

La quiebra de dos grandes bancos en Estados Unidos en el plazo de tres días y el torbellino de pánico que estos acontecimientos han desatado en los mercados mundiales ponen de relieve el delicado camino que los bancos centrales están tratando de recorrer al subir los tipos al ritmo más rápido en décadas para acabar con la alta inflación.

Las rápidas subidas de tipos de los bancos centrales a lo largo del año pasado no solo han pesado sobre el endeudamiento y el crecimiento económico con la intención de enfriar la inflación, sino que también han deprimido el valor de las carteras de bonos que los bancos comerciales habían estado manteniendo, una combinación tóxica para algunos prestamistas.

Foto: SVB. (Reuters/Jeffrey Dastin) Opinión
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El Banco Central Europeo, en particular, ha tenido que calibrar con precisión su política monetaria. Ha tenido que subir los tipos lo suficiente para enfriar la inflación, pero no tanto como para hundir una economía europea debilitada por la guerra de Rusia en Ucrania o abrumar a los endeudados gobiernos de Italia, Grecia o Francia. Ahora, la crisis bancaria estadounidense ha puesto de relieve un cuarto peligro para el BCE: el riesgo de que sus subidas de tipos socaven la estabilidad financiera.

En Alemania, el Bundesbank convocó el lunes a su equipo de crisis para evaluar las posibles consecuencias para los bancos y los mercados, según una portavoz, mientras las acciones del banco local Commerzbank se desplomaban un 13%. En el Reino Unido, los reguladores dijeron el lunes que habían vendido la filial local de Silicon Valley Bank a HSBC.

Los valores europeos de gran capitalización cayeron cerca de un 3% el lunes, y el diferencial entre los rendimientos de la deuda pública alemana e italiana se amplió, señal de una mayor aversión al riesgo entre los inversores. El euro subió a 1,074 dólares, unos dos céntimos más que una semana antes, ya que los inversores apuestan a que la Reserva Federal empiece pronto a reducir los tipos de interés.

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En el epicentro de las reverberaciones del mercado está la duda de si las autoridades estadounidenses han hecho lo suficiente para atajar el problema, o es solo el comienzo de una inestabilidad financiera más amplia que se extenderá por todas las economías de mercado interconectadas por las finanzas del mundo.

A algunos inversores y banqueros centrales les preocupa que los vínculos entre las instituciones financieras, una recesión económica o incluso el pánico del mercado puedan llevar a más bancos u otras instituciones a situaciones de crisis y crear un círculo vicioso más amplio en la economía. "Cuando se suben tanto los tipos, el riesgo de que algo se rompa es evidente", afirma Stefan Gerlach, exsubgobernador del Banco Central de Irlanda.

Se espera que las quiebras bancarias en EEUU influyan en los debates clave sobre política de los bancos centrales en las próximas semanas, incluida la reunión del Banco Central Europeo del jueves, según personas familiarizadas con el asunto. La presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha indicado la intención del banco de elevar su tipo de interés clave medio punto porcentual, hasta el 3%, el nivel más alto desde 2008.

Foto: Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)

Es poco probable que esos planes cambien, pero las consecuencias de la crisis estadounidense podrían ser un argumento en contra de nuevas subidas de tipos. Hasta ahora, el BCE ha subido los tipos un máximo de 0,75 puntos porcentuales en sus reuniones mensuales. Según los datos de Refinitiv, los inversores esperan que el BCE suba su tipo de interés oficial hasta alcanzar un 3,2% a finales de este año, lo que supone un fuerte descenso respecto a las expectativas de tipos máximos de alrededor del 4% de principios de mes.

Los analistas opinan que, por ahora, parece poco probable que se produzca una crisis financiera mundial más amplia, similar a la que estalló en 2008. El núcleo de tanto el sistema bancario estadounidense como el mundial están mucho mejor capitalizados, cuentan con mayores reservas de liquidez y se someten periódicamente a pruebas de resistencia por parte de los supervisores, señala Capital Economics.

Silicon Valley Bank se enfrentaba a problemas específicos relacionados con riesgos no cubiertos y una base de clientes poco diversificada. Sus filiales en el extranjero son pequeñas, y no estaba sujeto a las pruebas de resistencia de la Reserva Federal, que habría tomado medidas drásticas contra su comportamiento, escribieron los analistas en una nota.

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"No vemos un riesgo específico de contagio", afirmó Paolo Gentiloni, máximo responsable de política económica de la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la Unión Europea. El lunes declaró a la prensa en Bruselas que era previsible una caída de las acciones bancarias a raíz de los acontecimientos, pero que todos los bancos europeos, no solo los más grandes, cumplían las estrictas normas reguladoras. Aun así, es probable que los inversores y los bancos centrales mantengan la cautela.

Los inversores apuestan actualmente a que la Reserva Federal reducirá los tipos a finales de este año. Es un cambio brusco respecto a hace solo una semana, cuando el presidente de la Fed, Jerome Powell, afirmaba a los legisladores estadounidenses que la Fed probablemente tendría que subir los tipos más de lo previsto

Para los bancos centrales, "se trata de un compromiso. Hay que pensar en cuánta inflación se está dispuesto a arriesgar a cambio de un poco más de estabilidad financiera", expone Gerlach, exsubgobernador del Banco Central de Irlanda.

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Kallum Pickering, economista sénior de Berenberg Bank, advierte que hasta que los bancos centrales no hagan una pausa en su ciclo de subidas de tipos, se hayan procesado los efectos desfasados de las subidas anteriores y los bancos confíen en que se han ajustado plenamente a unos tipos más altos, los inversores pueden no estar dispuestos a asumir grandes riesgos.

Sin duda, es probable que el cambio en los mercados enfríe la asunción de riesgos y el crecimiento, lo que significa que los bancos centrales podrían tener menos trabajo por delante. Aun así, la situación plantea el riesgo de que los bancos centrales no hagan lo suficiente para enfriar la inflación, que sigue siendo elevada.

Los bancos centrales están en una situación en la que "o se pasan o no llegan", según explica Nicolas Véron, investigador principal think tank Bruegel, con sede en Bruselas, y del Instituto Peterson de Economía Internacional, ubicado en Washington, D. C. "Tanto la Reserva Federal como el BCE tienen que preocuparse por la estabilidad financiera. Eso afectará a su forma de pensar, aunque digan que no", afirma Véron.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal

Los sucesos del lunes han puesto a los responsables políticos internacionales en modo reactivo mientras los inversores se preocupaban por el posible contagio de las quiebras bancarias en Estados Unidos y apostaban a que los bancos centrales pudieran ralentizar o revertir sus agresivas subidas de los tipos de interés para evitar una mayor inestabilidad.

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