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Rebajas en el vehículo eléctrico: la guerra de precios de Tesla pone en tensión al sector de autos
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Rebajas en el vehículo eléctrico: la guerra de precios de Tesla pone en tensión al sector de autos

Los movimientos del grupo de Elon Musk ponen en guardia a los grandes fabricantes, ante el riesgo de verse envueltos en una batalla que eche por tierra sus propias estrategias

Foto: Vehículos de Tesla a la venta en un centro de California. (Reuters/Mike Blake)
Vehículos de Tesla a la venta en un centro de California. (Reuters/Mike Blake)
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Cuando Renault dio a conocer sus cuentas del primer trimestre, este jueves, los analistas ofrecieron una lectura positiva casi unánime a lo que se entendió como “una presentación sólida, en general”, en palabras de los expertos de Oddo.

El grupo galo dirigido por Luca de Meo había registrado un crecimiento de los ingresos del 30%, con un aumento de los volúmenes vendidos por encima del 14%, superando en ambos casos las previsiones del consenso. La respuesta del mercado, en cambio, fue rotundamente negativa: sus acciones se hundieron cerca de un 8% en su peor jornada desde el estallido de la guerra de Ucrania.

No son escasas las ocasiones en las que unos resultados aparentemente negativos son recibidos con preocupación por los inversores, cuando estos acaban encontrando por debajo de los números más vistosos indicios de debilidad. Pero, en este caso, la desconfianza del mercado parecía tener su origen lejos de las cuentas de la propia Renault.

Foto: Foto: EFE/Yuri Kochetkov.

Unas horas antes, el gigante de la conducción eléctrica Tesla había hecho públicas unas cuentas que reflejaban un amplio deterioro de sus márgenes (su margen operativo se situó en el 11,4%, frente al 19,2% de un año antes), después de ejecutar una larga serie de recortes de precios en sus distintos modelos desde inicio de año. Pese a esto, el grupo de Elon Musk no ha dudado en ahondar en los últimos días en esa política, expresándose satisfecho con un incremento de los volúmenes a costa de la rentabilidad.

Lo que ha sido entendido como una indisimulada guerra de precios por parte del grupo estadounidense no ha tardado en generar incertidumbre entre sus rivales. No en vano, con estos movimientos, Tesla estaría poniendo en jaque la que ha sido en los últimos años la receta del éxito de los grandes fabricantes de automóviles: una limitación de la oferta (en gran medida forzada por las restricciones en las cadenas de suministro) que, junto a un mayor foco en los modelos de alta gama, habría favorecido un notable incremento de los precios.

Según un informe reciente de Barclays, al cierre de 2022, los ingresos por unidad vendida de Mercedes-Benz Group eran un 51,4% superiores que antes de la pandemia; los de Renault habían crecido un 36%; los de Audi, cerca de un 25%, y los de Volkswagen se habían incrementado alrededor de un 20%. Tras elevarse más de un 50% en tres años, el margen operativo del índice de automoción del Stoxx 600 alcanzó el año pasado niveles récord.

Desde el covid, el precio unitario de venta de las marcas europeas ha crecido hasta un 50%

Este mix de menos ventas pero más rentables, que ha permitido a las grandes marcas cosechar beneficios récord incluso en un entorno tan convulso como el derivado de la pandemia del coronavirus, representó una bendición para un sector que llevaba años lidiando con un complejo enredo financiero, dada la necesidad de destinar millonarias inversiones al segmento del vehículo eléctrico en un momento en que la rentabilidad del mismo resulta limitada cuando no nula.

El alivio generado por esta nueva realidad queda patente en la evolución de las cotizaciones del sector, que, desde los mínimos de 2020, ha logrado prácticamente duplicar las ganancias generales de la bolsa (tanto en Europa como a nivel global). No es de extrañar que los directivos del sector lleven tiempo trasladando la idea de que esta prevalencia de la rentabilidad frente a los volúmenes ha llegado para quedarse.

Incluso pese al desafío lanzado por Tesla, el mantra sigue siendo rehuir la guerra de precios. Fue precisamente ese el mensaje en el que insistieron los dirigentes de Renault durante la presentación de los resultados este jueves. "No hay un gran incentivo para bajar los precios y matar el valor residual y entrar en la espiral en que se ha sumido parte de la competencia", indicó Thierry Piéton, responsable de finanzas del fabricante francés.

Foto: Foto: EC Diseño.
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Sin embargo, estos mensajes están chocando con cierta incredulidad en los mercados, que temen que, finalmente, muchos fabricantes se vean forzados a tirar hacia abajo de los precios para defender sus cuotas de mercado. Un temor que se ve agravado por la expectativa de un deterioro de la demanda que aumentaría la presión sobre los fabricantes. "La inestabilidad geopolítica, la inflación persistente y el impacto demorado habitual del endurecimiento de la política monetaria en el poder adquisitivo de los consumidores podrían frenar el impulso de las ventas de automóviles en la segunda mitad de 2023", indicaban los expertos de S&P en un informe publicado esta misma semana en el que reducen su previsión de ventas de vehículos ligeros a nivel global en 2023, proyectando ahora un crecimiento estimado respecto al año anterior a entre el 3 y el 5% frente a un rango previo de entre el 4 y el 5%.

Estos mensajes están chocando con cierta incredulidad en los mercados

Con este panorama en el horizonte, "con los precios en niveles máximos y las tasas de financiación de vehículos en aumento, es probable que algunos consumidores se queden fuera del mercado, mientras que al mismo tiempo la oferta de vehículos aumenta a medida que se alivian las restricciones de producción y se reconstruyen los inventarios. Como resultado, en nuestra opinión, es inevitable cierta normalización de los precios", señalan en la misma línea en Barclays.

Todos estos elementos justifican algunas visiones poco alentadoras sobre la industria del automóvil. Desde UBS pronostican, por ejemplo, una caída del beneficio por acción del sector en 2023 de en torno al 40%, con la guerra de precios de Tesla como un factor clave en el deterioro de las cuentas. "Tesla desencadenó una guerra de precios en los vehículos eléctricos que tendrá consecuencias en toda la industria: los productores establecidos tendrán que seguirle, pero con estructuras de costes más altas, lo que descarrilará la narrativa del equilibrio en los márgenes de los vehículos eléctricos", advierten los expertos del banco suizo, que también esperarían un contagio a los precios de los coches de combustión.

Las marcas de segmento medio, como Renault o VW, estarían más amenazadas por el movimiento

Esta situación, obviamente, no afectaría a toda la industria por igual, dado que la guerra de precios desencadenada por Tesla estaría principalmente enfocada en un segmento de vehículos con precios entre los 35.000 y los 55.000 euros. Por eso, las inquietudes del mercado se dirigen en mayor medida hacia fabricantes como Renault, Stellantis o Volkswagen, cuyos vehículos se enmarcan en mayor medida en ese rango de precios, frente a marcas ubicadas en niveles de precio más elevados, como Mercedes, BMW o Porsche.

“Con los recortes para el Model 3, creemos que se vuelve aún más obvio que los competidores establecidos en este segmento deben responder porque modelos como el VW ID.3 o el Renault Megane E-Tech se venden a precios similares o incluso más altos, a pesar de ser más pequeños y menos eficaces”, apuntan en UBS.

En esta batalla, una de las grandes incógnitas es hasta qué punto estará dispuesta Tesla a forzar a la baja los precios. La compañía con sede en Texas se ha manifestado cómoda con sacrificar parte de su rentabilidad (que sigue muy por encima de la media del sector) para favorecer un incremento de los volúmenes. Según destacan los expertos de Bloomberg Intelligence, el grupo de Elon Musk contaría con margen suficiente para encajar estas rebajas de precios, con una expectativa de generar hasta 60.000 millones de dólares en flujos de caja libre hasta 2026. No en vano, recientemente Moody’s elevó el rating que otorga a la firma, situando por primera vez su calificación en niveles considerados como grado de inversión.

Foto: Algunos de los dirigentes del sector en España junto a Wayne Griffiths, presidente de Anfac. (Anfac)

Sin embargo, la acción de Tesla no ha salido ni mucho menos ilesa de esta batalla (este jueves restó cerca de un 10% y pierde más de un 20% desde el inicio de abril) y este viernes el grupo anunció subidas de precios en sus vehículos de alta gama Model S y X en Estados Unidos, lo que, en cierto modo, podría entenderse como un pequeño paso atrás para aliviar preocupaciones, que no solo fue recogido con alivio por sus propias acciones sino también por el sector del motor europeo, que recuperó algo de terreno en la jornada tras firmar el jueves su peor sesión en siete meses.

En cualquier caso, Tesla defiende que su estrategia de recortes de precios no va dirigida contra sus competidores, sino que sería un intento de hacer los vehículos eléctricos asequibles a un público más amplio. En el sector, en España, coinciden en que cualquier batalla que conduzca a recortes más o menos generalizados de los precios puede suponer un impulso notable para la adopción del vehículo eléctrico. "Por mucho que se hable de la autonomía o cualquier otro problema, al final el precio es clave. Y, si puedes comprar un Model 3 a un precio similar al que compras un Focus o un León, es más fácil que te animes a probar la opción del vehículo eléctrico", apuntan.

Pero lo que podría verse como una noticia positiva puede poner en riesgo el complejo equilibrio financiero en el que se mueven los fabricantes tradicionales de coches, que tratan de sufragar el viraje hacia el coche eléctrico, con inversiones millonarias y aún poco rentables, con los réditos que obtienen de los vehículos de combustión. Un trasvase acelerado de los compradores del coche tradicional al eléctrico pondría a prueba ese delicado juego de compensaciones.

El factor China

El pulso de Tesla no solo ha tenido repercusiones entre los fabricantes occidentales. También en Asia, los principales productores de vehículos eléctricos han experimentado descensos considerables en bolsa, con compañías como Li Auto, Nio, Leapmotor o Xpeng acumulando caídas entre el 7 y el 12% entre las sesiones del jueves y el viernes. BYD, por su parte, ha resistido algo mejor, aunque también se ha dejado un 3,4% de su valor.

La pujanza de los fabricantes chinos, que progresivamente han ido arañando a Tesla cuota de mercado en China y que se preparan para abrir su negocio a otros mercados está considerada como uno de los factores clave que explican la postura más agresiva de Tesla. Pero algunas voces del mercado se muestran poco confiadas en que la compañía de Musk pueda ganar el pulso a estos grupos por el lado de los precios, una variable en la que, entienden, los grupos chinos suelen ser más competitivos.

Sea como fuere, lo que parece claro es que, dado el lugar predominante que ocupa Tesla en el mercado de los vehículos eléctricos, sus movimientos están llamados a tener impacto en el conjunto de la industria. Y son muchos los fabricantes que tienen razones para observarlos con desconfianza.

Cuando Renault dio a conocer sus cuentas del primer trimestre, este jueves, los analistas ofrecieron una lectura positiva casi unánime a lo que se entendió como “una presentación sólida, en general”, en palabras de los expertos de Oddo.

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