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Sánchez coge aire con el rechazo a su censura en un Congreso partido en dos bloques electorales
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FRACASA LA MOCIÓN DE VOX

Sánchez coge aire con el rechazo a su censura en un Congreso partido en dos bloques electorales

Los populares trataron de huir del escenario de polarización, buscando situarse en la equidistancia pese a su abstención. La portavoz parlamentaria justificó su voto por "respeto" al catedrático

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la segunda y última jornada del debate de la moción de censura en el Congreso. (EFE/J. J. Guillén)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a su llegada a la segunda y última jornada del debate de la moción de censura en el Congreso. (EFE/J. J. Guillén)

La segunda y última jornada de la moción de censura de Vox ha visualizado la consolidación de dos bloques políticos que determinarán la contienda electoral en este 2023. Los esfuerzos discursivos del PP por huir de esta política de bloques quedaron cuestionados con su abstención a la iniciativa de la formación de Santiago Abascal, al igual que las otras dos marcas regionalistas conservadoras: UPN y Foro Asturias. Frente a este bloque de la derecha, un Gobierno más cohesionado por el pegamento que supone el enemigo común unió sus votos de rechazo a los del resto de la Cámara. El resultado de la moción de censura, en la que no participaron todos los diputados, se saldó así con 53 votos favor (los correspondientes al grupo parlamentario de Vox y al exdiputado de Ciudadanos ahora en el Grupo Mixto, Pablo Cambronero), 91 abstenciones y 201 en contra.

"Aquí está la izquierda orgullosa de serlo", resumía un mitinero Patxi López, portavoz del grupo socialista. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, agradeció el voto de rechazo a quienes "comparten los avances sociales" del Ejecutivo y, "lógicamente, también la negativa tajante a que España vuelva 50 años atrás". En esta línea, volvía a poner en valor la garantía de "paz social", logrando "acuerdos con la mayoría de esta Cámara, que es plural y diversa". "Esto no es una sesión parlamentaria, es un mitin preparatorio de las elecciones del 28-M", lamentaba el candidato Ramón Tamames previamente en su réplica a los grupos parlamentarios, concluyendo desde su independencia de los partidos, pese a ser propuesto por Vox, que en la moción de censura se dibujaban "las dos Españas; la separación y la división".

Foto: Pedro Sánchez, Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. (Europa Press/Eduardo Parra)

Si desde la izquierda se acusó a Tamames de representar con sus propuestas una vuelta al pasado, a la España en blanco y negro, el catedrático de economía que participó en la Transición desde las filas del PCE reivindicó el desaparecido consenso. Visiblemente irritado por el tono de las intervenciones precedentes, reprochó la conversión, a su juicio, de la casa de la "palabra" en una sucesión de "gritos". Una denuncia de la antipolítica desde los escaños que otros intervinientes vincularon precisamente a la antipolítica, por si faltaban más paradojas en esta disruptiva moción de censura.

"Un cabeza de moción de censura no tiene por qué entrar en las luchas intestinas de un Parlamento", avanzaba ya al inicio de su intervención, desde una posición de outsider y un relato de la polarización actual: "Si he tenido que salir un poco de la norma que me había planteado es porque me he encontrado una situación en la que el deseo erradicar o suprimir al candidato era más absoluta que la escucha dialéctica y el estuche de cortesía que debemos tener en todo lo que es una convivencia plural". "No me esperaba un mitin como esto en la sede de la patria nacional", concluyó el viejo profesor para luego provocar los aplausos de los diputados impulsores de su candidatura al denunciar un clima con ribetes guerracivilistas.

La legislatura arrancó con una frágil unión temporal de intereses entre diferentes grupos parlamentarios en torno a la investidura de Pedro Sánchez que, ley tras ley y presupuesto tras presupuesto, como reivindicó el presidente del Gobierno, ha ido cohesionándose hasta llegar al último año de mandato en forma de entente. También las dos formaciones del bloque de la derecha se han ido acercando como se encargó de subrayar desde las filas socialistas Patxi López. "Feijóo, que lleva a su grupo a la abstención, demuestra así que su eterno viaje al centro, en el que llevan décadas, pasa primero por ir al extremo, con los más reaccionarios del país. Lo único que ha hecho Feijóo es llevar al PP cada vez más a la extrema derecha", abundó.

Foto: La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra. (EFE/J. J. Guillén)

El jefe del Ejecutivo, durante su intervención final, censuró el "silencio" del PP, que explicó porque "sabe que necesita a Vox para poder gobernar en las comunidades autónomas y ayuntamientos a partir del 28-M". De ahí que describiese el paso "de un decente no a una indecente abstención", negando la equidistancia buscada por los populares: "No puede haber equidistancia entre la legitimidad democrática de origen y el vacío y la furia que hemos escuchado estos días".

Ya en su respuesta a Santiago Abascal durante la primera jornada, Sánchez trató de fijar este mensaje por el paso de los populares del rechazo a la primera moción de censura de Vox a la abstención en esta segunda. "Aquel PP tuvo un momento de lucidez para decirle que 'adónde iba", espetó Sánchez al líder de Vox, para concluir que, "para su tranquilidad, con este PP de Feijóo, la cosa pinta mejor. Pasito a pasito, del no a la abstención, ya los tiene a un paso del sí". De ahí pasó a cargar contra el PP por su abstención, "un pago en diferido", pasando del no a una "indecente abstención" para alertar que "deja mancha y, más pronto que tarde, la ultraderecha vendrá a exigirles un segundo pago en diferido para saldar las deudas". Cuando llegue ese día, dijo, "acuérdense de este debate".

Si los compromisos políticos son la principal razón por la que Sánchez ha logrado reforzar el apoyo de los aliados parlamentarios durante esta legislatura, el principal pegamento para mantenerlos y reeditar el Gobierno de coalición sigue siendo lo que los socios denominan "falta de alternativa". No en vano, el Ejecutivo también aprovechó para contraponer el tándem Pedro Sánchez-Yolanda Díaz, haciendo de la necesidad virtud y optando por la competición virtuosa en épocas de bibloquismo, frente a la "coalición PP-Vox".

Foto: Yolanda Díaz, arropada por Alberto Garzón, Joan Subirats y Jaume Asens. (EFE/Chema Moya)

Sánchez y Díaz esquematizaron un proyecto de progreso frente a uno de recortes o de neoliberalismo "austericida", tanto del estado de bienestar como de los derechos y libertades, según el Ejecutivo. O el de la crisis económica y la autocracia, según el partido impulsor. Vox y PP como tándem para llegar al poder. Santiago Abascal y Alberto Núñez Feijóo como un binomio en el que el primero solo aportaría al segundo un "plus de brutalidad", pues, "por mucho que intenten separarse, se parecen como dos gotas de agua", se refirió Sánchez.

Los populares trataron de huir de este escenario, buscando situarse en la equidistancia pese a su abstención. Cuca Gamarra evitó hiperbolizar en la tribuna sus diferencias con Vox, pero se desmarcó por completo de la oferta que este martes, durante la primera jornada de la moción de censura, lanzó Santiago Abascal: "Votemos juntos hoy y entendámonos mañana". La portavoz parlamentaria de los populares ha justificado su abstención por "respeto" al catedrático, pero ha censurado la moción de Vox sin mencionar siquiera al partido de Abascal. "Es un debate extemporáneo, con un candidato inadecuado y con un planteamiento vago".

La segunda y última jornada de la moción de censura de Vox ha visualizado la consolidación de dos bloques políticos que determinarán la contienda electoral en este 2023. Los esfuerzos discursivos del PP por huir de esta política de bloques quedaron cuestionados con su abstención a la iniciativa de la formación de Santiago Abascal, al igual que las otras dos marcas regionalistas conservadoras: UPN y Foro Asturias. Frente a este bloque de la derecha, un Gobierno más cohesionado por el pegamento que supone el enemigo común unió sus votos de rechazo a los del resto de la Cámara. El resultado de la moción de censura, en la que no participaron todos los diputados, se saldó así con 53 votos favor (los correspondientes al grupo parlamentario de Vox y al exdiputado de Ciudadanos ahora en el Grupo Mixto, Pablo Cambronero), 91 abstenciones y 201 en contra.

Pedro Sánchez PSOE