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Entre Lehman y SVB: ¿hay razones para temer una nueva crisis financiera?
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Tormenta en la banca internacional

Entre Lehman y SVB: ¿hay razones para temer una nueva crisis financiera?

Hay suficientes razones para esperar que la crisis de SVB no se extienda al conjunto de la banca. Pero las autoridades deben hilar fino para evitar una peligrosa oleada de desconfianza

Foto: Foto: EC Diseño.
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La sombra de Lehman Brothers ha vuelto a sobrevolar los mercados financieros internacionales. La caída de SVB ha desatado este lunes —en un movimiento, que es continuación, aunque con mayor intensidad, del experimentado el viernes— una oleada de desconfianza hacia la banca que ha dejado un reguero de pérdidas sobre los parqués.

Unas pérdidas que han sido especialmente intensas en el caso de la banca regional estadounidense, pero de las que no se han librado tampoco las entidades europeas, que han sufrido sus mayores recortes en más de un año, pese a sus intentos de distanciarse de una crisis que, aseguran, en nada les afecta.

Junto a las particularidades que habrían propiciado el colapso de SVB, difícilmente replicables en cualquier banco europeo de cierta magnitud, se han aducido cuestiones como la mayor fortaleza de capital que muestran hoy los bancos de la región o el mucho más intenso escrutinio regulatorio al que han estado sometidos para descartar que el de la entidad de Silicon Valley pueda ser el detonante de una crisis que acabe contagiando al sistema financiero del Viejo Continente.

Foto: Silicon Valley Bank es una entidad clave en el entorno de las 'startups' estadounidenses. (Reuters/Dado Ruvic)

El problema es que estos o argumentos muy similares fueron esgrimidos también en las primeras etapas de la crisis financiera de 2008 y acabaron sucumbiendo a una realidad que a la postre se demostró mucho más gravosa para la banca europea (y para su economía) que para la estadounidense.

Lehman fue también una verdadera sorpresa, no se calculó la cantidad de operaciones que tenía fuera, y que hizo que la banca europea sufriera con fuerza, no solo por el temor de los depositantes al ver caer un banco, también por las pérdidas en sus carteras y en las de los clientes”, recuerda Patricia García, socia de Macroyield.

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Así, pese a los intentos por distanciarse de la crisis de SVB, los bancos europeos han sufrido este lunes un nuevo descalabro, cercano al 6%, que, en combinación con las pérdidas registradas el pasado viernes, se ha llevado por delante más del 60% de las ganancias que habían acumulado desde el inicio de 2023.

Este tropiezo se puede explicar a partir de diversos razonamientos, todos ellos compatibles entre sí. Por un lado, resulta bastante obvio que la simple caída de SVB y la intervención de la Fed para contener los riesgos han podido despertar en los inversores ciertas reminiscencias de la pasada crisis, derivando en un movimiento defensivo claro, que conlleva la venta de acciones bancarias y la compra de activos considerados refugio, como la deuda pública alemana.

En dos días, la banca europea ha liquidado más del 60% de sus ganancias en 2023

Este movimiento, lógicamente, ha tenido por principales víctimas a las entidades que los inversores vinculan tradicionalmente a una posición de mayor vulnerabilidad, tengan más o menos similitudes con SVB. Así, firmas como Commerzbank, Credit Suisse, UniCredit o la española Banco Sabadell han pasado a encabezar las listas de recortes, con caídas cercanas o por encima del 10%, mientras firmas de análisis como Kepler Chevreaux se expresaban a favor de una aproximación más selectiva al sector, con el fin de evitar las acciones más expuestas a problemas potenciales.

En cierto modo, y con independencia de las particularidades que pueden haber conducido a la caída de la entidad de Silicon Valley, en el mercado este episodio se ha entendido como una muestra de los problemas a los que pueden abocar las subidas de tipos de interés implementadas por los bancos centrales. Si hasta hace pocas semanas, muchos inversores parecían aferrarse a la idea que la política monetaria lograría contener las presiones inflacionarias sin ocasionar un daño considerable a la economía, SVB se situaría ahora como la principal evidencia de que ese es un escenario casi quimérico. “Este episodio relativamente menor es el primer incidente relacionado con el aumento de las tasas de interés, y ciertamente no será el último”, apuntaban en Kepler.

Precisamente, esa consideración de las subidas de tipos como detonante de problemas para la banca ha conllevado en las últimas horas un brusco reajuste de las expectativas sobre los movimientos futuros tanto de la Fed como del BCE que, muy probablemente, también han tenido un peso muy relevante en las cotizaciones de los bancos. Un entorno de subidas de tipos suele ser bueno para los márgenes del sector, por lo que una nueva calibración de escenarios donde las alzas serán menores afecta negativamente a sus expectativas de rentabilidad.

Foto: El SVB ha caído. (Reuters/Michaela Vatcheva) Opinión
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Este mismo lunes, Goldman Sachs daba por seguro que la Fed no endurecerá la política monetaria en la reunión que tiene previsto celebrar los próximos 21 y 22 de marzo, y en el caso del BCE, que se reúne este jueves, son varios los expertos que plantean ahora una subida de tipos menos intensa (25 puntos básicos en lugar de 50) que la que se descontaba hace solo unos días.

“Creo que la caída de los bancos europeos este lunes hay que entenderla, principalmente, como resultado del ajuste que se ha producido en las expectativas de los tipos de interés. El mercado de repente ha recortado hasta tres o cuatro de las subidas que se esperan. Y eso, evidentemente, tiene repercusión en las expectativas sobre los bancos”, sugiere José Manuel Amor, socio director de Afi.

Foto: Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)

Hace solo unos días, cuando el mercado daba por seguros unos tipos de interés en la eurozona por encima del 4%, el índice sectorial bancario del Stoxx 600 alcanzó sus cotas más elevadas desde 2018. Ahora, con una caída de unos 80 puntos básicos en el nivel final al que el mercado prevé que llegará el precio del dinero en la región, un reajuste de las valoraciones de los bancos resulta casi inevitable. Sobre todo, porque viene acompañado de incertidumbres sobre la solidez de la economía.

“La caída de los bancos pensamos que se debe más a las fuertes alzas que acumula en el año, que en nuestra opinión pecaban ya en parte de complacencia, o que descontaban un escenario de tipos más altos, sin dolor económico que impactara en sus balances. Es posible que la caída de SVB haya rebajado algo tanto las expectativas de tipos como las expectativas económicas, al quedar evidencia de que las subidas de tipos no son inocuas para la economía y mucho menos para los inversores, sobre todo cuando las subidas no se deben a unas mejores expectativas económicas”, explica Patricia García.

Los datos de IPC de EEUU este martes pueden ser claves para el devenir de la crisis

Todas estas cuestiones dejan a los bancos centrales en una posición especialmente compleja para evitar que lo que hoy se asume como una serie de problemas muy localizados acabe transformándose en una crisis de mayor magnitud. En este sentido, Amor defiende que la actuación de la Fed y el resto de autoridades financieras estadounidenses ha sido rápida y correcta, con vistas a ofrecer seguridad a los depositantes y evitar así una crisis de confianza que, extendiéndose de entidad en entidad, se convierta en una crisis bancaria generalizada. “A medida que se vaya demostrando que esta solución funciona y que quien quiera recuperar sus depósitos puede hacerlo sin problemas, el temor debería contenerse”, indica el experto de Afi.

Aun así, a los bancos centrales les queda por resolver otra papeleta nada sencilla, como es la conjunción de la defensa del sistema financiero con la lucha contra la inflación. Sobre todo en el corto plazo, ya que la situación parece requerir cierto tiento en los próximos movimientos de los bancos centrales, pero este puede resultar contraproducente si las cifras de inflación siguen dando razones para la preocupación. En este sentido, las cifras de inflación de EEUU que se conocerán este martes pueden ser fundamentales para aliviar las preocupaciones (si sale un dato más débil de lo estimado) o, por el contrario, azuzar el nerviosismo, si un dato más alto de lo previsto complica a Jerome Powell y su compañero esa doble gestión de los riesgos.

Foto: Fotografía: EC Diseño

Como apuntan en Capital Economics, la caída de SVB parece lejos de representar un momento Lehman y hay argumentos de peso para considerar que el riesgo de contagio al sistema bancario europeo es sumamente limitado. Sin embargo, en última instancia, es la gestión de las crisis la que dicta su verdadero riesgo, sobre todo cuando atañe a un sector tan dependiente de la confianza como es el bancario.

“El principal canal de contagio [tanto en Estados Unidos como a los bancos de otras economías] proviene de una pérdida de confianza en el sistema en su conjunto. Esto es mucho más difícil de precisar. Sin embargo, el punto clave a destacar es que los bancos centrales tienen varias herramientas para gestionar los riesgos de contagio provocados por problemas en el lado del pasivo de los balances de los bancos [es decir, corridas bancarias o congelamiento dentro de los mercados de financiación]. Esto incluye la expansión del seguro de depósitos y la extensión de las ventanas de préstamos, y es una gran diferencia con respecto a una crisis impulsada por un aumento en el riesgo crediticio, como el colapso de Lehman Brothers”, explican.

La sombra de Lehman Brothers ha vuelto a sobrevolar los mercados financieros internacionales. La caída de SVB ha desatado este lunes —en un movimiento, que es continuación, aunque con mayor intensidad, del experimentado el viernes— una oleada de desconfianza hacia la banca que ha dejado un reguero de pérdidas sobre los parqués.

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